Días después…
Abrí
los ojos al sentir los rayos del sol sobre mi piel, con una mueca de desagrado
me incorporé de la cama con lentitud, algo desorientado, la cabeza me daba
vueltas, tenía la misma ropa de ayer, y no sabía que había ocurrido conmigo la
noche anterior; al ver el par de botellas de licor en el suelo, más una
guitarra desconocida, el abrigo de Jun y algunas fotos de nosotros esparcidas
en la cama, supe que no había sido algo muy satisfactorio.
Corrí
las cortinas, sumiendo la alcoba en la oscuridad, lanzando un suspiro. Me
sentía horrible y quería dormir, o al menos pensar exactamente en lo que había
hecho anoche.
Tenía
más de quince días sin saber de J, y aquello estaba carcomiéndome por dentro, a
cada momento me sentía más vacío; ni siquiera el hecho de compartir con los
chicos me hacía sentir mejor. Kitagawa no mencionaba a Jun, y según habíamos
escuchado por los pasillos, los miembros del equipo tenían estrictamente
prohibido hablar de él, cosa que sólo hacia llenarme de rabia y sentirme
impotente al no poder hacer nada para cambiar aquella injusticia.
-
¿Qué demonios habré hecho? ¿Y de dónde diablos saqué esta guitarra?- inquirí en
voz baja, tomando el instrumento con delicadeza. Era en color blanco, el traste
y las clavijas eran en un tono dorado, que resultaba llamativo y muy
sofisticado para ser una sencilla guitarra acústica. Al mirar una esquina de la
habitación, divisé el papel de regalo y ahí comprendí todo.
Era
mi regalo de cumpleaños.
Pero
no un regalo cualquiera, ni de una persona cualquiera… me lo había dado Jun, al
parecer, en mi estado de ebriedad fui hasta la habitación de huéspedes y lo
tomé. Al igual que las fotos que estaban sobre la cama…
-
Oh, finalmente estás despierto- comentó Sho parado en el umbral
-
¿Qué buscas aquí?-
-
¿Y me lo preguntas? ¿Se te olvidó que soy tu niñera personal? No puedo dejarte
solo ni un segundo, cuando Aiba y yo llegamos anoche estabas borracho como una
uva, viendo estas fotos- comentó entrando en la habitación, recogiendo las
fotografías- intentamos quitarte la botella, pero estabas negado, así que
esperamos a que te quedaras dormido y te la quitamos…
-
Dios, que patético- murmuré entre dientes, yendo hacia donde se encontraba el
estuche de la guitarra y guardándola en él, dándole la espalda a Sho-chan
-
Kazunari…-
-
¿Si?- contesté sin mirarle
-
No se cómo decirte esto pero… Creo que estás cayendo en depresión, en una muy
fuerte depresión- dijo con lentitud, como escogiendo las palabras- No has
pensado en… Etto… ¿La posibilidad de visitar un psicólogo?
Me
quedé congelado al escuchar aquellas palabras, procesando una respuesta que no
sonara muy… Rara.
-
Sho- dije volviéndome hacia él, mirándole firmemente- ¿Acaso crees que estoy
volviéndome loco? ¿Es eso lo que quieres decir? ¿Que no puedo sobrevivir sin
Jun y que ya estoy de psicólogos? ¿Qué será lo siguiente? ¿Mantenerme sedado? ¿Mandarme
a un loquero? ¿¡Es eso lo que quieres!?- exclamé con dureza
-
Nino, Nino, Nino…- dejó las fotos apiladas sobre la cama nuevamente y me miró
suplicante- No estoy diciendo eso, no es que estés volviéndote loco es sólo
que…
-
¿Es sólo qué?- le interrumpí cortante
-
Estoy preocupado por ti, mírate… Luces mal, cansado, casi no comes, estás
tomando, torturándote tú mismo con los recuerdos. Reconozco que lo que estás
pasando es difícil, pero siento que lo que estás haciendo no es saludable… Yo
solamente estoy preocupado- repitió en un tono más bajo
-
No es tu problema, Sho-
-
Si lo es… ¡Joder, soy tu amigo!- exclamó abriendo mucho los ojos- No voy a
quedarme de brazos cruzados viendo cómo te destruyes… ¿Qué no te has detenido a
pensar en cómo va a sentirse Jun si supiera lo que estás haciendo?
-
Yo…- me pasé una mano por la cara, sintiéndome cansado- sólo… Déjame en paz-
musité en un susurro- Déjame tranquilo…- añadí antes de salir de la habitación,
dejando a mi amigo a solas.
Entendía
la preocupación de Sho, pero… ¿Esa idea tonta de ir a un psicólogo? Yo no
estaba desequilibrado mentalmente; admitía que estaba algo mal, pero era
completamente normal que reaccionara así, mi pareja estaba bajo arresto
domiciliario en otro país, no podía verle, no podía hablarle, ni saber cómo
estaba. Como si estuviese muerto, como si lo hubiesen desaparecido de la faz de
la tierra.
¿Era
tan difícil de comprender mi situación?
Me
senté en el pasillo en absoluto silencio, rodeando mis piernas con mis brazos
sin decir nada. Debatiéndome mentalmente si entraba o no a la habitación, si
disculparme o no con Sho; pero minutos después, el salió de la habitación,
sentándose a mi lado.
-
Perdón- susurré
-
No, perdóname tu a mí por ser un metomentodo- contestó Sho con una ligera
sonrisa- Tienes razón…
-
Se que lo estás diciendo para que no me sienta mal- sonreí- Es cierto que
quizás esté muy mal, pero, también creo que estás exagerando un poquito con lo
de ir al psicólogo… Yo estoy bien, es sólo que me atormenta el hecho de no
saber nada de él; si está bien, si está mal, si me echa de menos o no, si lo
tratan bien, si se encuentra en un buen lugar…- me detuve, sintiendo un nudo en
la garganta
-
No es para nada fácil para ti- rodeó mis hombros con un brazo, consolándome-
Pero al menos tu nos tienes a nosotros… MatsuJun está completamente solo…-
sentí como los ojos se me llenaban de lágrimas al escuchar aquello, Sho tenía
toda la razón.
-
Prometo que si la situación se me sale de las manos, pediré ayuda- vi a mi
amigo sonreír tras escucharme, asintiendo con lentitud.
-
Sabia que no dirías que no- ensanchó la sonrisa- Ahora, vamos, ve a darte una
ducha, pediré algo para desayunar y me iré a casa, tengo que prepararme para ir
al noticiero más tarde.
-
Vale… Gracias, Sho-chan- contesté con una sonrisa
-
Para eso somos los amigos-
Aquél
día no teníamos trabajo que hacer, pues la sesión de fotos para una revista
había sido pospuesta para el día siguiente, así que tenía la tarde libre.
Decidí tumbarme un rato en la cama, pues aun sentía los efectos de la resaca;
la cabeza me iba a estallar y sentía el estómago algo delicado.
Horas
después, el sonido del teléfono me despertó; extendí una mano hacia la mesilla
sin abrir los ojos aun, tomando el aparato.
-
¿Si?- murmuré adormilado
-
Hola Kazu, ¿estabas dormido?- suspiré al escuchar aquella voz
-
Si mamá, pero igual está bien, tenía bastante rato durmiendo- contesté antes de
lanzar un largo bostezo, acomodándome en la cama- ¿Y cómo estás?
-
Me encuentro bien, pero quiero saber cómo te encuentras… No he sabido de ti en
unos cuatro días, ¿qué ha pasado?- su tono de voz sonaba preocupado
-
Perdón mamá es que… Hemos estado trabajando mucho, por eso no he tenido tiempo
de llamarte- contesté algo apenado
-
Kazunari… ¿Está todo bien?- repitió
-
Mamá, sólo tengo mucho trabajo, como ha sido siempre… Me encuentro bien, todo
está bien; ¿cuál es la paranoia?- pregunté sintiéndome algo cansado.
-
Sólo estoy preocupada por mi hijo…-
Me
mordí el labio inferior para contener una maldición. Sho estaba detrás de todo
esto… Algo le había contado a mi madre, y ahora la había preocupado, en cuanto
lo viera, iba a partirle las piernas.
-
Mamá, gracias por preocuparte, pero realmente me encuentro bien… Es más, como
hoy no tengo nada que hacer, iré a verte, ¿te parece?- la escuché suspirar,
sabía que le había encantado escuchar eso
-
¡De acuerdo! ¡Voy a preparar tu postre preferido!- exclamó antes de reír.
Esbocé una sonrisa al escucharla
-
De acuerdo mamá… Iré a arreglarme, nos vemos al rato, ¿sí?-
-
Perfecto cielo, aquí te espero- hizo una pausa- Sabes que me preocupo porque te
quiero como a nadie, ¿lo sabes verdad?
-
Lo se… Gracias, de verdad- comenté antes de despedirme de ella y terminar la
llamada.
Me
di una ducha rápida y me puse unos pantalones de chándal azul oscuro, una
camiseta blanca, converse del mismo color y un cárdigan azul claro de Jun que
encontré en mi closet. Últimamente siempre andaba con algo suyo encima, quizás
para recordarle o simplemente para llevar su perfume conmigo.
Conduje
hasta Minato, sintiendo un poco de nostalgia al llegar a la casa en donde mi
madre y mi hermana mayor vivían; sonreí con tristeza al ver las plantas bien
cuidadas en el pequeño jardín frontal de la casa, recordando aquellos tiempos
en que vinimos a Shibuya porque mi madre quería que fuera parte de la Johnny’s
Entertainment.
Amaba
esta casa, al igual que mi mamá… Por eso es que desde que me vi en la
posibilidad de hacerle un gran regalo, le compré esta casa, así estábamos más
cerca y ella vivía en el lugar que adoraba.
-
¡Kazu-chan! ¡Hasta que por fin te veo!- exclamó mi hermana al verme. Abrí la
puerta del jardín y fui hasta ella, dándole un abrazo
-
Sabes donde vivo, no me has visto porque no quieres…- contesté con una sonrisa,
agitando su melena cobriza con una mano- ¿Cómo has estado, onee-san?
-
Bien, aunque algo preocupada por ti…- suspiró- No hemos podido hablar en medio
de todo esto, todo por culpa del trabajo, pero, hoy si lo haremos.
-
No quiero hablar de eso- murmuré entre dientes
-
No me importa, lo harás sí o sí… Dónde quedaron esos tiempos en que confiabas
en tu hermanita y le contabas todo, ¿eh?
-
Hemos crecido ya, además es muy largo…
-
¿Manami, Kazunari?- la voz de mamá me interrumpió
-
Si mamá…- ambos nos miramos con diversión- ¡ya vamos!- dijimos al unísono antes
de entrar a la casa tomados de la mano.
Mamá
me preparó mini hamburguesas, había helado de chocolate y vainilla, refresco y
muchos dulces; ella más que nadie sabía que me fascinaba comer cosas para nada
saludables, tampoco es que le hiciera gracia que lo hiciera, pero hoy quería
“mimarme”, así que fue un poco más permisiva en cuanto a eso.
Después
de comer, nos sentamos en la sala; mamá estaba en su mullido sofá de cuero
color marrón, mientras Mana-chan y yo estábamos acostados en el suelo haciendo
el tonto, como siempre.
-
¿Qué tal lo estás llevando, hermanito?- preguntó de repente
-
Bien, aunque todos piensen que me estoy volviendo loco…- contesté sin deseos
-
No es eso Kazu, y lo sabes- comentó mamá- En nuestro caso es entendible que
estemos preocupadas, pues estamos un poco alejadas de ti, pero jamás
pensaríamos que te estás volviendo loco, sólo estas pasando por un mal momento
y queremos ayudarte…
-
Además, siempre has estado loquito- añadió mi hermana alborotándome el pelo con
una sonrisa
-
Lo se, reconozco que están preocupadas por mí, pero de verdad, estoy bien, lo
juro- empujé a mi hermana con una mano suavemente y ella rio
-
¿Por qué dices que piensan que te estas volviendo loco?-
-
Porque he estado algo triste en estos días, pero tengo todo el derecho… Me
arrebataron a J de mi lado, no solamente a mí, sino también al grupo. No es lo
mismo sin él, y Johnny-sama ha dejado estrictamente prohibido el hablar de él.
Tengo miedo a que lo saquen definitivamente de Arashi…- respondí en voz baja,
sintiendo la mirada de ambas sobre mí. Al parecer, ellas SÍ me habían
entendido.
-
Kazunari, ¿por qué no me habías comentado eso?- volvió a inquirir mi madre
-
Porque no quiero angustiarles con mis cosas…-
-
Somos una familia, enano. Y si algo te preocupa, debemos saberlo, así es como
las cosas funcionan aquí, somos un equipo… Lo sabes, ¿no?- ladeé el rostro,
encontrándome con la mirada comprensiva de mi hermana, y esbocé una débil
sonrisa antes de asentir.
Alrededor
de las nueve me fui de casa de mi mamá, a pesar de que ella y mi hermana no
querían que me fuese, debía hacerlo, tenía trabajo al día siguiente, así que
debía estar temprano en casa.
Mientras
conducía iba pensando en las palabras de Mana-chan, después de todo tenía
razón, éramos una familia y yo no tenía necesidad alguna de estar sufriendo
solo porque sí. Podía confiar en ella y mi madre, tal y como siempre había
sido.
Después
del divorcio de mis padres, mi mamá, Manami y yo nos fuimos a la casa de mis
abuelos maternos; convirtiéndonos en algo así como un equipo. No había secretos
entre nosotros, y nos protegíamos el uno al otro; siempre, siempre había sido
así, y por lo que veía, nunca cambiaria. Ni siquiera por el hecho de que yo
ahora vivía solo, a pesar de la distancia, el lazo entre nosotros tres
continuaba con la misma fuerza y la confianza era aún mayor.
Pensé
en ir a visitar el apartamento de Jun, pero decidí que no; no iría a amargarme
la existencia, más de lo que ya estaba. Tampoco le diría nada a Sho por haberle
comentado que estaba preocupado por mí, después de todo le agradecía pues me
hizo bien el haber pasado ese día en mi casa.
Al
llegar a mi apartamento, recibí una llamada de Ohno pidiéndome que mañana a
primera hora lo fuese a buscar para ir a TBS, pues antes de la sesión de fotos,
teníamos grabación de Himitsu no Arashi, la primera después de que él se fue…
Después
de darme un baño y ponerme el pijama, me fui a la cama con la DS a entretenerme
un poco antes de dormir; no tenía sueño y tampoco quería cerrar los ojos aun, así
que decidí quedarme un rato más despierto a ver si podía pasar al siguiente
nivel en el juego, pues desde hacía unos días ni tocaba la consola. Pero a
pesar de que me encontrara “distraído” con el juego, no podía apartar a J ni un
segundo de mi cabeza.
¿Estarás echándome de menos,
así como yo a ti?
¿Habrás llorado hasta quedarte
dormido? ¿Así como yo le hecho tantas noches?
¿Me recordarás tanto como yo
te recuerdo?
De
todo corazón, esperaba que sí.
N.A: Quería aclarar que tanto el nombre de la hermana de Nino, como el lugar donde reside su mami son completamente falsos, fue simplemente para darle más "realismo" a la historia x////x
N.A: Quería aclarar que tanto el nombre de la hermana de Nino, como el lugar donde reside su mami son completamente falsos, fue simplemente para darle más "realismo" a la historia x////x
Si!! mi kazu hermoso
ResponderEliminarél te extraña tanto tambien u.u
waa ya la tortura sigue por no estar
juntos pero espero que pasen rapidos
los dias para que se puedan ver *0*
aunque como van las cosas todavia
nos queda mucho por recorrer *prepara mas pañuelos* >.< jejeje
aunque no todo fue triste ya que eso de
ir a un psicologo? JAJAJA ta pasado sho xD pero lo entiendo :P
Gracias iza espero la conti..
ganbatte!*-*
Realmente si falta un buen poco, así que ve preparando los pañuelos, porque SI vas a llorar >////<
EliminarEn cuanto a lo de Sho y los psicólogos... En verdad, es que Nino no está muy bien, a medida que la historia avance, ya verás D:
Muy pronto habrá conti :3
Gracias a ti por leer *-*
waaaaaaaaa hace tiempo que no pasaba por aquí T.T
ResponderEliminarpor que mi nino tiene que sufrir tanto?
y eso que aun falta mucho para que Jun vuelva.
espero que nino mejore pronto, me da mucha penita que lo este pasando tan mal.
Me gusto mucho que pongas cual habia sido el regado que le dio jun por su cumpleaños, jeje en verdad me daba mucha curiosidad que podía ser xD
Estare esperando por el siguiente cap...
gracias por compartir este fic *w*
Pensaba que nadie recordaba el regalo de Jun! xD
Eliminarpero me alegra que lo tengas pendiente, pues es algo importante...
En cuanto a la situación de Nino, si, la está pasando bastante mal y no quisiera asustarte diciendote que podrían ocurrir cosas peores para ambos x.x
Prometo actualizar pronto, mil gracias x pasarte por aquí :3
Kyaaaa pobre kazu!
ResponderEliminarmi amor no llores que pronto tendrás a
tu J para ti sólo >////<
Pobre de Jun, ese Johnny lo hace sufrir pero sé que pronto regresará a ser feliz a lado de su kazu y de Arashi *-*
y jun extraña taaanto kazu, como él a Jun
ojalá pasen rápido esos tres meses >u<
Isa, en cada capítulo me dejas sorprendida
y con ganas de leer más y más, espero con ansias el sig capítulo!!!