Género: Shonen ai.
Pareja: Matsumiya
Extensión: Drabble
N.A: Comienzo diciendo que esto es cursipendejo nivel Dios xD y que las cursivas son flashback.
Estaba totalmente convencido de que aquél día sería el peor de toda mi existencia...
Tenía una importantísima propuesta de trabajo y debía de ir a una entrevista, deseaba encarecidamente un puesto en aquella empresa de diseño, había sido mi sueño desde muy chico y me había quemado las pestañas en la Keio estudiando por cuatro años para conseguirlo, hasta que por fin se habían fijado en mi potencial. Aquél día iba a demostrarles que estaba hecho para pertenecer a ese mundo.
Pero ya todo estaba comenzando mal.
Mi auto comenzó a fallar justo antes de irme, por lo que debía de tomar el metro para llegar, y las oficinas de Sky Entrerprises estaban al otro lado de la ciudad. Definitivamente, iba a llegar con retraso.
Con un largo suspiro, salí del auto con el maletín en mano, tratando de ser lo más rápido posible, no podía perder aquella entrevista, si lo hacía, iba a perder la única oportunidad de ser alguien importante, de seguir enorgulleciendo a mis padres, la oportunidad de crecer como profesional, y no, no quería ser ningún perdedor.
El metro abarrotado de gente, más personas entrando, y los minutos trascurriendo con una rapidez impresionante. Una niña de algunos tres años dejó caer su biberón sobre mí, salpicando el saco de mi impecable traje gris con leche.
- ¡Maldición!- exclamé entre dientes, la niña me miró apenada, mientras su madre abría los ojos, escandalizada por lo ocurrido
- Perdón señor, ¡mil perdones!- dijo con una mirada suplicante- Me distraje un segundo y mire el desastre que causó Aya-chan. ¡Discúlpate con él, Aya!
- Gomen ne- musitó la pequeña de pelo negro y ojitos azules. Esbocé una sonrisa y con dificultad, acaricié su cabello, restándole importancia a lo ocurrido.
- No te preocupes, todo está bien- volví a sonreír.
Llegué con retraso a la entrevista de trabajo, pisoteado, algo despeinado, arrugado y apestoso a leche. A pesar de que si lograron atenderme, me miraban con reticencia durante toda la entrevista, y finalmente, me despidieron con la típica frase: "Le llamaremos en seguida"; y esperaba que al menos en mi caso, si lo hicieran.
- Este día ha sido una completa mierda...- dije por lo bajo al salir del edificio de Sky Enterprises, rogándole a los dioses o a quien fuere que me diesen una oportunidad.
Mientras caminaba hacia algún sitio donde comer, no me había dado cuenta de que los cordones de uno de mis zapatos se había desatado y lo pisé, cayendo de la manera más ridícula en plena calle, sintiéndome como el mayor idiota sobre el planeta.
Verdaderamente, aquél no era mi día en lo absoluto.
Me puse de pie rápidamente, ignorando las risillas que escuchaba a mí alrededor y me metí al primer restaurante que encontré a mano. Terminé comiendo un plato de ramen y pensé en irme ya mismo a casa, para no pasar más vergüenza por el día de hoy.
Al salir del restaurante, miré hacia el cielo y me di cuenta de que comenzaba a nublarse; este sería el colmo, que comenzase a llover y yo sin paraguas.
En efecto, así fue; comenzó a llover mientras esperaba un taxi, y no pasaba ninguno. Me encontraba empapado de la cabeza a los pies, justo cuando vi que uno se detenía frente a mi, esbocé una sonrisa de alivio, pero una chica embarazada también esperaba a mi lado, y por cortesía, debí cedérselo a ella.
- Claro Jun, como eres todo un caballero, ahora te mojarás más aún...- musité ya enojado conmigo mismo.
Luego de un rato bajo la lluvia, pequeño auto rojo se detuvo frente a mí. Me quedé mirándole con curiosidad hasta que vi que su conductor bajaba un poco el cristal de la ventana.
- Se enfermará ahí afuera, entre, voy a darle un aventón a su casa...
Me quedé dubitativo, debatiéndome si entrar o no, pero en verdad no quería seguir mojándome más, así que, entré de una vez, agradeciéndole la vida a ese desconocido.
Al sentarme en el asiento, me fijé en mi salvador... Era un muchacho de pelo rubio dorado, con apariencia de niño y con un abrigo bastante colorido, éste esbozó una sonrisa al verme y sus ojos castaños tenían un brillo de inocencia, cosa que me pareció muy enternecedora.
- ¿Te encuentras bien, aparte de mojado?- inquirió sin dejar de sonreír
- Creo que si- contesté en voz baja- Mil gracias por esto, descuida que te pagaré por los daños ocasionados a tu auto- dije refiriéndome al haber mojado el asiento.
- Claro que no, sólo hago un bien, no tienes que pagarme... Es que me dio penita verte ahí parado y todo empapado- contestó el chico volviendo a sonreír- Ahora te llevaré a tu casa para que no pilles una neumonía...
- Gracias...- me detuve al no saber su nombre
- Ninomiya- dijo con voz clara.
Estaba totalmente convencido de que aquél día sería el peor de toda mi existencia...
Y lo fue. Fue uno de los peores días que pude tener, pero conocí a la persona que hace todo en mi vida tenga sentido. Nunca imaginé que aquél día infernal, Nino llegaría a mí, a cambiarlo todo con su hermosa sonrisa, a hacerme feliz a cada segundo.
Volvería a vivir ese día con tal de volver a conocerle otra vez...
Volvería a enojarme con tal de verle sonreír de esa manera otra vez....
Volvería a enamorarme de él, otra vez.
- ¡Tadaima!- canturreó Nino al entrar a mi apartamento, sacándome de mis pensamientos- Traje la cena así que no te preocupes por nada...- observaba como dejaba las cajas de pizza sobre el desayunador y me sonreía- Decidí comprar dos cajas de pizza pues se que una caja no basta para ti... Oye J, ¿sucede algo?- me miró con el ceño fruncido y se acercó hasta mí
- No, no pasa nada-
- La pizza es de doble queso, pensé que te gustaría... ¿No te gusta?- se sentó a mi lado e hizo un puchero involuntario.
- Claro que si, no te preocupes Nino, está todo bien- tomé su rostro por la mejilla y lo miré a sus hermosos ojos antes de besarlo con ternura- Sólo estaba pensando en el día en que te conocí...
- ¿Ah si? ¿Y qué pensaste?- inquirió Nino con una sonrisa, ahora más relajado
- En que fue un día desastroso, que fue una total mierda, pero llegaste tú y lo cambiaste todo- Nino se sonrojó levemente y negó con la cabeza
- Como siempre, tú y tus cursilerías- arrugó la nariz y comenzó a reír- Pero así te adoro... -suspiró y tomó mi mano con delicadeza- Para mi también fue un día horrible y tu lo convertiste en el mejor de mi vida... -dijo antes de darme un pequeño beso en los labios- ¡Y ahora, a cenar! ¡La pizza va a enfriarse!
Nino se puso de pie y fue hasta la cocina, sacando los platos y los vasos mientras tarareaba una canción. Él no era tan demostrativo a la hora de hablar sobre nuestros sentimientos, pero sabía que él me amaba tanto como yo a él.
kyaaaaaaaaaaah!!! ♥////♥
ResponderEliminarme encanto!! como siempre
mi matsumiya me hacer sonrojar mucho >0<
Iza! ya me estas haciendo adicta a tus cursipendejo asi que espero que me brindes otro pero esta vez un oneshot *0*
Ok.. esto ha sido demasiado cursi xDDDDDDD Pero .me encantó! *-*
ResponderEliminarEscribes muy bonito x3