miércoles, 26 de septiembre de 2012

One Love 2


Y aquí está la parte final de este fic :3




Suspiró y lanzó un chillido; cerrando violentamente la computadora. Era un imbécil, todos, absolutamente todos le veían la cara de tonto, en especial ese, el amigo de Aiba. Con razón a veces notaba que era demasiado educado, que tenían demasiadas cosas en común y que a veces le repetía cosas suyas que ya Aiba sabía.
- Que baka soy- masculló dejándose caer sobre la cama- aunque debo de admitir que no es para nada feo- se sentó de golpe- ¿Pero qué estoy diciendo? No tengo que pensar si es lindo o no, el se hizo pasar por Aiba, yo... yo le conté muchas cosas mías y el muy estúpido...- se detuvo, pensando en la cara que puso cuando fue descubierto. Lucía algo apenado, y preocupado por su reacción.- Ya no voy a pensar más en eso, igual, no creo que vuelva a verlo nunca.

Aunque internamente se preguntaba si no estaba siendo un poco injusto con él.


Dos semanas habían pasado desde el incidente con Nino, y Jun no había vuelto a hablar con él, a pesar de que a veces tenía deseos de hacerlo, se contenía y dejaba a Aiba usar su cuenta, a la cual le cambió la clave para evitar que Jun entrase nuevamente.

- Nino me contó lo que pasó... Y me dijo hasta de que moriría- le comentó Aiba una tarde mientras salían de clases
- Lo siento, le dije que no te dijese nada... Soy un imbécil, él tiene razón, no puedo andar usurpando a la gente así como así- contestó encogiéndose de hombros
- Descuida, el solo me haló de los pelos cibernéticamente, pero estoy acostumbrado a sus berrinches y sus peleas constantes- informó con una sonrisa
- Ni siquiera me dejó disculparme con él-
- Bueno, ¿y por qué no intentas hablarle como tú? como Jun. Ya deja la estupidez, ni que fueras el primero o el último que tenga amistades por internet- comentó el mayor poniendo los ojos en blanco
- Tienes razón, además solo lo hago por Nino- aseguró el pelinegro
- Te tomas demasiadas molestias por él- dijo Aiba enarcando las cejas
- ¿Qué quieres decir?-
- ¿Yo? Nada- sonrió con picardía y continuó caminando en silencio.


Miró la pantalla y volvió a suspirar por enésima vez... No le hacía gracia aquello de crearse un perfil en aquella red social solamente para hablar con Nino, pero es que, sentía la necesidad de hacerlo; le debía una disculpa a su amigo... Si es que podía llamarle así. Al ver que él aceptó su solicitud de amistad y verlo online, se decidió hablarle, aunque a decir verdad, tenía un poco de miedo por su reacción.

"Hola..."

Ya había dado el primer paso, "a lo mejor no me contestará rápido pues no sabe quien soy", pensó para sus adentros, pero se sorprendió en cuanto escuchó un sonidito peculiar en su ordenador

"Hola... Disculpa por ser tan directo, pero no te conozco ¿Quién eres?"

Sus labios se curvaron, mostrando una débil sonrisa. Siempre se iba directo al grano.

"Bueno, me conoces, pero a medias"

"No soy bueno en las adivinanzas, anda, dime quien eres ¿si?"

"Soy Jun... El amigo de Aiba"

Tardó unos minutos en responder, los cuales fueron una eternidad para Jun, pues no sabía que le diría al saber quien era.

"Creí haberte dicho que no quería hablar más contigo, ¿no fui lo suficientemente claro?"

"Lo fuiste pero, quería disculparme por lo que hice, de verdad me pareces un chico genial, me caes estupendamente bien y no me gustaría que nos dejásemos de hablar por eso. Entiendo que tengas tus razones para enojarte, pero no lo hice con mala intención, yo solo quiero ser tu amigo..."

"Bien. Estás disculpado, no tienes que preocuparte por nada, gracias ^^ y en cuando a lo de ser amigos, no lo se, tengo que pensarlo"

"Comprendo." 

Y esa fue la última conversación que tuvieron. Nino no volvió a contestarle más y Jun tampoco quería atosigarle tanto; pero es que algo en su interior le decía que insistiese más... De verdad, las noches sin aquellas conversaciones con él se habían tornado aburridas y vacías, tampoco tenía motivos para sonreír.

¿Qué le estaba pasando con él?

- Me gusta... Eso es lo que pasa- se dijo a si mismo mientras se encontraba tumbado de espaldas en la cama mirando hacia el techo. Pues Aiba era su amigo y si no hablaba durante unos días con él, obviamente lo echaría de menos, pero no de la manera en que extrañaba a Nino. Ultimamente no dejaba de pensar en él, en las cosas que habían hablado, en su hermosa sonrisa y en la forma en que veía las cosas.
Definitivamente sentía algo por él. No tenía que cuestionarse más, solo tenía que pensar en una posible solución, una manera de pedirle perdón, y si él aun continuaba frío y distante con él, se alejaría, aunque se sintiese así de mal aún... Y justo se le ocurría una idea, y no dudaría en ponerla en práctica ya mismo.



Se encontraba un poco cansado, eso de los trabajos de media jornada más la escuela, era un total problema. Pero tenía que hacerlo para ayudar y aportar algo a la casa, no quería ser un mantenido por su madre y su hermana; así que por ellas lo hacía. Aquella noche, al llegar, se dio una rápida ducha, cenó con su familia y se encerró en la habitación a hacer los deberes de la escuela; al terminar, decidió conectarse un rato para desestresarse un poco antes de ir a dormir.

Al revisar su correo electrónico, encontró algo, era desde un correo desconocido. Se encogió de hombros y lo abrió; en este había un archivo... era un vídeo. En el subject tenía un simple ":3 <3"

- ¿Será porno?- se preguntó a si mismo- Bueno, no está mal curiosear un poco...- añadió con una sonrisa, descargando el archivo y poniéndolo en el reproductor. Al iniciar, se dio cuenta de que era un vídeo casero, pues veía claramente un pared blanca, un pequeño sofá negro y luego un rostro muy pegado a la cámara, que se iba alejando poco a poco.

- Etto... Domo...- saludó un poco avergonzado. Nino reprimió una sonrisa al ver su cara- En verdad no soy bueno para estas cosas, ni para las cámaras, ni para pedir disculpas- suspiró y se arregló el flequillo- Verás Nino, no fue mi intención el hacerte eso, pero me daba mucha pena entrar a una página para hablar con alguien, cuando yo decía que eso de tener amigos por internet era algo estúpido... Pues ahora mira, estoy, digamos que...- un leve rubor cubría sus mejillas- me acostumbré a hablarte y me siento mal por lo que te hice. Juro no volver a usurpar a nadie... Desde hoy seré Jun, el chico que quiere ser tu amigo ¿Qué dices? ¿Me perdonas?- 

Él miraba a la cámara con gesto suplicante y Nino no pudo evitar suspirar, en verdad Jun era muy atractivo y el verlo hacer esas cosas era muy adorable. Pausó el vídeo y se quedó mirándolo. Tenía las cejas muy pobladas, tono de piel muy pálido, el pelo negro, por el cuello, con un mechón blanco en el flequillo y otro en detrás de la oreja. Llevaba una camiseta azul oscuro y un collar, con el dije en forma de candado; nariz recta, labios algo carnosos y sus ojos de color castaño, grandes y vivaces. Pulsó a "reproducir" para continuar con el vídeo.

- Esto es una mierda... Si le digo eso pensará que estoy muy desesperado- exhaló y se escuchó el sonido de la puerta- Ya voy- se puso de pie y fue hasta ella, abriéndola con rapidez- Ah, Aiba-chan, eres tú.
- ¿Esperabas a alguien más?- inquirió el recién llegado
- No, en lo absoluto- se acercó a la cámara y todo se volvió negro.

No pudo evitar soltar una carcajada al ver aquello, ¿en verdad Jun le había enviado eso para que le perdonase? ¿Tanto le importaba el hacer las paces con él? Al parecer sí porque había llegado a ese extremo. El cual le parecía totalmente adorable, el verlo todo apenado y con las mejillas algo sonrojadas mientras le pedía perdón.

Sin duda, reconsideraría su decisión.

Jun no se conectó esa noche, ni Aiba tampoco, así que estuvo hablando con algunos amigos por un rato y finalmente se fue a la cama, se encontraba algo cansado y al día siguiente tenía muchas cosas que hacer.

Iba de camino al pequeño supermercado en el cual trabajaba después de la escuela, al llegar saludó a Sakura, la chica encargada de guardar los paquetes. Dejó la mochila a su cargo y se puso una camisa de botones negra, la cual era parte de su uniforme, antes de ir  a ocupar su puesto en la caja registradora.

Luego de algunas dos horas de trabajo, se acercó un cliente para pagar algunos artículos; Nino comenzó a pasarlos por la máquina, sin fijarse en quien tenía en frente. Al terminar de pasarlos, alzó la vista y con la mejor de sus sonrisas dijo
- Son 2,500 yenes...- pero se detuvo al ver quien estaba frente a él. No era más que el mismísimo Jun, Jun el del vídeo, Jun, el de la hermosa sonrisa, el de las mejillas sonrojadas y gestos tiernos. El amigo de su amigo, el cual le hacía una falta terrible el no hablar con él; Jun, el mismo que la noche anterior le había hecho irse a la cama con una sonrisa, Jun, el que en este momento se comportaba como si no le conociera. 

¿Será que no se acordaba de su cara?

- Claro, aquí tiene- curvó los labios en una media sonrisa y le entregó el dinero. Nino procedió a guardarlo en la caja registradora y le devolvió el cambio, introduciendo sus artículos en una bolsa y dándosela a Jun.
- Gracias- otra tímida sonrisa antes de tomar la bolsa e irse. Nino emitió un suspiro al verlo alejarse; en realidad, Jun era mucho más lindo que en la webcam.
- Un momento... ¿Por qué ando pensando esas cosas?- se reprimió a si mismo y continuó con su trabajo.

Bien, era la cuarta vez en esa semana que veía a Jun en su trabajo, miró su reloj de pulsera, las siete menos cuarto, a la hora en que habitualmente el iba a comprar, aunque algo le decía que iba por él, pero... ¿Por qué no se animaba a hablarle si tanto le echaba de menos?

Nino se sentía frustrado y confundido, no sabían cuales eran las intenciones de Jun, pero de lo que sí estaba seguro es que le diría lo que pensaba de aquél vídeo. Él se acercó a la caja con una simple caja de Pocky's, la deslizó muy despacio y en silencio.
- 882 yenes- murmuró en voz baja y él le entregó el dinero con una expresión socarrona en el rostro. Tomó el cambio y Jun extendió la mano para tomarlo, pero Nino guardó el dinero en su bolsillo; el pelinegro lo miró con una interrogante
- ¿Pasa algo?- inquirió 
- A ver Jun, es la cuarta vez que vienes en menos de una semana, deja ya fingir y dime que vienes por mí...- espetó mirándolo a los ojos. El más alto, sonrió
- ¿Crees que eres tan importante para que esté aquí a diario?- Nino se cruzó de brazos y lo miró con una ceja alzada- Bueno... Puede ser, pero no quería resultar molesto- respondió encogiéndose de hombros
- No lo eres, molesto es que vengas y pretendas no saber quien soy, baka- sacó el dinero de su bolsillo y se lo entregó
- No es eso, es que... La última vez que hablamos me dejaste muy claro que no querías que te molestase y eso hice. Por eso pasaba "disimuladamente" por aquí, pero al parecer, no conozco bien el concepto de disimular-
- Y que lo digas. Oye, mañana hay una convención de manga y... Bueno, Aiba no está disponible- Nino miró al suelo, un poco apenado- ¿irías conmigo?
- ¿Es  una cita?- en la voz de Jun se percibía un ápice de emoción
- Sólo me vas a acompañar, pero si quieres que sea una cita...- sintió como sus mejillas ardían
- De acuerdo. Iré contigo entonces, y bueno, si puede ser eso- carraspeó y miró a otro lado con disimulo- ¿a qué hora nos encontramos?
- ¿Te parece aquí mismo mañana a las dos?-
- Claro, aquí estaré- tomó la caja de Pocky's, le dedicó una hermosa sonrisa a Nino y salió del supermercado con su elegante andar.

Jun suspiró al llegar a las afueras del trabajo de Nino, éste se encontraba jugando con su DS, totalmente ajeno a su presencia. Llevaba unos vaqueros azules ajustados y una camiseta azul cyan con un dibujo de Astro Boy en el pecho. Se alegró de que ambos tuviesen ropa parecida; Jun llevaba una camiseta negra de GANTZ, con un dibujo de Kei Kurono, y unos pantalones del mismo color. Nino alzó la vista y sonrió al verlo

- Al fin llegas- dijo a modo de saludo, cerrando el aparato y guardándolo en su bulto
- Lamento la tardanza- hizo una leve reverencia y sonrió
- Descuida, está bien-

Ambos llegaron al lugar en donde se daría la convención, Nino estaba muy emocionado; habían cosplayers, posters de anime, ediciones especiales e inéditas de algunos mangas. Jun le regaló un muñeco de felpa de Jiglipuff, el cual Nino tomó con una leve sonrisa y sonrojado hasta mas no poder.

Luego de salir de la convención, fueron a un restaurante y comieron ramen por elección de ambos. Al terminar, Jun decidió acompañarle a su casa

- La pasé estupendo hoy, tenía mucho que no me divertía así- comentó el menor mientras caminaban por el vecindario cercano a la casa de Nino
- Yo también... Gracias por el Jiglipuff- musitó en voz baja acariciando el muñeco con una mano
- No tienes porque agradecer- contestó- Por cierto; ¿por qué decidiste perdonarme?
- Porque...- Nino se detuvo y sonrió- porque tu vídeo me pareció muy tierno
- ¿Mi qué?- le interrumpió bruscamente
- El vídeo en que me pediste perdón, fue demasiado kawaii, tengo que admitir que es una de las cosas mas lindas que alguien ha hecho por mí-
- Voy a matar a Aiba, en serio, ¡lo mato!- exclamó casi a gritos- con razón el muy idiota se reía cada vez que me veía... 
- Pero Jun, si fue muy lindo, en serio, por eso decidí perdonarte- dijo el mayor conteniendo la risa al ver su reacción
- ¡No! En serio, esto no puede ser cierto, es que... no, ¿cómo Aiba pudo hacerme eso? Me imagino todo lo que debiste de haberte reído, con la cara de imbécil que tenía ahí... Que vergüenza...- pero los labios de Nino lo acallaron, el castaño lo había agarrado con fuerza del brazo y lo atrajo hasta él, besándolo con delicadeza... Jun suspiró y finalmente cedió, correspondiendo a aquél suave roce, ladeando la cabeza, haciendo que sus bocas encajaran a la perfección.
Nino entreabrió los labios, y Jun no perdió ni un segundo para introducir su lengua en su húmeda y deliciosa cavidad, explorándola por completo y finalmente dejando que acariciara la lengua del más bajo, estremeciéndose al sentir su suavidad. Se separaron por la falta de aire y sonrieron.

- A eso yo le llamo hacerme callar...- susurró contra la boca de Nino
- Me tenías desesperado y no me entendías- 
- Pero en serio, Aiba me va a escuchar- volvió a protestar haciendo un puchero involuntario
- Shh... De no haber sido por Aiba no decido perdonarte, así que no seas cruel con él- ambos se tomaron de la mano y continuaron caminando- volveremos a repetir esto, ¿verdad?
- Por supuesto, quiero volver a salir con el chico que me gusta- Nino lo miró soprendido y con los labios entreabiertos. Jun continuó- me acostumbré por completo a ti y terminé demasiado enganchado, ¿sabías? Creo que con negarlo no gano nada, ¿así que para qué ocultártelo? Es un hecho, me gustas Nino...
El aludido no podía dar crédito a sus palabras, era increíble que un chico tan atractivo, inteligente, gracioso y único como Jun se hubiese fijado en él.
- Yo también quiero salir con el chico que me gusta- contestó finalmente con una enorme sonrisa. Y le daba la impresión de que esta sería la primera de muchas citas con Jun.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Be With You 4



By Jun

Observé a Nino alejarse olímpicamente, dejándome con las palabras en la boca. Estaba más que molesto, le conocía y sabía que se había ido así para no decirme algo descompuesto, o peor aún, que se lo dijese yo. Pero es que Nino no comprendía lo que pasaba por mi cabeza en estos instantes... Lo único que yo necesitaba era estar a solas, pensar, analizar; buscarle una solución a este problema en el cual estábamos metidos, y todo por mi culpa.

Por dejarme llevar, terminé arrastrándolos a la deriva conmigo, en especial a Nino... Me sabía mal el hecho de que estaba pasándola fatal en este momento por mi irresponsabilidad. Cuando le vi llorar silenciosamente mientras Kitagawa nos reprendía, me sentí como un imbécil; mi novio no era de las personas que lloraba con facilidad, sabía que en verdad se sentía muy mal, y todo por no haberle hecho caso.
Mientras conducía a casa no dejaba de darle vueltas al asunto, no quería ser expulsado, no quería dejar lo que más me apasionaba en toda mi vida. Amaba mi trabajo, a los chicos, a Nino... Ahora todo pendía de un hilo, y no, no quería perderlo. 


Al llegar a mi apartamento, me dejé caer en el sofá, frotándome el puente de la nariz, miré hacia el teléfono y vi la lucecita de éste parpadear, de seguro habían un millón de mensajes, todos queriendo saber que estaba ocurriendo en este instante. Me acerqué hasta él y comencé a escuchar algunos de ellos; algunos amigos preguntándome que si estaba bien, mi representante informándome sobre unos cambios de último minuto con una periodista quien me haría una entrevista, uno de Sho y Aiba, dándome ánimos, y uno de mi hermana... Suspiré 

- Jun-chan... Tremenda sorpresa, ¿ne? Bueno, para mí al menos no lo era del todo, pues siempre supe que entre tú y Nino había algo, lo que si me choca es que no me lo hayas contado- escuché una risilla- ¿Sabes? No me importa lo que esos periódicos anden diciendo de ti, te quiero muchísimo y siempre voy a apoyarte, aunque lo de las drogas me intranquiliza un poco, pero esperaré a que nos llames a mamá y a mí para esclarecer todo esto....- escuché que sonaba la línea, al mirar el identificador me di cuenta de que precisamente era mi madre. Tomé el aparato y atendí.
- ¿Moshi mosh?- canturré sin ganas
- ¿Jun? Cielo... Hasta que al fin contestas- la voz de mi madre sonaba preocupada, y no era para menos
- Lo siento oka-san, primero una reunión con Kitagawa y luego estuve en casa de Sho... Ha sido un día infernal- informé acomodándome más en el sofá
- Los periódicos de hoy...
- Lo se, perdóname mamá. Se que en este momento has de estar pensando en esconderte debajo de las piedras, que tienes que estar avergonzada a más no poder... Te fallé, te fallé como hijo, le fallé a las fans, me dejé llevar y cometí un gigante error; mamá perdóname por favor...- le interrumpí, sintiendo como los ojos se me llenaban de lágrimas
- Jun, cariño, no tienes que pedirme perdón. Mira, no te voy a negar que me sorprendió bastante verte besar a tu compañero Ninomiya-kun, y que eso de las drogas me dejó un poco desconcertada, pero ¿sabes algo? Yo siempre voy a apoyarte y a estar ahí cuando los demás no lo estén- me puse un puño en la boca, para ahogar cualquier sonido que pudiese escaparse de mis labios- te amo, te amo muchísimo y confío plenamente en ti. Al principio de todo no supe como reaccionar ni que decir, pero comencé a ver fotos de cuando eras pequeño y entendí que lo único que puedo hacer es apoyarte, pues aún sigues siendo el niñito de aquellas fotos...
- Gra... Gracias mamá- logré articular
- No tienes que agradecerme nada cielo. Iré a Tokyo a verte aunque sea solo un rato y no aceptaré un no como respuesta. Necesito que me cuentes todo y que me digas lo del asuntito ese de las drogas...- 
No me encontraba con energías para batallar con mi mamá, además sabía de sobra que aunque dijese que no, tanto ella como mi hermana estarían aquí a primera hora del día para mimarme, tal y como siempre ha sido. Al ser el más pequeño siempre las tuve encima mío cuídandome de todo y esta situación no sería la excepción.

Al terminar la llamada, dormí por un largo rato, al despertar me di una ducha; no tenía ganas de comer, había perdido el apetito y tampoco quería hablar con nadie. Bueno, sí, tenía ganas de hablar con Nino... Desde la tarde no habíamos platicado y moría de ganas de hacerlo, en estos momentos el único que podía aliviarlo todo era él, pero yo había elegido quedarme a solas.

Estuve evitándole desde la reunión con Kitagawa, en verdad, no sabía porque lo hacía; quizás por no preocuparle más de lo que ya estaba, o tal vez porque no quería derrumbarme ante él. Solo del hecho de saber que podía estar expulsado del grupo me dolía... No quería alejarme de ellos, eran mi familia, las personas en quienes me había apoyado durante estos últimos once años.

Miré al techo y exhalé. Necesitaba verle, no ganaba nada con hacerme el fuerte en estos momentos, cuando era él quien me infundía las fuerzas que no tenía. Miré el reloj de la mesilla... Eran pasadas las doce de la noche, a lo mejor debía de estar dormido.
- ¿No le molestará si le despierto?- me pregunté a mi mismo. Me encogí de hombros y fui hasta mi closet, buscaría algo que ponerme e iría a verle.


By Nino

- Idiota, eso es lo que eres... ¡Pedazo de subnormal! ¡Si estuvieses frente mío en este momento te partiera la cara!- exclamé cerrando la puerta con fuerza en cuanto terminé de entrar todos los regalos a mi apartamento. Eran demasiados y en verdad no me apetecía verlos en este momento, ni siquiera el de Jun, que descansaba sobre el sillón; era enorme, pero no quería verlo aún; con la rabia que sentía en este momento era capaz de romperlo.

Los acomodé todos en la habitación de huespedes, más luego los vería. No tenía cabeza para esto y me sentía agotado; al terminar fui hasta mi cama y me lancé en ella, mirando mi móvil. 
- ¿Le llamo?- me pregunté a mi mismo- ¡Claro que no! Si el está interesado que te llame, total, el fue quien pidió estar a "solas", así que no lo haré- agregué. 

A la persona que sí llamaría sería a mi mamá; ella debía de estar esperando mi llamada. Ambos éramos muy unidos y en cuanto me pasaba algo, le llamaba; así que no lo retrasaría más y lo haría en este mismo instante. 
Tomé el teléfono y marqué con lentitud los dígitos, me acerqué el auricular al oído y me aclaré la garganta. Éste sonó tres veces antes de que escuchara la voz de la mujer que más amaba en este mundo.

- ¿Hai?- me quedé mudo al escucharla, no podía hablar, tenía un nudo en la garganta... Maldita sea, iba a llorar, debí esperar un poco más para llamarle- Kazunari, se que estás ahí, así que esperaré hasta que quieras hablarme...
- Etto... ¿Oka-san?- musité con un hilo de voz- soy un idiota... Perdóname
- ¿Ah? ¿Perdonarte? Pero si no me has hecho nada- por su tono de voz sabía que tenía aquella dulce sonrisa que la caracterizaba- A ver, ¿por qué me pides perdón? 
- Los periódicos, las noticias... Jun y yo... Ese escándalo- mordí mi labio inferior en un torpe intento de no echarme a llorar. Me consideraba una persona fuerte, pero con mi mamá no, simplemente con ella no podía ocultar nada.
- ¿La foto aquella en la que sale mi guapo hijo siendo besado por otro chico guapo?-  
- ¡Mamá, no es tiempo para hacer chistes! ¡Arashi está a punto de colapsar por esto!... Es probable que expulsen a Jun por ese escándalo, y si el se va... Mierda, no se lo que haría sin él...- dije mientras le daba rienda suelta a mi llanto- Perdóname mamá, no quise avergonzarte de esta manera, no debí haberme dejado llevar... Perdóname por llevar una relación promiscua e incorrecta ante los ojos de los demás...- sollocé y me detuve, escuchando a mi mamá llorar también
- No tienes que pedirme perdón por estar enamorado, eso del escándalo son cosas que pasan. En esta vida estamos propensos a que nos pase de todo...- emitió un sorbido y continuó- Kazu, soy tu mamá, te llevé en mi vientre por nueve meses y luché mucho para criarte, te amo tal y como eres y nunca, nunca voy a juzgarte o a señalarte...- sollocé al escucharla- Me importa un pepino lo que diga la prensa, yo solo quiero que mi hijo sea feliz
- ¿Entonces no te molesta mi relación con Jun?- inquirí en voz baja
- Claro que no cielo, igual sospechaba que había algo entre ustedes pero quise que tu mismo me lo confirmases- suspiró nuevamente- ¿y cómo es eso de que explusarán a Jun? ¿Por los estupefacientes? ¿Por estar contigo? ¿Ambos estaban consumiendo drogas?
- No mamá, lo de las drogas no es cierto- mentí. No quería darle una mala impresión de Jun a mi mamá
- Entonces... Ya verás que no lo expulsarán amor...-
- Eso espero, porque si Jun se va del grupo, no se lo que pasaría. Moriría de la tristeza si me alejasen de él- confesé mientras otra lágrima rodaba por mi mejilla
- ¿Lo amas, verdad?- preguntó mi mamá en voz baja
- Sí mamá... Lo amo. Lo amo demasiado y no quisiera que se fuera, de solo imaginarlo...
- Shh, no digas eso, ni vuelvas a romper a llorar, que me harás llorar a mí. Pensando así atraerás cosas negativas y eso no pasará, ya verás corazón- dijo para tranquilizarme.


Después de pedirle perdón a mi mamá una y mil veces por ser un llorón, terminé la llamada, no quería seguir llorando y tampoco quería preocuparla más. Me lavé la cara, y senté en el suelo con la DS para tratar de distraerme, pero no tenía cabeza para jugar; en lo único que podía pensar era en mi chico y la situación en la que se encontraba el grupo. 
Horas después de jugar, completando las partidas más por inercia que por el gusto de querer hacerlo; me puse de pie y busqué algo que comer. Con un vaso de ramen, consideré que era suficiente y luego de comérmelo me di una ducha, yéndome a dormir finalmente. 

Cosa que me resultó imposible... No dejaba de dar vueltas en la cama, Jun y yo no acostumbrábamos irnos a la cama peleados. Yo al menos no podía dormir y sabía que él  tampoco; pero como cumpliría su mandato, no le llamaría, ni lo molestaría. Al mirar la hora en mi móvil suspiré, eran las 12:45 y yo aún sin poder cerrar los ojos, gracias a él
- Si pudiese golpearte, lo haría...- murmuré entre dientes.

El sonido del timbre me hizo abrir los ojos desmesuradamente... ¿Quién podía estar ahí y a estas horas? Pensé en no abrirle, pero al ver que tocaban con insistencia, me puse de pie murmurando una sarta de palabras ininteligibles y maldiciones mientras iba hacia la puerta.

Al abrirla, me quedé de piedra; después de todo, no era el único que no podía dormir cuando estábamos peleados...

- Jun- susurré mirándole fijamente. Iba con unos pantalones de chándal negros y una camiseta rosa, me miraba con gesto suplicante. Aquella era su manera de pedirme disculpas.
Me hice a un lado, permitiéndole entrar, él me obedeció en silencio y continuó sin decir nada. Cerré la puerta y él se volvió hacia mí, abrazándome con fuerza, hundiendo los dedos en mi pelo y estrechándome contra su cuerpo, como si intentase que nos volviéramos uno solo. Las palabras sobraban, aquél abrazo decía todo, podía sentir el temor de Jun, sus inseguridades y sobretodo su amor por mí.

Estuvimos abrazados por largo rato, sin decir nada, sólo escuchando el acompasado sonido de nuestras respiraciones. Suspiré y acaricié la espalda de Jun, sintiéndome reconfortado entre sus brazos

- Lo siento- musitó en un murmullo apenas audible
- No tienes que pedir perdón J- contesté sin soltarle aún
- No debí dejarte ir esta tarde, pero, sabes que soy un estúpido, ¿verdad?- me separé un poco de él y lo ví sonreír apenado
- Lo se, eres un imbécil que cree que puede con todo, pero al final te das cuenta de que no siempre uno debe de soportar todas las cosas solo. - entrelacé mis manos con las suyas- En esos momentos, te juro que te odio, me dan ganas de golpearte hasta que entres en razón...
- Shh... - me interrumpió poniendo sus dedos en mis labios para acallarme- Eres demasiado lindo para estar haciendo rabietas- sentí como mis mejillas ardían al escuchar aquél cumplido. Jun intercambió sus dedos por sus labios, regalándome un tierno beso.
- ¿Es algo tarde para la visita no crees?- comenté con una leve sonrisa, deseando que el rubor de mis mejillas se me borrase. A pesar de este tiempo, continuaba sonrojándome por los cumplidos de Jun
- No podía dormir... Son demasiadas cosas, demasiados pensamientos, y sabes que no me gusta irme a la cama sabiendo que estás molesto conmigo-
- Lo se, yo tampoco podía dormir- respondí encogiéndome de hombros. Tomé una de las manos de Jun, conduciéndolo hasta la sala; ambos nos sentamos en el sofá, sin soltar nuestras manos- ¿Cómo te sientes?- inquirí mirándole a los ojos
- No lo se, Nino... Me siento como una basura. Siempre resalté por ser uno de los más entregados en el trabajo, al que trataba de nunca hacer algo malo, siempre siendo responsable, siendo extremadamente dedicado, y pendiente hasta al más mínimo detalle... Y por un simple error, por dejarme llevar, por comportarme como un crío, estoy a punto de ser expulsado, y dejar de hacer lo que más me gusta- él emitió un suspiro lastimero y cerró los ojos, apoyando la cabeza en el sofá
- Sabes que vamos a luchar hasta que nuestras fuerzas se agoten para que no te vayas, para que no seas expulsado... ¿Por qué en vez de sentirte de esa manera, piensas positivo J? Tú no eres así, tú no eres de los que se dan por vencidos fácilmente, no eres una persona débil ni pesimista. Siempre que alguien está mal, estás ahí para infundarle valor, y ahora que lo necesitas, te pones negativo? Vamos Jun, dame una de esas hermosas sonrisas que me vuelven loco y dime que vas a dejar a un lado esa negatividad...- mi chico abrió los ojos, mordió su labio inferior y finalmente me regaló una sonrisa, era la primera vez desde ayer que lo veía sonreír con sinceridad

- Gracias, de verdad, gracias por estar a mi lado, Nino... - volvió a sonreír y sentí como todo dentro de mi se derretía. Maldita sea, en serio estaba loco por él.
- No tienes que darme las gracias, baka, sabes que lo hago porque te amo- J enarcó las cejas y se acercó a mi, rozando sus labios contra los míos con suavidad.
- Sabes que soy un cabezota, y que de todas maneras, te daré las gracias...- susurró contra mi boca
- ¿Te quedas a dormir? Digo, es muy tarde ya para que vuelvas a casa- comenté separándome un poco de el y frotándome detrás del cuello, en un acto de nerviosismo. Jun me observó con diversión y se encogió de hombros
- Si no te molesta-
- Claro que no, anda, vamos a dormir... A DORMIR- recalqué en cuanto J me dio una mirada un tanto significativa. Ambos nos pusimos de pie y el comenzó a reír
- ¿Crees que soy el tipo de persona que si pudiese estar todo el día sobre ti, lo haría?- inquirió cruzándose de brazos 
- Etto... si- asentí con la cabeza, haciendo que su carcajada fuese un poco más estridente
- Mínimo me ves como enfermo sexual- negó con la cabeza mientras chasqueaba la lengua- mal... Muy mal Kazunari-kun
- No te veo como enfermo sexual, más bien te veo como alguien demasiado... Persuasivo- entrecerré los ojos
- No opinaré nada al respecto... Vamos a dormir- ambos nos encaminamos a la habitación. Jun se puso unos pantalones de pijama y se quedó con la misma camiseta, acostándose en un lado de mi cama; lentamente me acerqué hasta él y me acosté a su lado. Le miré a los ojos y suspiré
- Entonces, vamos a dormir- repetí con un hilo de voz, mientras ambos nos metíamos bajo las sábanas
- Ven aquí...- susurró antes de estrecharme en sus brazos, abrazándome con fuerza y dándome suaves besos en el pelo- Perdona por haberme alejado de ti hoy, no quise hacerte sentir mal...
- J, ya basta de tantas disculpas. Entiendo que lo que está pasando en estos momentos no sea fácil para ti que eres el más afectado de todos, yo me enojé, pero comprendo. Sólo no lo vuelvas a hacer y cuenta conmigo, ¿si?- contesté aferrándome más a él

- Te quiero Nino, mil gracias por lo que estás haciendo por mí...

Esbocé una triste sonrisa al escucharle y le dí un beso en la mejilla. Él me agradecía por estar ahí a su lado, cuando en verdad era yo quien tenía que darle las gracias por no dejarme solo.


Al despertar al día siguiente, abrí los ojos y esperaba ver a Jun a mi lado, más éste no estaba. Me senté en la cama, restregándome los ojos para ver mejor y tampoco estaba en la habitación; afuera se escuchaba a alguien hablar, al agudizar el oído me di cuenta de que se trataba de él.
Me puse de pie y fui a hurtadillas hasta la sala, ahí se encontraba Jun sin camiseta, tan solo con los pantalones del pijama y hablando por teléfono, algo distraído.

- ¿Para mañana a primera hora? No podíamos tocar ese tema un poco más tarde?- hizo una pausa y suspiró- Ah claro, por la grabación de Zero... Claro, claro, entiendo Sho-chan- volvió a hacer otra pausa- Por supuesto, le diré a Nino. Se que protestará, sabes de sobra que no le gusta levantarse temprano...

Sonreí al escuchar aquello. Jun siempre preocupándose por mí.

- De acuerdo, entonces mañana será. Si claro, tu no te preocupes, no tardaré y si, llegaré solo. Hasta entonces, Sho- y terminó la llamada. Al volverse hacia atrás, sonrió al verme
- Ohayou- le saludé con una tímida sonrisa
- Buenos días... Estuve hablando con Sho. La reunión con Kitagawa es mañana- me informó
- ¿Nervioso?
- Para nada- negó con la cabeza- lamento haberte despertado.
- No lo hiciste, simplemente te eché de menos en la cama y me levanté- respondí encogiéndome de hombros- ¿Quieres desayunar algo?
- No, de hecho, me daré una ducha y me iré- le miré interrogante- mi madre y mi hermana vienen y ya sabes lo que eso significa- puso los ojos en blanco
- Descuida, entiendo. Pero no hay problema, ve tranquilo, más luego hablamos y desayunamos o cenamos y... Eso- expliqué con una risilla 
- ¿Seguro estarás bien solo?- inquirió alzando una ceja
- ¿Qué te crees? ¿Que me voy a morir? Ni que me fuese a salir el cuco... Y ahora anda a bañarte, apestas- respondí empujándole suavemente mientras reía. 


Antes que todo quiero decirles que este cap me pareció algo cursipendejo y sobretodo, dramático .__.
Pero así salio, espero que les haya gustado ^^

viernes, 14 de septiembre de 2012

One Love


Género: Shonen ai, altern universe y Cursipendejo nivel Dios xD
Pareja: Machumiya :3
Extensión: Two shot

N.A: Antes de empezar, quiero decir que en lo personal me pareció muy, pero muy cursipendejo... Espero que les guste, pues es una historia un tanto rara xd.
Las letras en cursiva son flashbacks.-




Otra noche más sentado allí esperando que llegase, durante aquellos dos meses se había acostumbrado a aquellas charlas cibernéticas nocturnas con él. Y cuando no podía conectarse, le extrañaba. Miró el reloj de la netbook por enésima vez; las 11:30 y nada aún. ¿Será qué le había pasado algo, o simplemente había encontrado algo más interesante que hacer?
- A lo mejor decidió irse a entretener por ahí...- murmuró entre dientes. Pero un sonido en particular le hizo detener su charla mental; era un email en su móvil, el cual decía:

"Mi hermana rompió con su novio, y me toca escucharla. ¿Genial, no? Dentro de un rato estaré disponible, espérame ¿si?"
Sonrió al leer aquello y le escribió con rapidez: 

"Por supuesto, tú tranquilo, que yo te espero"

Jun volvió a suspirar, dejando el teléfono sobre el escritorio. ¿Desde cuándo se había vuelto tan dependiente a aquellas conversaciones con Nino? Al parecer desde el principio. Nino siempre le pareció una persona diferente, quien llamó su atención desde la primera vez que hablaron; ¿cómo olvidar aquél día que lo conoció?...

Hizo una mueca de desagrado al entrar a la habitación de su amigo y encontrarlo pegado al computador, como siempre; desde los últimos días Aiba se la pasaba todo el tiempo en la computadora. Éste al darse cuenta de que no estaba a solas se volvió hacia Jun con una gran sonrisa
- Hola Jun- dijo sonriente
- Hola ciberman... Otra vez metido en el internet- comento Jun con sarcasmo
- No seas tan cruel, es entretenido- se defendió volviendo a centrar su atención a la pantalla. Jun solo torció la boca y se dejó caer sobre la cama
- No le veo lo entretenido a estar tecleando y sonriendo como retrasado mental...- contestó- ¿se te olvida que tenemos una salida con los chicos hoy?
- No, no lo olvido. Se que en un rato nos encontraremos- miró su reloj de pulsera y suspiró- iré a ducharme, espérame ¿si?- se puso de pie con rapidez; Jun asintió y se quedó en el mismo lugar mientras Aiba entraba al baño. 

Estaba tarareando una canción y revisando algunos mensajes en su teléfono móvil cuando un sonido llamó su atención, al ladear la cabeza se dio cuenta de que dicho sonido provenía desde la computadora de Aiba. No pensaba curiosear, aquella era su conversación, aunque, no estaba mal mirar un poco.
Miró hacia ambos lados antes de ponerse de pie y sentarse frente al escritorio; Aiba sólo mantenía una conversación con una persona; en la ventana decía con unas letras en diferentes colores el nombre de Ninomiya. Luego de leer un poco la conversación se dio cuenta de que su amigo y esa persona hablaban de mangas

"Se que tu preferido será Bleach, pero yo prefiero Reborn... No se, he conocido pocas personas que le gusten, pero en serio, es uno de los mejores mangas que he leído."

Jun esbozó una sonrisa, a él también le gustaba ese manga. No estaría mal que compartiera sus conocimientos con esa persona, así que se animó y le escribió.

"Puede que mi preferido sea Bleach, pero Reborn también es muy bueno, a mi en lo personal me gusta muchísimo."

"¿En serio? ¿Por qué nunca me lo dijiste? ¡Baka!"

"Porque nunca me lo preguntaste."

"Ya deja de hacerte el gracioso conmigo, siempre que te lo decía parecías ignorarme."

"Lo siento, no volveré a hacerlo más"

"¿Tu pidiendo disculpas? ¿Desde cuando eres tan educado Aiba-chan?"

Iba a descubrirlo si continuaba hablándole de esa manera. ¿Pero qué clase de persona es Aiba que no se disculpa con las personas?, se preguntó internamente.

"No lo se, a lo mejor desperté con más modales el día de hoy"

Recibió una carcajada de su parte; en verdad se estaba entreteniendo con ese chico, porque debía de ser un chico para leer ese manga. Al escuchar la puerta abrirse, Jun se sobresaltó; Aiba lo miró con una interrogante

- ¿Qué se supone que haces?- preguntó con diversión
- Ehm... Etto... tu pc estaba sonando raro y yo... ehm...- balbució
- Estabas hablando con Nino- sonrió abiertamente- Es un buen chico, no te preocupes, puedes seguir hablándole, no soy celoso...
- ¿Qué quieres decir?- inquirió con una ceja levemente alzada
- Nada...- canturreó antes de irse a buscar algo de vestir.


Y desde aquél entonces, entraba casi todos los días desde la cuenta de Aiba para hablar con Nino, ganándose un regaño de parte de su amigo, ya que cuando el usaba su cuenta, Aiba no podía accesar. Pero es que... le daba vergüenza entrar ahí con su nombre, o peor aún, decirle a Nino que era otra persona... Pues el luego desconfiaría tanto de él, como de Aiba.
Una noche, en medio de sus conversaciones, Nino le pidió que se viesen por webcam.

"Estoy cansado de escribir, ¿hacemos una videollamada?"

Jun abrió los ojos como platos; si Nino llegaba a verlo, sabría que el no era su amigo... Por una parte, moría de ganas de hacerlo, llevaba alrededor de un mes hablando con él y aun no lo había visto, pero por mala suerte, no podía. 
Aunque tampoco entendía porque tenia el empeño de verle, si sólo era un muchacho normal y corriente; Jun movió la cabeza, para apartar esos pensamientos locos.

"Tengo la webcam dañada... No se que le pasa, ¿lo dejamos para otro día?"

"Tienes una laptop, si la webcam estuviese dañada, lo estuviese el ordenador también. Anda, no seas malo"

"Te mostraré que no sirve"

Le envió la invitación de la vídeo llamada, y puso el dedo en la cámara, haciendo que esta quedase por completo a oscuras; no le gustaba para nada mentir, pero bajo aquellas circunstancias, no le quedaba de otra. Nino terminó cediendo.

"Olvida la videollamada, para otro día será..."

"Gomen"

"No importa, igual otro día intentamos, ¿si?"


Y terminó enganchándose por completo de él, cuando escuchaba a las personas decir que podían llegar a tomarle aprecio a una persona, sentir atracción por alguien a través del internet, o incluso enamorarse, a Jun le parecía algo estúpido. Más ahora entendía perfectamente lo que se sentía, bajo ninguna circunstancia dejaba de hablar con Nino, a pesar de que había conocido más personas en aquella red social.
No había dejado de hablarle ni siquiera cuando le confesó su verdadera preferencia sexual...


Aquella noche Nino no estaba feliz como la mayoría del tiempo; respondía solo con monosílabos y se tardaba para hacerlo. Jun se encontraba algo preocupado por él.

"¿Pasa algo?"

"No..." 

Respondió luego de unos largos minutos. Más Jun volvió a insistir.

"Puedes contarme lo que quieras, sabes que soy tu amigo, ¿no?"

"Si te lo cuento, te apuesto un millón de yenes a que dejarás de serlo tu también..."

"Yo te apuesto dos millones a que no dejaré de serlo. Anda, cuéntame, te hará bien hablar de ello"

Nino pareció pensarlo por unos segundos, hasta que Jun vio que estaba escribiéndole.

"Bien, esto no pensé decírtelo nunca, pero... Soy gay, y no sabía que eso me acarrearía tantos problemas, mi papá se enteró y vino a gritarme mil y un cosas. Mamá intervino y ya te imaginarás el tremendo brollo que se armó por eso. Algunos de mis amigos se han alejado de mi, y en la escuela me la paso solo, alejado, marginado, todo por ser el "rarito" de la clase.
¿Qué el ser homosexual es una enfermedad? Eso no se contagia... ¡Maldita sea! ¡No elegí ser así! Pero nací de esta forma, ¿por qué no pueden aceptarme tal y como soy, así como también acepto a los demás?"

Jun suspiró pesadamente. Jamás imaginó que Nino le confesaría aquello; no imaginaba que recibía esa clase de rechazo simplemente por ser gay, con lo modernas que estaban las cosas, la gente debería de tomar la homosexualidad como algo normal. Al menos él en su caso, nunca lo vio como algo malo.

"En primer lugar... No pienso alejarme de ti así como hicieron tus supuestos "amigos", el ser homosexual no es una razón para rechazarte, ni para hacerte a un lado, y mucho menos para hacerte sentir inferior a nadie. Es simplemente una preferencia diferente a lo que es correctamente "normal"... Me disculpas por esto, pero tu papá es un idiota, pues eres un chico genial, y el hecho de que seas gay no es motivo para hacerte lo que te hizo, ya verás que con el tiempo se arrepentirá de haberte dicho esas cosas. Ahora, vamos a hacerte sonreír, el Nino que yo conozco no es aquél que esta triste, lamentándose por esas cosas.
¡Ganbatte! Estoy aquí y así como estoy yo, habrán muchas personas que te valorarán por lo que eres y no por lo que prefieres."

 "Gracias Aiba-chan, vales oro. Ya sabía yo que podía confiar en ti... Gracias por no juzgarme como lo han hecho los demás; en serio, eres un buen amigo"

Se sintió un poco culpable al leer aquello... Nino no se merecía que le mintiera, el pensaba que estaba hablando con Aiba, le estaba engañando, y él no quería ser como los demás, no quería decepcionarle, simplemente no quería causarle ningún tipo de dolor.

"No tienes que agradecerme baka, siempre estaré aquí para ti y si alguien se burla de ti, solo tienes que decírmelo y le golpearé"

"¡Jajajaja! ¿Ahora tienes complejos de superheroe?"

"Algo así"


Jun volvió a mirar el reloj, eran las 11:50 y aun nada... A lo mejor se quedaría con su hermana; pero no estaba mal si le esperaba unos minutos más.
Se sentía patético al hacer esas cosas, eso de mantenerse pegado al ordenador esperando por una sola persona en particular, persona que sin darse cuenta, era parte de él; no diría que estaba enamorado, pero... sentía una extraña emoción cuando veía que él se conectaba, sonreía como imbécil con cada cosa que él le decía y una alegría inmensa le invadía todo el tiempo.

Minutos después escuchó algo, al mirar hacia la pantalla se dió cuenta de que Nino estaba online; hablaron de cosas triviales y sin importancia, incluso hasta el porqué su hermana y su novio estaban peleados. Hasta que Jun en un impulso le pidió verle, esperando una posible negativa de su parte.


"¿Me pones la webcam?" 

Escribió temeroso de su respuesta. No sabía si Nino diría que no, pero ahora sentía más curiosidad de verle, en su perfil sólo habían fotos de personajes de anime y le daba vergüenza preguntarle a Aiba por el físico de Nino.

"Claro, aunque estoy algo ocupado... ¿No te importa verme haciendo algo?"

"Para nada..."

"Si no te importa, está bién"

Nino le envió una solicitud para una videollamada, entonces Jun tomó una camiseta que descansaba sobre la cama, y ocultó la webcam con ella, así solo tendría que usar el micrófono con su amigo. Segundos después alcanzó a ver una pared en color azul eléctrico, con algunos posters de anime en ella. 
Luego de un movimiento un tanto brusco, alcanzó a verle, tenía el cabello algo despeinado, castaño y con algunas mechas más claras. A pesar de tener 18 lucía de menos edad, a diferencia suya, que tenía la misma edad, pero aparentaba un poco más mayor. Llevaba una camiseta blanca y en sus manos tenía un pedazo de tela color rosa. Nino miró hacia la cámara y le regaló una sonrisa, la más tierna que alguien le hubiese dado antes.

Jun decidió hablarle, claro, tratando de imitar la voz de Aiba.
- ¿Qué estás haciendo?- inquirió
- Estoy cosiéndole la ropita a un oso de felpa de mi hermana, ella es un desastre con las agujas y como mamá ya está dormida no quiero que mi hermana le agobie mañana, así que mejor lo hago yo...- explicó brevemente- ¿y tú? ¿Por qué suenas tan raro?
- Es que agarré un resfriado...- contestó Jun mientras apretaba el mouse con fuerza
- Souka, ten mucho cuidado, para que no te escuches peor- y volvió a sonreír antes de concentrarse en su labor nuevamente. Jun lo observaba fascinado y esbozó una leve sonrisa; totalmente embobado, mirando todos y cada uno de sus movimientos. La manera en que movía la mano izquierda con la aguja, como fruncía el ceño levemente, al igual que los labios.
- Eres zurdo, ¿verdad?-
- Sí, pensaba que te lo había dicho- contestó volviendo a mirar hacia la cámara- En verdad, soy ambidiestro, pero prefiero usar la zurda, soy más ágil.
- Te envidio, eso de usar las dos manos es muy útil...- dijo casi en un susurro. Nino volvió a sonreír y asintió, mostrándole el diminuto vestido
- ¡Terminé! Espero que a mi hermana le guste y si no pues, tendrá que quedarse con él de todas maneras- comentó encogiéndose de hombros. Jun rió por lo bajo al escucharle y se acomodó sobre la cama, haciendo que la camiseta que tapaba la webcam se cayera, dejando su rostro totalmente expuesto- ¡Hey! Tu cámara si funciona después de todo, puedo ver algo...- protestó
Jun, preso del pánico por ser descubierto, volvió a tapar la cámara, haciéndolo esta vez con su dedo
- No, no se ve nada- masculló en voz baja
- No seas crío, déjate ver Aiba-chan, como si ya no te he visto antes-
- Maldita sea mi estupidez- murmuró Jun apartando el dedo de la cámara. Nino estaba sonriendo, pero la sonrisa murió en sus labios al verle; volvió a fruncir el entrecejo y mirarle confuso
- No eres Aiba- dijo con obviedad- ¿Quién demonios eres tú?
- Soy... Soy amigo de Aiba... yo... bueno... me caíste bien y como no tenía como... maldita sea, parezco imbécil...- balbució-
- ¿Desde cuando usas la cuenta de Aiba?- inquirió 
- Desde hace un tiempo... Pero no te enojes con él Nino, la culpa es mía. Me caíste bien y... bueno, entraba desde acá para hablar contigo, Aiba ya se sentía molesto porque uso su cuenta pero...
- Ya no hacen falta más excusas...- suspiró, interrumpiéndole- Mira, no me voy a enojar contigo ni con Aiba, pero es mejor que dejes de usurpar a la gente, eso no está bien. Tu amigo me va a escuchar, en serio, ¡porque esto no es divertido!
- No lo hacía por mal, de verdad...
- No me importa con que intenciones lo hiciste, créeme- volvió a interrumpirle cortantemente- Sólo no vuelvas a hablarme nunca más...
- Pero Nino- protestó. Más el se había desconectado de golpe



domingo, 9 de septiembre de 2012

Bésame y calla


Es la primera vez que escribo algo de esta parejita y a mi en lo personal me g u s t ó! Me salió la vena tierna con ellos, y bueno, debo de admitir que fue gracias a Yunnie que descubrí lo dulce son estos dos :3
En fin, espero que les guste <3

Género: Shonen ai
Pareja: Yama Pair
Extensión: Drabble


Iban caminando en silencio por aquél solitario parque, como el mayor aún no se decidía a andar en coche, habían decidido regresarse a pie, aprovechando que tenían tiempo sin verse; Sho había vuelto después de cumplir su trabajo en Londres, durante la trasmisión de las Olimpiadas.
- Y bueno... Me sentí feliz al ver que me fue tan bien ayer en el lago. A pesar de que Nino no quiso venirse conmigo- informó Ohno con una débil sonrisa
- Entonces Riida, ¿nos pasaremos toda la noche hablando de peces?- inquirió el pelinegro poniendo los ojos en blanco
- Uh... Lo siento Sho-chan, no quería resultar molesto- comentó el mayor inclinando levemente el rostro
- Tampoco es para que te pongas así Ohno, es que, bueno... Pensé que me habías echado de menos, y parece que solamente tienes cabeza para los peces- sonrió al verle, caminando más pegado a él
- Sabes que soy un aburrido que solamente hablo de las mismas cosas- contestó Ohno mirando a Sho de reojo
- Pues si no tienes temas de conversación, simplemente no hables-

Ohno se detuvo al escuchar aquellas palabras, sintiéndose un poco torpe y que había arruinado todo. La verdad era que Sho le gustaba mucho y al estar a su lado, no sabía como reaccionar, que decir, ni que hacer. Entre tartamudeos y suspiros de exasperación le pidió que saliera a comer algo con él después de la grabación de Arashi Ni Shiagare; lo hizo por insistencia de Nino, quien sabía cuanto había extrañado a Sho mientras estuvo en Londres, y ahora, sólo por hablar de peces, dañó lo que se suponía que era su "cita".
- Lamento haberlo arruina...- la palabra quedó a medias, pues sintió los labios de Sho contra los suyos. Fue un roce delicado, suave, tal y como lo había sentido tantas veces en sus sueños... Sueños que pensaba que nunca se harían realidad.

Los labios de Sho eran tibios, extremadamente suaves y se movían sobre los suyos con agilidad y sobretodo, experiencia. Ohno, quien estuvo inmóvil, comenzó a corresponder a su beso, acariciando una de las mejillas del menor e introduciendo lentamente su lengua en su cavidad, sintiéndose estremecer en cuanto ambas se rozaron con lentitud.
Ambos se separaron por la falta de oxígeno, y Sho sonrió complacido, tomando una de las manos de Ohno con delicadeza

- Era a esto a lo que me refería... Cuando no tengas temas de conversación, no digas nada, simplemente bésame- musitó en un murmullo. Ohno sintió como sus mejillas ardían.
- Lo tomaré en cuenta para la próxima- contestó antes de besar a Sho nuevamente, para luego retomar el camino hasta su casa, aún tomados de la mano.