Hace poco, en Japón, dejó de ser el cumple del enano, pero acá en este lado del mundo no; así que en honor a él decidí hacer unos cuantos drabbles con todas las parejas "miya" para celebrar su cumpleaños número 30 *~*
Happy Birthday Nino-san~!
Niji
Género: Shonen ai.
Pareja: Aimiya.
Era la cuarta vez que
sonaba la misma canción, mientras Aiba trataba de memorizarse los pasos. Ninomiya se encontraba sentado en el suelo, jugando distraídamente
con la DS esperando por el mayor, pero por cómo veía que iban las cosas, la
espera iba a extenderse mucho más. Sho, quien se encontraba ayudando al
castaño, dejó escapar un suspiro de impaciencia y apagó el stereo.
- Es la tercera vez que te
equivocas… ¿sucede algo, Aiba-chan?- inquirió mirando al más alto con
preocupación- Esta tarde lo hiciste muy bien, pareciera que de un momento a
otro te hubiesen borrado la memoria y olvidaras todo lo aprendido.
- ¿Esta tarde lo hizo bien?
¿Pero en qué momento? Si desde que estoy aquí, el pobre no ha hecho más que equivocarse
y equivocarse- contestó Nino sin alzar la vista de la consola que sostenía con
ambas manos.
- Si lo hice bien, Nino
–protestó el aludido- Es sólo que… que… me encuentro cansado-
- Entonces mejor lo dejamos
aquí, mañana seguimos, ¿si?- preguntó Sho, visiblemente apurado por irse a su
casa
-
Vale-
Sakurai sonrió y tomó sus
cosas, despidiéndose de los chicos para irse a las duchas. Nino se puso de pie,
acercándose a Aiba con lentitud
- Creo que tú deberías ir a
ducharte, debes descansar un poco y mañana regresas; yo vendré a ofrecerte mi
ayuda también. Me preocupa que aún no te sepas perfectamente esa coreografía
cuando estamos a pocos días de comenzar la gira- Nino le miró a los ojos y
suspiró- ¿Hay algo que te inquiete? Estas bajo mucha presión?
- No es eso, Nino- murmuró
algo fastidiado de escuchar la misma pregunta una y otra vez.
- ¿Entonces qué es? Puedes
contarme lo que sea, Aiba-chan- le animó a hablar
- Verás, es que…- Masaki
tomó una bocanada de aire, mirando al más bajo a los brillosos y soñadores ojos
castaños- Me pongo nervioso… estar a tu lado me pone nervioso, no sé qué decir,
que hacer, como actuar. Cuando estoy cerca de ti me vuelvo más baka de lo que
regularmente suelo ser, y por más que me esfuerce en evitarlo, no puedo. Yo
quisiera verme kakkoi frente a tus ojos, pero siempre termino viéndome como el
tonto…
- ¿Yo te pongo nervioso?-
repitió el menor sin dar crédito a sus palabras- Aiba-chan, ¿estás queriendo
decir que yo te gusto?
- Me temo que sí…- contestó
inclinando el rostro, con las mejillas teñidas de ligero rubor, enterneciendo
al más bajo por aquel gesto.
- No tienes que tratar de
ser “kakkoi” frente a mí, porque me encanta cuando eres así de torpe, haces que
mi corazón se llene de ternura y me den ganas de abrazarte fuerte, y nunca
soltarte. Tal y como ahora…
Aiba alzó el rostro,
encontrándose con la hermosa sonrisa de Kazunari, quien levantó una mano para
acariciarle en la mejilla con sutileza. Sintió como todo se detenía a su
alrededor, y que simplemente existían ellos dos.
- Soy un idiota, ¿verdad?-
musitó en un susurro. El menor negó con la cabeza sin dejar de sonreír
- No, eso solo hace que me
enamore más de ti, Baka-chan…- eliminó la distancia entre sus cuerpos y besó la
mejilla del mayor con suavidad antes de alejarse de él con rapidez- Ahora ve a
ducharte, que por más que me gustes, no pretendo abrazarte mientras estés todo
apestoso…
Masaki sonrió y asintió con
rapidez, conteniendo las ganas de gritar que sentía en aquel momento, dándose
cuenta de que era un completo idiota al pensar que pretendiendo comportarse
como lo que no era conquistaría a Kazunari, no sabiendo que simplemente con ser
él mismo, lo había conseguido.
Sea Surprise
Género: Shonen ai.
Pareja: Ohmiya.
Esto no estaba para nada
incluido en mis planes…
Si bien es cierto que no soy
un amante de mis cumpleaños, pero cuando acepté la invitación de Ohno no era
precisamente para esto, yo esperaba un almuerzo en un lugar especial, quizás ir
al cine y ver una película, o simplemente jugar en su casa.
- Oh-chan, ¿era esta la gran
sorpresa que me tenías?- inquirí mirando despectivamente la lancha que esperaba
por nosotros a la orilla del muelle- Vale, entiendo que ames la pesca y no me
molesta acompañarte de vez en cuando, pero, ¿justo hoy? ¿Pescar en mi
cumpleaños? Qué especial eres…- murmuré de mala gana, el aludido solo se
encogió de hombros.
- No tiene nada de malo
pescar un día como hoy, a mí me encanta hacerlo en mis cumpleaños…
- Pero tú, eres tú y yo soy
yo- puse los ojos en blanco y suspiré sonoramente- De haberlo imaginado me
hubiese quedado en casa jugando con la Wii, o me hubiese ido a cenar con J y
los demás…
- ¿Podrías dejar de quejarte
y guardar silencio por un momento?- inquirió Ohno mirándome a los ojos por
primera vez en todo el rato- Sé que no eres un amante de la pesca, y hoy no
vinimos exactamente a eso, así que, entra a la lancha y espera tu sorpresa.
Fruncí los labios no muy
convencido y asentí con lentitud; con ayuda de Riida me subí a la lancha y él
me siguió segundos atrás, fue hasta la cabina y la puso en marcha.
Durante los minutos en que
él manejaba, yo me encontraba detrás suyo, en silencio, apoyado en el quicio de
la puerta, observándole. Ohno se volvió hacia atrás y me dedicó una sonrisa
antes de apagar la máquina.
- ¿Llegamos a nuestro
destino?-
- Así es- asintió y se
acercó a mí, tomándome de la mano para que fuésemos al exterior del barco, en
dónde habían perfectamente colocadas dos pequeñas sillas en color blanco, con
una mesa en el centro, en donde había un pastel con algunas velas encendidas.
- ¿Cómo lo…- me detuve, sin
saber qué decir, Oh-chan sólo se limitó a sonreír y me abrazó por detrás
- Happy Birthday to you…- cantó en voz baja, besándome tiernamente en
la mejilla, haciéndome ruborizar- Happy
Birthday to you… Happy Birthday dear Nino…
- Baka- musité en un susurro
- Happy Birthday to you…- volvió a besarme en mejilla con suavidad.
Ladeé el rostro y rocé mi nariz con la suya suavemente- ¿No irás a apagar las velas
y a pedir un deseo?
- Apagarlas si, en cuanto al
deseo, no es necesario que lo pida, pues ya se hizo realidad- respondí en voz baja antes de darle un
pequeño beso en los labios y tomar su mano con fuerza mientras nos dirigíamos
hacia la mesa para que pudiese apagar las velas y comenzar la celebración.
Fly On Friday
Género: Shonen ai, un poco de lime.
Pareja: Sakumiya.
Terminé de abotonarme la camisa y
lancé un largo suspiro, realmente no tenía ganas de irme, pero debía de hacer
ese reportaje especial para News Zero en los Estados Unidos y debía darme prisa
alistándome para tomar el vuelo; pero, teniendo detrás de mí la razón por la
cual no quería irme, se me hacía más difícil aun el proceso.
Me volví hacia atrás, sintiendo como
el corazón me daba un vuelco al verle… dormía plácidamente, liado en las
sabanas, con los labios entreabiertos, y el pelo ligeramente despeinado. Una
sombra apenas visible de barba se asomaba por su barbilla, haciendo que su rostro
de eterno niño se viese un poco más maduro y más varonil.
La noche anterior, Nino había ido a
mi apartamento para despedirse de mí; lo que había comenzado como una simple
velada en mi casa, jugando Mario Kart en
el sofá, había concluido con una sesión de sexo en la alfombra, el pasillo y
finalmente en mi alcoba. Acaricié cada centímetro de su tersa piel y besé todos
los rincones de su cuerpo, deleitándome con sus gemidos, sus gestos y sus
palabras.
Esbocé una sonrisa al recordar lo
vivido aquella noche y volví a suspirar, conteniendo el impulso de acercarme a
él y acariciar su cabello con delicadeza; pero mis ganas por Nino eran
muchísimo más fuertes que yo, y terminé sucumbiendo a él. Me incliné sobre la
cama y acaricié sus labios con un dedo suavemente, dando un respingo en cuanto
él se removió, algo incómodo. Abrió los ojos y suspiró al verme, esbozando una
adormilada sonrisa.
- Buenos días…- musitó en voz baja
- Buenos días- repetí- Lamento
despertarte.
- No es nada- se sentó en la cama y
negó con la cabeza- De todos modos quería verte antes de que te fueras…
- No me lo menciones, por favor. A cada momento que pasa, mis ganas por no ir aumentan más y más- contesté
incorporándome de repente, sintiendo como Nino me seguía con la mirada.
- Trabajo es trabajo- musitó en
respuesta- Además, sólo será una semana…
- Para mí es como si fuesen siglos-
dije tomando la corbata y colocándomela en el cuello. Nino se puso de pie y se
quedó frente a mí, esbozando otra sonrisa.
- Te entiendo, para mi será horrible
tenerte tan lejos durante una semana, pero, es algo a lo que debemos
acostumbrarnos- comentó mientras comenzaba a anudarme la prenda en color azul
cobalto- Y sabes que voy a esperar por ti, y que siempre siempre tendrás
llamadas y mensajes en tu móvil de parte mía, así que, no hay de qué
preocuparse- añadió guiñándome un ojo
- Prometo llamarte a diario.
- Si no lo haces, serás
hombre muerto- terminó de hacerle el nudo a mi corbata y me miró a los ojos- Relájate,
¿sí? Vamos a estar bien, Sho-chan. ¡Ganbatte!
- Vamos a estar bien…- susurré
tomando su rostro por las mejillas y besándolo en los labios con lentitud,
sintiendo como mi pequeño Kazunari me abrazaba por la cintura con fuerza,
dándome otro motivo para pensar en él durante el viaje.
Adore
Género: Shonen ai, Romance.
Pareja: Matsumiya.
La luz anaranjada del
atardecer hacia que las olas parecieran parte de ella, la brisa marina
alborotaba mi cabello y sonreí por la sensación de la arena húmeda bajo mis
pies. Amaba este lugar, siempre que quería escaparme de la locura citadina y del
ajetreo diario, me refugiaba aquí. Aunque, siendo sincero, me encantaba venir
aquí porque en esta playa fue en la que te conocí.
Esbocé una sonrisa al verte
a mi lado, caminando con lentitud mientras tratabas de arreglar tu cabello; me
miraste a los ojos y sonreíste, iluminando mi ser mucho más que el sol de la
tarde.
- ¿Pasa algo?-preguntaste
en voz baja
- Para nada, sólo pensaba
en el día en que te conocí…
- Oh, esa tarde en la que
me encontraste gritando como un loco, buscando a mi mascota, estaba a punto de
llorar. Fue tan vergonzoso- comentaste poniendo los ojos en blanco, haciéndome reír
con ganas
- Para nada, me sentí enternecido- contesté negando
con la cabeza- Recuerdo que mientras yo caminaba por aquí, vi esa cosita tan
tierna y no pude evitar acércame a él; ¿quién iba a decirme que era tu
cachorro?
- Casi muero del alivio
cuando te vi con Rin en tus brazos- asentí y me acerqué más a ti, sintiendo
como nuestras manos se rozaban entre si- Pero, a pesar del enorme susto,
agradezco que se haya perdido, pues gracias a eso, pude conocerte, Kazu.
Sentí como mis mejillas
ardían tras escuchar tus palabras, con lentitud, tomaste mi mano y entrelazaste
tus dedos con los míos, envolviéndome con tu calidez, haciendo que mi corazón diese
un vuelco. A pesar de este tiempo a tu lado, no podía controlar mis reacciones
aun y terminaba sonrojándome por cualquier cosa que me dijeses, como toda una
tonta colegiala enamorada, protagonista de alguna historia de manga shojo.
- J, no digas eso, de
verdad- mordí mi labio inferior, fingiendo que veía las olas, cuando en
realidad trataba de ocultar cuanto me habían afectado aquellas palabras. Amaba
cuando me decías que me querías, o cuando mencionabas cualquier cosa
relacionada con nosotros; aquello no hacía más que mis sentimientos por ti
acrecentaran.
- Si solo digo lo que
siento, ¿o quieres que lo oculte?
Negué con la cabeza y te
empujé suavemente, echándome a correr a orilla del mar, comenzando a reír al
escucharte gritar mi nombre mientras me perseguías. Aumenté el ritmo para no ser alcanzado por ti, pero, no pude
cantar victoria por mucho tiempo, pues me tomaste por la camiseta con una mano
y me halaste hacia atrás. Caí sobre la arena, riendo por mi torpeza y aún
continuaba haciéndolo cuando te colocaste sobre mí, mirándome a los ojos.
- Me atrapaste- comenté con
un suspiro
- Sí, y quiero que sepas
que por más que te sonrojes no pretendo dejar de decírtelo. Eres lo mejor que
me pasó en la vida y punto, ¿entendido?- y dicho esto, tomaste posesión de mi
boca con un suave beso, alterando mis sentidos y haciéndome estremecer por
aquella sutileza con la que tu boca se movía sobre la mía, como tu lengua
recorría cada milímetro de mí con lentitud, provocando que un jadeo se escapara
de mis labios antes de separarnos.
- Después de esto, me queda
más que claro…- susurré contra tus labios y sonreí, rodeando tu cuello con mis
brazos y besándote nuevamente, sin importarme nada el hecho de ser vistos, pues
en aquel momento sólo quería demostrarte con mis besos que yo también sentía lo
mismo por ti.