Las
manecillas del reloj continuaban moviéndose, impasibles; anunciando que ya eran
las tres y cuarto de la tarde. J aun no me había llamado y tenía un enorme nudo
en la garganta esperando por él.
-
¿Será que se arrepintió?...- susurré para mí mismo, volviendo a mirar el reloj
con impaciencia- Él prometió hacerlo, así que, dejaré ya mi paranoia…
Me
senté en la cama, dejándome caer en ella, viendo el techo con expresión
ausente, no me moví en cuanto escuché un sonido proveniente de la almohada. Un
momento… ¿la almohada?
Volví
a sentarme sobre la cama con rapidez, sintiendo como el corazón me daba un
vuelco cuando vi la pantalla de mi móvil encendido. Al ver ese número ya
conocido, esbocé una enorme sonrisa.
Jun
Extendí
la mano y tomé el aparato, mordiéndome el labio inferior con fuerza. No quería
estar sentado, los nervios que sentí hace unos minutos volvieron a reaparecer
con fuerza después de aquella llamada.
- ¿Hai?-
dije al atender
-
Kazu…- le escuché decir- Jamás pensé que harías eso por mí. ¿Es que acaso estás
loco?
-
Puede ser, cuando uno se enamora se vuelve loco…- contesté en voz baja. No
podía ser que después de tanto, J terminase regañándome, pensé con tristeza.
- Es
lo más estúpido que has hecho en tu vida, pero sabes qué? –suspiró- Me hizo muy
feliz volverte a ver, Nino… el verte allí, escondido en la escalera me hizo darme
cuenta de cuanto te eché de menos y lo miserable que me sentía por no tenerte a
mi lado- sentí como los ojos se me llenaron de lágrimas al escuchar aquellas
palabras.
-
J…- musité en voz baja, sin saber qué responderle
-
Estoy llamándote porque encontré un modo para que nos veamos hoy- me informó-
Hay muchas cosas más que quisiera decirte, pero lo haré en cuanto te tenga en
frente.
- ¿Ah
sí? ¿Y qué tengo que hacer?- inquirí en tono bajo, aun me sentía emocionado por
aquello. No podía creer que estaba hablando con Jun, no podía creer que él
estuviese diciéndome que quería verme.
- ¿Estás
completamente seguro de que quieres hacerlo?...
No,
definitivamente no.
No
podía hacer eso, estaba ridiculizándome MÁS.
Miré
mi reflejo al espejo y solté un bufido, Mana-chan me observaba divertida y contenía
la risa; ¿era cierto que iba a salir así para ver a J?
Tristemente
la respuesta era sí.
-
Debo de admitir que te ves hermoso, la peluca te queda súper bien y ni hablar
de mi ropa…- solté un gruñido
-
Deja de burlarte ya de mí, Manami. Suficiente tengo con el hecho de vestirme
así para poder pasar la noche con J…- musité algo malhumorado. Volví a
inspeccionar mi aspecto en el espejo; llevaba un vestido blanco, por debajo de
las rodillas, algo holgado y con piedrecillas en el pecho, unos pantalones
negros, largos y ajustados que por suerte eran míos, tenía el rostro
perfectamente maquillado, y una peluca negra larga; el flequillo tapaba toda la
frente y debía de admitir que estaba irreconocible.
- No
me estoy burlando. De verdad, te ves muy lindo vestido de chica; Matsumoto-kun
va a llevarse una enorme sorpresa…
Esta
era la condición para verle; cuando J me llamó me dijo que había convencido a
sus custodios diciéndole que iría una chica de “esas” a visitarle, y que
necesitaba algo de privacidad. Le apagarían las cámaras dentro de casa, por lo
que él y yo podríamos hablar sin que nos interrumpieran y sin que nos
sintiésemos observados. Y yo como el baka que era, terminé aceptando aquella
condición.
¿Yo
quería ver a J no? Pues me tocaba vestirme de mujer.
- Y
va a morirse de la risa al verme, de eso estoy completamente seguro- bufé
- No
lo creo, además Kazu, tampoco seas de esa manera. Sabes que en su situación, no
puedes aparecerte así como así, pues te puedes meter en tremendo problema, y ni
hablar de la bronca que se le puede armar a Matsumoto-kun si te descubren allí-
señaló Manami poniéndose seria
-
Supongo que tienes razón.- asentí- Gracias otra vez…
- Ya
deja de darme las gracias, tontito- me sonrió y me besó en la mejilla- ¿Y cuándo
iras a ver a tu chico?
-
Pues… - miré mi reloj de pulsera y suspiré- Dentro de media hora, me dijo que
llegara sobre las ocho, que Midõ-san estaría esperándome en la puerta del
ascensor. Solo espero que no quieran revisarme o algo así…
- No
lo harán, él es un hombre y tú… eres aparentemente una mujer. Así que descarta
esa idea, hermanito- frunció los labios- Por cierto, ¿qué nombre te pondrás?
- ¿Nombre?
¡Y yo que sé!- me encogí de hombros
-
Debes tener un nombre femenino por si te preguntan, ¿no crees?
-
Ah, no lo sé. Cualquiera que se me ocurra- dije volviéndome a mirar al espejo,
todavía me costaba acostumbrarme a verme así.
-
Aya, ¿te parece?- mi hermana sonrió
-
Perfecto. Entonces Aya ira a darle una visita a J- confirmé con una nerviosa sonrisa.
Sentía
como si mis piernas fuesen de gelatina, el corazón me latía desbocado en el
pecho y el miedo volvía a apoderarse de mí, no quería que me descubriesen, pues
eso significaba el final de ambos. A Jun lo dejarían para siempre en Corea, y a
mí me decapitarían, eso seguro.
Dejé
escapar un sonoro suspiro y miré a un lado del elevador, iba ascendiendo
lentamente, demasiado lento a mi parecer, y mientras más subía, más nervioso me
sentía. Tenía las manos sudadas y la impresión de que iba a morir de un
infarto.
En
cuanto las puertas del ascensor se abrieron de par en par, me sentí
desfallecer. Un hombre moreno aguardaba frente a ella, esbozó una sonrisa al
verme, y yo intenté corresponderle, pero sentía los músculos de la cara todos agarrotados.
Esbocé torpemente el atisbo de una sonrisa y agarré con fuerza las solapas del
abrigo que llevaba, pues aquella noche hacia una brisa fría.
-
Konbanwa…- dije casi en un susurro, intentando que mi voz sonase femenina-
Ashida Aya desu
-
Konbanwa, Ashida-san- el joven hizo una reverencia ante mi y volvió a sonreir-
Ya esperan por usted.
Asentí
y me dejé guiar por Midõ, caminando con cuidado para no flaquear; llevaba unas
botas de Mana-chan, pues ella no me dejó ponerme converse alegando que se vería
muy “poco femenino”. En silencio me condujo por el elegante pasillo, pasamos
frente a una puerta, la cual se encontraba entreabierta, y finalmente nos
detuvimos frente a la que se hallaba a su lado. Midõ tocó el timbre dos veces
antes de dirigirme una conciliadora sonrisa.
Segundos
después, la puerta se abrió, y Jun estaba detrás de ella, llevaba unos vaqueros
gastados, una camisa a cuadros azules y negros, el pelo algo despeinado y unas
medias de algodón como única prenda en los pies, reprimió una sonrisa al verme,
mordiendo su labio inferior y alzó una de sus pobladas cejas al verme.
-
Gracias por haberla traído, Midõ-san- comentó en voz baja
El
aludido solo hizo una pequeña reverencia antes de darnos las buenas noches y
dirigirse hasta el apartamento del lado. J exhaló con fuerza, como si soltase
todo el aire contenido por siglos, al igual que yo. Habíamos pasado la prueba.
Sin
decirnos nada aún, él se hizo a un lado, cediéndome el paso; yo entré al
apartamento en silencio, descalzándome en la entrada y suspirando en cuanto
sentí que él tomaba mi bolso y me ayudaba a retirarme el abrigo.
-
Gracias…- musité en voz baja, sintiendo como las mejillas me ardían
- No
importa lo que te pongas, de igual manera te ves hermoso- comentó mientras
colgaba mi abrigo en el perchero y se ponía delante mío, ofreciéndome una mano-
Vamos, quiero mostrarte donde vivo.
Tomé
su mano, mordiendo mi labio inferior en cuanto esa sensación cálida me invadió.
Cuanto había echado de menos el volver a estar a su lado, el simplemente
tomarle de la mano, el poder escuchar su profunda voz…
- Es
un lindo apartamento- comenté mirando la sencilla decoración, aquel apartamento
no gozaba de objetos ostentosos, pero de igual manera era muy confortable.
Pero, a pesar de aquello, se sentía frío no tenía la apariencia de un hogar, y
entendía perfectamente porqué lo veía así.
-
Querrás decir celda-
- J,
yo…- comencé a decir
-
Nino, sé que las cosas entre nosotros han estado mal, pero esta noche no te pedí
que vinieses para discutir, no quiero hablar siquiera del infierno que he
pasado aquí, lo único que quiero es poder estar contigo y volver a sentirme
feliz así será por un rato…- se acercó a mí y me miró a los ojos sin soltar mi
mano- Quiero pedirte perdón por haber sido un completo estúpido, por haberte
hecho sufrir tanto con mis tonterías y mi actitud… quiero poder enmendarlo
todo. Sé que es imposible, pero esta noche quiero intentarlo…- dijo en voz
baja, entrelazando sus dedos con los míos
- No
tienes que pedirme perdón, J. Si estoy aquí es porque significas mucho para mí
y no iba a dejar que las cosas entre nosotros quedasen así… Hemos cometido
muchísimos errores y los vamos a seguir cometiendo, pues no somos perfectos,
pero de lo que si estoy seguro es que siempre vamos a buscar la manera de
arreglar las cosas y continuaremos juntos, tal y como debe der ser, no?- Jun
sonrió al escucharme y besó el dorso de mi mano con delicadeza
- Tú
también significas demasiado para mí, Kazu. No puedo imaginar mi vida sin ti,
sin tus repentinos cambios de humor, sin tus chillidos, sin tu hermosa sonrisa,
sin tus reclamos y berrinches constantes… -sonreí apenado al escucharle,
sintiendo como los ojos se me llenaban de lágrimas- Aquella noche, cuando tú…-
se detuvo- Pensé que te perdería para siempre y si eso pasaba, iba a morir del
dolor. Porque aún no me encuentro preparado vivir sin ti… Te amo, te amo como
nunca imaginé hacerlo y quiero poder decírtelo cada día de mi vida…
Lo
abracé con fuerza, sintiendo como las lágrimas rodaban por mis mejillas. Lo
había hecho, finalmente había dejado de guardarse las cosas y me había dicho lo
que realmente sentía por mí. Esbocé una débil sonrisa y me aferré a él con
fuerza, no quería soltarlo ni un segundo más, simplemente no quería…
- Te
amo demasiado, baka- suspiré- Al fin pudiste decírmelo…
- Y
a partir de ahora te lo diré todos los días, a cada momento, cuando estés
dormido, despierto, almorzando, bañándote…
- ¡J!-
exclamé con una carcajada- ¡Estoy hablándote en serio!
- ¿Y
quién dijo que estoy bromeando? Estoy hablándote en serio, no voy a dejar de
decirte nunca cuanto te amo- Jun me besó en la frente y volvió a suspirar- Por
cierto, te sienta el pelo largo…
- ¡Jun!
En serio, voy a golpearte- me alejé de él y le empujé suavemente- búscame el
bolso, voy a cambiarme de ropa, quiero volver a ser yo…
Él
asintió y desapareció por unos segundos, regresando con mi bolso en una mano,
me lo entregó con una sonrisa y yo me disculpé para ir al baño a cambiarme.
Unos quince minutos después, ya totalmente desmaquillado, sin peluca y con mi
ropa, salí de nuevo a la sala, pero no encontré a J por ningún lado;
encontrándolo finalmente en la espaciosa cocina; me dirigí hacia él y lo abracé
por detrás.
- ¿Que
andas preparando?- inquirí en voz baja
-
Estoy haciendo pasta, desde que llegué aquí no he cocinado nada, pero como esta
es una noche especial…
-
Jun…- protesté sonriendo enternecido
-
Sólo digo la verdad, Nino. No me apetece cocinar para mi solo aquí- contestó
mientras removía la pasta
-
Pero lo hacías antes en Tokyo
-
Pero en Tokyo las cosas eran distintas- ahí estaba ese tono amargo en su voz, y
sabía que hasta que J no regresara a Japón no desaparecería.
Ayudé
a mi novio a poner la mesa mientras él terminaba de cocinar, en cuanto todo
estuvo preparado, nos sentamos en el pequeño comedor y mientras cenábamos,
hablábamos de cosas sin importancia.
- ¿Cómo
se te ocurrió la magnífica idea de que viniese vestido de chica?
- Porque
una noche, mientras hablaba con los custodios, ellos me dijeron que si alguna
vez quería ver a una amiguita, se los dijese…- respondió limpiándose la
comisura del labio
- Te
llevas bien con ellos, ¿verdad?- inquirí
- Un
poco, ellos intentan que me sienta bien aquí. No sé si lo hacen por órdenes de
Johnny o solo porque les da pena verme tan callado- se encogió de hombros y
sonrió- Pero debo de admitir que siempre intentan que sonría, y eso se los
agradezco mucho. Por ejemplo, hoy apagaron las cámaras del apartamento y los
micrófonos, para darnos privacidad…
- Yo
también me siento agradecido a pesar de que no los conozca bien. Pues mira que
hacer tantas cosas por ti… - comenté en voz baja
- ¿Cómo
dejaste las cosas en Tokyo?
-
Todos creen que Mana-chan y yo estamos en Okinawa, que nos fuimos a unas
vacacioncitas para despejarme la mente, cuando en realidad estamos aquí.
Nuestras hermanas nos han ayudado demasiado, de verdad que si…
-
Cuando vea a Ashiya le daré un enorme regalo- Jun tomó una de mis manos y
sonrió- Qué quieres hacer ahora? Tenemos toda la noche para nosotros y apenas
es temprano- dijo mirándome con una sonrisa
- No
lo sé J, ¿puedes creer que me siento nervioso aun? No puedo creer que estemos
juntos, que estés tomando mi mano y estés preguntándome que hacer ahora…
-suspiré- Soñaba tanto con este momento que ahora que estoy viviéndolo no sé cómo
comportarme, que hacer, que decir…
- Yo
también me encuentro igual, pero a diferencia tuya, cuando no sé qué decir,
hago esto…- acercó su rostro al mío y unió sus jugosos labios con los míos,
besándome con ternura, sosteniendo mi mano con más fuerza mientras nuestras
bocas se saboreaban entre sí; sus labios continuaban sintiéndose tan cálidos y
tan suaves como los recordaba, J me besaba despacio, como si no quisiese perder
detalle alguno de lo que estaba ocurriendo. Con la mano libre tomó mi rostro
por la barbilla para no separarme de él y continuar con aquél dulce, lento e
interminable beso que estaba despareciendo todo el frío en mi interior. Nos habíamos
dicho cuanto nos amábamos con hermosas palabras, había llegado el momento de
expresarlo con nuestros cuerpos…
aaaaaaaaaaah!!!! dfhgdhfdhfd omg!! SHIAWASE!!! dsfshdfjhsd Por fin por fin!!! esas palabras que tanto queria escuhar mi kazu se hicieron realidad y que manera de decirlas mi Jun *grita* ♥///////////////♥ todo fue tan bonito
ResponderEliminarque me derrito de amor ,aunque tambien me diverti con Aya-chan XDD jajajaj la envidio xq es mas guapa que yo buuu~~ xD
y el final el bendito final kyaaaaaah! sdfhsdjfh ese BESO se me antojo! ♥//♥
OMG!! iza q bueno q lo dividiste xq no iba aguantar los infartos q se avecina con el sig capitulo fhddsfsdsjk lo espero con MUCHAS!! ansias jaja y mi sabado va ser lo mejor ya que estoy mutando con el fic y el pv de endless game X__x
Gracias! iza♥