viernes, 26 de octubre de 2012

Mi Primera Vez


Creo que el título lo dice todo, no?
En verdad, no se me ocurrió como ponerle y... Bueno, surgió xD
Espero que les guste, aunque a mí en lo personal me pareció MUY largo D:

Género: Shonen ai, lemon.
Pareja: Machumiya :3
Extensión: One-shot



- Y ya se acabó la escuela...- comentó Jun con un poco de pesar, apoyando un brazo sobre la mesa, observando a sus padres hablar animadamente con la madre de Nino, su mejor amigo de toda la vida.
- Si, ya estaba harto, pero ahora, nos falta la universidad- contestó con una sonrisa- al menos ahí ya no tendré que usar ese uniforme tan feo y voy a estudiar algo que sí me gusta- añadió mientras fingía tocar una guitarra imaginaria
- En eso tienes razón, el uniforme era espantoso- Jun sonrió y se subió las gafas por el puente de la nariz. A simple vista lucían como dos personas completamente diferentes; Jun era alto, desgarbado, iba con el pelo negro siempre peinado hacia atrás a pesar de tenerlo un poco largo, vestía con lo primero que encontraba en el closet; no se quitaba las enormes gafas nunca y hacía muy poco que le habían removido el aparato dental.
Nino, por el contrario; era notablemente más bajito que Jun, era un poco más cuidadoso a la hora de vestir, llevaba el pelo castaño con un corte a la moda, siempre con su guitarra en todas partes, con ese aire de chico bohemio y despreocupado que le había hecho resaltar algunas veces entre las féminas.

Tan diferentes y al mismo tiempo tan cercanos.

- ¿Sabes qué es lo que me molesta?- inquirió el mayor
- No, no lo sabré hasta que no me lo digas- musitó Jun en voz baja
- Que terminó el colegio y aún soy virgen- susurró Nino algo fastidiado
- ¿Y eso qué? Yo también lo soy y por eso no merezco ir a la horca-
- ¡Me da rabia! Aiba que es más baka que yo dejó de serlo... ¡Y eso me enoja!- murmuró entre dientes, causando la risa del menor
- ¿Y qué harás Einstein?- inquirió Jun con diversión
- No lo se...- se quedó pensativo durante unos segundos- Mierda, ¡no lo se!
- Cariño, es hora de irnos- le llamó su madre a Nino, levantándose del sofá
- Ya voy mamá- miró a Jun a los ojos- más tarde hablaremos de esto- dijo a modo de despedida antes de irse detrás de su madre y despedirse de los papás de su mejor amigo, yéndose finalmente.

Jun hizo una mueca de completo desagrado, preguntándose cual sería la locura de Nino esta vez; él siempre tuvo el afán de no "llegar virgen" a la universidad, y al saber que Aiba, otro compañero de su clase había logrado su cometido, ahora no dejaba de pensar en que debía hacerlo también; molestando un poco a Jun con su actitud infantil y un poco enfermiza.

El nunca había estado tan empeñado en perder la virginidad, por dos razones... La primera; porque nadie se fijaría en él, habiendo chicos de mejor posición social y ni hablar de su físico. La segunda y más importante, porque gustaba de Nino desde hacía ya algunos años; en verdad, no recordaba con exactitud cuando comenzó a sentir cosas por él, cosas que nunca le confesaría.
Agradecía el hecho de que ambos irían a la misma universidad, aunque él iría a la facultad de ciencias y Nino estaría en la facultad de artes; a pesar de que no tuviesen clases en común, por lo menos podrían verse más a menudo.


A media tarde, el móvil de Jun comenzó a sonar, éste estiró la mano hacia la mesilla al lado de su cama y tomó el aparato
- ¿Hola?
- Acabo de tener una genial idea. Hoy dejaremos de ser vírgenes- anunció Nino
- Pero quien te dijo que yo quiero dejar de ser...
- Hoy a las nueve de la noche, te espero fuera del colegio- le interrumpió con rapidez y terminó la llamada. Jun suspiró y volvió a tumbarse en la cama, escuchando el móvil sonar nuevamente. Sonrió al ver que era Nino otra vez
- Hola de nuevo- dijo con diversión
- Olvidé decirte que lleves dinero, que no se te ocurra aparecer sin un centavo, ¡o te patearé el trasero!- y dicho esto, volvió a cerrar, causando que Jun riera por las ocurrencias del mayor; no sabía y ni siquiera quería imaginar lo que se estaba tramando su mejor amigo.

Se puso de pie y comenzó a mirar en su closet a ver si encontraba algo "apropiado" para la ocasión, esperando que Nino no lo metiera en un problema aquella noche.



Nino salió de su casa antes de la nueve, iba con un peinado diferente, vestido completamente de negro, vaqueros negros, vans negras, una camiseta negra de AC/DC y una chaqueta de cuero, esperando que no lo tomaran como un chiquillo... Como siempre sucedía.
Llegó a su antiguo colegio y esperó a Jun apoyado de la pared, cruzándose de brazos. Unos diez minutos después llegó, llevaba unos vaqueros azules, camiseta blanca y una sudadera a cuadros rojos y negros. Nino resopló al verle

- ¿Por qué no viniste disfrazado?- inquirió a modo de saludo
- No me dijiste que tenía que disfrazarme, sólo hablaste de traer dinero o me patearías el trasero- contestó el menor encogiéndose de hombros
- Baka, ¿no suponías a dónde vamos a ir?-
- No- negó con la cabeza
- Ay Jun, a veces eres tan lento... Camina, que se nos hace tarde- tomó a Jun por el brazo y comenzó a caminar junto a él; atravesaron algunas calles en silencio, hasta que se detuvieron frente a un local con muchas luces, el exterior lucía llamativo y tanto hombres como mujeres entraban y salían de aquél lugar. Jun sintió como se le caía, literalmente, la mandíbula.
- Me... Me traíste... a... a...- balbució nervioso
- Si, ¡vinimos a un Host Club! ¿Qué querías? ¿Que les pidiera dos chicas a un hada madrina? Lo siento Cerebro, pero esto es lo que hay- Nino puso los ojos en blanco y comenzó a reír cuando vio la cara de espanto de su mejor amigo.
- No pienso entrar ahí, Nino- el más bajo puso los ojos en blanco y tomó a Jun por el brazo; halándolo por el brazo derecho.
- ¡Deja de comportarte como un crío! Vamos a entrar...- Nino soltó a al menor de su agarre y lo miró a los ojos- es la única oportunidad que tenemos para ser hombres, no quiero ser el hazmereír de la clase... Por favor, Jun- dijo mirándolo suplicante y él suspiró
- De acuerdo, iremos al sitio ese- murmuró entre dientes, causando que Nino sonriera complacido.

Ambos entraron, la estancia estaba iluminada tenuemente y se veían personas ubicadas en puntos estratégicos. Chicas jovenes compartían con hombres mucho mayores que ellas y viceversa; una muchacha de algunos veinte y tantos, que llevaba un vestido rojo muy corto que no dejaba mucho a la imaginación. Agitó su larga melena color negro y sonrió
- ¿Necesitan ayuda chicos?- puso la mano en el hombro de Jun y éste sonrió forzadamente
- Más bien, buscamos compañía- contestó Nino mordiéndose el labio inferior. La chica volvió a sonreír y Jun no pudo evitar sentir una punzada de celos; a sinceridad, no le gustaba para nada el rumbo que estaba tomando aquella velada.
Se dejaron conducir hacia una de las mesas del fondo, mientras la muchacha los llevaba a ambos del brazo. Se sentaron en un sofá en color rojo vino, Nino, la chica y Jun; en ese orden respectivamente
- Bien, antes que todo, me presento... Mi nombre es Satomi- le guiñó un ojo a Jun y continuó- y puedo hacer todo, absolutamente todo lo que me pidan...

Después de aquellas palabras por parte de Satomi, comenzaron a tomar unos tragos con ella; Satomi insistió en buscar una compañera para Nino, pues sus atenciones se inclinaban un poco más hacia Jun, el cual se encontraba totalmente negado a que esa mujer le tocase.
- A ver, ustedes andan buscando otro tipo de diversión, ¿verdad?- comentó la hermosa joven, cruzando las piernas y posando un brazo en los hombros de cada uno
- En verdad... Si- contestó Nino algo apenado
- Debieron decirlo antes, aunque desde que los vi, imaginé que no venían solo a conversar- ensanchó la sonrisa- ¿quieren que busque a otra chica?
Ambos se quedaron en silencio.
- Bien, entonces son...

En cuanto Satomi dijo la cantidad de dinero, tanto Nino como Jun se quedaron pasmados. ¡Aquello era una barbaridad! No podían darse el lujo de pagar por tanto, aunque para Nino, valía la pena.
- Por los dos, ¿verdad?- preguntó el mayor de los dos
- No... Cada uno- Jun abrió los ojos como platos y Nino comenzó a toser
- ¿Podemos consultarlo?- inquirió Jun forzando otra sonrisa, Satomi cedió
- Perfecto, estaré esperándoles allí- señaló hacia el fondo- no se tarden...- y dicho esto se puso de pie, dejando a los chicos a solas
- Sabes que es demasiado dinero, ¿verdad?- preguntó Jun, ilusionado con la idea de que Nino dijera que tenía razón y se fueran de allí
- Lo es, pero...- el mayor puso una expresión triste- en verdad no quiero llegar virgen a la universidad-
- Maldición- murmuró Jun entre dientes- vale, si tanto afán tienes por acostarte con ella, vamos. Yo aporto la mitad del dinero...
- ¿Hontou?- preguntó Nino con los ojos brillantes- ¡Gracias J, eres el mejor!

Y ahí estaban los tres en aquella habitación en color beige, con la pared lateral izquierda en color magenta, en la cual se hallaba la enorme cama perfectamente tendida. Habían varios espejos ubicados en sitios específicos, un caño, en el cual descansaba un tubo; el olor a azahar invadió las fosas nasales de Jun en cuanto entraron allí.
- Que conste que esto de hacer 2x1 está prohibido, pero como son tan adorables, no me resistí...- comentó Satomi mientras se bajaba el cierre de su vestido, quedándose con unas bragas de encaje negras y un sostén del mismo color, los cuales cubrían muy poca piel. Nino y Jun se quedaron inmóviles frente a ella- Y bien, ¿quién será el primero?
Ambos se miraron, y el menor dio un paso hacia atrás, cediéndole a Nino; ya que el estaba bastante impaciente. El castaño le dio una sonrisa un tanto significativa.
- Puedo salir mientras ustedes...- Jun se detuvo, visiblemente incómodo por la situación
- No sería lo mejor, si te ven fuera, podrían soplárselo al jefe y ahí sí que sería un problema para mí- explicó la joven- pero igual no te preocupes, no me molesta en lo absoluto ser observada por ti- añadió guiñándole un ojo
- Vale...- canturreó mientras se sentaba en un pequeño sofá en color beige y trataba de ignorar a la pareja. Jamás imaginó que sería testigo de la primera vez de Nino y sobretodo, con otra persona. Aquello era un muy mal chiste del destino.

Por el rabillo del ojo, vio como Satomi empujaba a Nino hacia la cama y se inclinaba a besar su cuello, mientras acariciaba su pecho por encima de la camiseta. Cerró los ojos con fuerza y ladeó el rostro, tratando de calmar los deseos de golpearla que sentía en aquél momento.
- Espera... Espera Satomi... No, no me siento cómodo mientras se que Jun nos está observando- escuchó que decía Nino en voz baja
- Bien, a ver que podemos hacer...- Jun abrió los ojos y vio a Satomi algo pensativa- ¿Puedes entrar al baño?- el aludido asintió con rapidez y se metió al cuarto de baño sin pensárselo dos veces.


Nino se encontraba nervioso a más no poder. No podía creer que al fin podría hacerlo por primera vez; no era como lo imaginaba, pero bueno, algo es algo...
Satomi sonrió con malicia y lo despojó de la chaqueta y la camiseta, quedándose sobre él mientras lo besaba apasionadamente. Tenía bastante claro que ese tipo de mujeres no daban besos en la boca, más no le importaba; igual podrían hacer algo que era más rico que besar.

Nino acariciaba la espalda de la joven, desabrochando su sostén con ambas manos, ella sonrió al sentir sus senos al descubierto y mordisqueó suavemente el cuello de Nino; se sentó sobre su entrepierna, esperando encontrar algo endurecerse en ese lugar, pero... no.

Minutos habían trascurrido desde que habían comenzado aquello, pero aún Nino no lograba tener una erección. Satomi le miró con una ceja enarcada
- ¿Pasa algo?- preguntó 
- Querrás decir, por qué no pasa nada...- Nino se sentó en la cama- No se que me pasa, creo que estoy nervioso, ya sabes, es mi primera vez y no se...
- ¿Tu tranquilo si? No va a dolerte, voy a tratarte con delicadeza...


Jun se encontraba sentado sobre la tapa del retrete, cubriéndose los oídos con las manos, esperando escuchar algún que otro gemido, pero no, nada sucedía. La puerta del baño se abrió con brusquedad y vio como su mejor amigo entraba irradiando chispas.
- ¡Maldita sea, justo hoy! ¡Cuando más le necesito!- protestó
- ¿Qué pasa? ¿Quién murió?- Jun se sobresaltó
- ¡Yo! ¡Yo estoy muerto!... Tengo a una chica espectacular en la cama conmigo, una chica dispuesta a dejarse hacer y a hacerme lo que sea, y justo hoy no funciono... Maldita sea mi suerte-  se apoyó de la pared- Ya se acabó mi tiempo con Satomi y no pude hacer nada. Eso es tu culpa!- dijo señalando a Jun
- ¿Mi culpa? ¿Fui yo quien insistió en venir aquí? ¿Fui yo quien insistió en querer acostarse con alguien a pesar de que fuéramos dos? No, así que no vengas a culparme de nada- contestó el pelinegro poniéndose de pie
- Claro que es tu culpa, por estar aquí no pude concentrarme...
- No es mi culpa que Satomi no me haya dejado salir de aquí. ¿Qué querías que hiciera? ¿Que me desapareciera?- miró a su mejor amigo y suspiró- anda, ¡toma el tiempo que me corresponde a ver si puedes tener sexo con esa tipa y eres feliz!- comentó algo malhumorado
- ¿Estás hablando en serio?- Jun solo asintió
- Anda ve, ve, que ya me quiero largar de aquí- murmuró empujando a Nino hasta sacarlo de allí.


Se sentía molesto, frustrado y estúpido. Molesto por la actitud de Nino, frustrado por el incómodo momento que estaba viviendo gracias a él y estúpido por estar celoso de alguien quien aparentemente lo único que le importaba era llevarse alguien a la cama.

Todavía no entendía cual era el jodido empeño de Nino en dejar de ser virgen, vale, sabía que era una etapa importante en la vida de un hombre, pero, ¿tan desesperado estaba que había llegado al punto de estar con una de esas mujeres?

- Creo que tendremos que dejarlo para otro día amiguito, hay alguien que no parecer querer cooperar, si quieren pueden quedarse un rato acá, yo me voy a atender clientes...- escuchó que dijo Satomi un muy largo rato después. Nino murmuró algo que no logró entender y luego una puerta cerrarse.
- Puedes salir ya, J-

Jun salió con lentitud, encontrándose con Nino tumbado sobre la cama con un brazo sobre los ojos, apartándoselo en cuanto sintió la presencia de Jun. Se sentó con lentitud y le miró apenado

- Lamento que no hayas podido hacer nada...
- Y yo te quiero pedir disculpas por haberte hablado así, fui un tonto egoísta. Sólo pensé en mi propio placer y nada más...- Nino suspiró sonoramente 
- Descuida. Se que para ti era importante esto- torció la boca y miró hacia otro lado mientras el mayor se ponía de pie e iba hacia un pequeño refrigerador que se encontraba en la esquina
- Mira cuanta cerveza... Podemos tomarnos algunas, ya que no hicimos nada, al menos le sacamos algo de beneficio al dinero- su amigo solo negó con la cabeza mientras sonreía.

Luego de un rato y dejar casi el refrigerador sin nada; Jun se puso de pie. Era hora de irse a casa; a pesar de que el castaño estuviera pasándosela "bomba"; estaba algo contento y no era para nada saludable estar con Nino bajo ese estado.
- Anda Nino, vámonos ya-
- ¿Ya? ¿Tan temprano?- hizo un puchero
- Si... Es hora de que nos vayamos, es algo tarde- Jun miró su reloj de pulsera y suspiró
- Pero todavía quedan cervezas- lloriqueó Nino
- ¡Kazunari, ya vámonos!- espetó Jun
- No quiero irme... Esta noche prometía ser la mejor de mi vida, ¿y al final qué? Terminé metido en una habitación de hotel con mi mejor amigo. Soy tan patético- se acostó en posición fetal y continuó hablando- me puse nervioso con Satomi, al igual que con mi ex... Y no funcioné. Creo que seré virgen para siempre...
- Pero que mierda- murmuró el menor- ¿es que acaso es lo único que te importa? ¡Ya pareces enfermo sexual!
- Pero Jun, tampoco te pongas así...
- Mira, si lo que quieres es acostarte con alguien, te daré el dinero, pero lo que soy yo, ¡me largo de aquí!- exclamó caminando hacia la puerta. Nino se puso de pie y fue corriendo hasta la salida, impidiéndole el paso.
- J no te vayas- dijo en voz baja
- Si me voy, le pagaré a Satomi para que vuelva a intentarlo contigo- dijo con dureza
- Si quieres irte, tendrás que besarme-


Jun entreabrió la boca por la sorpresa, soltando una ligera carcajada, cruzándose de brazos; totalmente escéptico.
- Nino, no estoy de humor para tus juegos, ¿sabías?- inquirió alzando una ceja
- ¿Quién ha dicho que estoy jugando? Hasta Satomi obviamente quería contigo... A pesar de llevar esas gafas tan feas, ese peinado tan feo, esa ropa que no te queda para nada bien...
- Kazu- murmuró a modo de protesta, poniendo los brazos en jarras- No hace falta que detalles más
- Bueno, iba a decir que debajo de esa pinta de idiota, tenías a Satomi detrás tuyo- Nino sonrió- Así que si quieres salir de aquí, sólo bésame- Jun lo miró a los ojos y sabía que le estaba hablando en serio.
- No voy a besarte-
- Entonces te quedarás aquí hasta que yo me vaya- el castaño puso los brazos uno a cada lado del umbral de la puerta- Tu decides...


Jun exhaló antes de acercar su rostro al de Nino, quien esbozó una sonrisa triunfal en aquél momento; alzó una mano y la posó sobre una de sus mejillas. Podía sentir el aliento del mayor chocar contra su boca; sentía los labios resecos y como su corazón palpitaba con rapidez.
Nino le quitó las gafas y volvió a sonreír, esta vez algo enternecido. No podía negar que deseaba esto desde hacía mucho tiempo; por eso aquél afán loco de estar con una chica. Para ver si por fin podía sacarse a Jun de la cabeza, pero, al intentarlo con Satomi lo entendió... Estaba loco por su mejor amigo, y deseaba que lo besara ya mismo.

El pelinegro rompió la distancia entre sus bocas y rozó sus labios contra los de Nino, con algo de lentitud y torpeza, pues no tenía tanta experiencia en la materia; Nino sonrió en el beso y atrajo a Jun hacia él, uniendo sus cuerpos por completo al igual que sus labios. Se separaron con lentitud y ambos sonrieron.


- ¿Aún quieres irte?- musitó Nino en un susurro apenas audible
- En verdad, no- Jun negó con la cabeza y sus mejillas se tiñeron de carmesí, al igual que las del mayor, quien volvió a acercar su rostro hasta el de Jun, besándole nuevamente; el pelinegro correspondió a su beso, rodeando su cintura con sus brazos. Nino puso cerrojo a la puerta y sin separar sus labios aún, lo llevó hasta la cama, allí lo empujó y se colocó sobre él- Espera Nino... Creo que te estás dejando llevar por la desesperación...
- ¿Desesperación dices? No te imaginas cuanto deseaba esto- contestó con una tímida sonrisa
- Querías acostarte con...- Nino lo detuvo poniendo dos dedos en sus labios y negando con la cabeza
- Si, deseaba acostarme con Satomi porque quería sacarte de mi cabeza, porque necesitaba saber si era simplemente atracción, pero...- suspiró pesadamente- es algo más fuerte, y se que es mutuo. Lo sentí en tu beso-
- No te equivocas, en lo absoluto- Jun atrajo a Nino por la barbilla, dándole un tierno beso. Suspiró en cuanto la lengua del mayor se introdujo en su cavidad, ahogando un jadeo cuando la sintió rozar contra la suya suavemente; llevó sus manos hasta las caderas de Nino, descendiendo hasta su trasero, acariciándole con algo de timidez; jadeó al escucharle gemir por lo bajo.


Nino le quitó la sudadera y la camiseta por encima de la cabeza, dejándola olvidada en un rincón de la habitación, e inclinándose sobre Jun, dejando besos en su cuello y su torso. Rodaron sobre la cama, quedando Jun sobre él esta vez, mordiendo su labio inferior y tirando de él con sus dientes. Descendió hasta su cuello, besándolo con suavidad mientras Nino acariciaba su pelo con una mano.

Jun jamás se hubiese imaginado que su mejor amigo sentía aquello por él, y mucho menos aun que estuvieran a punto de hacer el amor. Más no era tiempo de pensar ni de imaginar, simplemente era tiempo de sentir...

Llevó una mano hasta la entrepierna de Nino, sonriendo levemente al sentir como su miembro comenzaba a cobrar vida, apretándose contra la tela de los pantalones. Continuó besando su cuello mientras acariciaba su dureza por encima de la tela; Nino dejó escapar un jadeo y cerró los ojos, dejándose llevar por aquella deliciosa sensación. Jun desabrochó su pantalón y lo despojó de el con lentitud, al igual que su ropa interior.
Continuó propinándole caricias a su miembro, deslizando la mano con un poco más de rapidez; el castaño volvió a gemir cerca del oído de su amante, el cual ya se encontraba totalmente excitado al verle y escucharle de esa manera.

- Me hiciste pasar un rato horrible, ¿ibas a ser capaz de acostarte con ella frente a mí?-
- Claro que no, no iba a ser capaz...- se detuvo al volver a gemir. Jun le masturbaba con rapidez, excitándolo aún más; sentía como su piel se erizaba y arqueó la espalda, entregándose por completo al placer de aquellas caricias. Nino llevó una mano hasta el bulto en los pantalones de Jun, apretándole con algo de brusquedad. Ahora ambos gemían contra los labios del otro; aquella dulce sinfonía de gemidos resonaba en toda la habitación. Nino se retorció debajo de su mejor amigo, llenando su mano con sus fluidos, sintiendo su cuerpo temblar  por los espasmos de aquél maravilloso orgasmo.

Con una tímida sonrisa, volvió a capturar los labios de Jun, posicionándose sobre él esta vez, acariciando su pecho y delineando el contorno de su estrecha cintura con ambas manos sin separar sus labios aún. El menor suspiró y se apoyó en ambos codos, observando cada uno de los movimientos de Kazunari, mordiendo su labio inferior en cuanto su boca rozó contra su pelvis; sintiendo como el corazón le latía desbocadamente en cuanto lo vio llevar su miembro hasta sus labios.

Nino comenzó a propinarle delicadas succiones solo a la punta, con algo de torpeza e inexperiencia, más esto Jun no parecía notarlo, pues mordía su labio inferior para contener, sin nada de éxito, jadeos y suspiros. El mayor acariciaba la base de su dureza mientras aumentaba el ritmo en las succiones, ganando confianza en sí mismo al escuchar los gemidos del pelinegro. Jun se dejó caer de espaldas en la cama, agarrando las sábanas con fuerza, dejando escapar un forzado gemido lleno de placer. Se incorporó y tomó a Nino por el brazo, ambos sonrieron antes de besarse otra vez, Jun acarició una de las mejillas de Nino con delicadeza.

- ¿Quién quieres que...
- Shh, confío en ti J- le interrumpió en voz baja, sonrojándose violentamente. No quería que Jun sufriese, ¿y a quién quería engañar? Deseaba poder sentirlo dentro suyo.
Ambos con los nervios a flor de piel, unieron sus bocas en un interminable, largo e intenso beso; Nino se colocó sobre Jun, sin separar sus labios aún, llevando una mano hasta su falo, dispuesto a penetrarse a si mismo.
- Espera, espera un momento... Así no, podría hacerte daño y yo...- Jun acarició una de sus mejillas dulcemente mientras le miraba a los ojos- quiero ser delicado, quiero cuidarte...

Nino enmudeció tras escuchar aquellas palabras, no era posible que aquél chico, al que a veces veía como un tonto inmerso en su propio mundo le hubiese dicho esas cosas. Suspiró, y en silencio, acercó su boca hasta la de él, besándole apasionadamente mientras sentía sus caricias en todo el contorno de su cintura; las lenguas de ambos se entrelazaban con algo más de destreza, haciendo que se escapasen jadeos involuntariamente de su boca. Jadeos que se convirtieron en gemidos al sentir uno de los dedos de Jun penetrar en su estrecha y virginal cavidad; sus movimientos eran con cuidado, muy despacio, sin dejar de besar sus enrojecidos e hinchados labios.
Un segundo dedo se introdujo dentro suyo, Nino movía las caderas en busca de más roce, más placer; mientras el menor le observaba disfrutar de todo aquello.

- J, por favor...- pidió con la voz entrecortada
- ¿Seguro que no te dolerá?- susurró el pelinegro con ligera preocupación
- No lo se, pero, se que no... Dijiste que cuidarías de mí- Jun sonrió y asintió levemente, retirando los dedos de la entrada de Nino. El mayor rodeó el miembro de su amante con sus dedos, llevándolo con lentitud hasta su dilatada entrada, penetrándose sólo la punta. Ambos se miraron a los ojos al momento en que Nino comenzó a mover las caderas hacia abajo, haciendo que la virilidad de Jun estuviese finalmente dentro suyo; se encontraba mordiéndose los labios para no emitir ningún sonido. 

Lentamente el dolor le fue dando paso al placer, y fue en ese entonces cuando Jun le tomó por las caderas, penetrándole con lentitud, sintiéndose aprisionado entre sus estrechas paredes; Nino, por su parte, apoyó ambas manos del pecho del menor, moviéndose al unísono, estremeciéndose cada vez que la dureza de J se enterraba en él. Mordió su labio inferior para contener sus gemidos, sintiendo como el placer iba apoderándose de él con cada embestida que Jun le regalaba.

El menor posicionó las manos en sus caderas, tomándolas con fuerza, penetrándole con más profundidad; Nino se inclinó hacia él, tomando sus labios en un salvaje beso, mordisqueando su labio mientras ambos gemían sin poder evitarlo. En un rápido movimiento, Jun se posicionó sobre el mayor, dejando sus piernas rodeando su cintura; ambos se miraron a los ojos y el pelinegro esbozó una leve sonrisa al adentrarse de nuevo en el cuerpo de Nino, cambiando la expresión por una llena de placer que Nino no pudo evitar jadear... Definitivamente, Jun era endemoniadamente hermoso.

J le regalaba profundas y lentas embestidas, ambos se encontraban al límite, sus cuerpos perlados por el sudor, ambos jadeantes y excitados a más no poder. Nino llevó una mano hasta su endurecido miembro, masturbándose al mismo ritmo que su amante marcaba, abandonándose por completo a aquella deliciosa sensación; Jun volvió a besarle, gimiendo cada uno en la boca del otro, sin importarle ser escuchados por alguien, simplemente disfrutando de aquél momento, de su momento.

Un forzado gemido se escapó de los labios de Nino, quien arqueó la espalda y se agarró con fuerza a las sábanas con la mano libre, derramando su tibia esencia en su mano, llenando el vientre de Jun con aquél líquido. Jun, por su parte volvió a penetrarle varias veces más, hundiéndose en su cuerpo por última vez, susurrando el nombre del castaño mientras lo llenaba con sus fluidos; Nino arqueó la espalda nuevamente, musitando un quedo gemido que murió en los labios de Jun.


Lentamente y con sumo cuidado, se separó del mayor, intentando calmar su agitada respiración. Nino estaba inerte a su lado, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, tratando de encontrar algo de oxígeno... No podia creerlo, ya no era virgen, y lo mejor de todo es que había sido con el chico que le traía loco. Kazu abrió los ojos, regalándole la más enternecedora de las sonrisas al verle.

- ¿Estás bien?- preguntó en voz baja
- Eso debería de preguntarlo yo, ¿no crees?- respondió Jun con una sonrisa
- Yo estoy genial, mejor que nunca...- Nino se volvió hacia él, acariciando su barbilla con el pulgar
- Nino... Después de esto...- se detuvo, algo apenado- Nosotros, ¿en qué quedamos?
- Amigos solamente no podemos ser- contestó el mayor luego de pensárselo unos segundos- No se tu, en verdad no quiero encasillar o ponerle nombre a esto que recién tenemos, pero... Puedo asegurarte que no quiero a nadie más a mi lado que no seas tú...

Jun le miró y no pudo evitar sonreír, besando una de sus mejillas con suavidad. Sintiéndose la persona más afortunada del mundo, definitivamente, aquella había sido una de las mejores noches de su vida. Quizás Nino y él no eran oficialmente "novios" aún, y que sólo sería cuestión de tiempo para que eso sucediera. Pero también sabía que aquello que habían compartido aquella noche era sumamente especial y que quedaría guardado en sus corazones para siempre.

3 comentarios:

  1. aaaaaaah!!! sdgfgsfashgjsdhf *derritiendose* ♥////////////////♥
    solo puedo decir LO AME!!! LO AME!!
    kuuuuuu~~~ X___x
    Matsumiya<333
    Gracias Iza!! me has dejado tonta >o< jaja
    Me encanto!! sdfsjfsajf ♥♥♥

    pd:mientras mas largo mucho mejor :D

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  2. Hahahahaha, Si, claro e.e
    Cuidado si te quedas toda derretida y pegada del teclado D:
    A mi también me gustó mucho hacerlo, creo que por eso me quedó tan largotee!
    Y no tienes que agradecer, sabes que al igual que tu AMO el Machumiya <3

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  3. Par de tontos vírgenes perdedores (?) :v
    Jajaaja! Asdfhsd he rodado leyendo esto *-*

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