Esta semana solo traigo puro lemon y más lemon,
Pareja: Machumiya.
Extensión: One shot.
Dolía admitir que no
lo había superado aun.
Dolía terriblemente
verlo sonreír mientras charlaba con Ohno en un lateral del set en el cual
grababan el programa de aquella semana. Entrecerró los ojos y ladeó el rostro,
intentando concentrarse en otra cosa que no fuese en ver a su ex comportarse
como una colegiala con el líder.
Jun trató de ignorar
el barullo de emociones que sentía en su interior. Se encontraba celoso; celoso
al ver que a Nino no le había afectado su ruptura cuando él aun no podía
sacarlo de su cabeza, cuando no había un día que no pensara en él y que no
dejase de cuestionarse porqué habían roto.'
Después de un año
todavía le echaba terriblemente de menos… a pesar de que frente a las cámaras
guardaban las apariencias y se hablaban “amistosamente”, Jun sabía que aquello
era pura fachada. En cuanto las luces se apagaban y se encontraban a solas, el
mayor era indiferente con él; sólo hablaban lo necesario y había pasado de ser
el siempre mencionado “J” a ser el apenas tomado en cuenta, “Matsumoto-san”.
- ¿Jun?... ¿Jun?... ¿estás
escuchándome?- la mano de Sho se agitaba frente a su cara, haciéndolo volver a
la realidad
- Ah… disculpa,
estuve algo distraído- contestó mirando al mayor con una sonrisa apenada- ¿Qué decías?
- Que vamos a
comenzar a grabar, nuestro invitado acaba de llegar- anunció Sakurai enarcando
las cejas- ¿Sucede algo?
- ¿A mí?- se señaló a
sí mismo- Para nada…- volvió a mirar a Ninomiya, quien le pegó a Ohno en el
brazo juguetonamente antes de volver a reír- Absolutamente nada- repitió antes
de alejarse de allí, dejando a Sho algo desconcertado.
Durante la grabación
del programa sólo dijo lo necesario, fingió mostrarse interesado por anécdotas
que siquiera escuchó, deseando el poder llegar pronto a casa y dejar de ver a
Nino por aquel día. Ya sentía que sus flirteos constantes y sus sonrisitas estúpidas
hacia Ohno le estaban irritando a sobremanera. Aquella debía de ser su manera
de vengarse por haber terminado con él.
En cuanto acabaron de
grabar el programa, Jun se apresuró a ir al camerino a cambiarse de ropa para
irse a su hogar, encontrándose con Nino y Aiba. Su ex, al verle no dijo nada y
sólo se limitó a recoger sus cosas, guardándolas en su bolso en silencio
mientras Masaki le esbozaba una gentil sonrisa al recién llegado.
- Estuvo genial la
grabación hoy, ¿ne?- inquirió sin dejar de sonreír
- Y que lo digas, fue
muy divertido- mintió el menor, sintiéndose mal por decirle mentiras a Aiba
- Muy divertido- corroboró- Yosh… creo que ya
me voy, nos vemos luego chicos- se despidió con la mano antes de salir del
camerino, dejándolos a ambos a solas.
Jun descartó la idea
de cambiarse de ropa, así que sólo se limitó a recoger sus pertenencias para
irse de allí, pero sintió la necesidad de aclarar las cosas con el mayor, pues
le parecía estúpido e inmaduro que Nino estuviese comportándose de esa manera
para hacerle sentir mal.
- Nino…
- ¿Hmm?- musitó sin
siquiera voltearse a mirarlo
- Tenemos que hablar-
anunció cruzándose de brazos.
- ¿Tú y yo? Lo dudo-
respondió volviéndose hacia él, esbozando una sarcástica sonrisa
- Pues yo tengo cosas
que decirte, Nino. Y me temo que tendrás que escucharme- el mayor alzó una
ceja- Quieras o no.
- Bien, entonces
habla- dijo mirándolo fijamente- Tienes diez minutos.
Jun emitió un sonoro
suspiro, observando el rostro inexpresivo de su ex, quien continuaba con los
brazos cruzados sobre su pecho. Éste hizo una mueca algo sarcástica y pasó la
lengua por sus labios.
- Bien, entonces…-
Nino miró su reloj de pulsera y suspiró, evidentemente incómodo
- Te restan solo
nueve minutos. El tiempo se agota, J. Dime ya lo que sea que vayas a decirme-
levantó una ceja, algo impaciente
- ¿Qué demonios
pretendes haciendo eso con Ohno? ¿Crees que estás haciendo lo correcto
comportándote de esa manera? Utilizándolo para hacerme sentir mal…- Nino abrió
la boca en un gesto de sorpresa y esbozó una sonrisa.
- Un momento
Matsumoto. ¿Te crees el centro del universo o qué? Ahora resulta que estoy
“vengándome” de ti –hizo comillas con sus dedos y soltó una carcajada sin una
pizca de humor- Déjame decirte algo corazón, yo no tengo por qué hacerte sentir
mal, lo de nosotros pasó hace tiempo y sé que ambos lo hemos superado. Ahora,
no es mi culpa que seas demasiado egoísta y te moleste verme divertir con otra
persona… -fijó sus pupilas en él antes de continuar- Y creo que lo mejor es que
te vayas acostumbrando a eso.
- Te conozco
perfectamente, Nino. Sé cómo juegas, sé que te fascina hacer sentir mal a los
demás con tus jugarretas extrañas; siempre me lo hacías cuando éramos novios, ¿recuerdas?
¡Siempre te ibas a coquetear con alguien más frente a mí para hacerme sentir como
un mierda! –Exclamó acercándose al mayor- Dime, ¿que no me garantiza a mí que
esta vez es diferente? Que esta vez lo estás haciendo simplemente porque si…
- Porque yo ya te
olvidé, Jun.
Aquellas palabras
penetraron como dagas heladas en su corazón, no podía ser cierto que Nino se
haya olvidado de él con tanta facilidad cuando él todavía continuaba
arrastrando el peso de su ausencia, cuando había noches en las que no podía
dormir pensando en él.
- ¿Sientes algo por
Riida?- inquirió en voz baja, mirándole a los ojos
- No es algo que te
importe, y ahora si me disculpas, quiero irme, estoy cansado- musitó en un
susurro apenas audible antes de tomar su bolso. Jun continuaba parado allí, sin
decir absolutamente nada más, decidido a no molestar más a Kazunari. Aquellas
palabras habían zanjado todo y el menor entendió que aquel era el final
definitivo entre ellos dos. –Buenas noches, Jun- añadió antes de salir del
camerino, dejando al menor a solas.
Días habían
trascurrido después de aquella tortuosa confesión, y desde entonces, él y Jun
continuaban más distanciados que nunca, pues ahora era el menor quien evitaba
siquiera hablarle. Los demás miembros del grupo se habían dado cuenta, pero no
querían intervenir debido a que tanto Nino como Jun eran demasiado
temperamentales y querían ahorrarse un disgusto o una pelea innecesaria.
Nino se mostraba más
gentil para con Jun, quizás era porque se sentía culpable. Y la verdad es que así
era, pues no comprendía por qué le había dicho eso a Matsumoto, sabiendo que no
era verdad, que sus sentimientos por el continuaban intactos, y se atrevía a
jurar que ahora estaba muchísimo más enamorado de él, pero era demasiado
orgulloso para confesarlo. Desde que rompieron, tenía una especie de máscara en
el rostro y un muro alrededor de su corazón, escondiendo lo que realmente
quería.
“La gente está comenzando a sospechar de lo nuestro…”
Desde que escuchó
aquello un año antes, su vida había cambiado radicalmente. Jun, el chico del
cual estaba enamorado desde que tenía quince, su primer novio, su primer
amante, la única persona a quien le había entregado el corazón, terminó con él
simplemente por temor a lo que dijesen los demás si se enteraban de su
relación. Aquello le destrozó por completo.
Es por eso que se
comportaba así, fue exactamente por eso que le mintió a Jun, sintiéndose un
completo miserable al ver la expresión de dolor en su rostro, pero, no podía
simplemente dejar pasar las cosas, no debía volver a acercarse a él. Aunque su
corazón se rompiese en mil pedazos, lo mejor era que estuviesen distanciados.
Tal y como estaban ahora.
- ¿Hasta cuándo
continuarás sin hablarle a MatsuJun?- inquirió Satoshi, sacándolo de su charla
mental, haciéndolo volver a la realidad.
- ¿Ah?- parpadeó
varias veces, esbozando una distraída sonrisa- ¿Nani?
- Dije, ¿que hasta
cuando vas a seguir sin hablarle a MatsuJun?- repitió con lentitud, para que el
menor entendiese lo que decía
- No lo sé Ohno, ¿quizás
toda la vida?- contestó intentando sonar divertido, aunque no lo logró en lo
absoluto.
- Nino…- movió la
cabeza en señal de reprobación- Esto no está bien.
- Me da igual si lo
está o no, lo mejor es que cada quien esté por su lado- dijo dándole una larga
calada al cigarro, alzando el rostro ligeramente para expulsar el humo.
- Eres un cabezota.
-
Yo también te quiero Ohno- sonrió nuevamente y dejó el cigarro en el cenicero,
tratando de comportarse lo más jovial posible. A este punto, ya estaba
arrepintiéndose de haber aceptado cenar con Ohno aquel viernes por la noche.
- Tu lo que necesitas
es echar un buen polvo- sentenció Shun con una pícara sonrisa antes de tomar un
trago de su cerveza- Y aquí hay muchas, muchas chicas dispuestas a hacerte el
favor…
- Oguri-kun, ya
basta. Eres un hombre casado; ¡no deberías de estar diciendo esa clase de cosas!-
le reprendió Toma, dedicándole una severa mirada. Jun esbozó una sonrisa al escucharlos y negó con la
cabeza, tomó su botella y se dio un gran trago, dejándola casi vacía sobre la
mesa.
- Yo no necesito eso.
Lo he intentado y créeme, he quedado peor que como he empezado. Las mujeres se
ponen histéricas, me gritan que soy un cerdo, patán e insufrible, y con el
ultimo chico que intenté, le llamé Nino, y él también terminó ofendiéndose…-
dijo Jun arrastrando las palabras
- Debes de
acostumbrarte a decirle a tu pareja cosas como “mi amor”, “mi cielo”, “cariño”,
así si estás con alguien más te evitas un problema o una sesión de sexo
interrumpida…
- ¿Qué solo hablas de
eso? ¡Por Dios Shun! Me temo que tienes un problema muy grave. ¿Es que acaso tú
y tu esposa no tienen una vida sexual activa?- musitó Toma con gesto cansón
- Por supuesto que
sí, es una de las razones por las que ella no se atrevería a dejarme…
- ¿Podrían ustedes
dejar de hablar de sexo y parejas? ¿Desde cuando los detalles de la vida sexual
de Shun han sido un tópico entre nosotros?- inquirió el pelinegro con una mueca
divertida
- Nunca. Creo que lo
mejor es cambiar de tema- aseguró el menor
- Yo creo que mejor
me voy… tengo algo que hacer- anunció Matsumoto poniéndose de pie con lentitud
- ¿Qué iras a hacer?
Dime que no vas a cometer una locura-
- Lamento
decepcionarte, Toma, pero me temo que si- contestó Jun tomando su cárdigan y
colocándoselo bajo la mirada de sus amigos
- No pienso
detenerte. Si es lo que quieres hacer, te apoyo. Si necesitas un aventón o
algo…- comentó Shun alzando las cejas
- No, no hace falta. Puedo
conducir-
- Se cuidadoso al
volante, y llámame en cuanto estés en tu casa- Toma suspiró pesadamente
- Mínimo eres su
mamá- Shun le empujó suavemente y comenzó a reír- Ya sabes, Jun, cualquier
cosa, nos quedaremos acá un rato más.
Matsumoto asintió y
se despidió de ambos antes de salir del establecimiento a grandes zancadas, fue
hasta su auto, poniéndolo en marcha y encaminándose hacia el único lugar en el
que deseaba estar en aquel momento.
Parado frente a su
puerta, Jun sentía que el valor se le estaba yendo, tenía miedo a que no
quisiera abrirle o que lo mandara al infierno, pero ya no era momento de pensar
en eso, solo debía actuar.
Tocó el timbre con
calma, ignorando los alborotados latidos de su loco corazón. Tomó una bocanada
de aire y volvió a tocar el timbre, suspirando pesadamente en cuanto le escuchó
musitar un débil “Ya voy” desde dentro. Segundos después la puerta se abrió, y
un Nino algo desorientado apareció frente a él.
Iba descalzo, con
unos vaqueros ajustadísimos en color gris, la pequeña camisa a cuadros roja
algo arrugada y el pelo ligeramente despeinado, tenía los ojos hinchados y
enrojecidos, y una sonrisa adormilada en el rostro. Había estado durmiendo.
- Perdona por
despertarte…- musitó el menor algo apenado. Nino se encogió de hombros,
restándole importancia.
- No importa, igual
debía despertarme. El sofá no es un lugar confortable para dormir…- dijo
refiriéndose exactamente al suyo, el cual era bastante pequeño- ¿Qué quieres?-
inquirió escrutándolo con la mirada. Paseó los ojos desde las botas negras,
pantalones del mismo color, y el cárdigan purpura que llevaba aquella noche.
- Necesito hablar
contigo-
- ¿Otra vez Jun? Creí
haberte dejado bastante claro que tú y yo no teníamos absolutamente NADA que
hablar…- Nino suspiró con impaciencia, mirándolo con el rostro ligeramente
ladeado
- Por favor Nino,
prometo no volver a molestarte nunca más. Sólo por esta vez, de verdad- lo miró
suplicante y el mayor puso los ojos en blanco, haciéndose a un lado para
dejarle entrar
- Si tiene que ver
conmigo y Riida, desde ahora te anuncio que no voy a hablar de eso…
- No tiene que ver
con él, tiene que ver conmigo- anunció Jun con voz apacible- con ambos…- añadió
en voz baja, ante la atónita mirada del mayor.
- ¿Nosotros? Esa es
una palabra que ya no existe en cuanto a ti y a mí se refiere-
- Kazunari, esto es
en serio, ¿podrías dejar de lado el sarcasmo y escucharme? Necesito hablar contigo,
de verdad- el menor se detuvo frente al más bajo, mirándolo a los ojos
- De acuerdo, dime-
contestó en voz baja
- Nino… yo…- suspiró
y se acercó más a él, dejando sus cuerpos a escasos centímetros- Yo sé que me
olvidaste, que ya te da igual lo que pase conmigo, pero yo no. Aún sigo
sintiendo cosas por ti, y quiero pedirte que…
- No pienso volver
contigo- le interrumpió impasible
- Déjame terminar. No
voy a pedirte que vuelvas conmigo pues tengo bastante claro que no me quieres…-
Jun entrecerró los ojos, visiblemente dolido- Sólo quiero que por un momento
olvides lo ocurrido meses atrás, quiero que me des la oportunidad de estar por
última vez contigo… -se acercó más a Kazunari, acariciando una de sus mejillas
con una sutileza casi surreal- Que me dejes hacerte el amor por última vez, que
esta noche olvidemos que las cosas entre nosotros están hechas mierda y que te
entregues a mí… por favor Nino, es lo único que te pido…- musitó en un susurro,
descolocando por completo al mayor tras aquellas palabras.
- Jun, creo que no es
correcto…- contestó en un murmullo
- Creo que lo que no
sería correcto es que las cosas queden inconclusas entre tú y yo… Nino, por
favor, sólo concédeme esta noche. Prometo dejarte tranquilo después de esto,
siquiera voy a celarte con nadie, pero, dame una noche más… - Jun mordió su
labio inferior, dejando su cálida mano sobre la tersa piel de la mejilla del
mayor.
Nino emitió un
suspiro, alejándose de Matsumoto, le afectaba demasiado aquella caricia y no
quería que él se diese cuenta. Le dio la espalda preguntándose internamente
cuál sería su respuesta; moría de ganas por decirle que sí pero, tampoco quería
ponerle las cosas tan fáciles.
Hacer el amor con él
por última vez…
Después de un largo e
incómodo silencio, Kazunari se volvió hasta el pelinegro, mordiendo su labio
inferior con un deje de nerviosismo. Se aclaró la garganta, observando como Jun
se erguía en su totalidad frente a él, haciéndole sentir pequeño e indefenso.
- Está bien, Jun. Si
eso es lo que deseas, voy a concedértelo… - susurró por lo bajo, alzando la
vista y encontrándose con los penetrantes ojos del menor.
El más alto tomó
posesión de la boca de Nino, sintiéndose estremecer en cuanto lo estrechó entre
sus brazos, haciendo inexistente la distancia entre sus cuerpos; Jun suspiró
pesadamente y acarició la espalda del menor con delicadeza, sintiéndose vivo de
nuevo al estar tan cerca de Nino; aquel era un hermoso sueño del cual no quería
despertar nunca.
Kazunari se puso de
puntitas, rodeando su cuello con los brazos, entreabriendo los labios mientras
ladeaba el rostro para profundizar más aquél beso, a lo que el pelinegro lo
tomó como una invitación, penetrando con su lengua en su cavidad, recorriéndola
con lentitud, deleitándose con su conocido sabor, y haciendo que el mayor
dejase escapar un débil jadeo en cuanto las lenguas de ambos se acariciaron;
primero con lentitud y hasta con algo de torpeza, y luego el ritmo fue
acrecentando… lo que antes había comenzado como un delicado beso, se había vuelto
en una lucha apasionada por dominar los labios del otro.
Sus bocas encajaban a
la perfección, sus labios moviéndose en perfecta sincronía junto con el vaivén de
las lenguas de ambos, haciendo de aquel beso uno de los momentos más íntimos
vivido por ambos.
Se separaron para
tomar oxígeno, ambos jadeantes y se miraron a los ojos por unos instantes. Nino
tenía los labios ligeramente hinchados y enrojecidos, al igual que sus mejillas,
que tenían un ligero rubor, lo cual le hacía lucir arrebatadoramente adorable.
- Echaba tanto de
menos besarte…- musitó Jun acariciando los labios del mayor con el pulgar, inclinándose
nuevamente para tomar posesión de su boca. Nino dejó escapar otro jadeo y
mordió el labio inferior de Jun, tirando de él con sus dientes con algo de
brusquedad, estremeciéndose en cuanto las enormes manos del menor acariciaban
su espalda baja y se posaron en su trasero, apretándolo con fuerza contra su
pelvis.
Jun dejó escapar un
gemido que cayó en la boca del mayor, quien había llevado las manos hasta la
corta y espesa melena de Jun, hundiendo sus dedos en él, mientras sentía como
su miembro comenzaba a cobrar vida y a apretarse bochornosamente contra los
ajustados vaqueros. Jun suspiró con pesadez y levantó a Ninomiya, sosteniéndolo
a horcajadas sobre él; Nino rodeó su cintura con sus piernas y dejó escapar un
débil gimoteo que hizo sonreír al menor al ver que su compañero también se
encontraba tan excitado como él.
Después de todo, no
continuaba siendo tan indiferente a sus caricias.
- Vamos ya a la habitación…-
ordenó el mayor con un suspiro.
Siguiendo su petición,
Jun asintió en silencio, encaminándose hasta la habitación de Nino, un lugar en
donde había pasado tantas noches, en donde habían hecho el amor incontables
veces. Todavía no podía creer que estuviesen allí a punto de hacerlo otra vez.
Al entrar a la estancia
tenuemente iluminada, cerró la puerta a sus espaldas y dejó a Nino de pie
frente a la cama; le dio un casto beso en la frente mientras comenzaba a abrir
uno por uno los botones de su camisa, dejando su pálido y delicado torso al
descubierto. Nino tembló ligeramente de expectación y entornó los ojos en
cuanto Jun se puso de rodillas frente a él, besando su vientre con delicadeza
mientras bajaba lentamente la cremallera de sus pantalones, con cuidado para no
lastimarlo. Posó las manos en sus estrechas caderas y bajó la prenda con
lentitud, dejando a la vista su miembro erecto, luchando por salir de la ropa
interior.
Nino dejó escapar
otro jadeo en cuanto sintió los jugosos labios de Jun contra su erección, dándole
delicados besos por encima de la tela de sus boxers blancos, haciendo que la
tela se humedeciera un poco y se tornase transparente. El más bajo dejó una
mano sobre el pelo de Matsumoto, acariciándolo con delicadeza mientras él
continuaba estimulando su miembro por encima de la ropa. Se encontraba excitadísimo
a más no poder, deseaba que Jun le quitara la molesta prenda y se metiera su
pene en la boca, iba a enloquecer si no lo hacía ya.
Jun pareció notar lo
que quería, pues alzó la vista y esbozó una ligera sonrisa, deshaciéndose de la
ropa interior de Ninomiya, dejando su miembro totalmente erguido contra su
hermoso rostro. Tomó una bocanada de aire y sin dudarlo un segundo, lo
introdujo en su cavidad, dedicándole lentas succiones que hicieron que Nino se
aferrara con fuerza de él, pues sentía que las piernas le fallaron y un escalofrío
le recorriera la espina dorsal. Profirió un prolongado gemido e hizo un mohín
involuntario, sintiéndose enojado consigo mismo al ser tan débil.
El más alto se quitó
el cárdigan, quedándose solo con una delgada camiseta blanca, aumentando el
ritmo en sus succiones, sin dejar de mirar a Kazunari siquiera por un segundo, quería
recordar todo, absolutamente todo lo que pasara esa noche, en especial las
caritas que ponía su ex cuando se encontraba tan excitado, tal y como estaba
ahora. Nino gimió nuevamente y mordió su labio inferior, arqueando la espalda,
preso del placer mientras Jun acariciaba la base de su miembro con la mano
diestra, mientras con la otra agarraba su trasero con fuerza, moviendo las
caderas del mayor al ritmo que él quería.
- J…- ronroneó el castaño
entre gemidos- Detente J…- volvió a gemir, mirando al menor a los ojos- Te
quiero dentro de mí, ahora!- suplicó sonrojándose nuevamente.
Matsumoto se puso de
pie, alzando una de sus pobladas cejas y se quitó la camiseta, arrojándola al
suelo. Kazunari suspiró y mordió su labio inferior al ver su sólido torso y su
bien marcado abdomen; el resultado de tantas horas en el gym. El menor se
deshizo de sus pantalones y su ropa interior, quedando completamente desnudo
frente a él, besándose apasionadamente. Nino rodeó su cuello con los brazos y
ambos se dejaron caer sobre la cama, cayendo con algo de torpeza; sonrieron
contra los labios del otro y entonces las íntimas caricias no se hicieron
esperar.
La temperatura
corporal de Nino se encontraba por los cielos, su erección se encontraba tan
dura, que incluso sentía dolor. Los dedos de Jun continuaban entrando y
saliendo con algo de dificultad de su estrecha entrada, pues ambos habían decidido
usar lubricante, pues en todo ese tiempo, Nino no había vuelto a hacer el amor
con nadie más, y eso hizo sentir a Jun una felicidad algo retorcida, al ver que
el mayor aun no lo había superado, que todo había sido pura fachada.
Jun suspiró
nuevamente y succionó la tersa piel del cuello del mayor, dejándole una marca
rojiza, moviendo sus dedos lentamente en la entrada de su ex, deleitándose con
sus delicados gemidos y con el movimiento de sus caderas.
- Estoy listo…- jadeó
- ¿Seguro?- inquirió
Jun en un susurro apenas audible
- Si, Jun… Joder,
hazlo ya…-
El aludido ensanchó
la sonrisa y tomó a Nino por las caderas, mirando al mayor a los ojos mientras
lentamente lo penetraba. Jun dejó escapar un gemido de puro gusto, Nino mordió
su labio inferior y movió las caderas hacia abajo, haciendo que su endurecido
falo penetrase por completo en él.
Jun comenzó a
propinarle suaves estocadas, gimiendo sin poder evitarlo al sentirse
aprisionado entre las deliciosas paredes del mayor. Extrañaba demasiado
aquello, lo extrañaba demasiado a él…
Nino movía las
caderas al ritmo que Jun le marcaba, sintiendo como su piel, ya reactiva, se
encontraba erizada por el cúmulo de sensaciones que se entremezclaban en su
interior, amor, odio, felicidad, y placer, sobre todo mucho placer.
Ambos se movían al unísono,
Jun escondió el rostro en el cuello del castaño, susurrando incoherencias
mientras continuaba regalándole rápidas embestidas, sintiendo como el
desatendido miembro de Nino rozaba contra su vientre con cada movimiento de
ambos.
- Tócate- ordenó
Y como si una fuerza
sobrenatural le obligase, Nino llevó su mano izquierda hacia su pene, propinándose
rápidas sacudidas que le hicieron perder la poca cordura que le quedaba. Sus gemidos
se habían convertido en gritos desaforados por las olas de placer que le
arrastraban más y más. Jun gimió más alto y mordió el cuello de Nino
nuevamente, dejándole otra marca rojiza en su inmaculada piel; Nino llevó la
mano libre hasta el trasero de Matsumoto, agarrándole con fuerza, animándole a
incrementar la rapidez en sus embestidas, sintiéndose a punto de explotar.
- Kazu…- gimió
nuevamente
Nino sintió como su corazón
daba un vuelco al escucharle decir su nombre después de tanto tiempo. Volvió a
jadear y se abandonó por completo a Jun, arqueando la espalda nuevamente y sintiéndose
estremecer al derramar sus fluidos en su mano, ensuciando también la pelvis del
menor, el cual cerró los ojos con fuerza y se apretó más contra él, quedando
ambos sin aliento después de aquél intenso y arrebatador orgasmo.
Jun se retiró con
cuidado, saliendo del cuerpo del mayor, causando que un débil quejido se escapara
de sus labios, Nino suspiró y tomó su rostro por la barbilla, besándolo en los
labios delicadamente antes de tumbarse de espaldas nuevamente, intentando
normalizar su respiración.
- Aun te amo, J…-
susurró mirando hacia el techo
- No más que yo a ti,
créeme. Cada día que pasa, te amo más y me siento como un completo idiota por
haberte alejado de mí, no cuando lo que más necesito es tenerte a mi lado-
confesó el menor sonrojándose ligeramente
- Me rompiste el corazón
un año atrás.
- Lo sé, y siempre estaré
arrepentido por ello- Nino suspiró al escucharle
- No sé qué hacer,
Jun. Una parte de mí me dice que debo perdonarte y retomarlo todo, pero por
otro lado, no quiero. Tengo miedo a que me hagas daño otra vez, temo a que me
lastimes de nuevo- ambos se miraron a los ojos y Jun se sorprendió al ver a
Nino con lágrimas en los suyos.
- No llores, pequeño…
todo menos eso- abrazó al más bajo con fuerza, aspirando el aroma de su pelo –
No tienes que pensarlo ya mismo. Déjame enamorarte, permíteme demostrarte que
esta vez me importa un bledo lo que piensen los demás, que lo único que quiero
es hacerte feliz mi Kazu…
Y por primera vez en
tanto tiempo, ambos pudieron sentirse completamente felices.
- ¿Ven por qué no me
gusta que vengan a mi casa? ¡Siempre comienzan a tocar mis esculturas!- exclamó
un Ohno intentando parecer furioso, causando la risa de los demás al ver a Aiba
manoseando un extraño objeto en forma de pez.
- No te preocupes,
los daños y perjuicios los pagará Keio boy- contestó Jun con una sonrisa
- Por supuesto, ¡yo! El
que se le sale el dinero de la billetera a borbotones, ¿no?- hizo un gesto
gracioso y se tomó un trago de su vaso de sake. Nino los observaba con diversión,
en especial a la persona que se encontraba frente a él.
Las cosas entre él y
Jun habían cambiado favorablemente, pero el menor no le había dicho nada, absolutamente nada de regresar, a pesar de que los chicos notaron que estaba en
plan de reconquista; y aquello les hacía sentir mejor, pues ya no se sentía esa
molesta tensión cuando estaban a solas.
- El sake se acabó-
gimoteó Aiba blandiendo su vaso vacío
- Iré por más- Jun se
puso de pie, y Nino le imitó, yendo detrás de él
- Creo que quiero un
poco de helado- musitó como excusa. En cuanto se encontró a solas con Jun en la
cocina, rodeó su cuello con los brazos y le besó en la mejilla, dejando al
menor completamente sorprendido.
- Quiero volver
contigo…
Matsumoto esbozó una
sonrisa e inclinó el rostro, besándolo con dulzura, estrechándolo en sus brazos
con una necesidad loca. Nino no imaginaba la felicidad que le embargaba al
saber aquello, y desde aquél momento se prometió nuevamente a sí mismo hacer
feliz a esa persona para siempre, sin importar lo que pasara.
OMG!!! estoy muriendo de amor y felicidad!!!
ResponderEliminarkyaaaaaaaah!! djfhcjdscfh ♥_________♥
AMO MI MATSUMIYA!! porque siempre estaran juntos de nuevo *O*
debo decir que cuando supe que terminaron me puse muy triste :( y las palabras tan duras que Nino le dijo a jun fueron desgarradoras para mi corazon T0T aunque tambien me enoje por la TONTERIA!!! x la cual terminaron O.Ó
pero se lo perdone xq jun tomo el valor de decirle a nino q lo necesita en su vida xq sin él muere >.< y que manera de expresarlo!!!
OMG!! cada beso,acaracia,sonrisa,mirada me llevo a la locura todo el amor se expreso de una manera tan maravillosa que en estos momentos estoy derritiendome y volando por las estrallas <3333333333333333333
LO AMO AMO AMO!! el oneshot ♥3♥
Que manera de escribir mi querida iza *0*
realmente te adoro! ^3^ como siempre me dejas feliz!
Graciaaaasss!!! *la abraza*
Gosh Kana-chan, no imaginé que mi historia te pondría así D:< Te confieso que esta fic me surgió en uno de mis arrebatos de amor Machumiyistico y también me dio penita al ver al Kazu tratando tan mal al baka de J, pero, como todo fic mío, este debía tener un final feliz y qué menudo final, ne?
EliminarMil gracias a ti por leer todas y cada una de las cosas que publico, en serio, me hace feliz saber que hago feliz una matsumiya shipper -se le sale una lagrimita- ;__; <3
Asdfghfsasdfh lo he amado!!
ResponderEliminarJun tomo la mejor decisión al ir en busca de Kazu y proponerle esa última noche *-*
Me ha encantado cómo escribes Iza, tantos detalles y eso es sencillamente genial!
Oh por dioooooos!!! Ha sido tan genial todo! Waaah!
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