miércoles, 29 de agosto de 2012

Be With You 3


Etto... Como ya en Japón es el cumple de Jun, por eso subo este cap en honor a él.
Felicidades MatsuJun!! 

Y bueno... Sin más preámbulos, el capítulo :3

N.A: Me quedó larguísimo este cap D:




La celebración terminó una hora después, al menos para Jun y para mí; que nos encontrábamos deseosos de estar a solas. Me despedí de los chicos, y de los presentes. En el estacionamiento me encontré con Jun, estaba sentado sobre el capó de su vehículo, fumándose un cigarro, exhaló el humo hacia un lado y lo lanzó al suelo, pisándolo finalmente.
- No te preocupes por tu auto y por tus regalos, mañana los tendrás en tu apartamento- dijo a modo de saludo. Continué caminando hacia él, posándome entre sus piernas y dejando las manos sobre sus hombros
- Me importa muy poco en este momento donde puedan estar mi auto y mis regalos...- pasé la lengua por su labio inferior suavemente- vámonos a casa, ¿si?

Jun asintió y me dio un pequeño beso antes de tomar mi mano; entramos al vehículo. Durante el trayecto, hablamos de cosas banales y sin importancia, regalándonos miradas cómplices y alguna que otra sonrisa. Me sentía algo nervioso, sin entender porqué, pues no era mi primera vez con él, pero siempre que íbamos a hacer el amor, me ponía de esta manera.

Al llegar a su apartamento, me quité la chaqueta, dejándola sobre el sofá; sintiendo la mirada de Jun escrutándome por completo. Me volví hacia él y lo ví abriendo uno por uno los botones de su camisa mientras se acercaba lentamente hacia mí.
No me apartaba la mirada ni un segundo, así como el cazador a su presa; sonreí con coquetería y me crucé de brazos, esperándole, con el corazón latiéndome apresuradamente. J me tomó de la cintura y volvió a besarme, era un roce leve, suave, y no por ello dejaba de gustarme... Suspiré al sentir el sabor del tabaco y el alcohol impregnado en su boca. El beso tomó más intensidad, volviéndose más ardiente y mucho más apasionado. Nos dejamos caer sobre el sofá, yo encima de él, sintiendo como sus manos acariciaban el contorno de mi cintura y mis caderas, deteniéndolas en mi trasero.

Lo agarró con fuerza con ambas manos y me restregó contra él, haciéndome notar su miembro ya erecto, gemí por lo bajo y continué besándole, acariciando su pecho y sus costados con ambas manos, sin separar nuestros labios aún... Era adicto a sus besos, al sabor de su boca y a la suavidad de su lengua. En un brusco movimiento de ambos, rodamos en el sofá, cayendo los dos en el suelo, riendo a carcajadas por nuestra torpeza.
- ¿Te lastimaste?- preguntó Jun con una sonrisa
- No. Estoy perfecto...- dije mientras le ayudaba a quitarse la camisa. J suspiró y llevó las manos a mi cintura, levantando mi camiseta lentamente hasta sacármela. La dejó sobre el sofá y se inclinó a besar mi cuello; ahora se encontraba él sobre mí mientras succionaba y mordisqueaba mi piel sin cuidado alguno, estaba seguro de que me dejaría marcas; con una mano acariciaba mi sexo por encima de la tela. Ahogué un gemido y cerré los ojos, dejándome llevar por las deliciosas sensaciones que sentía en aquél momento- Jun, te deseo tanto...- susurré por lo bajo antes de morder mi labio inferior.
- Yo también te deseo, Nino...- musitó en respuesta, susurrándome al oído. Las caricias que Jun me regalaba eran más rápidas, haciendo que mi erección se apretara bochornosamente contra mis pantalones- veo que tienes un problema ahí abajo- añadió antes de desabrochar mis pantalones y bajarlos de un tirón junto con los boxers.

No quería dejarle vestido, así que volví a rodar con él, quedando encima suyo esta  vez, dejando besos en su pecho y rozando la lengua contra su ombligo mientras bajaba el cierre de sus pantalones, los bajé lentamente al igual que su ropa interior y gemí de solo ver esa porción de carne erecta y caliente entre sus  piernas. Me relamí los labios y sonreí antes de metérmela en la boca, succionando la punta con suavidad, rodeando la base con mi mano izquierda y regalárle vigorosas sacudidas, haciendo que Jun gimiese por lo bajo, disfrutando de aquello.
Solté su erección y comencé a lamerle desde arriba hacia  abajo con lentitud, sintiendo a J estremecerse debajo de mí; contuve un jadeo y volví a introducirme su miembro en la boca, succionándole con vigor mientras que llevaba una mano hasta mi endurecido miembro, el cual se encontraba tan duro que incluso sentía dolor... Ambos gemíamos de puro gusto, Jun acariciaba mi cabello y movía las caderas con rapidez, introduciendo su sexo por completo dentro de mi cavidad, casi podía sentirlo chocar contra mi garganta, más no me importaba si con ello podía verle así de mal y escucharle gemir de aquella manera.
- Nino... maldita sea... ya basta- susurró entrecortadamente antes de tomarme con fuerza de los hombros y separarme un poco de él- no quiero correrme aún...
- ¿Y cúando quieres hacerlo?- inquirí alzando una ceja
- Sabes exactamente cuándo y dónde...- contestó mientras volvía a ponerse sobre mí, besando mi ombligo e introduciendo la lengua una y otra vez, haciéndome gemir por lo bajo, disfrutando al máximo de sus besos. 

Jun sonrió y descendió con sus besos hasta mi entrepierna, tomando mi sexo con una mano y acariciándole con un poco de brusquedad; más no importaba, aquello solo hacía que me excitase aún más. Arqueé la espalda en cuanto sentí mi erección en la tibia cavidad de su boca, Jun le regalaba vigorosas succiones, apretando mi sexo con sus labios y acariciándole con su lengua. Volví a gemir, retociéndome del placer debajo suyo, cerré los ojos, abandonándome a aquella exquisita sensación.
Un prolongado gemido se escapó de mis labios mientras él continuaba succionando mi erguido miembro; llevé una mano hasta su pelo y lo acaricié con suavidad, animándole a continuar. Pero las caricias se habían detenido; al abrir los ojos, vi a Jun sonreír con malicia.

- Quiero que lo hagamos juntos...- susurró a modo de explicación, poniéndose de rodillas y ofreciéndome una mano. La tomé y le imité, colocándome de espaldas a él, apoyado del sofá; suspiré en cuanto sentí sus labios en la base de mi cuello, besándole con suavidad mientras su erección rozaba contra mis nalgas. Quería, necesitaba sentirle ya.
- J... Hazlo, hazlo ya, onegai- rogué inclinándome un poco sobre el sofá
- Vas a sentir dolor- protestó y acarició mis caderas con sus delicadas manos
- No me importa, solo quiero sentirte ya dentro de mí... Por favor, Jun...- dejé escapar un gemido de impaciencia y lo escuché suspirar antes de deslizar su miembro hasta mi entrada.
- Entonces te daré lo que me pides- musitó en un hilo de voz antes de penetrarme de una sola estocada. Me agarré con fuerza del sofá, clavando las uñas en él por el dolor. Jun gimió al sentir mi estrechez envolver su sexo; esperó unos minutos antes de volver a moverse, acariciándome y besándome, haciendo esto para que olvidara ese malestar.

Lentamente comencé a mover las caderas, dándole a entender que estaba más que listo, y él inmediatamente empezó a regalarme profundas y lentas estocadas, estremeciendo cada parte de mi cuerpo. Abrí un poco más las piernas y moví las caderas a su ritmo, gimiendo sin poder evitarlo; gotitas de sudor recorrían mi espalda baja, mi temperatura corporal se encontraba bastante elevada y sabía de sobra que eso era solo por tenerle cerca a él.
El ritmo de sus embestidas había tomado más rapidez, el volumen de mis gemidos había aumentado un más, me encontraba excitado a más no poder y si continuaba así, iba a estallar en cualquier momento. Volví a gemir en cuanto Jun tiró de mi pelo con firmeza pero sin hacerme daño, mordiendo sin cuidado alguno, uno de mis hombros

- Jun...- musité entre gemidos, totalmente cegado por el placer
- Quería contenerme, ser delicado pero... ahh...- gimió- maldita sea Nino, no puedo...
Curvé mis labios en una débil sonrisa, que murió al gemir otra vez al sentir las caricias que Jun le regalaba a mi desatendido sexo. Me sostuve con fuerza del sofá, mordiendo  mi labio inferior con fuerza mientras me contenía para no correrme allí mismo; el sentir sus caricias, sus besos, más aquellas deliciosas y profundas embestidas, era suficiente para enloquecer. 
No pude contenerme más y susurrando su nombre una y otra vez, derramé aquél líquido en su mano, cerrando los ojos y temblando levemente por los espasmos. Jun tampoco pudo soportar y se corrió dentro de mí, llenándome por completo con su esencia. Tomó una bocanada de aire y  me besó en los labios antes de salir de mi cuerpo con mucho cuidado.

- Joder Jun, estoy... sin palabras...- me detuve al sentir como sus fluidos salían de mi, deslizándose por mis piernas
- Entonces bésame y ya está- comentó abrazándome con fuerza. Y le obedecí. Le planté un beso en los labios, entregándole todo mi amor en aquél beso.


Los rayos del sol se infiltraban en la habitación, y hacían contacto con la piel de mi espalda; con un gruñido de protesta abrí los ojos, encontrándome con Jun plácidamente dormido a mi lado. Tenía los labios ligeramente entreabiertos y una leve sombra de barba se asomaba por su barbilla... No pude evitar suspirar, totalmente enternecido al verlo; se veía tan adorable, tan indefenso cuando dormía
- Solamente cuando duerme...- comenté para mi mismo, poniéndome de pie para correr las cortinas y sintiendo un latigazo de dolor al hacerlo. Al parecer el haberlo hecho tres veces con Jun anoche me estaba pasando factura, pero valió la pena, fue una de las mejores noches de mi vida.
Con lentitud me dirigí hacia el ventanal de su habitación y corrí las cortinas, sonriendo levemente en cuanto la habitación estuvo nuevamente a oscuras. Pensaba irme a dormir nuevamente cuando escuché mi móvil sonar; tratando de ignorar el dolor, fui corriendo hasta la sala. Nuestras prendas estaban tiradas en el suelo y entre ellas encontré mi teléfono; descolgué y atendí
- ¿Hai?- respondí en voz baja
- ¿Ninomiya-san?... Disculpe por molestarle a esta hora, pero es que hay un caballero llamado- hizo una pausa- Ryosuke Irie, viene con otro muchacho y tienen su vehiculo y algunas bolsas con regalos...
- Si, si Kento, son los encargados del club, quedaron de entregarme eso hoy... ¿Podrías quedarte con él hasta esta tarde?- me senté en el sofá, viendo estrellitas, literalmente, por el dolor.
- No hay problema Ninomiya-san. Yo los recibo por usted- 

Luego de darle otras indicaciones más al encargado de seguridad en el edificio en dónde vivía, terminé la llamada, recogí mi ropa y la de Jun también, llevándolas hasta la habitación. Agradecía el hecho de tener ropa allí, pues así no tendría que ponerme lo mismo de la noche anterior.
Dejé nuestra ropa sobre una silla y puse mi móvil en la mesilla, dispuesto a dormir un rato más. Me acosté al lado de J, mirándole mientras dormía; cuando estaba comenzando a quedarme dormido, el sonido un tanto estruendoso del teléfono me hizo abrir los ojos nuevamente, y mi novio también se despertó.
- ¿Moshi, mosh?- atendió con desgana y con la voz adormilada- Ah... ¿En este mismo instante? Claro, claro... No hay problema- me acomodé en un brazo y lo miré con una interrogante- ¿Los demás ya están allá?... Ah, pues yo le aviso a Ninomiya-kun. Gracias- y terminó la llamada.
- ¿Pasa algo?- inquirí estrujándome un ojo con la mano izquierda
- No, solamente es una reunión con Johnny-sama y los chicos- me dio un beso en la frente y sonrió antes de ponerse de pie rápidamente
- ¿Seguro que no pasa nada?- volví a preguntar
- No, estoy seguro de que no pasa nada, de verdad- comentó mientras entraba al baño. Jun se dio una rápida ducha y se vistió, haciendo yo lo mismo después;  en cuestión de veinte minutos estuvimos listos, como no tenía mi auto, nos fuimos juntos en el suyo.


Al llegar a la Johnny's Entertainment, la asistente de Johnny-sama nos sonrió cálidamente, indicándonos que tomaramos asiento. Luego de algunos cinco minutos nos indicó que podíamos pasar.
En cuanto entramos a su oficina, Johnny-sama tecleaba en el computador, dio un largo suspiro al sentir nuestra presencia, ya que ni siquiera se limitó a mirarnos... No se porque, pero aquello me daba un mal presentimiento.
- Siéntese por favor...- dijo a modo de saludo
- ¿Qué no era una reunión con los demás también?- preguntó Jun en voz baja, sentándose en una silla frente a su escritorio, yo me senté a su lado, en silencio.
- Primero quiero hablar con ustedes dos, los demás vienen más tarde- contestó fríamente- ¿Han visto los periódicos de hoy?- inquirió
- No tuve tiempo, salí a toda prisa...
- Yo tampoco pude verlos- contesté en un murmullo apenas audible
Johnny-sama hizo el amago de sonreír y por primera vez en todo el rato, se dignó a mirarnos. Tomó un periódico que descansaba a su lado y lo lanzó, haciendo que éste cayera frente a nosotros; me sentí desfallecer al ver lo que salía en primera plana...

Era una foto de Jun y yo... ¡Besándonos! Sí, besándonos apasionadamente. Al pie de la foto decía "Marihuana y homosexualidad en Arashi. ¿Es así como a estos idols les gusta entretenerse?

Al mirar a Jun, éste estaba completamente pálido; la mirada de Johnny-sama era frívola, cargada de un sentimiento que no podía descifrar... ¿Enojo? ¿Dolor? ¿Decepción? Me sentía congelado, no podía procesar nada, no podía pensar en nada. Tampoco quería pensarlo, simplemente era el fin, el fin del grupo, el fin de Jun, mi final, era el final de todo.

- ¡Quiero que me expliquen ya mismo qué demonios significa esto!- exclamó nuestro productor en voz alta, me encogí al escucharle
- Pue... Puedo explicarle... Lo que pasa es que...- Jun balbució
- ¿Qué es lo que pasa? ¿Que se drogan? ¿Que encima de consumen estupefacientes, tienen una relación? ¿Que no les importó que tanto su carrera, como su integridad ahora estén por el suelo?- le interrumpió. Yo aún continuaba sin decir nada, una silenciosa lágrima rodó por mi mejilla
- Un momento Johnny-sama, Nino no estuvo consumiendo drogas, eso es mi culpa, yo era quien la tenía, ¡no tiene que decir que estábamos drogándonos porque eso no fue así!- exclamo mi novio en mi defensa
- ¿Y ese beso? ¿También vas a decir que no es la culpa de Nino?-
- Si, si es nuestra culpa... Jun... Jun y yo tenemos una relación- dije con la voz rota.
- Estás orgulloso de ella, ¿no?- preguntó mirándome a los ojos
- ¡Quizás para usted sea una relación promiscua o lo que sea, pero para nosotros es especial!...- exclamé- así que la respuesta es sí
- ¿Y qué le dirán ustedes a sus fans? ¿A los demás miembros del grupo? Porque esto le traerá un gran problema a Arashi... ¿Con qué cara mirarán a sus padres? Jun, tu que te jactas de ser tan dedicado a tu trabajo... ¿Cómo le explicarás a la gente esto? ¿Y tú, Nino? Tu madre tan orgullosa de ti, ¿te imaginas todas las llamadas que ha recibido? La decepción que ha de sentir al saber que su hijo protagoniza semejante escándalo...

Sentí que los ojos se me llenaban de lágrimas nuevamente, eran lágrimas de impotencia, lágrimas de rabia, y de dolor... Porque sabía que el descenlace de esto no sería para nada lindo. La puerta se abrió ruidosamente, al volverme hacia atrás, vi que Sho entraba con Ohno pisándole los talones. A juzgar por su expresión un tanto preocupada se notaba que el ya sabía la noticia
- Lamento llegar tarde, es que tuve que ir a recoger a Ohno... Ya saben- Sho se disculpó y se puso detrás mío, poniendo sus manos sobre mis hombros para infundirme valor
- Aiba no ha de tardarse tanto, nos llamó hace un rato y dijo que estaba de camino- informó Riida 
- A ver, ¿qué va a pasar con ustedes ahora? Tuve que deshacerme de los paparazzis antes de que ustedes llegaran, pero van a volver. Son la comidilla de la prensa hoy, y no solamente será por el día de hoy; padres preocupados por sus hijos van a comenzar a llamarme, pues no querrán que sus hijos tengan ese tipo de "ejemplo"- no podía decir nada, me encontraba llorando silenciosamente, mientras Sho continuaba con sus manos apoyadas en mis hombros; escuché a Ohno suspirar sonoramente
- Algo podemos hacer, todo tiene solución Kitagawa-san...- comenzó a decir Sho- si es por la relación que ambos mantienen, por eso no se preocupe, a las fans no les parecerá mal después de todo. A ellas les gusta el fanservice...
- Esto no se trata de un simple fanservice, esto va más allá... Hay drogas de por medio, y ya saben lo que eso significa...- se vio interrumpido por la presencia de Aiba, quien entró con suma rapidez
- Perdón por la tardanza... Ahí afuera hay un montón de periodistas- informó quitándose la gorra negra y mesándose el pelo
- Mierda...- escuché a Jun maldecir
- No hace falta que me digan porque es... Mi mamá me llamó y me lo contó. Pero saben que estoy con ustedes, ¿verdad?- nos sonrió cálidamente
- Bien, ahora que están los cinco, quiero decirles algo... La relación de Jun y Nino, aunque ustedes lo vean como algo normal, no es correcto. Si sólo se estuviese hablando de eso, la situación sería distinta- Johnny-sama nos miró fijamente y continuó- Como les decía antes de que entrase Aiba, hay drogas de por medio y eso no está permitido... Recuerdan lo que le pasó Ohno años atrás, ¿no? Aunque no tuvo que ver con drogas, no fue un incidente para nada agradable...
- Si lo recordamos, creo que ninguno de nosotros podría olvidarlo...- comentó Ohno con pesar. Sabíamos de sobra que para él no fue nada fácil.
- Pues...- suspiró y clavó los ojos en Jun- Serás expulsado por tiempo indefinido de la Johnny's Entertainment.
- ¿Y qué hay de mí?- pregunté algo exasperado- ¿Va a expulsarme a mi también?
- No. Solamente a Jun por ser el portador de las drogas...

Todos se quedaron sorprendidos, era absolutamente increíble que el mismo Johnny Kitagawa, quien había aceptado a J sin hacer pruebas ni nada, estuviese expulsándolo por "tiempo indefinido". Aquello era algo inadmisible, ninguno podía creerlo, y yo muchísimo menos...
- ¿Y qué va a pasar con el grupo? ¿Con ellos? No merecen joderse la vida por mi culpa, esto no es lo que yo quiero para mis compañeros... No quisiera que se acabase Arashi por mi estupidez- musitó Jun
- Las cosas seguirán iguales en el grupo, claro está, primero necesitan esperar a que la situación se calme, pues hay muchas explicaciones que dar-
- Pero, ¿no podemos negociarlo?... es decir, ¿esta es la única alternativa? ¿Es la única solución? Arashi no es Arashi si falta uno de los miembros...- dijo Sho
- Hasta ahora es lo único que se puede hacer- al fijarme bien los gestos de nuestro productor, lo vi... ¿Triste? Si, al parecer, a él también le afectaba todo esto- Mientras tanto, eso es todo, más luego habláremos sobre lo que tenemos que hacer...

Durante el trayecto a casa de Sho, apenas dije algo, no podía hablar, no quería hablar... Me sentía terriblemente mal de solo pensar que Jun se iría, el grupo no podría ser lo mismo sin él.
- Vamos Nino, cambia esa cara, no te pongas así... Ya verás que haremos algo, MatsuJun no puede irse- comentó Ohno poniendo una mano en mi hombro; al mirar a un lado, vi a Jun conducir en su auto, se encontraba abatido. Sabía que estaba conteniendo las lágrimas, sabía cuanto significaba esto para él... No me había permitido acompañarle en el auto pues quería ir a solas, con las ganas que tenía de estar con él.
- ¿Cómo no quieres que esté así Oh-chan? Todo es por mi culpa, si no me hubiese dejado llevar y lo hubiese besado en los aseos...- me recosté del asiento y cerré los ojos- Ahora mira, todo se irá al diablo por mí...
- Culpándote no vas a ganar absolutamente nada y lo sabes Nino- comentó Sho mientras manejaba- sea lo que sea, no vamos a dejarles solos en esto. Somos un grupo y vamos a afrontarlo todo juntos... Así que poco me importa si la culpa es tuya o de Jun, lo único que importa es que vamos a luchar para que todo sea como siempre ha sido- abrí los ojos y ambos nos miramos a través del retrovisor
- Gracias...- susurré casi para mis adentros.

La tensión se podía cortar con un cuchillo, nos encontrábamos en el estudio de la casa de Sho, Jun estaba en un sillón al fondo, en silencio, pensativo, mirando a ningún punto en particular. Sho se encontraba apoyado del escritorio, Ohno y yo en otro sillón al lado de Jun y Aiba sentado en el suelo, todos intentando pensar en una solución.
- A ver, ¿qué no piensan decir algo siquiera? ¡Callados no vamos a resolver nada!- espetó Sho
- Dudo que alguien hable... el de las ideas y los planes siempre es Jun, así que...- Aiba se encongió de hombros. El aludido esbozó una leve sonrisa
- Es increíble como a estas alturas y bajo esta situación me hacen sonreír- comentó en voz baja, nos miró a todos antes de lanzar un suspiro- ¿qué vamos a hacer?
- ¡Hasta que al fin dices algo! ¡Pensé que jamás preguntarías eso!- exclamó Sho con una sonrisa- tenemos que hacer algo, no se, reunirnos con Kitagawa y hablar con él; ¡no podemos dar nuestro brazo a torcer así, sin pelear antes!
- Pareces el líder de una tropa antes de ir a la guerra- comentó Ohno con diversión. Poco a poco íbamos liberando la tensión, y de la mejor manera, haciendo tonterías entre nosotros, aunque no fuese el momento indicado para hacerlo
- ¡Y lo es! Es una guerra... Contra Kitagawa, contra la prensa amarillista, ¡contra el mundo!- exclamó extendiendo los brazos y levantando los puños, causando que esta vez yo sonriera
- Tienes razón, yo estoy de acuerdo, no voy a dar mi brazo a torcer así como así, no voy a permitir que nos alejen...- le di una mirada significativa a Jun, dándole a entender que no estaba solo en esto y que no solamente iba a luchar por el bienestar de Arashi, sino también por el y por lo nuestro.
- No se que decir... Sinceramente, ustedes...- J se detuvo, aparentemente emocionado- saben que creo que de todas maneras me van a expulsar, ¿no?- todos negamos con la cabeza- ¡que insistentes son! Bueno, está bien, haremos esa dichosa reunión- concedió finalmente
- Jun, eres un miembro muy importante del grupo, bueno, todos lo somos, pero también sabes que hay una especie de cariño especial contigo, no se si es porque eres el menor del nosotros o simplemente porque nos molestas bastante, pero... En serio, haremos todo lo posible porque sigas con nosotros- musitó Riida, Jun al escucharle miró a otro lado, visiblemente afectado por su comentario. Conociéndole como le conocíamos, sabíamos que estaba a punto de llorar. Sho le guiñó un ojo a nuestro líder y levantó un pulgar en señal de aprobación; entre Ohno y Jun existía una hermosa amistad y el escuchar esas palabras de parte de él, era algo muy importante para mi chico.

El hablar de posibles soluciones, se convirtió en un rato divertido; estuvimos hablando, riéndonos, contando anécdotas. Nos sirvió para relajarnos, era algo que en verdad necesitábamos, Jun lucía sonriente, pero evitaba hablarme, sólo me decía lo necesario y nada más.
Al comenzar la tarde, decidimos marcharnos, Sho nos dijo que concretaría una reunión con Johnny para plantearle nuestros puntos, o el tendría que pensar en una solución que no fuese la expulsión de Jun... Me daban escalofríos de solo pensar en esa maléfica palabra.

- ¿Te vienes conmigo?- inquirió Jun. Asentí con lentitud y ambos nos pusimos nuestras gorras; J se puso unos lentes de sol y se despidió de los demás con la mano antes de subirse al auto; yo le imité y subí en silencio. La mayoría del trayecto no dijimos palabra alguna, al menos yo no sabía como empezar, qué decir, no sabía nada.
- J...- musité casi en un susurro
- ¿Si?- respondió con la vista fija en la carretera
- Creo que tenemos que hablar, ¿no?-
- No Nino, no tenemos nada que hablar. En verdad, no quiero tocar ese tema, no en este momento- respondió cortante
- ¿Y cuando será entonces? De verdad, tenemos que hablarlo... Es muy serio lo que está ocurriendo ahora- me volví hacia él para mirarle
- Me encuentro agotado mentalmente, no creo que esté preparado para escuchar el típico sermón con el típico "te lo dije"- costestó sin mirarme siquiera un segundo
- Bien, comprendo- volví a sentarme correctamente en el asiento y me crucé de brazos; conteniendo las ganas de gritar. En estas circunstancias, lo menos que necesitábamos era estar peleados, pero como su Majestad lo había decidido...
Aparcó frente a mi edificio y se quitó los lentes de sol antes de hablar
- Necesito estar a solas... 
- Como quieras Jun, es bastante evidente que estás evitándome desde casa de Sho- murmuré antes de salir del auto con rapidez y alejarme de allí para siquiera darle tiempo a contestar.

viernes, 24 de agosto de 2012

Start Again


Género: Romance, un poco de angst, Altern Universe
Parejas: OhMiya, MatsuMiya
Extensión: One Shot

N.A: Las cursivas son flash back, y le puse un poco de lime para complacer mis deseos ecchi xD



Dedicarle los mejores años de tu vida a una persona y a una relación...

Jurarle amor eterno a alguien, y que después de tanto, te engañe. 

Me limpié las lágrimas con el dorso de la mano y dejé los brazos sobre el volante, apoyando la cabeza en ellos. No quería mostrar debilidad, no quería llorar, pero, ¿cómo hacerme el fuerte ante esta situación?
- Maldición...- sollocé- ¿Cómo pudiste Ohno?
Siempre sospeché que tenía una amante, pero en lo más profundo de mi corazón quería creer que sólo eran paranoias mías; más no, yo de estúpido y enamorado, quería pensar que estaba equivocado, que era imposible que Ohno me engañase, porque yo era su novio y él me amaba. O al menos, eso creía.

Le había llamado una y mil veces al móvil, pero no me contestaba; conociéndole bien, debía de estar hablando con alguno de los chicos y no había escuchado el aparato. Llevaba el almuerzo para él, ya que tenía dos empleos y apenas tenía tiempo para estar en casa; fuí a la escuela en donde impartía clases de pintura a niños pequeños... No le había visto desde el día anterior y quería aprovechar para saludarle.

Me bajé del auto y tomé el bento con delicadeza; al entrar a la escuela, me di cuenta de que había llegado justo a tiempo, ya que los chicos no habían llegado aún. Con una sonrisa abrí la puerta del aula en donde mi chico impartía clases, y no fue una visión muy agradable la que tuve...
Ohno estaba con una mujer, la cual era notablemente mucho mayor que él; ambos besándose acaloradamente contra la pared. Vi con repulsión como mi novio acariciaba una de sus piernas con lascivia mientras la mujer contenía algunos gemidos, acariciando el cabello de Ohno con ansiedad.
Dejé caer el bento, totalmente paralizado ante tan calurosa escena. La pareja se detuvo y miraron hacia la puerta, encontrándose conmigo allí, incapaz de articular palabra siquiera.

- Nino...- murmuró Ohno separándose de la mujer, quien comenzó a arreglarse el top, cubriéndose el sujetador en estampado animal print.
- Vine a traerte el almuerzo, pero veo que ya no es necesario. Estás muy satisfecho, ¿no?
- Kaede, déjanos solos. Más tarde hablamos...
- No Kaede, no hace falta que te vayas, no quiero estropearles su momento de diversión... - comenté retrocediendo lentamente
- Nino, no es el momento ni el lugar para hablarlo. De veras, puedo explicarlo- respondió en voz baja
- ¡Si es el momento y el maldito lugar!- exclamé alzando la voz, importándome un carajo si era escuchado por alguien más- Además, ¿qué diablos vas a explicarme? Que mientras yo esperaba por ti en la casa como el imbécil que soy andabas revolcándote con esta- señalé a la mujer- ¿o con alguien más por ahí? Pues te tengo una buena noticia, podrás hacerlo sin preocuparte en ser descubierto. ¡Esto se acabó!
- ¿Este tipo es tu novio?- preguntó Kaede con notoria sorpresa
- ¡Kaede, cállate!- exclamó Ohno
- Vaya, al parecer significo tan poco en tu vida que no merezco que tu amante sepa de mí- hice una mueca de desagrado- En serio, ya no quiero escuchar más... Ni saber más. Esta mierda terminó Ohno, en serio, terminó.- dije finalmente antes de irme corriendo de allí...


Necesitaba hablar con alguien, desahogarme y decirle lo infeliz que era; contarle mi situación y decirle "Tienes razón, me lo dijiste", y llorar en su hombro, como siempre he hecho durante todo este tiempo.
En cuanto la puerta de su apartamento se abrió, me abalancé a sus brazos, llorando como el marica/estúpido/sufrido que era. Me aferré a su espalda y sollocé por lo bajo, sintiéndome reconfortado en los brazos de Jun.
- Hey, hey, hey pequeño... ¿Por qué lloras así?- preguntó en voz baja, acariciando mi cabello con una mano
- Ohno...- sollocé- el imbécil de Ohno me... me engañó- informé mientras lloraba. Sentí como el cuerpo de Jun se ponía tenso de repente; sabía que no le gustaría escuchar aquello.
- Maldita sea Nino...- se separó lentamente de mi y cerró la puerta, rodeando mis hombros con un brazo. Suspiré e incliné el rostro, tenía un poco de vergüenza; Jun continuaba en silencio y ambos nos sentamos en el sofá. El apartamento estaba un poco desorganizado, con prendas de vestir tiradas por doquier, al mirar a Jun me fijé en que llevaba el cabello recogido en una coleta, tenía unos pantalones ceñidos color celeste y una camiseta blanca- ¿Cuándo te diste cuenta?
- Hace algunas horas, estaba revolcándose con una tipa en una de las aulas... Joder, me siento como un idiota. Sabrá Kami desde cuando lleva engañándome con ella, y yo...- suspiré y otra lágrima rodó por mi mejilla.
- Ya, ya, está bien- me abrazó con fuerza- ya pasó.
- Yo siempre quise lo mejor para nuestra relación, vivía con él...- emití un sorbido y continué- lavaba, cocinaba, hacía todo para él. Me convertí en la "mujer" perfecta para Ohno, ¿y eso es lo que recibo a cambio? Siquiera su amante sabía de mí... Eso demuestra lo que yo signifiqué para él...
Jun no dejó de abrazarme en ningún momento, escuchándome en silencio, acariciando mi espalda con suavidad, animándome a seguir. Me desahogué, le dije todo lo que pasaba por mi cabeza en aquél momento... Sí, estaba herido por muchas cosas. No era solamente la traición de Ohno lo que me dolía, sino todo lo que había hecho antes.

Jun y yo siempre fuimos amigos, pero yo sentía algo por él, más yo nunca me confesé, tenía miedo a que me rechazara; y bueno, Ohno me había confesado sus sentimientos. Entonces, al ver que Jun había comenzado a salir con Amaya, decidí comenzar una relación con Ohno; todo por no arruinar mi  amistad con Jun.
Ahora este era el resultado, Jun tenia unos meses ya soltero y ahora me pasaba esto con Ohno, justo cuando ya le quería, que pensaba que lo nuestro marchaba bien... Qué iluso fuí. 


Me quedé el resto de la tarde con Jun, apagué el celular, e incluso le ayudé a limpiar el desastre en su apartamento. Luego de terminar, pedimos pizza para cenar y nos sentamos en el suelo, hablando de cosas sin importancia; debía de admitir que me sentó de maravilla el haber estado allí con él todo el rato, al menos no estaba pensando en en Ohno y Kaede.
- Y entonces, en ese momento Sho estaba en lo alto de la colina, le daba miedo bajar, a pesar de tener casco, estar agarrado fuertemente a varias cuerdas... Yo para que no sintiera miedo, le dije que lo empujaría a la cuenta de tres- reí y negué con la cabeza- Fue entonces cuando le dije, uno.... dos... ¡Y lo empujé! Si lo hubieses visto, gritaba como loco "dijiste que sería a la cuenta de tres y sólo habías contado hasta dos!"- ambos reímos más alto
- ¡Qué malo eres! ¡Sabes que Sho le tiene miedo a las alturas!- comenté pegándole suavemente en el brazo, Jun se encogió de hombros, esbozando una despreocupada sonrisa- ¿Por cierto; dónde está Sho?
- Aiba tiene el día de hoy y mañana libre, y ya sabes lo que eso significa... Sho se pasa ese tiempo con el para aprovechar- vi como Jun tomaba la caja de tabacos y el mechero que descansaban sobre la mesa, sacaba un cigarro y lo encendía con total naturalidad- ¿Quieres uno?
- No me apetece ahora, gracias- sonreí y negué con la cabeza- ¿Aiba está bien atareado con el trabajo, no?
- Un poco si, y ya ves, apenas tiene tiempo para Sho, por eso es que minuto que tiene libre, minuto que pasa con él...- le dió una larga calada y suspiró- me alegra verlos tan enamorados.
- Y eso que todos juraban que no durarían ni una semana juntos-
- Y que lo digas. Yo era uno de esos- exhaló el humo y me miró interrogante- ¿Te quedas a dormir aquí?
- Si no te molesta... Además, me encuentro muy perezozo para conducir a casa y tampoco quiero encontrarme con...- me detuve
- Está decidido. Te quedas a dormir conmigo- sonrió mientras volvía a llevar el cigarro a sus labios... 

¿Cómo es que había olvidado lo encantador que podía ser mi mejor amigo?


Me di una ducha y el también hizo lo mismo; por suerte Jun encontró algo de ropa para mí, unos pantalones y camiseta que me quedaban un poco grandes, pero la verdad no me importaba. Lo único que quería era estar cómodo
- Entonces me voy al sofá...
- J, ¿estás drogado o qué? ¡Por Dios! Somos amigos de toda  la vida, y no será la primera vez que dormimos juntos...- aunque me arrepentí después de haberlo dicho. Lo mejor era que le hubiese dejado dormir en el sofá, aunque; no quería que sacrificara su comodidad por mí
- Sólo quería ser un buen anfitrión- se lanzó en la cama y cruzó los brazos debajo de su cabeza
- Que buen anfitrión ni que nada. Esta es tu casa y no voy a permitir que te de una tortícolis por dormir en el sofá...- me apoyé sobre un codo para poder mirarle mejor, Jun pasó la lengua por sus labios. Desde ese ángulo, observaba mejor sus facciones, su nariz recta, sus carnosos labios, la sombra oscura que tenía bajo los ojos...
- Lo siento- Jun me imitó y se quedó mirándome fijamente a los ojos; tuve ganas de inclinar el rostro por la intensidad de su mirada, más no pude. Suspiré nuevamente
- No tienes porqué disculparte...
- Es que a veces te protejo demasiado... Pero a pesar de todo, no puedo evitar que pasen cosas desagradables...- musitó en voz baja
- No lo puedes evitar, pero si puedes hacer que me sienta mejor- mordí mi labio inferior, sintiendo la mirada de J en ese lugar. 
Sabía que me iba a arrepentir de por vida al hacer aquello, más me dejé llevar; acerqué mi rostro aun más al de mi mejor amigo, él continuó tranquilo, como esperando a que hiciese todo aquello
- ¿Te sientes mejor ahora?- musitó en un susurro, rozando sus labios contra los míos mientras hablaba. Una parte de mi decía que aquello era un error, más por otro lado, deseaba sentir un poco más... No entendía porque de la noche a la mañana volvía a sentir aquellas ganas locas por Jun, al igual que un tiempo atrás.
- Si... Y me sentiré muchísimo mejor cuando por fin me beses- contesté con un hilo de voz. El corazón me latía con fuerza, sentía los labios resecos, y de repente estaba más nervioso aún. Jun sonrió y terminó de acortar la distancia entre nuestras bocas, sellando mis labios con los suyos en un suave beso.

Sus labios se movían con lentitud sobre mi boca, sentí una de sus manos en mi nuca, acercándome totalmente a él. Entreabrí los labios, dándole paso a su lengua, que penetró en mi cavidad con lentitud, explorándola por completo antes de juguetear con la mía... Subí una pierna a la altura de su cintura y continué besándole, sintiendo como mi temperatura corporal comenzaba a subir desmedidamente simplemente por aquél beso.
Nos separamos por la falta de aire y sonreímos con complicidad antes de volver a besarnos, ésta vez me coloqué encima suyo y posé mis manos sobre sus pálidas mejillas, sus brazos rodearon mi cintura mientras nuestros labios tenían una batalla por dominar los del otro. Terminé el beso y tracé un caminito con mi lengua, descenciendo por su barbilla y deteniéndome en el cuello... La suavidad de su piel me encantaba, su olor me embriagaba; ¿en verdad no estaba soñando? 

Mis labios se movían con lentitud sobre su cuello, mi lengua delineaba el contorno de su exquisita piel con cuidado, Jun contenía, sin éxito alguno, suaves jadeos mientras acariciaba mi cabello. Le di una suave mordida y succioné con algo de fuerza, no sabía porque sentía la necesidad de dejarle alguna marca; sonreí al pensarlo y no pude contener un jadeo al sentir su erección restregarse contra mi entrepierna... Estaba totalmente decidido, me dejaría llevar, iba a hacer el amor con J.

Introduje las manos debajo de su camiseta, acariciando su pecho y levantándola poco a poco, pero Jun al darse cuenta de mis intenciones, me frenó en el acto
- Matte... Matte Nino- su voz sonaba ligeramente agitada
- ¿Pasa algo?- inquirí 
- Esto no está bien... No creo que sea lo correcto esto de... acostarnos juntos- dijo finalmente, tomándome por las muñecas y sacando las manos de debajo de su camiseta
- ¿Por qué? ¿No tienes ganas? ¿No te resulto atractivo?... Pero tu correspondiste mi  beso...- contesté con rapidez
- Nino, si tengo ganas, es muy obvio- explicó dirigiendo una mirada significativa al bulto que crecía bajo sus pantalones- Me resultas muy atractivo, eres hermoso...- lentamente se levantó, mirándome a los ojos- Me gustas... Siempre me has gustado Nino, pero si dejo que tengamos sexo hoy, te estarías comportando al igual que Ohno, ¿y qué no me asegura a mi que lo estás haciendo conmigo por despecho?
- No es por despecho, en serio J...- incliné el rostro, apenado
- Se cuanto quieres a Ohno, y se que lo mejor es que no lo hagamos, quizás mañana te odiarás por esto y no es lo que quiero para ti- agregó tomando mi rostro por la barbilla, obligándole a mirarle- Aunque tenga que sentirme mal al escuchar como sufres por otro, prefiero eso a perderte por una noche de pasión, y créeme, te deseo muchísimo, pero no.

Esbocé una triste sonrisa y me bajé de su regazo, acostándome a su lado sin decir nada; escuché a Jun suspirar. Ahora que sabía lo que sentía, reconocía que esto tampoco era fácil  para él, y que debió de haber sufrido bastante al escuchar todas las cosas que le decía sobre Ohno...

Y también viejos sentimientos iban despertando otra vez.

- Comprendo. Estás en todo tu derecho a decir no; Buenas noches J.
- Buenas noches...- respondió después de unos segundos.
Le di  la espalda y me cubrí con la cobija, para que Jun no pudiese ver como mis ojos se llenaban de lágrimas. Me sentía como un egoísta, ahora la situación de Ohno había pasado a un segundo plano; lo que realmente me preocupaba era en qué quedaría mi situación con Jun después de aquella confesión.


La mañana siguiente fue extraña, al menos para mí. Jun hacía su mejor esfuerzo por parecer "normal", aunque conociéndole como le conocía, sabía que se sentía mal al verme así.
Tenía la cabeza echa un lío, no quería decirle que yo también sentí algo por él, algo  que estaba renaciendo, pero sabía que J se lo tomaría a mal y me diría que quería usarlo para olvidarme de Ohno, entonces por eso, mejor guardaba silencio.
- ¿Qué quieres para desayunar?- inquirió mientras se peinaba la larga melena, que caía en cascada sobre sus hombros, haciéndose su habitual coleta.
- Cereal está bien- respondí en voz baja
- Mira, lo que te dije anoche... ¿Olvídalo si? No quiero que eso interfiera en nuestra amistad, porque para mí tu amistad vale mu...- se detuvo al escuchar el timbre- dame un segundo, a lo mejor es Sho que se dejó la llave.
Escuché como Jun abría la puerta, unos pasos y una voz que conocía muy bien
- ¡Se que está aquí, y ni tu ni nadie me va a prohibir hablar con mi novio!-  Abrí los ojos como platos y salí corriendo hasta el recibidor, allí se encontraba mi ex y mi mejor amigo, ambos mirándose con enojo. Ohno, al percibir mi presencia, me regaló la mejor de sus sonrisas- Nino, anda, arréglate y vámonos de aquí, tenemos que hablar...
- Nino no se va a ninguna parte- 
- Tú no eres nadie para decirle a mí novio lo que tiene que hacer...
- ¡Pero esta es mí casa!- espetó Jun en voz alta
- ¡Cállense los dos!- grité interponiéndome entre ambos- Ninguno tiene que andar mandando en mí porque estoy ya lo bastante grandecito como para saber lo que tengo que hacer...- suspiré con pesadez- No voy a ninguna parte contigo, Ohno- Jun sonrió victorioso al escucharme- Pero tu tampoco vas a decidir si me voy o no- señalé a mi mejor amigo
- Nino, podemos hablar... ¿A solas?- murmuró mi ex refiriéndose respectivamente a J
- Claro- le rogué a Jun con la mirada que me entendiera. Éste sólo se encogió de hombros y se fue arrastrando los pies hasta la habitación.

En cuanto estuvimos a solas, Ohno volvió a regalarme una encantadora sonrisa, acercándose a mi. Más yo puse una mano en su pecho para frenarle
- ¿Qué pasa?- inquirió algo sorprendido
- Dime lo que tengas que decirme...
- Quiero pedirte perdón, fui un desalmado al hacerte lo que te hice- me crucé de brazos- Kaede no significa nada para mí, solamente fue un revolcón. Sabes que te amo, te lo he demostrado Nino... Hemos estado juntos por mucho tiempo, hemos aguantado muchas cosas por mantener nuestro amor y Kaede no va a destruir aquél lazo tan hermoso que nos une...- tomó una de mis manos con delicadeza y continuó- Te amo. Nada ni nadie va a cambiar eso y de verdad, quiero que me perdones... Y no dejaré de luchar hasta conseguir tu perdón.
Me quedé allí, inmóvil, tieso, pensando qué responder a aquello. 
Ohno tenía un don de convencimiento increíble, y bueno, el tenía razón. Teníamos mucho tiempo juntos, muchas vivencias, muchísimos recuerdos amargos, dulces, hermosos, feos, pero siempre juntos. Había lazo estrechísimo entre ambos, lazo que él había roto al traicionarme con Kaede.
- Es tan cierto y tan hermoso lo que dices, de verdad Oh-chan... Eso de que me amas, de que lucharás por mí; es simplemente enternecedor- sonreí, él me imitó- Pero, ¿sabes qué? No me interesan tus disculpas, no quiero que luches para conseguir mi perdón, no quiero volver a verte nunca más... Anda a divertirte con Kaede o con alguien más. Yo te entregué todo, ¡todo de mi!- me zafé de su agarre, sintiendo como los ojos se me llenaban de lágrimas- Quise darte siempre lo mejor de mí, ser el "novio ideal" para ti, me esforcé al máximo para que lo nuestro funcionara y no tienes ni la mínima idea de cómo me sentí al verte con aquella mujer, ¡traicionándome a mis espaldas! ¡A mi que jurabas amarme tanto! A mi que me decías que como yo nadie te podía satisfacer, que mis caricias eran únicas...- lágrimas de frustración rodaban por mis mejillas. Me las limpié con rabia- Lo siento Ohno, pero no. Ya te lo dije ayer, esto terminó y se terminó para siempre... 
- ¡Pero Nino!- protestó
- Nada, por favor, sal de aquí... Yo mañana, pasado o un día de estos iré a recoger mis cosas, pero ahora vete, ¿si?
- Como desees, pero ¿sabes algo? Vas a arrepentirte de esto, vendrás a pedirme perdón porque no encontrarás a nadie más que te trate como yo- y dicho esto dio media vuelta, saliendo del apartamento con rapidez.


Toda circunstancia negativa deja un aprendizaje, en mi caso fue totalmente positivo. El haber descubierto el engaño de Ohno, me dio la oportunidad de pensar, esclarecer las cosas y darme cuenta de que si le tomé cariño, que sí le quería y si me dolió su traición; pero también sirvió para acercarme aún más a las personas que quería, como por ejemplo, mi mejor amigo.

Durante estos meses posteriores a mi rutpura con Ohno, continuaba viendo a Jun, habíamos acordado sepultar lo del beso y nuestra relación era la misma de antes. Claro, con la variante de que ahora había más roce entre nosotros, era algo complicado, ya que éramos amigos, pero nunca faltaba ese abrazo, ese roce entre dedos, alguna que otra mirada. Aunque J a lo mejor lo veía como algo normal, no lo era para mi, no podía dejar de pensar en lo que Jun sentía por mi, y en lo que yo estaba sintiendo nuevamente por él.
Ahora, ambos en la sala de mi nuevo y más pequeño apartamento, veíamos una película romántica. Jun se esforzaba por disimularlo, pero tenía ojos llenos de lágrimas y estaba a punto de ponerse a llorar. Por más que quisiera negarlo, era un sentimental; sonreí al pensarlo.
- ¿De qué te ríes?- inquirió en voz baja
- De lo tierno que te ves así, no te preocupes Jun, por llorar delante mío no perderás la hombría... Igual, no dejaré de quererte por ello- añadí mirándole fijamente
- ¿Qué estás diciendo?
- La verdad, que porque llores no voy a dejar de sentir lo que siento por ti- bien, me había excedido un poquito en eso úlitmo. J me miró, esperando a que continuase- Si Jun, me gustas y lo que pasó aquella noche no fue por despecho... Tú siempre me gustaste, pero cuando apareció Amaya en tu  vida, decidí darle la oportunidad a Ohno...

Me detuve al sentir los labios de Jun contra los míos, suspiré al sentir su calidez; como si estuviese sediento y al fin hubiese encontrado el dulce néctar que necesitaba. Lo tomé con fuerza por la camiseta, atrayéndolo hacia mi para no dejarle escapar, no quería que se alejara de mi, no quería que se detuviera; mordió con suavidad mi labio inferior y rodeó mi cintura con sus brazos, mientras nuestro beso se tornaba más intenso a cada momento, la lengua de Jun se entrelazaba perezozamente con la mía, estremeciéndome con cada roce. Apreté un poco más su camiseta y dejé escapar un jadeo que murió en sus labios.

- Esta vez no pienso detenerme...- susurró contra mis labios
- ¿Ah si? ¿Y eso por qué?- contesté con una leve sonrisa
- Porque muero de ganas por hacerle el amor al chico del que estoy enamorado...- abrí la boca sin poder evitarlo, totalmente sorprendido- Ya una vez te  dejé ir, y esta vez no pretendo dejar que aparezca otro y te conquiste, eso sí que no.
- Yo tampoco dejaría que eso sucediera, baka- le di un pequeño beso en los labios, sin dejar de sonreír- y créeme  esta vez tampoco pienso detenerme...- dije finalmente antes de darle un leve mordisco a su labio inferior y besarle nuevamente; completamente dispuesto a demostrarle todo lo que sentía por él.



sábado, 18 de agosto de 2012

Be With You 2


Finalmente el capítulo 2 *suenan aplausos*
Este cap contiene lemon (sí, es que a la muy hentai le fascina eso!), espero que no se lo encuentren raro, que apenas comienza la fic y ya hay  "acción"  xD, y también veremos si el presentimiento de Nino es solo eso, o si es una advertencia. Bueno, creo que a ustedes no les importa leer mis bakadas xD
Sin más, les dejo el capítulo. Que lo disfruten :3




No me entusiasmaba la idea de tener otro año más de vida, no me agradaba el hecho de hacerme más mayor. No me gustaba el hecho de cumplir "17 otra vez" como todos decían. Simplemente no, detestaba mi cumpleaños y esta vez más; no sabía porqué tenía algo dentro que me decía que algo malo pasaría mañana, lo único que quería hacer era esconderme del mundo por el día de mañana. Eso me haría enormemente feliz.
Los chicos y Jun estaban ilusionados con la idea de celebrar mi fiesta, habían alquilado un club privado. Una de los clubes nocturnos más concurridos y famosos de Shibuya, todo para armar tremenda fiesta con amigos y conocidos, en honor a mí. 

Era lindo que se tomaran tantas molestias por mí, pero al mismo tiempo no me gustaba aquello, y esperaba que no se salieran las cosas de control, ya que en donde están los chicos y hay bebida de por medio, cualquier cosa puede pasar.
- Y esa mala cara... ¿Sucede algo?- negué con la cabeza
- Solo estoy un poco asustado, no quisiera que se vuelvan locos mañana. No es el fin del mundo, solo es mi cumpleaños...- me encogí de hombros
- Ya deja la humildad. Tu cumpleaños es importante, al menos para mí lo es. Fue el día que mi novio llegó al mundo, ¿no crees que es un motivo para celebrar?
- Si, pero no- sonreí y me acomodé la camiseta, Jun me miró con una ceja alzada
- ¿Estás preocupado por algo?- 
- A sinceridad...- suspiré- sí. Jun, no quiero que en mi fiesta consumas "eso"- agregué inclinando el rostro
- Que aburrido eres Nino. Pero como es tu día, prometo no hacerlo- levantó la mano derecha y me sonrió
- No soy aburrido, sólo quiero evitar cosas feas... No se que pasa, pero tengo un mal presentimiento y si eso no está en medio, me sentiré más tranquilo- comenté
- Comprendo, pero sabes que eso solo es para divertirse...- Jun tomó una de mis manos y suspiró- y que lo hago de vez en cuando.
- Lo se, pero no quiero que lo uses mañana- "ni mañana, ni nunca más", dije para mis adentros- detesto que fumes porros...

Sí, algunas veces Jun consumía marihuana solo por "diversión", diversión que a mí no me agradaba; pues me parecía dañino. El no era adicto, por suerte, pero corría el peligro de ser descubierto y si eso pasaba, significaría algo terrible no solamente para él, sino también para el futuro de Arashi; y el hecho de dar esa fiesta por todo lo alto, implicaría que habrían paparazzis de la prensa amarillista locos por entrar y si veían a Jun consumiendo ese tipo de cosas, sería nuestro final.
- Oye... ¿Nino?-  pestañeé varias veces y sonreí; Jun me miraba con curiosidad- Por favor, ya deja la preocupación... Todo será como tu lo desees, pues dentro de unos minutos, es tu día- acarició una de mis mejillas con suavidad antes de besarme con lentitud. 

Correspondí a su beso de igual manera, llevando una mano hasta su corta cabellera y acariciándole con los dedos; dejándome llevar por la deliciosa sensación de sus labios rozando contra los míos, de su lengua enredándose con la mía y mi aliento mezclarse con el suyo. Lentamente me recosté en el sillón, haciendo que Jun quedase encima mío, sin separar aun nuestras bocas.
Mordí su labio inferior y suspiré, Jun dejó mis labios para comenzar a besar mi cuello, haciéndome estremecer al sentir su lengua rozar con mi piel. Sabía que esto terminaría en la cama y en verdad no quería detenerle; teníamos un tiempo sin hacer el amor y ya extrañaba sentir aquellas cosas. El sentir su cercanía, su calor, oírle gemir mi nombre mientras me embestía... Simplemente lo echaba muchísimo de menos.

Le ayudé a quitarle la camisa a cuadros roja y contemplé su pecho al descubierto, sintiendo la tentación de acariciar su pálida y perfecta piel, besarle hasta dejarle marcas y que todos supiesen que era solo mío. Sonreí con malicia y pasé un dedo por su pecho, acariciando su plano estómago y su ombligo... Mi temperatura corporal incrementaba agigantadamente tan solo por aquella simple caricia, y solo bastaba ver la cara de mi novio para saber que él se encontraba igual que yo. Jun atrapó mi muñeca en cuanto mi mano iba descendiendo por su vientre, mirándome con una ceja alzada
- ¿Qué pretendes hacer?- preguntó en voz baja
- Creo que no tengo que decírtelo, lo sabes J...- susurré antes de besarle apasionadamente en los labios, él me correspondió de igual manera, levantando poco a poco mi camiseta y acariciando mi abdomen con las yemas de los dedos; dejé escapar un débil jadeo contra sus labios y él sonrió, totalmente complacido al verme tan sensible.
- No tienes que decirlo, pues yo también quiero hacerlo- se puso de pie y me ofreció su mano; la acepté y le imité, mientras ambos nos dirigiamos al dormitorio sin decir palabra alguna. En cuanto entramos, Jun cerró la puerta y me tomó en sus brazos, volviendo a unir nuestras bocas en un ardiente beso, nuestras lenguas se entrelazaban entre sí, provocando que una y mil sensaciones se arremolinaran en mi interior y se concentraran en mi entrepierna, que a cada momento algo iba cobrando vida y endureciéndose cada vez más. Lentamente, entre besos, caricias y algún que otro jadeo, terminamos por quitarnos la ropa, quedándonos completamente desnudos; me encontraba encima de Jun, acariciando su endurecido miembro con lentitud mientras lamía uno de sus pequeños y rosados pezones, suspiré al sentirle endurecer en mi boca y lo mordisqueé suavemente, haciendo que mi novio dejase escapar un gemido. 

Sonreí con malicia y comencé a descender por su vientre, rozando mis labios por todo el contorno de su piel, deteniéndome justamente en su entrepierna, sin pensármelo dos veces, me introduje el sexo de Jun en la boca, succionándole con un poco de rapidez; él contuvo un jadeo y se apoyó sobre sus codos para poder verme mientras continuaba dedicándole atención a su miembro. Llevé una mano hasta la base, masturbándole sin dejar de lamer la punta... Mi novio gimió un poco más alto, excitándome más al escucharle de aquella manera. Me encontraba muy caliente, estaba duro hasta el punto de sentir dolor, de mi sexo emanaba líquido pre-seminal y con la mano izquierda, empecé a masturbarme, sin dejar de causarle más placer a Jun... Me fascinaba verle tan excitado, me ponía mal escuchar sus agudos gemidos; movía las caderas con rapidez, introduciendo más su pene en mi boca. En la habitación solo se escuchaba el sonido de su respiración agitada y sus gemidos, mezclándose con el sucio sonido de mis succiones, sonidos que me llevarían al punto de la locura. Jun me apartó con brusquedad, tomándome de un brazo con fuerza y haciéndome mirarle a los ojos

- ¿Pasa algo?- pregunté agitado
- Que ya es suficiente Nino, si sigues voy a correrme y no quiero hacerlo precisamente en esa hermosa boquita- ambos sonreímos y rompí la distancia entre nosotros, volviendo a besar esos perfectos labios. Jun me tomó por la cintura, acomodándome de espaldas en la cama y quedando el sobre mí esta vez. Sin dejar de besarnos, sentí como acariciaba la punta de mi sexo, usando mis fluidos como lubricante y me penetró con un dedo. Me estremecí e intenté sonreír en el beso, moviendo las caderas lentamente... No pude evitar gemir en cuanto  penetró con el segundo dedo, moviéndolos en forma circular, adentrándose más en mi interior. Arqueé la espalda y dejé escapar otro jadeo que cayó en su boca, me encontraba más que listo y quería sentirle dentro de mí
- Jun... Por favor...- rogué en un susurro
- De acuerdo, no me gusta ver a mi chiquitín rogar- Jun retiró los dedos de mi entrada y se acomodó entre mis piernas, dejando éstas alrededor de su cintura. Tomó mis manos y entrelazó sus dedos con los míos, miró hacia el reloj de la mesilla y sonrió-  ¿Sabes? Ya son las doce...- suspiré al sentir la punta de su dureza contra mi entrada- Feliz... cumpleaños... Nino- susurró mientras me penetraba. Ambos gemimos al unísono y yo arqueé la espalda nuevamente, apretando sus manos al sentirle por completo.

Y las salvajes embestidas no se hicieron esperar, pues ambos deseábamos aquello, ¿así que para qué andarse con cosas suaves? Jun era todo un sádico en la cama y a mi me fascinaba que me lo hiciese así...
Movía las caderas al ritmo que él marcaba, llevó sus manos hasta mis caderas, apretándolas con fuerza mientras me regalaba sádicas estocadas, clavándose cada vez más en mi interior, mis gemidos eran cada vez más altos y constantes, él lucía sudado y jadeante, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, conteniendo algunos gemidos. A diferencia suya, yo no podía contenerme, además sabía que a él le fascinaba escucharme de aquella manera. Rodeé su cuello con mis brazos, acercándole más a mi... En cuanto su mano rodeó mi sexo, me sentí perdido, tenía la vista nublada y estaba a punto de estallar, el placer se había apoderado de mi y lo único que podía hacer era gemir y disfrutar. La mano de Jun se movía con rapidez a lo largo de mi erección, causándome una deliciosa descarga de puro placer, si continuaba así, iba a terminar ya mismo.

Me aferré a su cuerpo con mas fuerza, gimiendo desaforadamente una y otra vez, mi chico se dejó llevar y también podía escuchar sus gemidos llenos de placer. Ambos habíamos perdido el control y no era para menos, siempre que hacíamos el amor, era igual de intenso y apasionado. Gemí por última vez, sintiendo como mis fluidos empapaban su mano y nuestros vientres, dejando escapar otro jadeo en cuanto Jun derramó toda su esencia dentro de mí; suspiré y nos dimos otro beso en los labios, aun jadeando por los espasmos.

- Si este fue mi regalo de cumpleaños, sin duda, será muy, pero muy feliz...- comenté después de haber recuperado el aire
- Apenas fue tu primer regalo. Se cuanto te gusta esto, pero no podría ser lo único que yo te diera, señorito Pervertido- contestó mi novio con una leve sonrisa
- Para mí, cosas como estas, momentos como estos...- me acomodé en la cama, quedándo frente a él y entrelazando mis dedos con los suyos- son más que cualquier regalo material...
- Es cierto. Pero, ya te compré tu regalo- Jun puso los ojos en blanco y esbozó una sonrisa. Le imité y comencé a darle suaves besos en las mejillas.
- Te amo idiota- susurré, sabiendo que ni porque fuese mi cumpleaños él me diría ese "Yo también te amo" que tanto quería escuchar.


Mi madre fue la primera en llamar, lo hizo bastante temprano en la mañana, por lo que no me dejó dormir, ya que Jun y yo nos dormimos muy tarde. Luego, todos mis amigos, conocidos y hasta gente que ni sabía de su existencia me llamaron para felicitarme; obviamente, los chicos no fueron la excepción, pero dijeron que nos veríamos hoy en la noche. 
En cuanto me levanté de la cama, fui hasta la cocina, esperando encontrarme con mi novio por los alrededores, más no había nadie. Sobre la encimera descansaba una nota, con su peculiar caligrafía en la cual decía: 

"Tuve que salir a arreglar los últimos detalles para tu fiesta, seguramente estaré de vuelta antes de que despiertes; no tardaré.
Jun."

- Ya tardaste amor...- susurré con una leve sonrisa.
Decidí aprovechar el tiempo y prepararme algo ligero para desayunar, darme una ducha y salir a comprarme algo de vestir para esta noche, pues, por el hecho de que no me causara gracia aquella fiesta, no por ello iba a ir mal vestido y mucho menos en compañía de Jun. 


Y ahí estaba yo, con la correspondiente ropa de "camuflaje", para que no supiesen quien era y causase algún estrépito. Finalmente, encontré algunas prendas que me gustaron, las compré; también compré camisetas para mi novio y finalmente, me senté tranquilamente a comérme un helado antes de partir. 
Mientras me encontraba absorto y feliz, de repente vi una figura detenerse justo en frente a mi mesa. Alcé la vista y contuve hacer una mueca de desagrado al encontrarme con mi ex... ¿Qué demonios hacía Mika allí? ¿O mejor dicho... Qué demonios hacía Mika en mi mesa?
- Ninomiya-kun... Tiempo sin vernos, ¿no?- sonrió y se sentó frente a mí, agitando su larga cabellera marrón.
- Lo mismo digo, Mika-san...- murmuré entre dientes, sin quitarme siquiera los lentes de sol
-  Pero deja las formalidades conmigo Nino, sabes que a pesar de todo, aun seguimos siendo amigos y que no tengo nada de resentimiento hacia tí- volvió a sonreír- Por cierto;  feliz cumpleaños...
- Gracias Mika- suspiré pesadamente. ¿Por qué tenía que encontrarme con ella?
- No creas que lo he olvidé.  Aunque el regalo es probable que...
-  Mika- le interrumpí- No hace falta, en serio.
- Te ha cambiado bastante tu noviecito, ¿eh?-
- No vamos a tocar ese tema de nuevo- me puse de pie y tomé mis bolsas, haciendo ella lo mismo también
- Nino, no se porque demonios insistes en estar pegado de Jun... Ese tipo no te conviene para nada, sólo quiere utilizarte para tener sexo y en cuanto se canse de tí, te va a dejar o a meterte en un problema- se quitó los lentes de sol y me señaló acusadoramente con un dedo- Que conste que te lo advertí...
- Mika, puedes tomar todas tus advertencias y hacer lo que se te venga en gana con ellas. Lo que te duele es que Jun no estuvo contigo y me prefirió a mi a pesar de ser un hombre... Y que sea la última vez que te refieras a él de esa manera- comenté antes de alejarme lentamente de ella
- Ya veremos si continuará eligiéndote cuando protagonicen algún escándalo...- escuché que decía a mis espaldas; más decidí ignorarle, no iba a comenzar a discutir con Mika en un lugar público, porque sabía que aquello era exactamente lo que quería y no  iba a darle el gusto.


Las palabras de Mika no iban a afectarme en lo absoluto, el mal presentimiento de días anteriores había regresado y aquello tampoco iba a arruinar mi noche. Después de todo, era mi cumpleaños y lo pasaría con mis seres queridos; y se supone que de eso se trataba.
Llegué solo al club, para disimular; Jun y los demás se encontraban dentro esperando por mí. Llevaba unos jeans negros ajustados, camiseta blanca con estampado a rayas en negro y una chaqueta blanca, con rayas negras, las cuales formaban la bandera de Inglaterra. Con una sonrisa nerviosa, le entregué las llaves del auto al vallet y entré al un tanto abarrotado lugar.
Abrazos, sonrisas, muchos buenos deseos y muchas felicitaciones, comenzaron a llover, literalmente, sobre mí. Me encontré allí con muchas personas conocidas, algunos amigos actores, otros cantantes, nuestros superiores y finalmente, pude ver a los chicos.
- ¡Ninomi~! ¡Te estás haciendo mayor!- canturreó Sho mientras me abrazaba con fuerza. 
- Pero siempre pareceré de 17- contesté con una sonrisa.
- ¡Feliz cumpleaños Nino!- sonreí al sentir el abrazo fuerte de Ohno, quien a pesar de no ser tan hablador, era una de las mejores personas que he conocido. Aiba, quien también se hayaba allí, nos abrazó a mi y a Riida, con una estrepitosa carcajada que logré escuchar a pesar del volumen de la música.
- Te deso lo mejor Ninomiya-kun...- sonreí y Aiba me imitó
- Ya lo tengo, créeme. Los tengo a ustedes- dije con la voz teñida de emoción
- Para, que me vas a hacer llorar, y quien tiene que llorar aquí eres tú- contestó Sho, quien nos miraba sonriente
- Vale...- suspiré resignado- ¿dónde está Jun?
- Detrás tuyo- 

Me volví hacia él y me quedé sin respiración al verle... Llevaba unos pantalones de vestir en color negro, ajustados a la cadera y una camisa púrpura, con dos botones abiertos, mostrando un poco de su pecho, el pelo peinado a los lados y tenía el flequillo peinado hacia atrás, haciendo un pequeño copete. Sabía que se había peinado así por mí, pues me encantaba verle así.
Jun sonrió y me tomó en sus brazos, estrechándome con fuerza. Rodeé su cuello con mis brazos, embriagándome con su aroma, tan masculina, tan como él...
- Feliz cumpleaños... Otra vez- me susurró al oído y me dio un suave beso en la mejilla antes de alejarse de mí 
- Gracias J, esto...- miré todo el lugar y puse los ojos en blanco- quedó espectacular.
- Y eso que aún no has comenzado a divertirte... ¡Pero eso es justamente lo que haremos ahora!- exclamó Aiba tomándome de la mano y llevándome a la pista de baile, en donde ya habían muchas personas agitándose al ritmo de un trance. Por más que quisiera pasarme el resto de la noche bailando y disfrutando solo con Jun, no podía, pues podrían sospechar de nuestro acercamiento, y por eso Aiba lo había hecho.
A pesar de que no pude estar tanto con Jun como quería, la estaba pasando genial, me encontraba bailando con una amiga de Sho. Se llamaba Ai, había estudiado con él en la universidad y se llevaban bastante bien; había tomado lo suficiente como para encontrarme de buen humor, más no quería embriagarme, lo que justamente estaban haciendo Sho y Aiba en este momento.

Miré hacia atrás en un acto reflejo y no vi a Jun en el asiento, tampoco lo vi en la pista de baile; no es que estuviese con miedo a que hiciera algo malo, pero el no verle me inquietaba un poco. Al terminar de bailar con Ai, la devolví a su asiento y fui en busca de mi novio.
Decidí ir antes a los aseos para luego buscarle, y aprovechar también para ver si se encontraba allí... En efecto, ahí me encontré a Jun, estaba lavándose las manos y sonrió al verme

- ¿Cómo la esta pasando el cumpleañero más... kawaii de todo Japón?
- Genial, de no ser porque me dejaron un poco tirado- contesté yendo hacia el retrete. Jun dejó escapar una risilla
- No te enojes, solamente te dejé compartir con los demás... No soy tan egoísta después de todo- volvió a reír. Un momento; mi novio no era tan risueño a no ser que...
- Jun, maldita sea, ¿estás fumando esa porquería verdad?- inquirí al terminar, subiéndome el cierre de los pantalones
- Solo fue un poquitín- dijo mostrándome el dedo índice y el mayor- ¡tampoco es para tanto Ninomi!
- Me lo prometiste, ¡me dijiste que hoy no consumirías eso porque era mi día!- espeté caminando hacia los lavamanos y abriendo el grifo 
- A ver, son las- miró su reloj de pulsera- dos de la mañana del 18 de junio, así que ya tu cumpleaños pasó- volvió a reír. Apreté los dientes, y me lavé las manos, conteniendo las ganas de golpearle
- De acuerdo, entonces como ya pasó mi cumpleaños, me largo de aquí, disfruten ustedes- cerré el grifo con rabia y me disponía a salir del baño, cuando Jun me tomó con fuerza del brazo
- No te vayas, es tu fiesta...
- Me hiciste una promesa Jun, la rompiste- suspiré profundamente
- ¿Lo siento, si? De verdad, perdón Nino- ambos nos miramos a los ojos por unos instantes y puse los ojos en blanco
- ¿Tienes más ahí?- pregunté en voz baja
- Sí, pero ya mismo me deshago de ella- Jun se sacó una pequeña bolsa de uno de los bolsillos de su pantalón
- No quiero que te vuelvas adicto a esa cosa, en serio, te hace mucho mal, pero al parecer no quieres entenderlo- comenté mirando sus hermosos ojos café. Jun soltó mi brazo y se acercó a mi por completo, rompiendo la distancia entre nosotros. Miró disimuladamente a todos lados antes de morder suavemente mi labio inferior
- A lo único que soy adicto, es a tus besos, a tus caricias...- sentí una de sus manos en mi nuca, acariciando mi cabello con delicadeza. Entreabrí los labios y cerré los ojos, totalmente rendido ante él- a lo único que soy adicto, es... a ti- agregó, rozando su boca contra la mía.

Moría por besarlo, me sentía tentado, ¿y cómo no querer hacerlo después de aquellas palabras?
Me olvidé de donde estábamos y me puse un poco de puntitas, uniendo mis labios con los suyos en un acalorado beso, Jun me correspondió con la misma intensidad, dejándome atrapado entre su cuerpo y el lavamanos. Succionó mi lengua en cuanto la sintió dentro de su  cavidad, haciéndome jadear sin poder controlarlo.
- Jun... Paremos...- susurré sin aliento- podría venir alguien y ya sabes...
- De acuerdo- curvó sus labios en una sonrisa burlona al verme tan alterado tan solo por un beso- pero en mi casa terminamos esto...- se alejó de mi y se miró al espejo, guiñándome un ojo a través de el antes de salir del lugar, dejándome acalorado, jadeante y sonrojado a más no poder.  Me miré en el espejo y acaricié mis labios, recordando lo vivido segundos antes con Jun.
- Como te amo, baka...- dije para mi mismo con una sonrisa

domingo, 12 de agosto de 2012

Good Luck, Jun


Género: Shounen ai, vida cotidiana
Pareja:  MatsuMiya
Extensión: Drabble



Observaba a Jun hablar con Ohno sobre la técnica que usarían aquél día al jugar "Kicking Snipper", Nino sabía de sobra que en ese juego todo era cuestión de suerte, pues a su chico a veces le iba bien, pero algunas veces le iba tremendamente fatal. Sonrió y se miró al espejo, acomodándose la sudadera gris con estampado de corazones.

- Salimos en unos minutos, ya sabes MatsuJun, que no se te olvide "la técnica"- comentó Ohno antes de salir del camerino, dejándolos a ambos a solas
- A ver Messi, ¿qué es lo que tienes planeado para hoy?- inquirió el mayor volviéndose hacia Jun con una pícara sonrisa
- Cuando nos veas jugando ya sabrás... Hoy derribaré todo lo que me pase en frente- aseguró alzando una de sus pobladas cejas. Nino bufó y puso los ojos en blanco
- No puedo esperar para verlo. Buena suerte, J- le guiñó un ojo y se acercó un poco más a Jun, rompiendo la distancia entre ellos
- ¿Así es como me deseas suerte?- inquirió acariciando la mejilla de Nino con un dedo, haciéndole sonreír con tan tierno gesto.
- Exiges demasiado, ¿no crees?- contuvo una carcajada y acercó sus labios hasta los de Jun, uniéndolos en un tierno beso. Dejando que simplemente se acariciaran, nada de profundidad, no era más que un delicado roce de labios.

- ¿Y ahora? ¿Esta mejor?- susurró contra los labios del menor
- Muchísimo mejor, ¡ya verás que hoy anotaré todos los puntos!- comentó finalmente antes de salir del camerino. Nino se quedó parado, observándolo mientras se marchaba, totalmente enternecido con él. A lo mejor tenía razón, y luego de aquél beso y la "técnica" lograba su cometido- ¿te quedarás ahí toda la tarde? ¡Vamos, en segundos comenzamos a grabar!- añadió, sacándolo de su charla mental
- ¡Ya voy!- respondió antes de salir con rapidez para alcanzarle. Cuando estuvo a su lado, apretó una de sus manos y Jun sonrió; en verdad no le importaba si ganaba o no, lo único que le importaba era ver esa hermosa sonrisa en el rostro de su chico, y eso ya lo había logrado. 

jueves, 9 de agosto de 2012

Hora de Jugar...


Esta semana fue dedicada para los drabbles (?)
Hoy subí de esta linda parejita, fue lo primero que hice de ellos y creo que quedó bien :3
Espero que les guste. Dozo ^^

Género: Shonen ai
Pareja: Sakuraiba
Extensión: Drabble


Lo único que quería era un poco de atención.

El menor se encontraba absorto revisando unos mails en el ordenador, le frustraba verle sonreír y no ser él quien causase esa sonrisa. Vale, quizás fuese un poco egoísta, pero cualquiera se comportaría así con la persona que ama.

Se acomodó en la cama y se quedó mirando a su novio por largo rato. ¿Qué no pensaba pararse de ahí?, se preguntó Sho con un suspiro de impaciencia. Pero ya sabía lo que iba a hacer... Lentamente se incorporó de la cama y fue hasta él, apoyando las manos sobre sus hombros e inclinándonse un poco hacia abajo. Era hora de jugar, y él más que nadie sabía como distraer a su chico.
- ¿Qué haces?- inquirió en voz baja
- Ando leyendo algunos mails del trabajo- respondió Aiba sin dejar de mirar la pantalla de ordenador
- Tienes demasiado tiempo leyendo... ¿No crees que es mejor descansar un poco?- susurró en su oído
- ¿Qué tratas de hacer Sho?- inquirió con una sonrisa, un tanto incómodo y divertido por la situación
- Nada...- mordisqueó el lóbulo de su oreja y sonrió
- Necesito trabajar- Aiba se encogió un poco, tratando de alejarse un poco del pelinegro
- No he dicho que no lo hagas, ¿o estoy tapándote los ojos?- preguntó antes de pasar la lengua por el contorno de su oreja
- No, pero...- suspiró- me desconcentras...

Sho sonrió con malicia y descendió las manos hasta su pecho, acariciándole con suavidad. Sabía que su novio era muy sensible y que esas simples caricias le harían reaccionar; comenzó a besar su cuello muy despacio, apenas rozando los labios contra su piel, aspiró su aroma y escuchó a Aiba soltar un jadeo. Ya ni siquiera prestaba atención al ordenador, más bién apretaba el mouse con fuerza y mordía su labio inferior para no mostrar debilidad ante los besos y caricias de su novio.

- ¿Quieres que me detenga?...- preguntó en un susurro. Pero Aiba continuó en silencio; con una sonrisa victoriosa, ladeó el rostro de su novio y le besó apasionadamente, dejando que las lenguas de ambos se entrelazaran, saboreándose entre sí. El castaño se separó de él y giró la silla hacia Sho, tomándole por las caderas y sentándole sobre su regazo.
- Al final siempre tienes lo que quieres...- susurró antes de volver a besarle en los labios, quitándole la camiseta con lentitud.

Y Aiba tenía toda la razón, pues al final, Sho siempre obtenía lo que quería.

Anata Nashide


Género: Angst
Pareja: Indefinido (?)
Extensión: Drabble



Las cosas no son como solían ser, mi vida no es como solía ser. Nada es como solía ser... Todo a mi alrededor ha dado un cambio radical, ya no soy el mismo hombre sonriente y feliz de antes, porque, claro, falta el motivo que me hacía sonreír.

¿Por qué te fuiste sin decir nada?
¿Acaso no significaba nada para ti?

El agujero en mi pecho no cicatrizará hasta que vuelvas a mí, que me abraces y sienta tu calor, tal y como antes... Dormir en tus brazos y sentirme protegido, porque, ¿sabes? Me sentía cómodo en tus brazos, ese era el único refugio en el cual estaba seguro, en donde sabía que nadie me lastimaría; lugar que ya no existe.

Tus cosas continúan en mi apartamento, aquella guitarra desgastada, tu ropa, los libros que tanto te gustaban leer, e incluso tus cigarros. Pues conservo la estúpida esperanza de que vas a regresar... Soy un imbécil al creerlo, pues se que no volverás nunca más, te hartaste de mi inseguridad, de nuestras peleas sin sentido, de la rutina, de mis lágrimas constantes, de tus enojos, y de nuestros gritos al discutir por la más mínima cosa.

Pero, a pesar de aquello, yo era feliz; pues aunque fuesen cosas "malas" las estaba compartiendo contigo, y eso era lo que yo quería, compartir todo contigo. Más tu no pensabas lo mismo que yo y te cansaste, atravesaste el umbral de la puerta después de decirme a la cara que te habías hartado de mí; no te importó que me abrazase a tu cintura y te rogara entre lágrimas que no me dejases, te valió nada el soltarme con brusquedad e irte escaleras abajo, sin importarte el dejarme llorando desconsolado en una esquina del pasillo, gritando tu nombre como si mi vida dependiese de ello.

Ahora me encuentro sentado en el parque, observándote de la mano con alguien más, le sonríes y ella te mira como si fueses lo más importante que hay en su vida; más yo solo me limito a inclinar el rostro, tratando de ocultar las amargas lágrimas que ruedan por mis mejillas.

¿Y sabes algo?

A pesar de aquello, aún continúo esperando por ti.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Be With You

Hoy comienza el mes de agosto, y como agosto es el mes de Jun *~* quise subir algo en su honor...
Se que su cumple es en 29 días, pero igual quise comenzar desde hoy la celebración (?)
Hoy les traigo el primer cap de este serial, que promete ser bueno... Dozo ^^

Parejas: MatsuMiya, quizás otra pueda surgir.
Género: Romance, drama, vida cotidiana.
No. de capítulos: Sin definir
Advertencias: Algunas escenas de sexo explícito y alguna que otra palabra obscena.







El bullicio de las fans se escuchaba en todo el lugar, todo se estremecía con sus gritos; la piel se me erizaba al escucharlas corear nuestros nombres una y otra vez. Con un suspiro y una sonrisa me miré al espejo, estaba totalmente vestido, complacido con el resultado, cuando de repente unos brazos rodearon mi cintura. Ensanché la sonrisa y le miré a través del espejo
- ¿Pasa algo?- inquirí en voz baja
- No, hasta ahora nada. ¿Estás nervioso?- ambos nos miramos a través del espejo y Jun esbozó una leve sonrisa
- Un poco, teníamos mucho sin hacer esto...-
- Descuida, no eres el único- me volví hacia él y rodeé su cuello con mis brazos; quedándome embobado al verle. Todavía en estos dos años de relación sentía mariposas en el estómago, aún me ponía nervioso al estar a su lado y continuaba sonrojándome como colegiala por cualquier cosa que me dijese. Supongo que eso es el estar enamorado, ¿o me equivoco?
- Lo se, Sho anda dando vueltas como loco por todo el lugar- respondí con una risilla
- ¡Quedan tres minutos!- gritó uno de los miembros del staff. Con rapidez solté a mi novio para que nos preparásemos para salir, pero Jun me tomó de la mano con fuerza, haciendo que me detuviese. Lo miré con una interrogante y él sonrió
- A ver Kazunari Ninomiya, ¿no piensa darle un beso de buena suerte a su novio?- inquirió con una pícara sonrisa. ¿Cómo podía decirle que no a esa carita?
Con lentitud me acerqué a él y uní mis labios con los suyos con suavidad, besándonos con delicadeza, acariciando los labios del otro con una sutileza casi sublime... Pero una tosecilla y unas risas después nos hicieron separarnos
- Ni siquiera porque faltan dos minutos para salir, dejan de meterse mano- comentó Sho con una carcajada, Aiba rió al escucharle
- Ignórale, solo está envidioso- comentó Jun antes de darme un suave beso nuevamente y alejarse un poco de mí
- Eso quisieras tu, tengo de más quien me bese, ¿verdad Ohno?- 
- ¿Eh?- contestó el aludido causando la risa de todos


Cuando solo faltaba un minuto para salir al escenario, hicimos nuestro ritual; como siempre, todos tomados de las manos y escuchando las palabras de ánimo de Jun; quien siempre era el más entusiasta y el más positivo. Aunque alguno estuviese mal, era imposible no salir al escenario con una gran sonrisa después de sus palabras. Al subir al escenario, los gritos de las fans nos estremecieron, e incluso estaba lloviendo, pero eso nos nos importaba, no nos impediría darles un super espectáculo a nuestras fans... Era lo mínimo que se merecían
- ¡Hey Kokuritsu!- sonreí al escuchar a Jun- ¡la lluvia no podrá detenernos!- exclamó, causando que las chicas gritaran aun más, y así se dio inicio al concierto. La adrenalina se había apoderado de nosotros, dimos el todo por el todo, recibiendo el amor y el apoyo incondicional de nuestras fans, sin ellas, Arashi no fuese nada.

Miles de sonrisas, lágrimas y calor humano se dio cita aquella noche, en cuanto comenzamos a cantar 5x10, la lluvia arreció con fuerza, empapándonos por completo, haciendo del momento más emotivo aún. En cuanto comenzamos a descender de la enorme tarima, sentí un poco de nostalgia... Era algo que pasaba siempre al terminar un concierto, en verdad nunca queríamos irnos, pero todo lo que comienza, tiene un final, ¿no?

- ¡Wow! ¡Eso estuvo genial! Creo que yo mismo comparé el DVD para vernos- comentó Aiba quitándose la camiseta toda empapada
- Creo que hasta yo, no se ustedes, pero este ha sido uno de los mejores conciertos que hemos tenido, ¿no creen?- dijo Ohno con una gran sonrisa
- Y que lo digas, dimos lo mejor de nosotros, así que estoy de acuerdo contigo Riida- respondió Jun mientras comenzaba a quitarse sus prendas, igual de mojadas que los demás. Me quedé en silencio escuchando a los chicos hablar sobre las incidencias del concierto y comentaba alguna que otra cosa, pues a sinceridad, ahora que la adrenalina se iba, me sentía agotadísimo.
Mientras guardaba mis cosas en mi bolso, Jun se acercó a mi y me miró con ojos suplicantes
- ¿Te pasas la noche conmigo?-
- No voy a tener sexo, estoy molido- contesté con una sonrisa y negando con la cabeza
- ¿Dije que tendríamos sexo? Solamente te dije que pases la noche conmigo. Además no eres el único que está molido- se cruzó de brazos mientras hablaba
- Te conozco Jun, el término "dormir en tu casa" quiere decir muchas cosas... Pero, ya que dices que solo es pasar la noche contigo, acepto- concedí 
- Genial, en un rato nos vamos- asentí y el se alejó rapidámente de mi. Las cosas entre nosotros habían comenzado como un juego, pero finalmente ambos nos enamorámos y terminamos de la siguiente manera, siendo "la parejita" de la banda. Los chicos se lo tomaron como algo normal y era como nuestro secreto, pues aun no sabíamos cual sería la reacción de las fans, de Johnny o de nuestras familias. Pero de lo que sí estaba realmente seguro era de que amaba a Jun y que el me hacía enormemente feliz aunque no fuese el novio perfecto, ya que a veces me sacaba de mis casillas, y no me hacía caso, habían momentos en que hacía lo que se le venía en gana, pero era un chico con un gran corazón, y por eso y muchas cosas más le amaba.

En el trayecto a nuestras respectivas casas, Sho iba parloteando sin parar; mientras le escuchaba, acomodé la cabeza en el pecho de Jun, sintiendo como lentamente me iba quedando dormido. Mi novio acariciaba mi cabello con suavidad, relajándome por completo.


Cuando abrí los ojos nuevamente, estaba en la cama de Jun, llevaba unos pantalones de pijama puestos... Pero me encontraba solo; me levanté con rapidez, buscándole con la vista, pero no lograba encontrarle
- ¿Jun? ¿Estás por aquí?- le llamé, pero no hubo respuesta- ¿Jun?
- Estoy aquí- escuché su voz proveniente de la cocina. Sonreí y fui hasta él, quedándome de pie en la entrada
- Estaba comiendo algo, a pesar del cansancio, moría de hambre- explicó con una leve sonrisa- ¿quieres comer algo?
- No, gracias- negué con la cabeza- solo estaba buscándote, sabes que me resulta incómodo dormir solo en tu cama, es gigante y tengo la impresión de perderme en ella...
- Quejica- me sacó la lengua- solo querías que me fuese a dormir contigo, pero como ambos lo necesitamos, no me haré de rogar- sonrió y fue hasta mi, poniendo un brazo sobre mis hombros
- Eres un idiota, creído- le miré de reojo y esbocé una sonrisa mientras nos dirigíamos a la habitación nuevamente
- Pero aun así no puedes vivir sin mi- 
- No te soporto cuando te pones en ese plan, egocéntrico- Jun comenzó a reír y se acostó en la cama, dejando un espacio libre para mi- a veces me da la impresión de que estás enamorado de ti mismo...
- Ahora que lo dices, fue un poco difícil decidirme si ser tu novio o no, cada vez que me veía al espejo, dudaba si irme contigo o quedarme conmigo mismo...- ambos nos miramos y comenzamos a reír.


Al día siguiente, todavía me encontraba en casa de Jun, no había ninguna grabación pendiente, ni cita en algún programa, tendríamos algunos días para descansar. Cosa que agradecía profundamente, al terminar ese tipo de presentaciones necesitabamos más de un simple día de descanso.
Me encontraba en el sillón, apoyado del pecho de Jun y tomando una de sus manos mientras veíamos el televisor; luego de hacer zapping por un rato, decidimos dejar una película romántica, de esas que siempre tienen un final trillado y feliz. En la escena, el protagonista iba a buscar a la chica bajo la lluvia, tomándola en sus brazos y diciéndole que la amaba, dándole el beso final...
- ¿Por qué estamos viendo esto Nino? ¿No hay nada menos cursi en el televisor?- inquirió mi novio rompiendo el silencio
- No. Además quiero verla... La protagonista es afortunada- comenté sin dejar de mirar hacia la pantalla 
- ¿Ah? ¿Y eso por qué?-
- Porque al menos a ella sí le dicen que la aman...- murmuré poniendo los ojos en blanco
- ¿Vamos a seguir con la misma conversación?- escuché a Jun suspirar a mis espaldas y me volví hacia él
- Si Jun, vamos a tener la misma conversación- repetí- no entiendo cual es el miedo a decir lo que sientes... Se supone que somos pareja, ¿no? Tenemos dos años juntos, sin  mencionar desde cuando nos conocemos... Pensaba que éramos amigos ante todo y que existía confianza entre nosotros- solté el mando a distancia y lo miré a los ojos
- Soy yo quien no entiende cual es tu loco empeño por escuchar esas palabras... Decir un "te amo" no es lo que hace una relación. He estado contigo desde siempre, te he demostrado que sí me importas, te he sido fiel, te he apoyado incondicionalmente, ¿y aún eso no es suficiente para ti? Creo que exiges demasiado...
- ¿Que exijo demasiado, dices?- abrí los ojos desmesuradamente antes de lanzar una carcajada- ¡Por Kami! ¿Lo único que le pido a mi fantástico y perfecto novio es que me diga un simple y estúpido "te amo" y por eso me llamas exigente?- suspiré con pesadez- ¿sabes? a mi no me cuesta NADA decírtelo, porque quiero demostrarte con hechos y palabras lo que llevo aquí- me puse una mano en el pecho y continué- No me importa escribir canciones para ti, no me cuesta nada apoyarte hasta cuando cometes la estupidez más grande y no me cuesta nada darte un beso de buenas noches y decirte que te amo... ¿y aun así me llamas exigente? Al contrario Jun, pienso que me conformo con muy poco-
- ¿Resulta que ahora es poco lo que te doy? ¿¡Entonces qué demonios buscas a mi lado!?- exclamó antes de pararse con brusquedad del sillón y dirigirse hacia la puerta, dando un estruendoso portazo al salir que me hizo dar un respingo. Mierda... ¿será que me excedí con lo que dije?

"No... no es para nada malo lo que dije, solo dije mi opinión y Jun se lo tomó a mal...". Me repetía esta frase una y otra vez.; el no tenía porque ofenderse de esa manera, yo solo me desahogué y le dije lo que sentía; decir un te amo no es algo del otro mundo y no comprendo porque mi novio tenía ese miedo de decirme las cosas. El siempre ha sido una persona cerrada, aunque cuando se trataba de cosas afectivas era mucho más cerrado aun, sí, era super cariñoso conmigo, me trataba super bien y cuando hacíamos el amor... era simplemente increíble, pero cuando de palabras se trataba, nunca decía nada.
Habían trascurrido algunas horas desde mi discusión con Jun y me sentía tentado de llamarle; pero el orgullo me lo impedía, si alguien tendría que llamar primero tenía que ser él, el dolido aquí era yo, al que le hablaron mal fue a mí, y el que estaba terriblemente preocupado por él era yo...

Se suponía que debía estar en mi casa, pero me había quedado en el apartamento de Jun, quería verle la cara cuando regresara y que hablarámos sobre lo ocurrido. Me importaba un carajo quien tendría que disculparse primero, lo que si quería era verle... Miré por enésima vez el teléfono y me acurruqué en el sofá, quedándome en posición fetal; no iba a llamarle, no lo iba a hacer, no lo voy a hacer...
El sonido de la puerta abrirse me hizo sentarme con rapidez, me quedé atento, como los perritos al escuchar cuando su amo había llegado. En efecto, se trataba de Jun, éste se encontraba con una seria expresión en el rostro y se quedó como si nada al verme, dirigiéndose hacia el pasillo. Me quedé de piedra, ni siquiera un "buenas noches", o un "tenemos que hablar", nada, absolutamente nada... ¿Qué no le importaba arreglar las cosas conmigo?
- Jun...- le llamé, se volvió hacia mi y alzó las cejas en respuesta
- ¿Uhm?-
- ¿Podemos hablar?- lo escuché suspirar y con lentitud se acercó hasta el sofá, quedándose de pie
- ¿No pretendes sentarte al menos?- se cruzó de brazos- vale, haremos las cosas a tu manera entonces...- me puse de pie frente a el y me aclaré la garganta- verás, lo que dije no fue con intención de hacerte sentir mal, ¿sabías? Pero es que... entiéndeme, a veces me haces sentir frustrado con tu actitud, no se siente para nada lindo que te diga que te amo o cualquier cosa y que solo te limites a asentir y a sonreír... No es que no me ames, ni que hagas poco por mí, ni siquiera no es que no me sienta feliz, pero es que... me sentí un poco molesto, por eso dije lo que dije. No fue con intención de ofenderte, gomen- incliné el rostro, apenado
- Quien debe de disculparse soy yo, actué de manera impulsiva e hice y dije cosas que no debía... Se que es un tanto difícil para ti esto, pero solo te pido paciencia; me cuesta mucho abrirme a los demás- confesó en voz baja, levanté el rostro para verle y tomé una de sus manos
- Yo no soy los demás, Jun- afirmé- soy tu pareja, y lo mínimo que puedes hacer es confiar en mi, pero...- sonreí- si lo que necesitas es tiempo, claro que te lo doy, puedo entenderlo, pero- le señalé acusadoramente con un dedo- ¡como vuelvas a dejarme solo y a preocuparme como hoy, te quedarás calvo!
- Prometo no volverlo a hacer- dijo entre carcajadas y entrelazó sus dedos con los míos, halándome hacia él 
- No rompas esa promesa, ¿eh?- musité en voz baja, dirigiendo la mirada hacia sus labios, él volvió a sonreír antes de besarme suavemente, llevando la otra mano hasta mi cintura, apegando mi cuerpo por completo al suyo. Sonreí en el beso y mordí su labio inferior con suavidad antes de separarnos- ¿dónde estuviste?
- Estuve en el parque que está a cuadras de aquí- respondió encogiéndose de hombros- preferí largarme a decirte algo que te ofendiera...
- Hubiese preferido que te hubieses quedado y me dijeses lo que pasaba por tu cabeza a que me dejaras solo y preocupándome por ti.- Jun me miró y emitió un largo suspiro
- Nino...- murmuró a modo de protesta
- Es la verdad, siempre que discutimos me dejas solo. Me siento como vieja peleona- dije en voz baja
- No comencemos otra vez, ¿vale?- me dio un suave beso en la mejilla antes de alejarse de mi
- No pensaba comenzar- murmuré para mi mismo.
Odiaba profundamente cuando él se comportaba así, ¿pero qué le podía hacer? Así lo conocí y le comencé a querer, y bueno... Tenía que conformarme y sobretodo, soportarle con sus momentos de bipolaridad, venía todo en el paquete, así que sólo me quedaba aguantarle. Al igual que él soportaba mis reproches constantes y mis berrinches.

El sonido del timbre me sobresaltó; fui hasta la puerta preguntándome quien podría ser
- ¿Pediste algo?- inquirió mi novio desde el pasillo
- No. Ni idea de quien puede ser- contesté antes de abrir la puerta, encontrándome con Ohno, Aiba y Sho- Descuida, son los otros tres chimpancés de la banda- añadí con diversión
- Chimpancé tu abuela- comentó Sho antes de abrazarme; correspondí a su abrazo con una sonrisa, haciendo lo mismo con los demás
- Espero que no estemos interrumpiendo ningún momento íntimo...- musitó Aiba alzando las cejas
- ¿Qué se creen? ¿Que estamos todo el día en ESO?-
- Si- contestaron los tres al unísono antes de echarse a reír
- Jun, necesito refuerzos. Este trío no es para nada fácil...- escuché la risa de mi novio y no pude evitar hacer lo mismo- y ustedes, pasen, siéntense. No tengo que decirles que hacer, esta  es su casa...
- Ahora que lo dices, muero de hambre- comentó Ohno frotándose el estómago con una mano
- Siempre tienes hambre, Riida. ¿Pedimos algo?- inquirió Jun
- Me parece perfecto, yo no tengo ganas de cocinar- dijo Sho acostándose en el sofá
- Ni yo
- Yo menos- agregó Aiba
- A mi ni me miren- Jun se acomodó en un pequeño sillón y me sentó sobre su regazo

Luego de debatir qué pediríamos, quien llamaría y como pagaríamos. Llegó la comida; al terminar de comer, continuábamos tirados en la sala. Al menos yo me encontraba tan lleno que ni podía moverme y ni hablar de los demás
- Creo que me comí al mundo...- musitó Sho con los ojos cerrados y tirado en el suelo 
- Te dije que no te comieras las sobras- le regañó Aiba
- Oigan, oigan, hablemos de algo realmente importante...  Se acerca el cumpleaños de Ninomi-kun, ¿qué haremos?- inquirió Sho sin abrir los ojos
- Creo que se va a morir...- susurró Ohno en mi oido, causándome risa
- Pues, pienso hacerle una super fiesta. No todos los días se cumple 28- contestó Jun antes de revolverme el cabello cariñosamente
- No la planees sin nosotros, ¿eh? Yo también quiero aportar algo- musitó Aiba con una sonrisa
- Por supuesto que no. Verán que será la mejor fiesta dada antes... ¿O no Nino?- asentí sin ganas y con una sonrisa forzada. No sabía porqué, pero tenía el leve presentimiento de que algo no saldría bien aquél día.