Género: Lemon
Pareja: Matsumiya
Extensión: One shot
- ¿Oye,
ya viste al nuevo Dj?-
Parpadee
varias veces, mirando a Mika con el ceño fruncido, nunca me fijaba en esas
cosas y tampoco me interesaba si había un Dj nuevo en el club en el que
trabajaba como mesero. Pero al parecer, mi amiga creía todo lo contrario.
-
Bien… ¿Y qué quieres que haga? ¿Que haga piruetas en el aire y aplauda como una
foca?- murmuré con sarcasmo
-
Anda Kazunari-kun, deja el sarcasmo. Es un chico precioso…- contestó ella con
una sonrisa mientras se acomodaba la pequeña camiseta anudada debajo de los
pechos, dejando su esbelta cintura al descubierto.
- Pues
ve, te aseguro que lograrás algo con él-
-
Claro que no idiota, además, Aiba está aquí- dijo refiriéndose a su novio-
-
Entonces no sé para qué me preguntas…- contesté de mala gana antes de salir del
almacén. No es que quería ser maleducado con ella, pero es que su actitud me
ponía de los nervios; siempre que veía a un chico ella considerase “lindo”,
quería presentármelo y hacer de casamentera.
Entendía
que no quería verme solo, pues desde que rompí con Ohno no había vuelto a salir
con nadie, pero es que en este momento entendía que debía de estar solo.
Al
salir nuevamente al club, un trance retumbaba en todo el lugar. Muchas personas
se encontraban bailando en la pista, y había muchísima gente en todos lados;
sin duda, sería una noche bastante ajetreada, el club estaba a reventar.
Llegué
a la barra, observando a Kei, el bartender hablar animadamente con un chico.
Siendo sincero, era el chico más sensual que había visto en toda mi vida…
Llevaba
el pelo negro, un poco largo y despeinado; alto, de tez muy pálida, delgado,
pero al mismo tiempo bien definido; iba vestido completamente de negro. Al
estar de perfil, observé que tenía las cejas muy pobladas, y su nariz
aristócrata parecía haber sido esculpida a mano.
Definitivamente,
era muy hermoso.
Me
quedé parado al lado suyo, hasta que Kei notó mi presencia, acercándose a mí,
me incliné un poco sobre la barra para escucharle
-
Él es Jun… Es el nuevo Dj, espero que lo traten bien, ¿eh? ¡Ese idiota es como
mi hermano menor!- esbocé una sonrisa forzada y asentí. Al parecer Mika no se
había equivocado esta vez y el Dj sí que era un chico apuesto; pero al mismo
tiempo me sentí raro, pues sería bastante incomodo trabajar con alguien que
llama tu atención.
Me
volví hacia él, ofreciéndole una mano. Él le dio un ligero apretón y sonrió
-
Mucho gusto, Ninomiya Kazunari- dije en voz alta para que el lograse escucharme
-
Matsumoto Jun, encantado- respondió cerca de mi oído- Ahora si me disculpas,
iré a encender la pista…- soltó mi mano y volvió a regalarme otra sonrisa antes
de irse. Lo observaba detenidamente al alejarse de mí; la chaqueta de cuero
negra lo hacía parecer más delgado aun y los pantalones negros se ceñían contra
su trasero, dándole un aspecto provocativo al andar.
Sacudí
la cabeza con vigor, apartando esos pensamientos extraños de mi cabeza;
necesitaba concentrarme en el trabajo, no en estarle mirando el trasero
descaradamente a Matsumoto.
Ladies and Gentleman… Please
welcome… Dj MJ-
le anunció una voz robótica antes de sonar una mezcla hecha por el mismo. Me
apoyé de la barra con un hombro, levantando la vista hasta lo alto del club, en
donde se encontraba la cabina del Dj. Allí estaba él, con unos enormes
audífonos cubriendo sus orejas, en total concentración mientras hacía música…
Me
encontraba tan absorto observándole que ni siquiera noté quien se puso de pie a
mi lado, tocando mi hombro derecho con insistencia.
- ¿Qué
no te interesaba ver al Dj?- inquirió Mika con diversión
-
Sólo estoy… escuchándole. Es genial, eso es todo- contesté antes de alejarme de
ella, yéndome hacia el fondo del club a tomar pedidos. No había nada de malo
que lo mirase, era algo completamente normal teniendo en cuenta lo atractivo
que era; pero sólo eso y nada más.
Traté
de concentrarme en el trabajo, en lo que realmente me importaba, alzando la
vista de vez en cuando para mirarle. No quería hacerlo, pero era como si mis
ojos tuviesen todo el control; incluso, en una ocasión lo atrapé mirándome
también. Incliné el rostro y me fui con rapidez hasta la barra, para atender a
otro pedido.
Kei
me ofreció un vaso de vodka con redbull, señalando hacia la cabina con un dedo.
- ¿Para
el Dj?- inquirí más para mí que para el mismo Kei; sintiendo como el corazón me
latía apresuradamente de solo saber que volvería a verle.
Me
encontraba nervioso, esto jamás me había ocurrido con alguien antes… siquiera
con mis ex; no era de los que sentían atracción sexual por desconocidos, pero
ese chico tenía algo, no sabía exactamente qué, pero lo tenía.
Al
llegar hasta la cabina, esbocé una leve sonrisa; Matsumoto no había notado que
estaba allí, así que me acerqué hasta él y dejé el trago a su lado sin decir
nada. Pero justo cuando iba a salir de la cabina, dijo algo
- ¿Podrías
moverlo por favor? Si se queda ahí es probable que pueda tirarlo y dañar el
equipo…- me sentí como un completo idiota al escuchar aquello; en vez de darme
las gracias, me “reprochaba” por haber puesto el trago en un mal lugar.
-
Disculpa…- con las mejillas algo sonrojadas, fui hasta él y tomé el vaso,
dejándolo en una mesilla al fondo de la cabina
-
No dije que lo llevases tan lejos-
Apreté
los dientes, tomando nuevamente el vaso y parándome a su lado, mirándolo con
una interrogante
- ¿Y
en dónde lo quiere, Príncipe Matsumoto?- inquirí lo más humanamente sarcástico
posible. Vale, era súper atractivo, pero era un completo idiota.
-
Exactamente ahí, en tu mano- contestó dejando el auricular de sus audífonos
entre su cabeza y su hombro izquierdo. Por el rabillo del hombro observé como
esbozaba una sonrisa
-
Perfecto, entonces esta noche perderé mi propina gracias a que el Señor
Matsumoto pretende que yo me quede con su trago en la mano… Tentadora oferta,
pero paso- exclamé antes de poner el vaso nuevamente a su lado, sin importarme
un comino lo que pasara a sus artefactos.
Iba
dirigiéndome hacia la puerta cuando él me tomó con fuerza del brazo, ni
siquiera me di cuenta del momento en que se quitó los audífonos y fue hasta mí.
Me volví hacia él, alzando la barbilla y sintiendo un cosquilleo en todo mi
cuerpo al ver sus ojos oscuros que brillaban con malicia.
-
Que susceptible eres, no tienes sentido del humor-
-
No me interesa que me hagan chistecitos, Matsumoto-san- contesté sintiéndome
más irritado aún, pues a pesar de que fuese un completo imbécil, sentía la
tensión sexual fluir entre nosotros.
-
Sólo intentaba ser amigable, tampoco es para que te pongas así, Ninomiya…-
apoyó una mano contra la puerta, dejándome atrapado entre ella y su cuerpo.
- ¿Puedo
irme ya? Ambos necesitamos seguir trabajando- musité en voz baja, dándole una
mirada significativa al ordenador de él
-
No te quitaré mucho tiempo, sólo quería disculparme por mi actitud segundos
atrás…
-
No hace falta que te disculpes, fue una broma, está todo bien- le interrumpí
con brusquedad, dándole la espalda para abrir la puerta, pero el volvió a
cerrarla con su mano, haciendo que me diese la vuelta nuevamente
- Déjame
terminar. Iba a disculparme, pues no quiero tener problemas contigo en mi
primera noche aquí…- dijo en voz baja, mirándome a los ojos, descendiendo la
vista hacia mis labios
-
De… Debo irme… Kei debe de estar preguntándose donde… donde estoy-
-
Kei no va a molestarse si tardas unos minutos más aquí…- observé como él pasaba
la lengua por sus gruesos labios. Tragué saliva y suspiré, con el corazón
latiéndome apresuradamente mientras más cerca estaba su rostro del mío, podía
aspirar su embriagador perfume, el calor que irradiaba su cuerpo y la tensión
entre nosotros.
A
ciencia cierta no se cuál de los dos inició el beso…
Él
apoyó la otra mano sobre la puerta mientras nuestros labios se rozaban entre sí,
mi lengua se abrió paso en su boca, recorriendo cada milímetro de esta con
lentitud, estremeciéndome en cuanto sentí la suya entrelazarle con la mía
suavemente, alejándose y volviendo a acercarse; finalmente atrapándola con sus
labios, succionándola con delicadeza, causando que comenzara a emitir débiles
jadeos contra su boca.
Puse
ambas manos en su pecho y lo empujé, separándolo bruscamente de mí. Él me miró
con una interrogante, alzando una ceja
- ¿Pasa
algo?- inquirió en voz baja
-
No, es sólo que…-suspiré- estamos en el trabajo y… No…
-
Bien, entonces te veo al salir- Matsumoto esbozó una sonrisa cargada de
malicia, haciéndome estremecer nuevamente. Asentí con torpeza antes de salir de
allí.
Las
piernas me temblaban, respiraba agitadamente y me encontraba casi
hiperventilando, todo por culpa de un beso. Fui hasta los aseos, lavándome la
cara y reprochándome mentalmente al ver el bulto en mi entrepierna, estaba
comportarme como un puberto; era la primera vez que me sucedía tal cosa con
alguien como él.
Le
deseaba tanto que tenía miedo de verle otra vez…
Al
terminar aquella noche, me despedí de Mika y Aiba, emprendiendo el camino a
casa; me encontraba más tranquilo y no vi a Matsumoto por los alrededores,
quizás tenía algo más importante que hacer o simplemente lo olvidó.
Mientras
caminaba hasta mi hogar, un vehículo negro iba en mínima velocidad a mi lado. Al
ladear el rostro, vi al Dj en el asiento del conductor. Se detuvo y esbozó una
sonrisa al verme, imitándole yo también.
-
Sube, te llevaré a casa…-
Y
sin decir palabras, le obedecí.
Le
di las instrucciones para llegar a mi vecindario, y durante el trayecto íbamos
ambos en silencio, quizás era la calma antes de la tormenta.
En
cuanto llegamos, él aparcó frente a mi casa, apagando el auto. Ambos nos
miramos a los ojos y sólo fue cuestión de segundos para que me quitase el
cinturón de seguridad, tomando a Jun por el rostro, besándole apasionadamente. Él
suspiró contra mis labios, acariciando una de mis mejillas mientras nuestras
bocas continuaban devorándose entre sí.
Sus
manos descendieron hasta mi cintura, tomándome con fuerza y haciendo que me
sentase a horcajadas sobre él, sin separar nuestros labios aún. Rodeé su cuello
con mis brazos, ladeando el rostro para profundizar más el beso, intentando
contener un jadeo al sentir su lengua rozar con destreza contra la mía;
sintiéndome estremecer de la cabeza a los pies. Jun introdujo las manos
intrépidamente bajo mi camiseta, acariciando mi torso con delicadeza, como si
fuese de cristal y el temiese hacerme daño.
Llevó
sus cálidos labios hasta mi cuello, rozándolos con suavidad, dejando que su
lengua recorriera cada milímetro de mi erizada piel, mientras sus manos
acariciaban mis sensibilizados pezones, causando que otro jadeo se escapara de
mis labios. Cerré los ojos y me dejé llevar, posando una mano sobre su cabello,
enredando mis dedos en él.
Movía
las caderas con lentitud, restregándome contra su erección, jadeando sin poder
evitarlo. Me encontraba excitado, jadeante y acalorado a más no poder, pero no
parecía atractiva la idea de hacerlo allí, podríamos ser vistos por alguien y
no quería eso.
-
Estamos algo… Incómodos aquí…- pasé la lengua por mis labios- ¿Podemos ir
adentro?
- ¿Estás
seguro?- susurró después de detener el beso, sacando las manos de mi camiseta
-
Si, además… A pesar del morbo que da hacerlo aquí, es bastante incomodo-
contesté con una risilla, observándole sonreír a él también- Entonces, vamos…
En
cuanto entramos a la casa, lo tomé de la mano, conduciéndolo hasta la sala,
tumbándolo en el sofá. Me posicioné encima suyo y volví a capturar sus labios,
besándole con intensidad; sintiéndome estremecer en cuanto acariciaba el
contorno de mi espalda con las yemas de los dedos, subiendo lentamente mi
camiseta mientras lo hacía.
Separamos
nuestros labios sólo para despojarme de aquella prenda, haciendo lo mismo con
la chaqueta de él, que fue a parar al suelo. No nos importaba nada, salvo
sentir el calor y las caricias del otro; Jun llevó las manos hasta mis caderas,
bajando el cierre de mis pantalones y desabotonándolos, le ayudé a deshacerse
de ellos, quedándome solo con la ropa interior encima de él.
Esbocé
una sonrisa lasciva antes de quitarle la camiseta, inclinándome sobre él a
besar su pálido pecho; su piel era delicada, muy suave y me deleitaba sentirla
bajo mis dedos y mis labios. Con las yemas de los dedos acariciaba sus costados
de arriba hacia abajo mientras dejaba besos delicados en todo su torso,
gimiendo en cuanto él me tomó con fuerza por las caderas, restregándome contra
su magnífica erección, que luchaba por liberarse de sus pantalones.
- ¿Pretendes
continuar por mucho tiempo?- susurró con la respiración algo agitada- Necesito
sentirte ya…
Me
quedé en completo silencio tras escuchar aquellas palabras, simplemente
ayudándole a quitarse las prendas restantes, al igual que yo, quedando
completamente desnudos en el sofá.
Cambiamos de posición, quedando él encima mío esta vez, rodeé su cintura con
mis piernas antes de besarnos nuevamente. Pero a diferencia de los besos
anteriores, éste fue un beso lento, con delicadeza, fue… especial.
Mientras
nuestros labios continuaban unidos, una de sus fuertes manos rodeo mi erección,
propinándole vigorosas sacudidas que me hicieron estremecer. Me aferré a él,
moviendo las caderas conforme la excitación iba acrecentando; me encontraba al
límite, y estaba igual o más ansioso que
él.
- ¿Pretendes
continuar por mucho tiempo?...- repetí en voz baja, escuchándole reír mientras
negaba con la cabeza
-
Sólo quiero que estés preparado- contestó sin dejar de masturbarme, acariciando
la punta de mi miembro con el pulgar, haciéndome jadear nuevamente
- Y
yo quiero que lo hagas ya mismo- espeté mirándole a los ojos
-
Que conste, que no quiero hacerte sentir dolor…- susurró antes de acomodarse
sobre mí, tomando mis caderas con fuerza y penetrándome con una sola estocada.
Arqueé la espalda por el intenso dolor, mientras él dejó escapar un sonoro
gemido; tenía meses sin sexo y creo que debí dejarle prepararme primero, pero
ya no era tiempo para lamentarse.
Jun
comenzó a acariciarme, besándome con delicadeza en las mejillas, los párpados,
la punta de la nariz y finalmente los labios, mientras sus manos viajaban por
mis piernas con una sutileza casi surreal, haciéndome olvidar el dolor
finalmente.
-
Estoy listo, Jun…- susurré contra su boca, cerrando los ojos y rodeando su
cuello con mis brazos.
Y
las deliciosas embestidas no se hicieron esperar… A pesar de que aún continuaba
sintiendo un poco de dolor, éste iba aminorando a medida que él continuaba
regalándome suaves estocadas, adentrándose en mi cuerpo con lentitud, pero
sosteniéndome con firmeza. Movía las caderas a su ritmo, dejándome llevar por
la intensa sensación de hacer el amor con aquél desconocido que me besaba como
nadie, me tocaba como nadie y me embestía con ahínco.
Los
jadeos de ambos retumbaban en toda la sala, nuestra temperatura corporal se
encontraba por los cielos, y lo único que nos importaba era el estar unidos de
aquella manera tan íntima, disfrutando de cada segundo, entregándonos,
dejándonos arrastrar por la lujuria.
Arqueé
la espalda nuevamente, mordiendo el labio inferior de él, mientras con una mano
acariciaba su alborotado cabello, tenía el flequillo pegado a la frente por el
sudor, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, gimiendo forzadamente cada
vez que su miembro entraba y salía de mi cuerpo. Llevó una mano hasta mi
erección, volviendo a masturbarme con rapidez mientras me penetraba con
sadismo, curvando sus labios en una sádica sonrisa al escucharme gemir
repetidas veces; si continuábamos así, iba a estallar en cualquier momento.
Tiré
de su pelo con brusquedad, mordiendo mi labio inferior con fuerza para acallar
los gemidos que amenazaban con salir de mi boca; Jun continuó regalándole
sacudidas a mi sexo, quien ya se encontraba humedecido por el pre semen. Llevó
la mano libre hasta mi trasero, apretándole con aspereza al tiempo que
incrementaba la velocidad en sus
embestidas; convirtiendo mis gemidos en uno solo, pues no sabía cuándo
terminaba uno y cuando comenzaba el siguiente. Mi piel se erizó por completo,
dándole un último beso mientras sentía mí cuerpo temblar por los espasmos de
aquél maravilloso orgasmo, llenando mi mano con sus fluidos; sintiendo como él
tiraba de mi labio con sus dientes, y soltaba un gruñido al derramar su esencia
dentro de mí.
Nos
quedamos tumbados en el sofá sin decir nada, solo escuchando el sonido de
nuestras agitadas respiraciones, aún seguía acariciando su pelo con más cuidado
esta vez, preguntándome internamente en que pararía todo esto.
- ¿Pasa
algo? ¿Ya quieres que me vaya?- inquirió Jun levantando la cabeza para mirarme
-
Claro que no, ¿tú quieres irte?- contesté con una débil risilla
-
No, pero pensé que este era el momento en el que me pedías mi teléfono, prometías
llamarme y nunca lo harías, dejándome llorando y con el corazón roto- musitó
haciendo un puchero, haciéndome reír nuevamente
-
No soy así, de hecho, si quieres quedarte está bien- sonreí- Pero no te voy a
negar que me inquieta un poco que haya pasado esto entre nosotros dado que
somos compañeros de trabajo…
- Tonterías,
nadie tiene que saber lo que pase aquí o en la cabina-
- ¿Entonces
tú quieres que sigamos viéndonos?- pregunté atónito
- ¿Por
qué no querría hacerlo? Eres un chico muy lindo y bueno en la cama… Además, me
parece perfecto que trabajemos en el mismo sitio, así puedo vigilarte- contestó
con una sonrisa despreocupada
-
Me sorprende…
-
Mira Kazu, no voy a prometerte algo para siempre, pero tampoco pretendo jugar
contigo. A pesar de que esto fue algo espontáneo, no quiere decir que no lo
tome en serio- me miró a los ojos y continuó- Sé que lo único que sabes de mí es
mi nombre, pero podemos ir conociéndonos y viendo que tal…
Me
quedé observándole en silencio, esbozando una sonrisa nuevamente antes de darle
un suave beso en los labios.
-
Acepto, me has convencido… No estoy acostumbrado a este tipo de relaciones,
pero no hace daño probar algo nuevo-
Jun
volvió a sonreír, acariciando mi pelo con delicadeza, quizás este encuentro nos
depararía algo mejor, quizás nuestra relación cambiara, o tal vez no; pero
tenía la certeza de que durara lo que durara, ambos lo disfrutaríamos mucho.
Algo largo, ne?
Quizás les parezca mentira, pero había pensado escribir esta historia antes de ver a Jun en el Arafes como Dj... Pero ahora fue que pude escribirla. Espero que les haya gustado x////x
OMG!!! jskdafhjkashgakjdhgjkd
ResponderEliminar*hemmorragia nasal* kyaaaaaah!!
he quedado muy mal con este shot
oh! matsumiya si que son ardientes fjhsdjf
kyaaaaah!! X____________x
ME FACINO!!
es que las miradas,sus voces y la sensualidad
de esa atracción fue sjadhjsa X___x
debo decir que con la descripcion de del nuevo DJ ya estaba convulsionando ♥¬♥ asi que imaginense como quede con lo demas hsafgsdfvdgvndbndsfjxcza >//< jajaja
Te adoro Iza♥ GRACIAS!!*3*
y sobre el DJ MJ Y Shake it (momento matsumiya) en el Arafes fue que hizo que me imaginacion en este shot estuviera perfecta!! para que asi terminara perventilando XD jajaja
WAAAAAAAAAAH!
ResponderEliminarme encantó, ahora veré con otros ojos
a DJxMJ *A*
Estuvo tan akjshdajkhs
y del lemon ni qué decir, me dejaste sin palabras, como siempre el matsumiya tan sexy *O*
Gracias Isa ^^
waaaaaaah! me ha encantado éste fic x_______x
ResponderEliminar