Este fue el primer one-shot Machumiya que hice, a mi en lo personal me gustó, y espero que a ustedes también :3
Pareja: MatsuMiya
Género: Lemon
Extensión: One Shot
Sábado en la noche, o mejor dicho, madrugada del domingo; voy de camino a casa, agotado, hambriento y con ganas de dormir. La noche había trascurrido muy lenta y el bar en donde trabajaba había estado abarrotado a más no poder, el estar de aquí para allá llevando tragos, soportar las miradas lascivas de las chicas y de algún que otro chico, más tener que aguantar que me agarrasen el trasero cada dos por tres; todo aquello en conjunto daba por resultado: una noche horrorosa.
Sí, eran mis primeros días en Tokyo y todavía me costaba adaptarme al acelerado ritmo de vida de al cual todos estaban acostumbrados, pero poco a poco lo llevaba. Aquella noche regresaba a casa con una buena propina, era lo menos que merecía después de tanto sufrimiento.
Mientras estaba a unas dos cuadras antes de llegar a mi pequeño apartamento, vi una sombra un tanto sospechosa. Entrecerré los ojos y me fijé en aquella persona; era un chico, alto, con el pelo negro un poco alborotado, iba vestido de negro, con una chaqueta de cuero y vaqueros negros ajustados; se encontraba apoyado de la pared de un edificio y se fumaba un cigarrillo, al pasar por su lado incliné el rostro y continué caminando pues no sabía si era un loco psicópata o algún ladrón que quería quitarme mis ganancias de aquella noche. Y al parecer así era, pues a los pocos segundos sentí que alguien iba caminando detrás de mí; no hacía falta que me diese vuelta para saber quien era, pues por el aroma a tabaco supe que era el mismo chico, ladeé un poco el rostro y le miré por el rabillo del ojo, viendo como esbozaba una sonrisa torcida antes de llevarse el cigarrillo nuevamente a los labios.
Estaba entrando en pánico, tenía ganas de correr y pedir ayuda, pero... ¿Y si estaba armado? Podría reventarme allí mismo y nadie se saría cuenta. Así que me armé de valor y me detuve, volviéndome hacia él
- ¿Qué quieres?- inquirí con nerviosismo. Él me miró con una leve sonrisa
- ¿Yo?- se señaló a si mismo- nada...- añadió encongiéndose de hombros
- Estás siguiéndome. Algo quieres de mí- lo miré a los ojos y me fijé en sus facciones. Para ser un ladrón, era realmente hermoso, pobladas cejas negras al igual que su espeso cabello, su tez blanca, sin ninguna imperfección, nariz recta, y su boca... Sus labios eran carnosos, rosados y pude fijarme que tenía un lunar en el labio superior, el cual se curvó un poco al él volver a sonreír
- ¿Qué no puedo caminar detrás tuyo? No sabes si vivo en el mismo lugar que tu... Además deberías de agradecerme. No es bueno que un chiquillo como tu ande solo por aquí a esta hora...
- Espera... ¿Me estás llamando chiquillo? ¿¡Quién demonios te crees!? ¿Mi papá?- le interrumpí bruscamente
- No es para que te enojes. Eres un chiquillo, ¿qué no ves tu estatura?- se cruzó de brazos y me miró con diversión
- Serás imbécil...- murmuré entre dientes- ¿sabes qué? Estoy agotado y no estoy de humor para esto, así que piensa lo que quieras y ve a donde quieras, total, no te conozco ni tu me conoces a mí. Así que no necesito tu compañía, ¡me las apaño bien yo solito!- y le di la espalda nuevamente para continuar mi camino; no mentía cuando decía que no me encontraba de ánimos para esto, y lo único que quería era irme a mi cama y descansar.
Seguí sintiendo los pasos detrás mío y bufé; el muy imbécil continuaba persiguiéndome, y ya me tenía nervioso pues no sabía exactamente cuales eran sus intenciones para conmigo. ¿Y si el quería amordazarme, violarme y matarme?
"Ya deja la paranoia Ninomiya, cálmate y sigue caminando", me dijo una voz interior a la cual decidí ignorar, pues aunque el desconocido se hubiese animado a hablarme y fuese tan endemoniadamente atractivo, aún seguía dudando de él.
Al llegar a mi edificio, él se detuvo unos pasos detrás de mí
- Bien, ¿ya me puedes dejar de seguir? Me tienes con los nervios crispados...- musité sin volverme hacia él
- Eres un mal agradecido, ni porque estoy cuidando de ti eres un poco más dulce conmigo- bufó
- No me interesa ser dulce contigo y tampoco tener guardaespaldas por ahora, muchas gracias señor...- dudé al no saber su nombre
- Jun...- susurró en mi oído- me llamo Jun- me sentí estremecer al escuchar su voz, sonaba aterciopelada y muy sensual. No era la primera vez que me pasaba esto con un chico, pero si con un desconocido
- Va... vale Jun- tartamudeé- entonces... me... me voy a casa- dije antes de dar unos pasos, pero el me detuvo, sosteniéndome por la cintura
- ¿Y no piensas pagarme por haberte traído a casa?- volvió a susurrar, ésta vez apretándome por la cintura. Sentí miedo, ¿qué demonios era lo que se traía este tipo entre manos? ¿Acaso quería quitarme mi dinero?
- Bien Jun- me quité su mano y me volví hacia él, alzando la vista hasta encontrarme con sus ojos- ¿qué quieres que te de? ¿Cuánto quieres?- inquirí apretando la mandíbula
- ¿Piensas que quiero quitarte tu propina? No... No soy tan abusador, además, te preocupas mucho por el dinero... Yo quiero que me pagues con otra cosa...- sentí su cercanía y retrocedí. El corazón me latía apresuradamente y los nervios volvían a incrementar
- ¿Y qué demonios quieres?- susurré al sentir su mirada posarse en mis labios
- ¿Tengo que decírtelo? Creo que es muy obvio lo que quiero, Nino...- abrí los ojos desmesuradamente y volví a retroceder, pero el me tomó por la muñeca
- ¿Cómo sabes que me llamo Nino? ¿¡Quien eres y qué quieres de mi!?- pregunté alzando la voz
- Preguntas demasiado, ¿sabías?- me haló bruscamente hacia él, yo traté de empujarle pero me tomó por los brazos, inclinando su rostro hasta dejarlo a escasos centímetros del mío. Con rapidez, capturó mi boca y comenzó a besarme con ardor; sus labios tibios contrastaban contra el frío de los míos, mi torso se vio totalmente aplastado contra su pecho. Solté un suspiro y correspondí a su beso, no sabía porque, pero sentí la necesidad de dejarme llevar.
Entreabrí los labios para darle paso a su lengua, que entró en mi boca y comenzó a explorarla, jugueteando finalmente con la mía... Aquello era exquisito, su aliento se mezclaba con el mío y sentía el sabor del alcohol y del tabaco en su boca; lo cual era totalmente embriagador. Llevé una mano hasta su cabello, hundiéndola en el y acariciándole mientras nuestros labios se fundían en aquél beso que no parecía tener final. O al menos, yo no quería detenerlo...
Sus manos dejaron de aprisionar mis hombros y descendieron hasta mi cintura, apretándome contra su duro cuerpo, sus caricias descendieron hasta mi trasero, apretándole con fuerza y restregándome contra él. No pude evitar soltar un jadeo contra sus labios y dejamos de besarnos para buscar aire
- ¿Querías que... te pagara con esto?- pregunté casi en un susurro. Él acarició mis labios con el pulgar, acercando su frente a la mía... nuestras respiraciones sonaban irregulares, y no era para menos después de semejante beso
- Puede que sí- contestó en voz baja antes de besarme nuevamente, volviendo a estrecharme en sus brazos. Algo dentro de mí me decía que esto no era correcto, que debía detenerle, ¿cómo era posible que estuviese besando a un completo desconocido?, un desconocido que era muy sexy, un desconocido que besaba como los mismos dioses- ¿por qué? ¿Querías darme algo más?
- ¿Cómo es que sabes mi nombre?- mordí su labio inferior y él sonrió
- Te he visto unas cuantas veces en el bar, y no te mentí, vivo por aquí cerca. ¿Eso responde a tu pregunta?-
- Creo que estoy desquiciado por decirte lo que te voy a decir, pero... - tomé una bocanada de aire antes de continuar- sube- y dicho esto, me solté de su agarre, saqué las llaves de mi bolsillo y entré al edificio, con Jun pisándome los talones. Estaba totalmente loco al meter a un tipo que apenas había hablado con él, pero es que la carne es débil y yo necesitaba un poco de... aquello.
Al entrar a mi apartamento, dejé el bulto tirado en la entrada y Jun cerró la puerta; inmediatamente nos miramos a los ojos, acortamos la poca distancia entre nosotros y volvimos a besarnos. Me alcé un poco para alcanzarle, ya que era notablemente más alto que yo, él sonrió en el beso y se inclinó un poco más; devorando mis labios, mordiéndolos, succionándolos y comiéndolos con cada beso. Lentamente nos dirigíamos a mi habitación, tropezándonos y chocando con todo a nuestro paso, pues no queríamos separarnos siquiera un segundo; me quité la sudadera y la arrojé al suelo, haciendo lo mismo con su chaqueta, la cual terminó en el pasillo.
Al llegar a mi habitación, ni siquiera me molesté en encender la luz, Jun tomó mi mano y me llevó hasta la cama, empujándome suavemente hasta caer en ella. Se acomodó sobre mí y me quitó la camiseta, inclinándose sobre mi pecho; dejé escapar un sonoro jadeo al sentir su cálida lengua sobre uno de mis pezones, el cual reaccionó a aquel contacto, endureciéndose por completo. Cerré los ojos y me dejé llevar, quedándome inmóvil solamente disfrutando de sus besos; una de sus manos se posó sobre el otro pezón y tiró de él con brusquedad, haciéndome gemir un poco más alto. Jun mordisqueó mi pezón, causándome dolor y un indescriptible placer que me recorría desde la cabeza hasta los pies; me encontraba duro a más no poder, mi erección se apretaba al máximo contra mis pantalones, amenazando con estallarlos en cualquier momento; mi amante pareció notarlo y con la mano libre comenzó a acariciar mi erección por encima de la ropa, sacándome mil y un quejidos.
- Ya para... aah...- gemí y mordí mi labio inferior, pero él hizo caso omiso a mis súplicas, dedicándole las mismas atenciones al pezón que solamente acariciaba. Cuando sentí sus labios succionándole suavemente, me sentí perdido; aquél chico me tenía en sus manos, y en lo único que podía pensar era en lo excitado que estaba y en cuanto deseaba sentirle ya dentro de mí.
Jun bajó mis pantalones y mis boxers de un tirón, lanzándolos a una esquina del cuarto, se desabotonó la camisa y se deshizo de ella, dirigiéndome una mirada cargada de deseo que me hizo temblar por completo. Me encontraba tan excitado que me daba hasta vergüenza
- Mira como te tengo... Y eso que no querías...- sonrió burlón
- Baka... creído... eres un... ahh- volví a gemir en cuanto sus labios tocaron la punta de mi erección, succionándole sin ningún tipo de sutileza. Era tan rudo, salvaje y para nada delicado, pero aquello me gustaba, me encantaba la manera en como me tomaba y solo hacía que deseara más de él. El ritmo de sus succiones iba en aumento y su mano se movía por toda la extensión de mi hombría, apretándole con una fuerza descomunal, me hacía daño, pero al mismo tiempo me excitaba hasta el punto de la desesperación... Dejó las ásperas caricias y se introdujo todo mi pene en la boca, chupándole con lentitud, me encontraba moviendo las caderas al ritmo que el me marcaba, arqueando la espalda y gimiendo entrecortadamente una y otra vez.
Volvió a regalarme vigorosas succiones, dejando una mano en mis caderas y la otra la llevó hasta mis labios, la cual la tomé y comencé a lamer y a succionar dos de sus largos y bien formados dedos; moviendo las caderas con más rapidez. Me encontraba a punto de explotar, de mis labios salían desaforados gemidos de placer, y él jadeaba de solo escucharme. Levantó la vista y ambos nos miramos, yo volví a gemir... el verlo hacerme aquello, ver sus hermosos labios en torno a mi dureza era una de las imágenes más eróticas que hubiese visto antes
- Suficiente, quiero metértela ya...- musitó antes de ponerse de pie y quitarse las pocas prendas que le quedaban. Sonreí y ahogué un jadeo al ver su erección, se encontraba tan duro, húmedo y caliente...
Jun se acomodó entre mis piernas, besándome en los labios con lentitud, con calma mientras nuestras lenguas se saboreaban entre sí, rodeé su cuello con mis brazos y enrosqué mis piernas alrededor de su estrecha cintura; más no me contuve y comencé a acariciar su espalda sin dejar de besar sus labios, jadeando en el beso al sentir mi sabor impregnado en su boca. Jun acarició mi humedecido miembro y llevó sus dedos hasta mi entrada; jadeé contra sus labios al sentir el primero
- No quiero sentir tus dedos... Hazlo ya, onegai...- rogué y él sonrió con malicia, dejando sus manos en mis caderas y penetrándome de una sola estocada. Él gimió al sentir mis paredes aprisionar su sexo y yo ahogué un grito al sentir el grosor de su miembro
- Lo siento...- musitó en voz baja y acarició una de mis mejillas con delicadeza. Sentí mis mejillas arder y agradecí profundamente el hecho de que estuviésemos en la oscuridad, pues así el no notaba que estaba totalmente sonrojado por aquél gesto de su parte
- No tienes que disculparte, en serio- le miré a los ojos y comencé a mover las caderas muy despacio, volviendo a gemir en cuanto el dolor le dio paso al placer; Jun se movía a mi ritmo, tomando mis manos y dejándolas encima de mi cabeza mientras me propinaba profundas embestidas; su dureza entraba y salía lentamente, provocándome latigazos de placer en todo el cuerpo, jamás, nunca había experimentado estas sensaciones... Con Jun, el sexo era placentero en todos los sentidos.
Su mano apretaba mis muñecas, impidiéndome soltarlas y con la otra me masturbaba con rapidez, apretando el glande sin delicadeza. Mis gemidos eran cada vez más altos y me encontraba sudado, jadeante, pidiendo por más; Jun lucía sudado, con los ojos cerrados y los labios curvados en una leve sonrisa mientras me regalaba sádicas estocadas; ambos estábamos al límite, sabía que no faltaba mucho para correrme, y a juzgar por las expresiones de él, sabía que tampoco tardaría mucho.
Jun soltó mis manos, capturando mis labios nuevamente en un ardiente beso, introduje la lengua en su boca, entrelazándola con la suya una y otra vez; dejé mis manos en su espalda, sosteniéndome con fuerza, clavando mis uñas en ella, y me apenaba el hecho de que dejaría marcas en su perfecto cuerpo. Él gimió por última vez, soltando un gruñido al dejar su semilla dentro de mí... jadeé al sentir ese líquido caliente en mi interior y mordí su labio inferior, arqueando la espalda y susurrando cosas incoherentes mientras gemía repetidas veces y dejaba nuestros vientres impregnados de mis fluidos; él se dejó caer encima de mi, totalmente agotado mientras ambos luchábamos por normalizar nuestras respiraciones.
- Ha sido...- dije después de unos minutos- increíble- sonreí
- Y que lo digas, y si que me tenías ganas, ¿eh?- comentó con una sonrisa
- Puto creído- le saqué la lengua, Jun salió lentamente de mi cuerpo y se acostó a mi lado
- Mucho, y es cierto, me tenías ganas. Tantas como yo a ti- se encogió de hombros
- Eres un insufrible- murmuré
- Ya, ya, no vamos a pelear por eso, ¿o si?- negué con la cabeza
- Hablando en serio, ¿cómo es que sabes de mí?- quise saber
- Digamos que te observaba cuando venías todo apurado. Vivo en el edificio de al lado, y siempre que iba a hablarte o algo, me ignorabas... y bueno, te había visto en el bar algunas veces, pero igual me ignorabas, y hoy decidí hablarte- dijo a modo de explicación
- Entonces me acosabas...- dije en voz baja con una leve risilla. Que tonto al no fijarme en semejante chico, pero no hay mal que por bien no venga, finalmente me fijé en el y de que manera...
- Algo así, ¿te molesta?- negué con la cabeza
- En lo absoluto. Solo que me siento un poco culpable y para disculparme, voy a prestarte más atención, para conocernos más...- comenté mientras acariciaba el contorno de su pecho con un dedo
- Si es así, por supuesto que quiero- lamió sus labios, mirando descaradamente los míos
- Quédate, tengo ganas de comenzar a disculparme desde esta misma noche- sonreí con malicia y descendí el dedo hasta su ingle, Jun sonrió nuevamente antes de besarme con lentitud, enredando los dedos en mi pelo mientras mi mano acariciaba su creciente erección. Sin duda esta "disculpa" sería muchísimo mejor.
Ya me he puesto al día con tu blog leyendo todos tus fics XD Me han gustado, sobre todo este... no por el lemon (que también, jajaja), pero la historia me ha gustado ^^
ResponderEliminarSi te soy sincera no suelen llamarme demasiado la atención los universos alternos, suelo preferir que Arashi sea Arashi, que sean más "ellos mismos", no sé si me expico, pero me gusta como has ido desarrollando la situación, así que espero leer más cositas tuyas. Y ya si me escribes un Matsumiya que no sea UA te adoraré mucho, jajajaja.
Awww Yunnie, arigatou^^
EliminarMe alegra que te hayan gustado mis fics y si, me adorarás mucho porque si tengo un MatsuMiya que no es UA, y mejor aún es un serial que muy prontito verás por acá :B
Pues me parece que sí, que te adoraré mucho, jajaja. Espero impaciente por ello ;p
EliminarOMG!!!!! jhsadfjfjasdfjasfasjf X_______X
ResponderEliminarMe encanto! *O*
ay Nino que suerte de tener ese acosador >///<
y si con esa noche como dejarle de prestarle atencion si se va ser su droga de ahora en adelante kyaaah ♥¬♥
Iza pare haber sido tu primer fic de matsumiya te quedo fantastico y eso que fue con lemon *O*
Me gsuto Arigatou! ^^
ohhh..es el 1° matsumiya que leo y me encantó....
ResponderEliminariza de verdad que escribes geniallll...la trama esta super y ver a jun como un acosador es algo sexy...jajajaj ^^
lindoooooooooooooo!!!1
Junseme!!! ahsdfsgahjshdg amo a junseme jojojo
ResponderEliminarbueno este shot me dejó sin palabras, no cabe duda que
eres buenísima en esto, y más por haber sido tu primer shot
con todo y lemon, la historia fue bastante interesante
nino teniendo un acosador *-*
amo tu escritura, es muy linda, fascinante, increíble, de lo mejor. Me sorprendiste una vez más :D
seguiré leyendo jane!
Cada vez me gusta más el Matsumiya! Para ser este tu primer fic quedó súper súper bien! La historia muy buena y el lemon me infarta x___x
ResponderEliminarDIOS MIO!! X____X
ResponderEliminarSIMPLEMENTE GENIAL! AHH!! AMO EL MATSUMIYA *-*
EL LEMON ASSFGASFH!