domingo, 21 de abril de 2013

Hurricane Drunk

Género: Shonen Ai.
Pareja: Sakumiya.
Extensión: Drabble.



Le observaba desde un extremo de la sala de ensayos, totalmente concentrado en la consola que tenía en las pequeñas manos. Jun se acercó para decirle algo y él levantó el rostro, esbozando una de esas hermosas sonrisas que te derriten hasta los huesos, asintiendo con rapidez para volver a prestarle atención a la DS.

Yo fingía leer unos mails en el ordenador mientras esperábamos por Ohno y Aiba para comenzar con los ensayos, estábamos aprendiéndonos la coreografía de nuestro último single y siempre Aiba tenía problemas para aprenderse los pasos nuevos, así que le esperábamos y ensayábamos todos con él. Nino continuaba jugando, absorto a mi presencia y sabia de más el porqué de su actitud.

Estaba molesto conmigo.

A Nino nunca le ha molestado el fanservice, pero, me cortaba el brazo derecho si a él no le enfadó un poco el beso que Aiba me dio en la grabación de Vs Arashi, ayer por la tarde. A pesar de reaccionar de manera jocosa, se mantuvo distante conmigo durante todo ese lapso de tiempo, y hoy, al llegar a la agencia sólo se limitó a murmurar un “Buenos días” al pasar por mi lado.

El móvil de MatsuJun comenzó a sonar. Éste se disculpó y fue a tomar la llamada, saliendo de la estancia, dejándonos a mí y a Kazunari a solas… dejé escapar un largo suspiro antes de cerrar el ordenador, ponerme de pie y dirigirme hacia él. Nino continuó sin inmutarse de mi presencia, o al menos, eso fingía.

- Nino…- le llamé
- ¿Huh?- respondió sin levantar la vista
- ¿Podemos hablar un momento?- me senté a su lado, en el suelo; él pausó la partida y clavó en mi rostro aquellos preciosos y brillantes ojos marrones
- Si claro, dime-
- ¿Quería saber si estás molesto conmigo por lo de ayer?- Nino me miró con una ceja alzada, sin comprender- Quiero decir… Ya sabes, que si te enojó eso… lo del beso con Aiba-chan…
-  No- respondió secamente
- Por supuesto que lo estás, desde ayer me estas evitando y no quieres hablarme…- suspiré- No me gusta que estés así conmigo…- Nino comenzó a reír, cubriéndose la boca con la mano izquierda. Me detuve y le observé con severidad. Odiaba profundamente cuando él me ignoraba o cuando se reía de mí; me hacía sentir como un estúpido. Tal y como ahora.
- Disculpa…- musitó en voz baja- Es que… lo hice a propósito, pero no quería preocuparte ni mucho menos angustiarte por mi actitud…
- ¿No me digas que esta no es otra más de tus bromas pesadas?- inquirí poniendo los ojos en blanco. Nino estalló en carcajadas, ladeando el rostro para que no lo viera descojonarse de risa frente a mí.
- Gomen, gomen, de verdad, perdóname Sho-chan, ¡no era mi intención!- exclamó sin dejar de reír
- En serio, estaba preocupado…- protesté como chiquillo regañado
- De verdad, perdón. Yo jamás me pondría así porque uno de los chicos te bese; se reconocer perfectamente cuando un beso es de verdad y cuando es por puro fanservice; además, sabes cómo es Aiba-chan, le fascina andar de besucón…- comentó Nino un poco más calmado.
- No voy a perdonarte eso- respondí antes de intentar ponerme de pie, pero Nino dejó ambas manos en mis hombros, evitando que lo hiciera.
- ¿No vas a perdonarme? Fue una inocente broma…- musitó en voz baja, haciendo un tierno puchero
- Eres un maldito, sabes que si pones esa carita no voy a resistirme- respondí esbozando una sonrisa. Nino me miró a los ojos, volviendo a iluminar todo con su sonrisa.
- Prometo no volver a bromear así contigo- levantó la mano derecha, yo la tomé y entrelacé mis dedos con los suyos, sin dejar de sonreír
- Eso espero Ninomiya-kun…- dije en voz baja antes de acercar mi rostro hasta el suyo, regalándole un casto beso en los labios.

Nino tomó mi mano con fuerza, halándome nuevamente hacia él, rozando su boca contra la mía con delicadeza. Nuestros labios encajaban a la perfección, moviéndose con lentitud, haciendo que mi piel se erizara por la intensidad de aquel dulce beso. Con un poco de pesar, nos separamos; volviéndonos a sonreír.

- ¿Me puedo considerar perdonado?-
- Totalmente, Kazu…- le di un beso en el dorso de la mano antes de ponerme de pie; justo en ese momento entró MatsuJun en compañía de Ohno y Aiba, dispuestos a comenzar a ensayar. Nino se levantó guardando el DS en su bolso para acercase a nosotros, saludó a los chicos y apoyó una mano en mi hombro finalmente, esbozando una sonrisa traviesa.

No hacía falta que me dijesen que era porque aún estaba pensando en la jugarreta que me hizo; pero en cuanto nos encontráramos a solas, me las iba a pagar.

miércoles, 17 de abril de 2013

Crazy Moon~


Género: Lime, shonen ai, casi intento de song fic.
Pareja: Ohmiya.
Extensión: Drabble.



El eco de sus gemidos resonaba en toda la estancia, intenté besarle en los labios para hacerle callar, pero él continuó gimiendo aún contra mi boca, estremeciéndose con cada embestida, arqueando la espalda, preso del placer. Tomé sus manos con fuerza, dejándolas en lo alto de su cabeza, sosteniéndolas mientras continuaba penetrándole con saña, mordiendo mi labio para contener mis propios gemidos.

Jamás había imaginado cuan intenso seria hacer el amor con él, escucharle jadear, verle cerrar los ojos mientras disfrutaba, sentir como movía las caderas con rapidez, pidiéndome más, besándome con desenfreno, demostrándome con sus acciones cuanto me deseaba.

Nino cerró los ojos con fuerza, susurrando mi nombre entre débiles gemidos que solo hacían excitarme más; nuestros cuerpos lucían perlados por el sudor y la habitación se encontraba, literalmente, en llamas por el calor que irradiábamos al hacer el amor. Solté sus muñecas, apoyando las manos en el respaldo de la cama, sintiendo como mi piel se erizaba por la intensidad del placer…


El enorme estruendo de un rayo me hizo abrir los ojos, levantándome de la cama con brusquedad. Me encontraba sudado, con la respiración entrecortada y excitado a más no poder… al mirar hacia la cama del lado, observé a Nino dormir, totalmente ajeno a lo que estaba sucediendo, ¡Joder, todo había sido un estúpido sueño!

Había tenido sueños eróticos con Nino, pero jamás tan reales como este…

Llevaba meses con este mal hábito, y para colmo de males, casi siempre nos tocaba compartir habitación cuando estábamos en algún hotel; tal y como esta noche.

Me levanté de la cama, saliendo al balcón a tomar algo de aire. La brisa fría de la madrugada chocó contra mi rostro; aquello era justo lo que necesitaba… debía de calmarme para volver a dormir. Me apoyé contra la baranda, pensando en que tal vez debía dejar mi estúpido temor y confesarle a Nino lo que sentía por él, pues él me gustaba, me gustaba demasiado y la intensidad de aquel sueño me lo demostraba.

- ¿Seré capaz de decirte lo que siento?- inquirí para mí mismo

Debía de ser sincero y decirle lo que llevaba dentro desde hacía ya un tiempo. Decirle que este silencio me enloquecía, y que cada día que pasaba no hacía más que pensar en él, soñar con él cada noche y que este amor acrecentaba con cada sonrisa que me brindaba, con cada roce, con cada abrazo… y a veces no sabía si lo hacía simplemente por confianza o porque, al igual que yo, sentía la necesidad de estar cerca de mí.

¿Estás tratando de probar mi corazón impaciente?

Volví a entrar a la habitación, a observarle dormir. Nino frunció los labios de una manera graciosa, haciéndome sonreír, y continuó en los brazos de Morfeo, mientras yo me preguntaba una y otra vez qué hacer con mis sentimientos y con él.

Por el momento, te abrazo.
Porque quiero estar contigo…

martes, 16 de abril de 2013

Cosmic Kiss

Género: Shonen ai.
Pareja: Matsumiya.
Extensión: Drabble.


Sus manos sostenían mi cintura con firmeza mientras me estremecía al sentir su lengua abriéndose paso entre mis labios, adentrándose en mi cavidad; llevé las manos hasta su corta y espesa cabellera negra, escuchando un suave jadeo y sorprendiéndome al darme cuenta de que había salido de mis labios.

Me alcé un poco más para alcanzarle, continuando aquél delicioso beso, olvidándome por completo de donde nos encontrábamos; sus fuertes manos descendieron desde mi cintura hasta mis caderas, dejándolas finalmente en torno a mi trasero, apretándolo con fuerza. Otro jadeo volvió a escaparse de mi boca mientras mi cuerpo se quedaba atrapado entre la pared y el suyo.

- No debiste ponerte esos pantalones…- susurró contra mi boca
- ¿Por qué?- inquirí en un susurro, tirando de su labio inferior con los dientes
- Muero de ganas por quitártelos- contestó esbozando una maliciosa sonrisa
- Ninomiya-san, Matsumoto-san… Salen en unos minutos- anunció un miembro del staff, haciendo que nos separásemos de inmediato. Volví a sonreír y me dirigí hasta el tocador de nuestro camerino, mirándome en el espejo. J se puso de pie detrás mío, observándome detenidamente.
- Me encanta la ropa que llevas hoy… definitivamente serás escogido-
- Siempre lo soy- contesté con seguridad- En cuanto a la ropa, debía llevar algo lindo, es el último Mannequin Five.
- Fanfarrón- Jun alzó una ceja, mirándome a través del espejo.

Me volví hacia él y lo tomé por la camiseta, besándole nuevamente en los labios con delicadeza, J correspondió a aquel leve roce, tomando mi rostro por las mejillas, mientras me deleitaba con la suavidad de sus carnosos labios. Pero él detuvo la magia, separándose de mí con lentitud; emití un gemido de protesta y lo observé sonreír.

- Injusto- protesté
- Hora de irnos, Kazu- me dio un suave beso en la punta de la nariz- Suerte en el Mannequin…
- Igual tú, J- deseé volviendo a sonreír
- Después de esto, dudo que la necesite. Te veré al terminar la grabación, enano- musitó antes de salir del camerino, dejándome a solas, con el corazón alborotado, con una sonrisa en el rostro y con aquellas ganas locas de estar en sus brazos nuevamente.

domingo, 14 de abril de 2013

Be With You 14




By Jun

¿Podrás perdonarme después de todo esto?...

Me preguntaba una y otra vez internamente. Desde que había sucedido lo del intento de suicidio de Nino, no dejaba de preguntarme si alguna vez él podría perdonarme por haberle hecho lo que le hice.

Quizás sí. Nino tenía un corazón de oro y sabía que aunque le fallase una y mil veces él estaría allí para mí, aunque, reconocía que esta vez no merecía siquiera de su comprensión. Ni la de él, ni la de ninguno de los chicos.

Aiba y Ohno continuaban en contacto conmigo, y Sho, me había llamado ayer; sonaba un poco menos hostil, pero sé que continuaba molesto conmigo. Y Nino no había hecho ni el menor intento de llamarme, y yo, por temor a escuchar lo que me diría, tampoco lo había hecho. Era un completo imbécil, sintiendo miedo de enfrentar mis propios problemas.

- Ne Jun… ¿Jun? ¿¡Jun!?... ¿Estás prestándome atención?- mi hermana se encontraba agitando la mano frente a mi cara, mirándome con los ojos entornados- Ya veo que no, el señorito está en su propio mundo y yo hablando como idiota sin parar…
- ¿Eh?- murmuré- ¿Qué estabas diciendo?
- Nada Jun- respondió secamente, tomando la taza de té frente a ella-
- Gomen ne…- dije en un susurro apenas audible. Ella pareció no escucharme, pues tomó un poco de té y volvió a poner la taza en la mesilla, sin dedicarme siquiera una mirada.
- Estás realmente mal- comentó minutos después, rompiendo el incómodo silencio- Jamás te había visto ponerte así por alguien…
- No es solamente por él-
- Por supuesto que es por él, lo sé, Jun. No soy estúpida… Te conozco de toda la vida hermanito, y por más que extrañes a Arashi, puedo sentirlo. Puedo ver en tus ojos como estás muriéndote por no estar a su lado; no sonríes, sólo te limitas a hablarle a las personas y estar pensativo todo el tiempo, suspirando y con una tristeza que es notable aunque esté a metros de ti- suspiró, mirándome a los ojos- Mírame y dime que no tengo la razón, mírame y dime que no estás así por Ninomiya-kun…

Incliné el rostro, sintiendo como los ojos se me llenaban de lágrimas; las cuales no dudaron por rodar por mis mejillas, dejándome ver totalmente vulnerable y derrotado frente a mi hermana. A pesar de que no estuviera mirándola, sabía que estaba dándome esa mirada llena de ternura que sólo ella sabía darme.

- Tienes razón Ashiya…- musité en voz baja- Estoy muriendo sin él… Lo extraño con cada célula de mi cuerpo. Lo extraño hasta el punto de la locura, y ahora es cuando más lo necesito a mi lado, ahora que sé que puedo perderlo con facilidad. Kazunari es todo, todo en mi vida, nunca creí que llegaría a querer a alguien así como le quiero a él. Tienes toda la razón onee-san, lo extraño, lo extraño demasiado- dije mientras lloraba silenciosamente.

Ashiya se acercó a mí, abrazándome con fuerza. Fue entonces cuando dejé salir todo el dolor, la rabia, la frustración, la culpa, las lágrimas contenidas durante todo este tiempo.

- Todo va estar bien Jun-chan, es sólo cuestión de tiempo para que vuelvan a verse…-
- ¡Es que no entiendes nada! Nino estuvo a punto de morir, se iba a suicidar por mi culpa, estuve a punto de perderlo para siempre por mi cabezonería y mi egocentrismo, estuvo al borde de la muerte por mí…- sollocé- Y yo nunca le dije cuanto lo quería, cuanto significa para mí, cuanto haría por verle feliz… Nunca le dije que lo amo…

Mi hermana se quedó en silencio, acariciando mi cabello sin soltarme un segundo. Simplemente limitándose a escucharme; quizás no decía nada porque se estaba dando cuenta de lo imbécil que era o tal vez porque quería que me desahogase y sacara todo aquello que llevaba dentro.

- Jun, creo que ya has entendido la importancia de decir las cosas…- dijo en voz baja, separándose un poco de mí y tomando una de mis manos con fuerza- No pensaba que lo que sentías por él era tan intenso- sonrió- Y me honra ser la primera persona en saber los hermosos sentimientos que llevas dentro.- frunció los labios antes de continuar- No digas que no vas a tener su perdón, pues, si Ninomiya-kun te ama como tú a él, no dudará ni un segundo para perdonarte…
- No quiero que lo haga, no me lo merezco- respondí limpiándome las manos con la mano libre
- ¡No digas estupideces! No puedes dejar que algo tan lindo se vaya al diablo por esto… Vale, no es quizás la mejor de las situaciones, pero… No por eso debes dejar de luchar. Te aseguro que Ninomiya-kun no lo haría ni lo hará- le dio un leve apretón a mi mano
- Eso espero, Ashiya. Pero, aun no me encuentro con el valor suficiente para enfrentarlo…- suspiré
- No te preocupes, todo va a salir bien- repitió ensanchando la sonrisa.

Al caer la noche, mi hermana tomó sus cosas, dando la visita por terminada. Fui con ella hasta la puerta, abrazándola con fuerza, ambos sonreímos al separarnos.

- ¿Te irás hoy mismo a Japón?- inquirí sin soltar sus manos
- No, me pasaré la noche en un hotel cerca de aquí y mañana me regreso a Tokyo- ensanchó la sonrisa- No dejes de usar los suéteres que mamá te envió. La semana próxima ella vendrá a visitarte con papá y…- suspiró- En cuanto a aquél tema; no pierdas las fuerzas, ni dejes de luchar por tu felicidad. ¡Gambare!
- Lo intentaré tonta casamentera- volvimos a abrazarnos y nos despedimos. Al abrir la puerta, vi a Midõ, quien esperaba a mi hermana en el pasillo para escoltarla hacia el ascensor. Le saludé con la mano antes de cerrar la puerta del apartamento.

¿Tendría la razón Ashiya? ¿Debería de dejar mi tonta cobardía y luchar por lo que realmente quería, o simplemente dejar que pasara lo que tenía que pasar?


By Nino

Dejé el mando a distancia en el sofá, soltando un suspiro de impaciencia. Estaba harto de estar allí, haciendo siempre lo mismo; es cierto que era el ser más holgazán de la tierra cuando me lo proponía, pero tanta inactividad me tenía cansado. Quería tener algo que hacer, quería trabajar, y sobretodo, estar casa nuevamente.

Es cierto que me gustaba estar con mi mamá, pero, últimamente tanto ella como mi hermana me asfixiaban con aquella actitud; entendía que sólo querían cuidarme, pero tampoco es que fuera a suicidarme si me quedaba solo dos segundos.

Alcancé a ver a mi madre acercándose a mí, esbozando una sonrisa

- Estoy viendo la televisión- me apresuré a responder- No tengo cuchillos, tijeras, ni nada punzante conmigo; ni tampoco hay frascos de pastillas cerca-
- Kazu…- me miró con una reprobatoria
- Sólo bromeo- esbocé una sonrisa forzada y ella se puso las manos en las caderas
- Vine a decirte que Ohno-kun vino a visitarte-
- ¿En serio?- ensanché la sonrisa y ella suavizó su expresión- Hazlo pasar, mamá…
- De acuerdo… ¿No quieres nada de comer?- inquirió
- No, no tengo hambre, me encuentro bien- respondí acomodándome en el sillón. Mi madre asintió y me dedicó otra sonrisa antes de salir, en menos de un minuto, Ohno estuvo entrando. Levantó una mano al verme, en forma de saludo y se sentó en el sofá, a mi lado
- ¿Qué tal todo?- inquirió
- Pues ya ves, aquí haciendo cosas de… ¿gente normal?- musité con una sonrisa, tratando de sonar jovial, Ohno alzó una ceja, mirándome fijamente
- No te creo nada-
- Al menos lo intento…- dije en voz baja- Quiero irme a casa, quiero que dejen de observarme todos, que por un momento pueda encontrarme solo, sin que nadie esté encima de mí, vigilando si estoy bien, si no intento suicidarme nuevamente. ¡Siento que voy a explotar! –exclamé de mala gana- Sé que quieren lo mejor para mí, pero no me están ayudando, me están haciendo sentir como un imbécil…
- Nino, Nino… tampoco te sientas así. Es normal que todos estemos preocupados por ti, porque te queremos y tenemos miedo a que vuelvas a sentirte como días atrás. Quizás no estamos adoptando la mejor manera de demostrarlo, pero…- se encogió de hombros- es de la única forma que sabemos hacerlo.
- Sólo quiero irme a casa…- musité en voz baja, inclinando el rostro para no mirar a nuestro líder a los ojos.
- ¿Te sientes triste por él?- inquirió Ohno
- No- respondí secamente- Sólo me siento algo asfixiado por tanta sobre protección, pero, por lo demás estoy bien…
- ¿Seguro?-
- Segurísimo- asentí con firmeza, intentando convencerme más a mí que al propio Ohno.- ¿Y cómo has estado?- inquirí cambiando de tema
- Bien, he estado aprovechando al máximo estos días- respondió Oh-chan con una sonrisa
- Se nota, te veo más moreno…- ambos nos miramos y comenzamos a reír
- Me gustaría que vinieras conmigo la próxima vez que vaya a pescar- moví la cabeza, asintiendo
- Me parece perfecto, tú solo avísame, aunque iré más a hacerte compañía que a darte mi ayuda, sabes que soy torpe con las cañas de pescar-
- Lo sé, solamente quiero que salgas y te distraigas un poco, eso es todo- lo miré enternecido, conteniendo las enormes ganas de abrazarlo. Como siempre, Ohno tratando de hacerme sentir mejor con cosas tan sencillas como esa.


Al caer la noche, Oh-chan se marchó; había cenado con nosotros e incluso había ayudado a mamá en la cocina. Me hizo mucho bien la visita de Satoshi, pues me hizo distraerme y dejar de pensar en el encierro que vivía últimamente. Aquello me desesperaba por completo y me ponía loco.

Ya al día siguiente, la sensación de bienestar causada por Ohno, iba desapareciendo poco a poco, y volvía a sentirme depresivo; pero esta vez, no era porque me sintiera encerrado, no era por la sobre protección de los demás, no tenía nada que ver con esas cosas.

La razón de mi depresión era él.

Volvía a echarle enfermizamente de menos y no podía evitarlo. A pesar de que tenía donde contactarle, tenía miedo de hacerlo, pues no quería que me dijese lo estúpido que era. Lo sé, era un cobarde al dejar las cosas así, pero no quería enfrentarme a la realidad, no quería volver a escuchar lo estúpido de mi comportamiento de los labios de J, todo menos eso.

A media mañana, fui a una pequeña tienda a unas cuadras de la casa, comprando algunas cosas que faltaban para el almuerzo de hoy; pues, era lo menos que podía hacer para ayudar a mamá y a Manami.
Mientras regresaba, vi un auto desconocido estacionado frente a la casa; con algo de inquietud, observé detenidamente el compacto Nissan negro, sintiendo más curiosidad.

- Quizás es una de las amigas de Mana-chan…- murmuré para mí mismo atravesando la puerta del jardín. Al entrar a la casa, me descalcé y sostuve las bolsas con más fuerza, anunciando mi llegada.
- Tadaima…- dije mientras escudriñaba todo el lugar con la vista
- Okaeri- respondió mi hermana- Ahh, al fin estás aquí, Kazu… deja las cosas en la cocina y ven hasta acá. Hay alguien que quiere verte- añadió subiendo un poco la voz.
- De acuerdo- respondí dubitativo antes de ir a la cocina y dejar las bolsas sobre la encimera. Al regresar hasta el recibidor, me dirigí a la sala. Allí se encontraban mi hermana y otra chica; ésta se encontraba de espaldas a mí, tenía la larga cabellera negra recogida en una trenza y era menuda y delgada.
- Al fin llegas, te tardaste una eternidad hermanito-
- Gomen ne…- musité apenado. La chica se volvió hacia mí; al ver esos ojos castaños ya conocidos, sentí como todo por dentro se me desmoronaba.
- Tiempo sin verte, Ninomiya-kun- dijo esbozando una sonrisa

No podía creerlo. Ashiya, la hermana mayor de J estaba allí.

Estaba tan sorprendido por verle, que no moví ni un musculo, totalmente conmocionado. Jamás, nunca habría imaginado que ella iría a verme… Al parecer, tanto corrían los chismes sobre mí que ella había ido a casa para confirmar si estaba muerto o no.

- Lo mismo digo, tiempo sin verte, Ashiya-san- comenté antes de que ella me diera un efusivo abrazo. Ambos sonreímos al separarnos; ella con una sonrisa digna de comercial, y yo… Bueno, yo simplemente sonreí.
- Bastante, diría yo- recalcó antes de volver a tomar asiento, yo le imité. Manami continuaba allí, sentada frente a nosotros sin decir palabra
- Tienes razón… ¿Quieres algo de tomar?- sonreí
- Ya tu hermana me trajo un vaso de zumo, gracias-
- Ah, disculpa, soy un tonto…- dije algo apenado- Por cierto; Mana-chan, ¿podrías dejarnos a solas?
- ¡Qué injustos son! Yo que quería escuchar el chisme…- protestó mi hermana poniéndose de pie- Ni modo, después será…- ambos reímos al escucharla despotricar mientras se alejaba. En cuanto nos quedamos a solas, Ashiya se volvió hacia mí, clavando sus penetrantes ojos castaños en mi rostro.
- Y bien, ¿qué te trae por aquí?- inquirí algo temeroso de su respuesta.
- Saber cómo estas. Como has afrontado todo, no se… saber de ti- contestó sin dejar de mirarme
- Pues, he estado…-dudé- Bien. Algo irritante, ya sabes, la inactividad me pone así, pero por lo demás estoy bien-
- ¿Sabes? Ayer estuve en Corea- anunció bajando la vista hasta sus manos, observando su perfecta manicura
- Oh…- musité débilmente
- Fui a visitar a Jun…- continuó diciendo, ignorándome por completo- Jamás lo había visto tan consternado. Te echa muchísimo de menos, y se siente culpable por lo ocurrido contigo días atrás…
- ¿Qué estás tratando de hacer?- le interrumpí bruscamente- ¿Viniste a decirme lo desgraciada que ha sido la vida de J en Corea? Porque si es así, créeme, a mí me tocó la peor parte y eso debes de saberlo.
- Ninomiya-kun, esto no se trata de quien sufra más… Esta no es una competencia. Yo vine aquí, porque dejé a mi hermano hecho una porquería en Corea, llorando y lamentándose por no estar aquí con la persona que ama; y yo pensé que estabas en la misma condición. Ambos se extrañan demasiado, y él se siente culpable y tú, bueno…-volvió a mirarme- la depresión ha hecho mella en ti. Yo solamente quiero ser una mano amiga, y ayudar a que ambos dejen ya el tonto orgullo, el dejar de buscarse por evitar escuchar algún reclamo del otro, porque yo sé que así como Jun muere por volverte a ver, tú también quieres verlo. Y si estoy equivocada, y me encuentro aquí perdiendo el tiempo contigo me lo dices ya mismo y me voy a mi casa…
- No, no te vayas- musité en voz baja- Quizás tienes razón, quizás ambos somos demasiado orgullosos para buscarnos, y tal vez yo lo estoy siendo más, pues él no puede venir a verme, pero yo sí puedo ir a Corea- Ashiya esbozó una radiante sonrisa al escucharme- Debo confesar que tengo miedo… aquella noche, cuando intenté suicidarme, J me dijo que había sido un idiota; a lo mejor tenía razón, pero yo esperaba otras palabras, esperaba que el me dijese todo lo que me has dicho tú, pero…- sonreí con tristeza- J nunca admite las cosas desde un principio.
- No quiero que pienses que vine a intervenir por él, más bien lo hago por ambos. Sé que estás sufriendo mucho, y ni los psicólogos, ni el estar aquí encerrado va ayudarte en nada. Tú lo que necesitas es un abrazo de Jun…

Sentí como los ojos se me llenaban de lágrimas. Ashiya tenía razón, y lo único que yo realmente necesitaba era estar cerca de él, bueno, ambos necesitábamos estar el uno con el otro.

Tomé una bocanada de aire y levanté el rostro, limpiándome las lágrimas que corrían por mis mejillas; miré a Ashiya a los ojos y suspiré antes de preguntarle

- ¿Me darías la dirección de J en Corea?-