martes, 27 de noviembre de 2012

Even if you are with him


Ayer fue el cumple de Riida y quise hacer algo sweet en su honor, pero... Por estar algo indispuesta se me hizo imposible, así que hoy, así sea algo atrasado, dejo este drabble en su honor.
Honestamente, debía ser algo feliz, pero... Esto fue lo que tenía x.x

Género: Angst, altern universe.
Parejas: Juntoshi, Matsumiya y algo de Yama pair.
Extensión: Drabble.



Una tarde del verano, iban Sho y Satoshi caminando por el parque mientras hablaban animadamente, el menor parloteaba sin parar, sin dejar de reír y hacer gestos con las manos.

- ¡Y era algo así de grande!- exclamó extendiendo los brazos, causando la risa del mayor, quien negaba con la cabeza lentamente.
- Estás loco, no puede haber un delfín así de grande...-
- No me crees, ¿ah? Pues vamos mañana mismo al parque acuático y lo verás. Sabes que no miento, Ohno-kun- contestó el pelinegro encogiendo sus hombros caídos; motivo por el cual sus amigos siempre le hacían bromas.
- A ver si cuando salga del trabajo puedo ir, ¿vale?...- Ohno se detuvo al escuchar unas risas, y una de ellas le pareció bastante conocida; al girar la cabeza a la derecha, vio a su ex reír animadamente con su actual pareja, Ninomiya.

- De ninguna manera J, no voy a sacarme la camiseta acá, ¡hay gente mirando!- Jun volvió a reír al escucharle y trató de subirle un poco la prenda en color amarillo.
- ¿Ves? No quieres porque si tienes pancita... Por eso te avergüenza que los demás te vean, ¿no?- inquirió el castaño con una sonrisa algo burlona
- Ya basta Jun, no es gracioso- el más bajo hizo un puchero, acostándose sobre la grama. Ohno observó como su ex, le miraba con ojitos suplicantes y se dejaba caer a su lado, escuchándoles reír otra vez.

- Ohno, ya basta...- Sho comenzó a empujar a su amigo por el brazo, pero este continuaba clavado, literalmente, del piso- Oye, camina... Ya deja a ese par- añadió con un largo suspiro. Satoshi le imitó y comenzó a caminar a su lado.

Hacía ya ocho meses que él y Jun habían roto, y se alegraba profundamente de que haya podido rehacer su vida y ser feliz con Nino, un chico que aparentaba ser buena persona y que le quería... Justo lo que alguien como Jun se merecía.

Justo lo que no había tenido a su lado.

Sus celos enfermizos y sus constantes peleas le alejaron de lo que más quiso; fue un terco y le hizo caso omiso a las advertencias de Jun, que algún día se cansaría de aquello y que se iría de su lado, que aquello no era lo que el quería para ambos. Más a Ohno no le importaron sus avisos, continuó haciéndole la vida imposible.

Ahora le había perdido...

Verle sonreír con ese brillo en la mirada, como un tonto enamorado; con aquél destello en sus hermosos ojos cafés, y darse cuenta de que esa mirada y esa sonrisa no eran para él, le destrozó, le destrozó por completo. Y más cuando sabía que fue por su culpa.

- ¿Viste lo feliz que luce ahora?- musitó en voz baja, mrando a su amigo con una triste sonrisa
- Si, pero no es nada del otro mundo; tarde o temprano este momento iba a llegar y cada uno de los dos tendría que rehacer su vida con alguien más- contestó Sho lanzando un suspiro- Pero no te deprimas, ¿si?
- No... No lo haré, pues aunque yo le extrañe a cada día que pase y sienta que me estoy muriendo sin él, me alegra que haya encontrado la felicidad con ese chico... Estoy totalmente seguro que Ninomiya va a valorar a Jun y que van a ser muy felices juntos- Ohno inclinó el rostro, aminorando la marcha en sus pasos.
- Sabes que estaré siempre para ti, ¿verdad?- Sho pasó un brazo por los hombros del mayor y esbozó una sonrisa.
- Lo se, y gracias- respondió Ohno ensanchando la sonrisa, volviendo el rostro hacia atrás, mirando a la pareja por última vez, deseándole lo mejor aunque una parte de él diese lo que fuera por estar en el lugar de Nino.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Aishiteru


Hace días me vi el SP de HnA en el que Sho y Aiba-chan van Chiba, y fue tan lindo que me inspiré y salió esto, cortito pero bonito~

Género: Shonen ai, cursipendejo al extremo.
Pareja: Sakuraiba
Extensión: Drabble



Observaba a Masaki dormir algo incómodo en el asiento de la van, iban de regreso a Tokyo después haberse pasado todo el día en Chiba, Aiba le estaba mostrando lo divertida que podía ser su ciudad y al mismo tiempo eran grabados para hacer un especial de Himitsu no Arashi-chan. Lo habían pasado genial, Sho se había divertido hasta el cansancio al igual que su compañero, quien cayó rendido al comenzar el viaje de regreso a sus casas.

Aiba se removió, buscando algo de calor; Sho al notarlo, le puso la chaqueta por encima, esbozando una sonrisa cargada de ternura... Aiba era así, tan tierno como un cachorrito. A pesar de que aquella tarde le jugó una broma algo pesada, terminó disculpándose y abrazándole todo el rato para conseguir su perdón.

- ¿Qué voy a hacer contigo?- musitó en voz baja acercándose hasta él, acariciando su cabello con suavidad mientras el menor aun continuaba en los brazos de Morfeo- Hoy ha sido el mejor día de mi vida, ¿sabes?... El haberla pasado tan bien a tu lado, el poder reír contigo, me hizo darme cuenta de cuanto te amo y cuanto te quiero en mi vida...

Varias imágenes de aquél día comenzaron a reproducirse en su cabeza, como si de un vídeo se tratara y Sho no pudo evitar volver a sonreír, sintiendo el corazón henchido de amor por ese ser que dormía a su lado.
- Espero que tengamos más citas como esta, Aiba-chan...- susurró muy por lo bajo antes de dejar un beso en la frente del castaño para seguir velando su sueño por lo que quedaba de viaje.

martes, 20 de noviembre de 2012

Preguntita random


Hola chicas!
Quería hacerles esta preguntita, pues aunque no sean muchas, me importa MUCHO saber la opinión de mis lectoras ^^

Se que la temática principal de las fics es yaoi (porque todas somos unas pervertidas y nos encanta xd), a mi me gusta muchísimo, pero... ¿También leerían algo así sea cortito en temática hétero?
A mi en lo personal no me disgusta y tengo algunas cositas por ahí que me gustaría subir, pero quiero su opinión primero.

¿Qué piensan? :3

domingo, 18 de noviembre de 2012

Be with you 7


Aquí está el tan esperado capítulo *suenan tambores*
Recién terminado, está calentito! x3
Espero que les guste ^^




Pasajeros del vuelo 872 con destino a Seúl, Corea del Sur, es hora de abordar...

Suspiré por milésima vez y tomé el bulto de mano, poniendo los ojos en blanco. Era el momento de partir; de alejarme de mi familia y de las personas que más significaban para mí. Un policía iba conmigo en el viaje, iba vestido de civil, pero igual me sentía como un criminal peligroso. 

Agradecía infinitamente el hecho de que ningún miembro de mi familia hubiese ido, pues iba solo a complicar las cosas; más sabía que en dos semanas mi  madre iría a verme a la que sería mi nueva casa por tres meses. En donde estaría custodiado y monitoreado las veinticuatro horas, siete días por semana.

- Espero que estés contento con lo que lograste, viejo de mierda- murmuré por lo bajo en cuanto me dirigía a la zona de abordaje.


By Nino


- Y bien... ¿Piensas contarme ya qué demonios está pasando contigo y Riida?-

Apoyé el rostro en una mano, mirándole con perspicacia.

- Viniste a mi casa a tirar la puerta, a levantarme temprano, a prepararme el desayuno... ¿sólo para saber lo que pasa con Ohno y yo?- negué con la cabeza- De veras, es increíble lo cotilla y chismoso que puedes llegar a ser...
- Antes de ayer estabas muy mal, ayer estabas con tu madre y bueno... Hoy decidí que era un día propicio para hablarte. Además, son las 10 de la mañana, es bastante tarde, ¿y encima te quejas porque te preparo el desayuno? Que insensato eres jovencito- reí al escucharlo. Sho puso los brazos en jarras y sonrió.
- Ohno me besó- dije de golpe
- ¿¡QUÉ!?-
- Lo que escuchas Sho... Ohno vino hace unos días y me besó... Era eso  lo que iba a contar el día de la reunión- expliqué
- Oh, con razón Ohno se puso así cuando partiste detrás de MatsuJun y cuando regresaste llorando...- comentó en voz baja, poniéndose dos dedos en la barbilla, en  actitud pensativa- Por cierto; ¿todo bien con MatsuJun?
- Ni me lo menciones, en estos días no he hablado con él, no he querido molestarle después de lo que me dijo- tomé el sandwich y le di una pequeña mordida- Me sentí como una completa mierda... ¿Qué esperas? ¿Que vaya corriendo a su lado?
- No digo eso Ninomi, es sólo que...- tomó un poco de zumo de naranja y suspiró- me pareció que se pelearon muy feo
- De hecho sí, pero no pretendo molestarle con mis charlas "egoístas y carentes de madurez"- hice comillas con los dedos. Sho me miró con una mueca de extrañeza
- ¿Sabes? A veces, en el amor tienes que ser egoísta, Nino. Si te quedas cruzado de brazos, lo pierdes TODO y es normal que quieras defender lo tuyo, bueno, lo de ustedes...
- Si es que todavía hay algo de eso- le interrumpí en voz baja
- Ya no empieces con esto, no pueden vivir el uno sin el otro, así que a la larga o la corta, van a arreglarse- 
- Claro, ¿como tú y Aiba?- aventuré
- No estamos hablando de mí, hablamos de ti- me señaló acusadoramente- ¿Qué vas a hacer con Ohno?
- No lo se, de verdad no lo se- negué con la cabeza vigorosamente- Terminaré de desayunar y pensaré que hacer con respecto a él; Ohno me dijo que no iba a volver a ocurrir, se que no debo escaquearme... Pero aún no es el momento!- dije finalmente.
- Cobarde- me atacó Sho-chan
- Shh, déjame disfrutar mi desayuno- comenté con una risilla antes de concentrarme en la comida.

En cuanto Sho-chan se hubiese marchado, higienicé el apartamento, lavé los platos y me di una ducha, saliendo finalmente para revisar mi buzón. Desde hacía tres días no lo revisaba y sabía que debía de tener mil y un cosas allí.

Y no me equivocaba, mientras iba en el ascensor me encontraba revisando la correspondencia. Facturas, facturas y más facturas; una postal de mi mamá, otras cosas más y un sobre en blanco... Al entrar al apartamento pensé en no abrirlo, pero, la curiosidad me ganaba.

Me senté en el sofá y dejé la correspondencia a un lado, tomando solamente aquél extraño sobre; no tenía firma, ni sellos, nada. Con lentitud comencé a abrirlo, al sacar su contenido me di cuenta de que era una carta y unas llaves; al ver aquella letra conocida, ya sabía de quién se trataba. Con un largo suspiro, comencé a leer aquellas líneas...


Nino:

No soy bueno para estas cosas, pero entendía que debía comunicarte los cambios por los que estoy pasando en estos momentos. Quizás cuando leas esto, me encuentre en Seúl, Corea del Sur... Te preguntarás que hago allí, pues te respondo: Por órdenes de Johnny. 

Estoy cumpliendo mi condena de tres meses bajo arresto domiciliario, te lo digo de esta manera porque tengo estrictamente prohibido ponerme en contacto con ustedes, en especial contigo...

Me coloqué una mano en el pecho, en un tonto intento de calmar los alborotados latidos de mi corazón. ¿Jun en Seúl? ¿Arresto domiciliario? ¿Qué ya no era suficiente con el hecho de que se fuera de Arashi? Emití un largo suspiro antes de continuar con la lectura.


Se que las cosas no están en "buenos terminos" entre nosotros y creo que lo más sensato es decirte el porque de mi actitud cortante hace días. Ohno me contó lo ocurrido contigo... Y me sentí traicionado, pensé que me tenías la confianza suficiente como para contarme; más al parecer, Riida si tuvo el valor. Agradezco mucho aquello.

Te dejo las llaves de tu apartamento. No se la próxima vez que vuelva a pisarlo.

No quiero que te sientas mal ni culpable por lo que pase conmigo, soy una persona adulta y responsable de mis actos; e igual esto no es para siempre, pretendo dar lo mejor de mí para ver si puedo regresar a Arashi.

Por favor, sigan haciéndolo como siempre, nadie notará mi ausencia.

Y por favor, cuida de Masaki, sabes que es un desastre con patas. No te enojes con Ohno, a pesar de lo ocurrido, es un buen tipo.

Espero comunicarme pronto con ustedes, mis mas sinceras disculpas por atravesar esta díficil situación por mi culpa.

Jun.


Me quedé mirando el papel, inmóvil, sin saber que hacer, que decir, que pensar... Tratando de procesar y asimilar las ideas con rapidez y concordancia. J se había ido, estaba en Corea pagando por sus actos; nosotros definitivamente tendríamos que continuar sin él.

Y para completar, me entregó las llaves del apartamento... ¿Qué más claro podía estar?

Jun estaba desligándose de todo, incluido nuestra relación.

¿Pero que más podía hacer?

Tomé las llaves, apretándolas con fuerza, preguntándome si era esto lo correcto, si estaba bien dejar que Jun se fuese así de mi lado. Añadiéndole que él sabía lo ocurrido con Ohno y yo; ahora comprendía el porqué aquella actitud fría conmigo...

Me puse de pie como si estuviese impulsado por resortes y fui hasta el teléfono, marcando los dígitos del número de Jun. Éste sonaba sin parar, más nadie respondía. Al escuchar el mensaje del buzón de voz, me sentí perdido.

No podía ser posible que él se hubiese ido... No ahora, no en este momento. No cuando tenía que explicarle las cosas, no cuando realmente necesitaba estar cerca suyo; no cuando  la culpa me carcomía por dentro, dejando un enorme vacío en mi pecho y unas enormes ganas de derrumbarme y llorar.

Te dejo las llaves de tu apartamento. No se la próxima vez que vuelva a pisarlo...

Aquella frase se reproducía una y otra vez en mi cabeza... Jun me estaba dejando aparte de haberse ido del país.

No me había dado cuenta de cuanto había apretado las llaves con mi mano izquierda, hasta que vi mis nudillos tornarse blancos. Me dolía, me dolía profundamente lo que estaba pasando; y me sentía impotente por no poder ayudado a J, pero... Después de todo, aquella fue su decisión.

- ¡Maldita sea J! ¡No puedo hacer nada por ti!- arrojé las llaves al suelo, apoyándome contra la pared- ¿Cómo se supone que vamos a continuar sin ti? Han sido once años, once malditos años a tu lado; conviviendo contigo, durmiendo a tu lado, comiendo contigo, trabajando contigo... No puedo echarle tierra a todo eso y continuar como si nada- me detuve, sintiendo como las lágrimas abrasaban mis ojos. No quería llorar, con derramar lágrimas no iba a traerlo de vuelta- ¿Cómo voy a sobrevivir sin ti?

El timbre de mi móvil me hizo volver en sí, no tenía ganas de contestar, pero, ¿y si era una llamada de Jun? No perdería nada con atender.

Me acerqué hasta el aparato, dudando una vez más al ver que era un número restringido.
- ¿Hai?- dije finalmente al descolgar
- ¿Ninomiya-san?- contestó la voz de una mujer
- Si.. Soy yo-
- Le llamo de parte de Kitagawa-sama; han organizado una rueda de prensa con usted y los demás miembros de Arashi, le ruego que por favor se presente en nuestras instalaciones hoy en la tarde.- me informó 
- ¿Podría saber con quién estoy hablando?- quise saber
- Por supuesto, disculpe por no presentarme... Le habla Matsuyama Ichihiro, soy encargada del departamento de relaciones públicas. Se me encargó avisarles por este medio a ustedes sobre la rueda de prensa; todos sabemos lo ocurrido en estos días, y Kitagawa-sama cree conveniente que ustedes...
- De acuerdo, iré- le interrumpí secamente- ¿A qué hora debo estar allá?
- Alrededor de las cinco de la tarde, Ninomiya-san-
- Bien, gracias por la información, Matsuyama-san. Estaré ahí- al despedirme, terminé la llamada; maldiciendo por lo bajo a nuestro productor.
No sabía si sería capaz de estar alli, explicándole a los medios mientras sabía que J estaba en quien sabe donde... ¿Estará en un buen lugar? ¿Le maltratarán? ¿Estaría con buenas personas?


Escoger la ropa que me pondría para aquella cita, fue algo difícil y doloroso. En primer lugar, porque el ver en mi clóset algunas prendas de Jun, no hizo más que traerme recuerdos, y que las ganas de llorar, que llevaba reprimiendo, crecieran aún más.

Finalmente, me decidí por unos pantalones negros y una camisa de lino en el mismo color. No tenía deseos de ponerme la habitual ropa colorida y hasta femenina que solía usar siempre, no tenía deseos de nada.

Al terminar de arreglarme, me dirigí hasta las oficinas de Johnny's Entertainment, encontrándome con Aiba apenas al entrar; éste también iba totalmente vestido de negro, dándome una sonrisa conciliadora y un fuerte abrazo al verme.

- Gracias Masaki...- 
- Ya vas a ver que podremos salir de esta, somos Arashi y nada ni nadie nos va a derrumbar- escuché que decía mientras me abrazaba. Esbocé una leve sonrisa y asentí con lentitud al separarme de él.
- ¿Supiste lo de J?- inquirí en voz baja
- Si, Kitagawa me lo comunicó hace un momento, aún no puedo creer que haya hecho eso, MatsuJun ha de estar pasándola fatal...-
- Si, ¿verdad? Al parecer Johnny-sama quiere castigarle severamente- comenté cruzándome de brazos, Aiba asintió y torció la boca, como hacía habitualmente cuando algo no le parecía bien.
- Pienso que es injusto, Jun es una de las personas más responsables que conozco; simplemente no debió de hacer aquello, y si lo hizo, al menos debió dejarlo con nosotros...
- Pero al final de todo, siempre se hace lo que quiera Kitagawa, no lo que queramos nosotros- 

Aiba y yo nos volvimos al escuchar a Sho, quien iba con un traje negro y una corbata en azul cobalto- Veo que venimos todos de negro- puntualizó con una media sonrisa.

- Digamos que expresamos lo que sentimos mediante la ropa- dije en voz baja y sonreí
- Por cierto; ¿dónde está Riida?- inquirió Masaki
- Me llamó hace un rato, me dijo que está algo congestionado el tráfico, pero ya pronto ha de venir- Sho se sentó en la butaca en caoba que descansaba en una esquina del pasillo
- Sho-chan, ¿puedo pedirte un favor?- pedí
- Si claro, dime...
- Que seas nuestro intérprete, no creo que tenga ánimos para enfrentarme a la prensa- suspiré, poniendo los ojos en blanco- al menos, no para responder a preguntas sobre él...
- Comprendo, trataré de ayudarte lo más que pueda, pero sabes que igual tendrás que contestar, estás involucrado en el escándalo- 
- Gracias Sho- sonreí con cinismo
- Tampoco es para que te enojes- Sho se encogió de hombros y Aiba nos miraba divertido
- Es que amo cuando eres tan adorable y bondadoso conmigo- le saqué la lengua, observando a Sho reír por mi reacción

Minutos después llegó Ohno, éste se mostraba algo cohibido e incómodo conmigo, al parecer continuaba así por lo ocurrido días antes. A sinceridad, yo me encontraba de igual manera... Sabía que teníamos que hablar sobre aquello, pero aún no me encontraba preparado para enfrentarle, y menos ahora, que Jun sabía aquel "altercado" entre nosotros. Era simplemente apenante y bochornoso.

Kitagawa nos esperaba en la entrada del salón en el cual se efectuaría la rueda de prensa; en cuanto estuvimos listos, traspasamos el umbral, entrando al salón. Éste no era tan grande, habían alrededor de veinticinco o treinta personas sentadas frente a la mesa, en la cual estaríamos nosotros.

Tomamos asientos y algunos flashes nos iluminaban. Sho me regaló una sonrisa conciliadora, articulando "ganbatte!" con los labios; asentí y volví a suspirar, preparándome para esta situación.

Y fue en aquél momento en el que comprendí que J no estaba, y que a partir de ahora tenía que acostumbrarme a vivir sin él.

Al menos, por ahora...

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Let me down


Esto lo escribí para desahogar un enojo hace un tiempito, y no sabía que quedaría tan... fogoso?


Género: Lemon
Pareja: Matsumiya
Extensión: One shot




Sentía calor, esa incómoda sensación de la tela de la camiseta pegarse a mi espalda, la cual me impedía estar tranquilo. Detestaba horriblemente estos días del verano, ya que me pasaba todo el día sudado, como pavo dentro del horno; añadiéndole a todo esto el aburrimiento que me estaba matando... Simplemente, este día era un completo asco.

No era para nada agradable estar sentado como idiota en la pequeña librería de mi tía, pero para que no dijesen que era un "vago sin aspiraciones que le importaba un bledo ser alguien en la vida y que no quería trabajar", me encontraba aquí sentado, en un establecimiento pequeño, sin computadora, sin un aire acondicionado y sin nadie que me entretuviera.

Felicidades Jun, eres un completo idiota.

Tomé el vaso de refresco que descansaba a mi lado, un intento idiota para combatir el calor... Si esta mierda continuaba así, me iba a largar.
- Disculpe... ¿podría ayudarme?- escuché que dijo una delicada voz, demasiada para ser de un chico. Solté la pajilla y alcé la vista para ver a quien se encontraba frente a mí...

Era un chico, de algunos diecisiete o al menos así me parecía. Llevaba el cabello negro un poco alborotado, pantalones negros bastante ajustados a la cadera, una camiseta azul turquesa y encima una sudadera negra. Al parecer no tenía calor para llevar tanta ropa; al mirar su cara, me fijé en sus ojos, de un color castaño claro, enormes, brillantes y escrutaban todo con curiosidad.

- Ayudarle... ¿ exactamente en qué?- le respondí poniéndome de pie. El muchacho se encogió un poco e inclinó el rostro, aquél gesto me pareció muy adorable
- Verá, es que... tengo pocos días en... Tokyo y... y...- balbució
- ¿Y?- lentamente salí del mostrador, quedándome frente a él. Ahora podía notar que era muchísimo más pequeño que yo
- Y estoy perdido señor... Me... Me gustaría que me ayudase a volver a mi casa- informó con las mejillas sonrojadas.
- Bien, ¿quieres que te ayude a retornar a tu casa?- me crucé de brazos, él alzó el rostro y nos miramos a los ojos. Extrañamente sentí una descarga eléctrica recorrer mi cuerpo; "vamos Jun, cálmate, es solo un chiquillo extraviado".
- Si, si no es mucha molestia...-
- Vale, en primer lugar, no me llames señor. Me haces sentir como viejo decrépito y en segundo lugar, podría ayudarte, pero... Yo no hago favores así por así- me acerqué un poco más a él y aspiré el aroma de su pelo. ¿Qué diablos me estaba pasando con él? Era apenas un desconocido, tierno, pero un desconocido; y no comprendía porque de repente me entraron ganas de jugar con él.
- Lo siento- sonrío apenado y mordió su labio inferior- pero es que como no se quien es, ni como se llama, le digo señor- se encogió de hombros- ¿Entonces va a ayudarme sí o no?
- Estoy considerándolo...- pasé la lengua por mis labios y sonreí.

¿Sería capaz de abusar de aquél muchachito perdido, tan inocente y hermoso?
¿Sería capaz de llevármelo a la habitación de atrás y hacerle mil y una cosas? 
¿Iba a ser posible que a cambio de ayudarle le iba a pedir una sesión de sexo apasionado?

Sí, era capaz de eso y más.

- Bueno, si no puede yo puedo entenderlo...- retrocedió lentamente, pero tomé uno de sus brazos con fuerza, impidiéndole que diera un paso más. Él me miró interrogante y yo esbocé una leve sonrisa
- No dije que no pudiera hacerlo. Sólo dije que lo consideraría- respondí en voz baja, sin soltarle el brazo y sacándole del establecimiento. Pensándolo bien, iba a llevarle a un sitio mucho mejor que el cuartito trasero de la librería.

El chico caminaba detrás de mi en silencio. Al llegar a mi casa, él me miró extrañado y alzó una ceja, no dije nada y simplemente le empujé suavemente hasta adentro

- ¿Qué se supone que hacemos aquí?- inquirió mirando todo el lugar con un poco de temor e incomodidad
- Pues, ayudándote... ¿O no quieres este tipo de ayuda?- susurré en su oído, colocándome detrás suyo
- Ehm... yo...- musitó con una débil voz. Sonreí y posé mis manos en sus caderas, atrayéndolo totalmente hacia mí- Pero si no te conozco, ni tu a mí... No sabes mi nombre...
- Eso es lo de menos, Matsumoto Jun, un placer- contesté antes de rozar mis labios contra la tersa piel de su cuello.  De verdad que estaba loco, mira que hacer esto con alguien que no conocía, pero es que sentía una necesidad casi animal de follármelo.
- Ninomiya...- suspiró- Kazunari desu...- 
- Lindo nombre Ninomiya-kun- pasé la lengua por su cuello y comencé a succionarla con suavidad, mientras mis manos acariciaban sus caderas y una de ella descendía lentamente por su entrepierna. Con delicadeza, frotaba la palma de mi mano contra su miembro, el cual despertaba cada vez más con las atenciones que le dedicaba. De sus hermosos labios se escapaban algunos suaves gemidos.
- Gracias Jun, y... puedes decirme Nino- gimió nuevamente. Suspiré y lo tomé con fuerza de las caderas, restregándole contra mi erección; escuchándole jadear suavemente... Lo hice volverme hacia mí y sonreí
- ¿Quieres mi ayuda entonces, Nino?- susurré rozando mis labios contra los suyos, eran tan suaves, tan delicados, moría por probarlos; quería arrancarle la ropa allí mismo y...

Su respuesta fue mejor de la que esperaba, tomó mi rostro por las mejillas y me besó en los labios apasionadamente, fue su lengua la que se introdujo en mi boca en busca de la mía, acariciándola con suavidad mientras nuestros labios se fundían en aquél beso. Sin separarme de él, fui llevándolo hasta la sala y le empujé suavemente en el sillón, quitándome la camiseta antes de colocarme sobre él. 

Volví a capturar sus labios, besándole con ardor mientras lo despojaba de sus prendas; me deshice de su sudadera y su camiseta, acariciando su pecho desnudo con un mano. Nino mordió mi labio inferior y llevó sus manos hasta mis pantalones, desabotonándolos y bajándolos con ansiedad. Descendí mis besos hasta su cuello nuevamente y le imité, quitándole los pantalones y los boxers, dejándolo desnudo por completo. Sin dejar de besar su cuello, comencé a masturbarle con rapidez, deleitándome con la suavidad de su piel, sus suaves gemidos y con el aroma que desprendía su cuerpo.

Podía sentir su pureza, el aura de inocencia que le rodeaba, y eso me hacía desearlo más, no tenía que decirme que era su primera vez con un hombre, pues eso era más que obvio, e iba a enloquecer si no lo hacía mío ya mismo.

Otro gemido entrecortado salió de sus labios, cerré los ojos y contuve un jadeo, aquél jodido muchachito me tenía en un grado de excitación muy alto, cosa que ninguno de mis experimentados "amigos" hubiesen logrado. De su miembro comenzaban a salir algunas gotitas del líquido pre-seminal y Nino movía las caderas al ritmo que le marcaba mi mano, totalmente cegado por la excitación. 

- Oh... sí... No pares...- susurraba mientras gemía repetidas veces, sin dejar de mover las caderas, pidiendo más. Dejé de besar su cuello y con la mano libre, humedecí uno de mis dedos con los propios fluidos que emanaban de mi erección... Dirigí mi mano hasta su virginal entrada, penetrándole con lentitud. Nino emitió un quejido y apretó uno de mis brazos con fuerza- Despacio por favor... es mi primera vez...- añadió 
- Relájate, no voy a hacerte daño, lo prometo...- dije con una sonrisa antes de besarle en los labios, sin dejar de masturbarle con una mano y de penetrarle con la otra, lentamente introducía y sacaba mi dedo de su estrecha entrada, mientras mi amante gemía por lo bajo. Aumenté el ritmo de las sacudidas a su pene y le penetré con un segundo dedo, moviéndolo en forma circular, jadeando contra sus labios de tan solo sentir su estrechez envolver mis dedos, de sentirlo vibrar debajo de mí y de escucharle tan mal.

Segundos después, mi mano se vio llena de sus fluidos, entonces la intercambié por la otra, volviendo a penetrarle con dos dedos, sintiendo como Nino se dilataba un poco más y como movía las caderas en busca de más fricción; entonces comprendí que estaba listo.

Retiré la mano de su entrada y rodeé mi cintura con sus piernas, ambos nos miramos y sonreímos antes de que comenzase a penetrarle con lentitud, Nino alzó las caderas para recibirme y ambos gemimos al unísono en cuanto estuve dentro de él por completo. Yo por sentirme aprisionado entre sus paredes y él por el dolor, ya que al ver su rostro, tenía los ojos cristalizados... Era tan exquisitamente estrecho, pero tuve que contener las enormes ganas de moverme con rapidez, pues no podía causarle más dolor; me mantuve quieto por un momento, regalándole caricias y suaves besos, para distraerle un poco.

- Estoy listo...- dijo minutos después con una tímida sonrisa
- ¿Estás seguro?- inquirí antes de besarle en los labios con delicadeza
- Si, hazlo ya- sonreí por su impaciencia y comencé a mover las caderas, penetrándole con lentitud, mordiendo mi labio inferior para contener algunos gemidos. Nino volvió a cerrar los ojos, moviendo las caderas a mi ritmo y acariciando mi espalda baja; tenía los labios entreabiertos, las mejillas sonrosadas, el cabello más alborotado aún y se veía totalmente adorable. El verle así solo hacía incrementar más mis ganas por él; así que aumenté el ritmo de las embestidas, adentrándome por completo en su interior.

Nuestros cuerpos lucían perlados por el sudor, la temperatura había aumentado súbitamente, a tal grado que sentía la estancia en llamas; el flequillo se pegaba a mi frente y aun solo deseaba oirle gemir así, de aquella manera tan desaforada mientras le penetraba con rapidez, clavándome cada vez más dentro suyo con cada estocada; estaba a punto de perder el control, y sabía que él también a juzgar por el volumen de sus jadeos.

Tomé una de sus piernas y la levanté hasta ponerla sobre mi hombro, apoyé mis manos en su pelvis y volví a regalarle rápidas y profundas embestidas, Nino puso un brazo sobre su cara, tapándose los ojos mientras mordía su labio inferior con fuerza, estremeciéndose con cada embestida, arqueando la espalda cada vez que penetraba en él. Aquello era simplemente hermoso.

Llevé una mano hasta su desatendido miembro, masturbándole con lentitud al tiempo que disminuía la velocidad, propinándole suaves estocadas. Nino contrajo sus paredes, al parecer estaba conteniéndose para no llegar aún, pero al hacer eso me ponía peor a mí. Apreté su dureza y deslicé la mano por toda su longitud con rapidez, entonces ahora nos encontrábamos ambos gimiendo como posesos, él volvió a contraer sus paredes, y no pude soportarlo más, con un gruñido sentí como mis fluidos se derramaban en su interior, entonces él esbozó una leve sonrisa y gimió nuevamente, corriéndose por segunda vez en mi mano. 

Lentamente bajé su pierna de mi hombro y me incliné sobre él, dándole un rápido beso antes de dejarme caer sobre él, tratando de encontrar algo de aire.

- No es el tipo de ayuda que quería... Pero, igual gracias- murmuró minutos después
- Siempre que la quieras, solo tienes que volverte a perder e ir a la librería- respondí con una fingida sonrisa inocente
- ¿Eres un idiota, sabías?-
- Me lo han dicho, así que...- con delicadeza me levanté para no hacerle daño- supongo que la respuesta es sí- ambos reímos
- ¿Me ayudarás a regresar a casa? Han de estar preocupados por mí...- lo vi hacer un puchero y asentí. ¿Cómo le iba a decir que no a una carita asi?
- Por supuesto, pero con una condición...
- ¿¡Otra!?- exclamó- pensaba que esta era la condición
- No, es que nos veamos otra vez- expliqué mientras alzaba una ceja y me acercaba nuevamente hacia él
- Iba a pedirte justamente lo mismo...- comentó antes de que nos besáramos nuevamente en los labios.



- ¡Jun!... ¿Jun? La cena ya está lista- sentí como me arrebataban el libro con brusquedad
- Ya voy. Podías haber dicho por favor al menos- protesté mientras me ponía de pie
- Odio cuando te llamo y no respondes, me esforcé demasiado para prepararte la cena y tu ahí tirado leyendo no me hacías caso- ahí estaba de nuevo ese puchero adorable que tanto amaba, a pesar de este año y tres meses con él, no podía resistirme a sus pucheritos y siempre terminaba haciendo lo que quería.
- Lo siento, no volverá a pasar, lo prometo- levanté la mano derecha y sonreí
- Así está mejor, ahora vamos a cenar- me tomó de la mano y entrelazó sus dedos con los míos- A pesar de que seas un imbécil la mayor parte del tiempo, te amo...
- Yo también te amo, enano berrinchoso- contesté antes de besar el dorso de su mano y dirigirnos hacia el comedor, el de la casa que compartíamos desde hacía algunos siete meses.

Y aunque esto no se lo dijese nunca por vergüenza, sabía que la compartiríamos por muchísimo tiempo más.

Sweet Rehearsal


Otra de mis parejas extrañas...
Esta se me ocurrió porque sí y a mi en lo personal me gustó :3
Espero que a ustedes también ^^


Género: Shonen ai
Pareja: OhChii [Satoshi OhnoxChinen Yuri]
Extensión: Drabble



Apoyó el codo sobre la mesa, dejando su rostro reposar sobre su mano mientras observaba al mayor ensayar unos pasos de baile; por el simple hecho de ser su kohai podía estar allí, además, le encantaba ver a su senpai bailar. Era simplemente algo majestuoso, algo perfecto...

No recordaba desde cuando su admiración hacia Ohno se había convertido en amor, pero lo que sí sabía era que cuando estaba a su lado una enorme alegría le invadía el cuerpo y que no quería separarse siquiera un segundo de él.

El mayor se volvió hacia él y le regaló una sonrisa antes de continuar con lo suyo, haciendo que Chinen inclinase la mirada, totalmente sonrojado.

- ¿¡Maldita sea, por qué no puedo disimular!?- se reprendió a sí mismo, escuchando la risa de Ohno resonar sobre el volumen de la música
- ¿Qué es lo que no puedes disimular, Chinen-kun?- inquirió Ohno acercándose hasta él, agachándose para poder mirar su rostro. El menor sintió como sus mejillas ardían aún más.
- Na... Nada Ohno-san, es que... yo... Ehm...- balbució algo apenado- Nada que importe, en serio
- ¿De veras? ¿Y por qué no me miras a los ojos?- volvió a preguntar el mayor, totalmente enternecido por el gesto del menor
- De verdad, es que no puedo disimular mi envidia, es que bailas tan bien...- respondió Chinen sin levantar la vista aún
- A mi me fascina como bailas tú. Para mi, lo haces muchísimo mejor que yo- Chinen abrió los ojos como platos y miró a Ohno con una mueca de sorpresa
- ¿Estás hablándome en serio?-
- Tan en serio como esto...- Ohno se puso de rodillas y tomó el rostro de Chinen entre sus manos, rozando sus labios con los del menor, él cual se encontraba aún pretrificado. Dejó escapar un suspiro y correspondió a aquél beso, rodeando el cuello del mayor con sus brazos.

Aquello debía de ser un sueño... Jamás imaginó que Ohno le besaría de aquella manera, tenía que confesar que moría de ganas por sentir aquello, y no podía creer que el destino fuese tan benevolente con él y que estuviese sucediendo... Ohno mordisqueó su labio inferior antes de separarse de él, volviendo a regalarle una de sus preciosas sonrisas, acariciando una de sus mejillas con delicadeza.

- Si fue así de serio, entonces me considero un bailarín profesional- comentó Chinen en voz baja, causando la risa de Ohno
- Créeme, lo eres, y también todo un besador- añadió con una pícara sonrisa- anda, ven a bailar conmigo, ¿si?

Chinen asintió, poniéndose ambos de pie y yendo hasta la pista nuevamente; sabiendo que después de aquél beso iría a muchos ensayos más.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Playful Kiss


No se si esta pareja exista, pero a mí se me ocurrió escribir algo con ellos. De vez en cuanto no está mal improvisar un poco, no?

Género: Shonen ai, lime.
Pareja: Matsutoma (?) [Matsumoto JunxIkuta Toma]
Extensión: Drabble




- Sho no me soporta- anunció en cuanto cerraron la puerta y los dejaron a solas en el camerino
- ¿Qué dices?- inquirió el mayor, quien le daba la espalda mientras guardaba sus cosas en su bolso
- Estoy diciéndote que Sho me odia... Durante el programa no dejaba de mirarme raro y sí, me estaba asustando- explicó Toma cruzándose de brazos; Jun al escucharle sólo se limitó a poner los ojos en blanco, esbozando una leve  sonrisa.
- ¿Estás hablando en serio?
- Muy en serio... No se porqué se pone así cuando estoy cerca, ni que fuera a robármelos o algo. Quien debería de odiar o sentirse mal al estar cerca suyo soy yo y no hago nada de eso- suspiró- yo lo superé, y el que quedó excluido fui yo, no él...

El mayor se volvió hacia él, mirándole con la cabeza ladeada; Toma sabía de sobra que Jun detestaba cuando tocaban ese tema, pues era reabrir una vieja herida... A pesar de que a él le encantaba la armonía que tenían como grupo, le hubiese encantado que Toma también hubiese podido vivir eso con ellos, pero, por cosas del destino, simplemente no se pudo.

- Ya basta, sabes que odio que digas eso- musitó entre dientes
- Descuida, yo me encuentro bien, después de todo, me gusta muchísimo más la actuación...- contestó con una hermosa y sincera sonrisa- No te preocupes Jun, lo único que quiero es poder llevarme bien con Sho, después de todo, somos amigos, ¿no?
- No vuelvas a hacer mención de eso, ¿vale?-

Ikuta volvió a sonreír al ver el rostro del mayor, todo enfurruñado. Negó con la cabeza y se acercó a él, besando delicadamente la comisura de los labios de Jun. Éste esbozó una sonrisa algo burlona antes de mover un poco el rostro, haciendo que las bocas de ambos quedasen unidas, besándolo con aquella maestría; conocía todos y cada uno de los puntos que hacían al menor estremecerse en un simple beso como aquél.
En cuanto Toma entreabrió los labios, la lengua de Jun se introdujo entre ellos, saboreándole y recorriendo cada milímetro de su cavidad con lentitud, provocándole. Se separó del menor en cuanto este quiso prolongar aún más el beso, sonriendo levemente al ver el puchero involuntario en el rostro de Toma.

- Malvado...
- No podemos estar haciendo estas cosas en el camerino y lo sabes- enarcó una ceja y ensanchó la sonrisa- Y por lo de Sho, no te preocupes, hablaré con él.
- Vale, confío en ti- musitó tomando una de las manos de Jun y jugueteando con uno de sus dedos
- ¿Y ahora que desea el señorito?- inquirió recorriéndole de arriba a abajo con la mirada, sabiendo perfectamente lo que quería.
- Nada...- rodó los ojos y volvió a sonreír- 

Lo de Sho podía esperar, ahora lo que menos tenía era ganas de hablar de ello. 


Kesshite Wasurenai


Esto fue algo que hice hace un tiempo... Está super raro, aún así espero que les guste ^^

Género: Angst
Pareja: Matsumiya
Extensión: Drabble



Eran pasadas las dos de la madrugada cuando llegó a casa, algo pasado de tragos, pudiendo apenas mantenerse en pie. Con pasos vacilantes y un tanto estrepitosos logró entrar a su apartamento; aquél lugar lleno de recuerdos suyos, al cual evitaba pasar el mayor tiempo posible allí.

Cerró la puerta a sus espaldas y se dejó caer en el sofá, suspirando pesadamente. En esto era en lo que se había convertido, en un imbécil que lo único que podía hacer era hundir sus penas en el alcohol; usándolo como excusa para escapar del mundo real, para tratar de olvidar la pesadilla que era pasar otro día solo.

¿Acaso se le podía llamar vivir a eso? Levantarse, ir al trabajo, luego quedarse por ahí y tomar hasta el cansancio; para finalmente llegar a casa, encontrarla vacía, gigantesca sin él y llorar sin poder evitarlo... No, definitivamente, esto no era para nada vivir.

¿Sabes que te quiero, verdad?

Palabras a las que creyó ciegamente, y que se dio cuenta al final que no fueron más que eso: simples palabras.

Es mejor que continuemos cada quien por su lado, eres una gran persona. Te amo y no quiero lastimarte...

Otra mentira más, nunca le quiso, y sabía que lo que sí le haría daño era si le perdía.

Mi familia espera que me case con ella, no puedo defraudarles... Se que mi actitud es de cobardes, pero entiéndeme por favor, Jun...

¿Entenderle? ¿Por qué habría de entender a alguien que no comprendía el significado de la palabra amor? ¿De verdad podía pedir comprensión una persona que jugaba con los sentimientos de alguien? Que prefirió guardar las apariencias antes de luchar por lo que realmente sentía...

- ¡Maldita sea Nino!- exclamó en voz alta, parándose de golpe y pateando la mesa, sin importarle si resultaba golpeado- No se porque demonios sigo pensando en ti cuando harás tu vida con alguien más... No se porque me emborracho para no pensar en ti, más sin embargo, no hago nada más que recordarte. ¡Te odio! ¡Maldita sea, te odio! Y al mismo tiempo te amo, te amo con cada parte de mí...- se detuvo al sentir los ojos llenos de lágrimas- sal ya de mi cabeza, déjame ser feliz sin ti, déjame pasar siquiera un día sin pensar en ti...

Ahogó un sollozo, rotundamente negado a llorar nuevamente. No iba a derrumbarse por Nino, él no lo merecía; era justo que aprendiera y se resignara a la idea de vivir sin él.
Alguien llamó a su puerta, tocaba insistentemente y Jun se quedo inmóvil, escuchando. Soltó una maldición y fue hacia la entrada, dispuesto a mandar al diablo a quien se encontrara detrás de ella; pero al hacerlo, la sangre se heló en sus venas...

- Se que es algo tarde para visitar, pero no podía aguantarlo más... ¿Podemos hablar?-
- ¿Nino?- susurró totalmente conmocionado.