By Jun
¿Podrás
perdonarme después de todo esto?...
Me
preguntaba una y otra vez internamente. Desde que había sucedido lo del intento
de suicidio de Nino, no dejaba de preguntarme si alguna vez él podría
perdonarme por haberle hecho lo que le hice.
Quizás
sí. Nino tenía un corazón de oro y sabía que aunque le fallase una y mil veces
él estaría allí para mí, aunque, reconocía que esta vez no merecía siquiera de
su comprensión. Ni la de él, ni la de ninguno de los chicos.
Aiba
y Ohno continuaban en contacto conmigo, y Sho, me había llamado ayer; sonaba un
poco menos hostil, pero sé que continuaba molesto conmigo. Y Nino no había
hecho ni el menor intento de llamarme, y yo, por temor a escuchar lo que me
diría, tampoco lo había hecho. Era un completo imbécil, sintiendo miedo de
enfrentar mis propios problemas.
- Ne
Jun… ¿Jun? ¿¡Jun!?... ¿Estás prestándome atención?- mi hermana se encontraba
agitando la mano frente a mi cara, mirándome con los ojos entornados- Ya veo
que no, el señorito está en su propio mundo y yo hablando como idiota sin
parar…
- ¿Eh?-
murmuré- ¿Qué estabas diciendo?
-
Nada Jun- respondió secamente, tomando la taza de té frente a ella-
-
Gomen ne…- dije en un susurro apenas audible. Ella pareció no escucharme, pues
tomó un poco de té y volvió a poner la taza en la mesilla, sin dedicarme
siquiera una mirada.
-
Estás realmente mal- comentó minutos después, rompiendo el incómodo silencio-
Jamás te había visto ponerte así por alguien…
- No
es solamente por él-
-
Por supuesto que es por él, lo sé, Jun. No soy estúpida… Te conozco de toda la
vida hermanito, y por más que extrañes a Arashi, puedo sentirlo. Puedo ver en
tus ojos como estás muriéndote por no estar a su lado; no sonríes, sólo te
limitas a hablarle a las personas y estar pensativo todo el tiempo, suspirando
y con una tristeza que es notable aunque esté a metros de ti- suspiró,
mirándome a los ojos- Mírame y dime que no tengo la razón, mírame y dime que no
estás así por Ninomiya-kun…
Incliné
el rostro, sintiendo como los ojos se me llenaban de lágrimas; las cuales no
dudaron por rodar por mis mejillas, dejándome ver totalmente vulnerable y
derrotado frente a mi hermana. A pesar de que no estuviera mirándola, sabía que
estaba dándome esa mirada llena de ternura que sólo ella sabía darme.
-
Tienes razón Ashiya…- musité en voz baja- Estoy muriendo sin él… Lo extraño con
cada célula de mi cuerpo. Lo extraño hasta el punto de la locura, y ahora es
cuando más lo necesito a mi lado, ahora que sé que puedo perderlo con
facilidad. Kazunari es todo, todo en mi vida, nunca creí que llegaría a querer
a alguien así como le quiero a él. Tienes toda la razón onee-san, lo extraño,
lo extraño demasiado- dije mientras lloraba silenciosamente.
Ashiya
se acercó a mí, abrazándome con fuerza. Fue entonces cuando dejé salir todo el
dolor, la rabia, la frustración, la culpa, las lágrimas contenidas durante todo
este tiempo.
-
Todo va estar bien Jun-chan, es sólo cuestión de tiempo para que vuelvan a
verse…-
- ¡Es
que no entiendes nada! Nino estuvo a punto de morir, se iba a suicidar por mi
culpa, estuve a punto de perderlo para siempre por mi cabezonería y mi
egocentrismo, estuvo al borde de la muerte por mí…- sollocé- Y yo nunca le dije
cuanto lo quería, cuanto significa para mí, cuanto haría por verle feliz… Nunca
le dije que lo amo…
Mi
hermana se quedó en silencio, acariciando mi cabello sin soltarme un segundo.
Simplemente limitándose a escucharme; quizás no decía nada porque se estaba
dando cuenta de lo imbécil que era o tal vez porque quería que me desahogase y
sacara todo aquello que llevaba dentro.
-
Jun, creo que ya has entendido la importancia de decir las cosas…- dijo en voz
baja, separándose un poco de mí y tomando una de mis manos con fuerza- No
pensaba que lo que sentías por él era tan intenso- sonrió- Y me honra ser la
primera persona en saber los hermosos sentimientos que llevas dentro.- frunció
los labios antes de continuar- No digas que no vas a tener su perdón, pues, si
Ninomiya-kun te ama como tú a él, no dudará ni un segundo para perdonarte…
- No
quiero que lo haga, no me lo merezco- respondí limpiándome las manos con la
mano libre
- ¡No
digas estupideces! No puedes dejar que algo tan lindo se vaya al diablo por
esto… Vale, no es quizás la mejor de las situaciones, pero… No por eso debes
dejar de luchar. Te aseguro que Ninomiya-kun no lo haría ni lo hará- le dio un
leve apretón a mi mano
-
Eso espero, Ashiya. Pero, aun no me encuentro con el valor suficiente para
enfrentarlo…- suspiré
- No
te preocupes, todo va a salir bien- repitió ensanchando la sonrisa.
Al
caer la noche, mi hermana tomó sus cosas, dando la visita por terminada. Fui
con ella hasta la puerta, abrazándola con fuerza, ambos sonreímos al
separarnos.
- ¿Te
irás hoy mismo a Japón?- inquirí sin soltar sus manos
-
No, me pasaré la noche en un hotel cerca de aquí y mañana me regreso a Tokyo-
ensanchó la sonrisa- No dejes de usar los suéteres que mamá te envió. La semana
próxima ella vendrá a visitarte con papá y…- suspiró- En cuanto a aquél tema;
no pierdas las fuerzas, ni dejes de luchar por tu felicidad. ¡Gambare!
- Lo
intentaré tonta casamentera- volvimos a abrazarnos y nos despedimos. Al abrir
la puerta, vi a Midõ, quien esperaba a mi hermana en el pasillo para escoltarla
hacia el ascensor. Le saludé con la mano antes de cerrar la puerta del
apartamento.
¿Tendría
la razón Ashiya? ¿Debería de dejar mi tonta cobardía y luchar por lo que
realmente quería, o simplemente dejar que pasara lo que tenía que pasar?
By Nino
Dejé
el mando a distancia en el sofá, soltando un suspiro de impaciencia. Estaba
harto de estar allí, haciendo siempre lo mismo; es cierto que era el ser más
holgazán de la tierra cuando me lo proponía, pero tanta inactividad me tenía
cansado. Quería tener algo que hacer, quería trabajar, y sobretodo, estar casa
nuevamente.
Es
cierto que me gustaba estar con mi mamá, pero, últimamente tanto ella como mi
hermana me asfixiaban con aquella actitud; entendía que sólo querían cuidarme,
pero tampoco es que fuera a suicidarme si me quedaba solo dos segundos.
Alcancé
a ver a mi madre acercándose a mí, esbozando una sonrisa
-
Estoy viendo la televisión- me apresuré a responder- No tengo cuchillos,
tijeras, ni nada punzante conmigo; ni tampoco hay frascos de pastillas cerca-
-
Kazu…- me miró con una reprobatoria
-
Sólo bromeo- esbocé una sonrisa forzada y ella se puso las manos en las caderas
-
Vine a decirte que Ohno-kun vino a visitarte-
- ¿En
serio?- ensanché la sonrisa y ella suavizó su expresión- Hazlo pasar, mamá…
- De
acuerdo… ¿No quieres nada de comer?- inquirió
-
No, no tengo hambre, me encuentro bien- respondí acomodándome en el sillón. Mi
madre asintió y me dedicó otra sonrisa antes de salir, en menos de un minuto,
Ohno estuvo entrando. Levantó una mano al verme, en forma de saludo y se sentó
en el sofá, a mi lado
- ¿Qué
tal todo?- inquirió
-
Pues ya ves, aquí haciendo cosas de… ¿gente normal?- musité con una sonrisa,
tratando de sonar jovial, Ohno alzó una ceja, mirándome fijamente
- No
te creo nada-
- Al
menos lo intento…- dije en voz baja- Quiero irme a casa, quiero que dejen de
observarme todos, que por un momento pueda encontrarme solo, sin que nadie esté
encima de mí, vigilando si estoy bien, si no intento suicidarme nuevamente. ¡Siento
que voy a explotar! –exclamé de mala gana- Sé que quieren lo mejor para mí,
pero no me están ayudando, me están haciendo sentir como un imbécil…
-
Nino, Nino… tampoco te sientas así. Es normal que todos estemos preocupados por
ti, porque te queremos y tenemos miedo a que vuelvas a sentirte como días
atrás. Quizás no estamos adoptando la mejor manera de demostrarlo, pero…- se
encogió de hombros- es de la única forma que sabemos hacerlo.
-
Sólo quiero irme a casa…- musité en voz baja, inclinando el rostro para no
mirar a nuestro líder a los ojos.
- ¿Te
sientes triste por él?- inquirió Ohno
-
No- respondí secamente- Sólo me siento algo asfixiado por tanta sobre
protección, pero, por lo demás estoy bien…
- ¿Seguro?-
-
Segurísimo- asentí con firmeza, intentando convencerme más a mí que al propio
Ohno.- ¿Y cómo has estado?- inquirí cambiando de tema
-
Bien, he estado aprovechando al máximo estos días- respondió Oh-chan con una
sonrisa
- Se
nota, te veo más moreno…- ambos nos miramos y comenzamos a reír
- Me
gustaría que vinieras conmigo la próxima vez que vaya a pescar- moví la cabeza,
asintiendo
- Me
parece perfecto, tú solo avísame, aunque iré más a hacerte compañía que a darte
mi ayuda, sabes que soy torpe con las cañas de pescar-
- Lo
sé, solamente quiero que salgas y te distraigas un poco, eso es todo- lo miré
enternecido, conteniendo las enormes ganas de abrazarlo. Como siempre, Ohno
tratando de hacerme sentir mejor con cosas tan sencillas como esa.
Al
caer la noche, Oh-chan se marchó; había cenado con nosotros e incluso había
ayudado a mamá en la cocina. Me hizo mucho bien la visita de Satoshi, pues me
hizo distraerme y dejar de pensar en el encierro que vivía últimamente. Aquello
me desesperaba por completo y me ponía loco.
Ya
al día siguiente, la sensación de bienestar causada por Ohno, iba
desapareciendo poco a poco, y volvía a sentirme depresivo; pero esta vez, no
era porque me sintiera encerrado, no era por la sobre protección de los demás,
no tenía nada que ver con esas cosas.
La
razón de mi depresión era él.
Volvía
a echarle enfermizamente de menos y no podía evitarlo. A pesar de que tenía
donde contactarle, tenía miedo de hacerlo, pues no quería que me dijese lo
estúpido que era. Lo sé, era un cobarde al dejar las cosas así, pero no quería
enfrentarme a la realidad, no quería volver a escuchar lo estúpido de mi
comportamiento de los labios de J, todo menos eso.
A
media mañana, fui a una pequeña tienda a unas cuadras de la casa, comprando
algunas cosas que faltaban para el almuerzo de hoy; pues, era lo menos que
podía hacer para ayudar a mamá y a Manami.
Mientras
regresaba, vi un auto desconocido estacionado frente a la casa; con algo de
inquietud, observé detenidamente el compacto Nissan negro, sintiendo más
curiosidad.
- Quizás
es una de las amigas de Mana-chan…- murmuré para mí mismo atravesando la puerta
del jardín. Al entrar a la casa, me descalcé y sostuve las bolsas con más
fuerza, anunciando mi llegada.
-
Tadaima…- dije mientras escudriñaba todo el lugar con la vista
-
Okaeri- respondió mi hermana- Ahh, al fin estás aquí, Kazu… deja las cosas en
la cocina y ven hasta acá. Hay alguien que quiere verte- añadió subiendo un
poco la voz.
- De
acuerdo- respondí dubitativo antes de ir a la cocina y dejar las bolsas sobre
la encimera. Al regresar hasta el recibidor, me dirigí a la sala. Allí se
encontraban mi hermana y otra chica; ésta se encontraba de espaldas a mí, tenía
la larga cabellera negra recogida en una trenza y era menuda y delgada.
- Al
fin llegas, te tardaste una eternidad hermanito-
-
Gomen ne…- musité apenado. La chica se volvió hacia mí; al ver esos ojos
castaños ya conocidos, sentí como todo por dentro se me desmoronaba.
-
Tiempo sin verte, Ninomiya-kun- dijo esbozando una sonrisa
No
podía creerlo. Ashiya, la hermana mayor de J estaba allí.
Estaba
tan sorprendido por verle, que no moví ni un musculo, totalmente conmocionado. Jamás,
nunca habría imaginado que ella iría a verme… Al parecer, tanto corrían los
chismes sobre mí que ella había ido a casa para confirmar si estaba muerto o
no.
- Lo
mismo digo, tiempo sin verte, Ashiya-san- comenté antes de que ella me diera un
efusivo abrazo. Ambos sonreímos al separarnos; ella con una sonrisa digna de
comercial, y yo… Bueno, yo simplemente sonreí.
-
Bastante, diría yo- recalcó antes de volver a tomar asiento, yo le imité. Manami
continuaba allí, sentada frente a nosotros sin decir palabra
-
Tienes razón… ¿Quieres algo de tomar?- sonreí
- Ya
tu hermana me trajo un vaso de zumo, gracias-
-
Ah, disculpa, soy un tonto…- dije algo apenado- Por cierto; Mana-chan, ¿podrías
dejarnos a solas?
- ¡Qué
injustos son! Yo que quería escuchar el chisme…- protestó mi hermana poniéndose
de pie- Ni modo, después será…- ambos reímos al escucharla despotricar mientras
se alejaba. En cuanto nos quedamos a solas, Ashiya se volvió hacia mí, clavando
sus penetrantes ojos castaños en mi rostro.
- Y
bien, ¿qué te trae por aquí?- inquirí algo temeroso de su respuesta.
-
Saber cómo estas. Como has afrontado todo, no se… saber de ti- contestó sin
dejar de mirarme
-
Pues, he estado…-dudé- Bien. Algo irritante, ya sabes, la inactividad me pone
así, pero por lo demás estoy bien-
- ¿Sabes?
Ayer estuve en Corea- anunció bajando la vista hasta sus manos, observando su
perfecta manicura
- Oh…-
musité débilmente
-
Fui a visitar a Jun…- continuó diciendo, ignorándome por completo- Jamás lo había
visto tan consternado. Te echa muchísimo de menos, y se siente culpable por lo
ocurrido contigo días atrás…
- ¿Qué
estás tratando de hacer?- le interrumpí bruscamente- ¿Viniste a decirme lo
desgraciada que ha sido la vida de J en Corea? Porque si es así, créeme, a mí
me tocó la peor parte y eso debes de saberlo.
-
Ninomiya-kun, esto no se trata de quien sufra más… Esta no es una competencia. Yo
vine aquí, porque dejé a mi hermano hecho una porquería en Corea, llorando y lamentándose
por no estar aquí con la persona que ama; y yo pensé que estabas en la misma condición.
Ambos se extrañan demasiado, y él se siente culpable y tú, bueno…-volvió a
mirarme- la depresión ha hecho mella en ti. Yo solamente quiero ser una mano
amiga, y ayudar a que ambos dejen ya el tonto orgullo, el dejar de buscarse por
evitar escuchar algún reclamo del otro, porque yo sé que así como Jun muere por
volverte a ver, tú también quieres verlo. Y si estoy equivocada, y me encuentro
aquí perdiendo el tiempo contigo me lo dices ya mismo y me voy a mi casa…
-
No, no te vayas- musité en voz baja- Quizás tienes razón, quizás ambos somos
demasiado orgullosos para buscarnos, y tal vez yo lo estoy siendo más, pues él
no puede venir a verme, pero yo sí puedo ir a Corea- Ashiya esbozó una radiante
sonrisa al escucharme- Debo confesar que tengo miedo… aquella noche, cuando
intenté suicidarme, J me dijo que había sido un idiota; a lo mejor tenía razón,
pero yo esperaba otras palabras, esperaba que el me dijese todo lo que me has
dicho tú, pero…- sonreí con tristeza- J nunca admite las cosas desde un principio.
- No
quiero que pienses que vine a intervenir por él, más bien lo hago por ambos. Sé
que estás sufriendo mucho, y ni los psicólogos, ni el estar aquí encerrado va
ayudarte en nada. Tú lo que necesitas es un abrazo de Jun…
Sentí
como los ojos se me llenaban de lágrimas. Ashiya tenía razón, y lo único que yo
realmente necesitaba era estar cerca de él, bueno, ambos necesitábamos estar el
uno con el otro.
Tomé
una bocanada de aire y levanté el rostro, limpiándome las lágrimas que corrían
por mis mejillas; miré a Ashiya a los ojos y suspiré antes de preguntarle
- ¿Me
darías la dirección de J en Corea?-
Me muero por saber la cara de jun cuando vea a nino
ResponderEliminarPor favor no te tardes porfa
NO! iza porque lo dejastes ahí????
ResponderEliminarwaa quiero saber si Nino va tener el valor
de ver a Jun y si es asi waa quiero CONTINUACIÓN AHORA!! *se empieza a jalar los cabellos* XDDD
Pero a pesar de todo me dolio mucho imaginarme a Jun llorando T______T me partio el corazon pero al menos su onechan estuvo con el en ese momento tan doloroso y que ella los este ayudando I ♥ Ashiya-san *0* jeje
espero que mi matsumiya por fin puedan estar juntos xq ralmente lo necesito y lo necesitan ksdgjsskgdas >///< jejeje
Gracias! iza por el cap *-* estare pendiente de la conti.. Ganbatte! :D
Sólo puedo decirte que... ESPERES la conti xD
Eliminarno voy a spoilear nada, porque quiero sorprender con la continuación x3
A mi también me dio penita imaginarme a J llorando así en los brazos de su hermana ;_____;
Voy a sacar tiempito de las tareas y haré la conti, pues hasta yo estoy algo emocionada e impaciente por continuar la historia.
Ganbarimasu! :3
Si lose me desespere un poco XD
Eliminarpero Esperare la continuacion con paciencia, aunque espero
q te impacientes para q la continues *0* ...ok no ¬¬ jaja
Ganbatte en tu tarea y aqui estare esperandote :D