viernes, 7 de diciembre de 2012

Be with you 8


Las cursivas son flashback :3


- ¿Qué está pasando con el grupo en estos momentos?

- ¿Va a regresar Matsumoto-san o abandonó el grupo para siempre?

- ¿Habrán cambios de ahora en adelante?

Escuchar todas aquellas preguntas producía una sensación extraña en mi estómago. Kitagawa se encontraba en un extremo de la mesa, en silencio, oyendo todo y sin opinar ni una sola palabra al respecto.

Sho se encontraba totalmente desenvuelto, contestando la mayoría de las preguntas, como siempre, haciéndonos las cosas más llevaderas.

- Sabemos que están ansiosos por conocer lo que está ocurriendo, pero, no podemos contestar tantas preguntas al mismo tiempo, ¿no?- rió suavemente, causando la risa de los presentes.
Antes de entrar a la entrevista, Kitagawa nos dio una breve explicación de lo que haríamos durante este período sin J, por lo tanto, era lo que teníamos que explicar, pero los periodistas estaban algo intensos y preguntaban cosas de más.
- ¿Continuarán las grabaciones de los programas?- preguntó un señor regordete con lentes.
- Claro que si, nos tomaremos unos días de descanso pero en unas... ¿Dos semanas?...- miré a Kitagawa algo confuso y éste asintió- En dos semanas estaremos al aire. Habrá algunos cambios, pero volveremos con los acostumbrados programas de siempre- contesté con la más falsa de las sonrisas
- ¿Existe la posibilidad de que Matsumoto-san regrese al grupo?- inquirió una joven de pelo largo, alzando su teléfono con una mano.
- Por supuesto, la ausencia de MatsuJun es temporal... Dentro de poco estará nuevamente con nosotros, lo hemos dejado claro durante toda la entrevista- respondió Sho esbozando una amable sonrisa
- Bien, entonces si Matsumoto-san estará de vuelta en el grupo y todo eso... ¿Existe una relación amorosa entre el y Ninomiya-san? Y si existe, ¿continuarán juntos después de todo eso? ¿No creen que la prensa merece saber lo ocurrido con ustedes dos?- preguntó una voz masculina al fondo. Mascullé por lo bajo, sintiéndome incapaz de responder a aquella interrogante.
- Lo siento, pero no estamos aquí para hablar de temas personales... Estamos aquí para hablar de nuestro trabajo y creo que lo que pase con MatsuJun y Nino pertenece a su privacidad, tema que no se va a tocar por respeto a ambos- fue la sorpresiva respuesta de Ohno.

No volví a responder ninguna pregunta... El nudo en mi garganta crecía a cada momento y me impedía siquiera hablar, las lágrimas se encontraban agolpadas en mis ojos, pero aún continuaba negado a derramarlas. El agujero en mi pecho iba haciéndose enorme a cada segundo e iba sintiéndome cada vez más perdido. El alivio que sentí cuando la entrevista se dio por terminada, fue incomparable.

Me puse de pie con rapidez y me alejé de allí, dejando a mis compañeros atrás; necesitaba estar a solas, no escuchar más su nombre, salir de aquél edificio que lo único que hacía era recordármelo a cada instante; poder refugiarme en mi apartamento por décadas, si era posible.

Fui hasta el estacionamiento y me subí al auto, sin pensar en nada más; sólo quería alejarme, olvidar que todo esto estaba ocurriendo y que Jun no estaba pasándola fatal por mi culpa.



- Es el cuarto mensaje que dejo en tu contestadora, Aiba y yo nos hemos cansado de visitarte, hace tres días que no se de ti, ¿y sabes? Tenemos cosas que hablar, hay trabajo por hacer y si continúas ahí, metido en tu madriguera, no podremos hacer nada y...- suspiró pesadamente antes de continuar- Estoy preocupado por ti, ¿vale? Llámame y aunque sea dime que estás bien, Ninomi... Esperaré por tu llamada...

Miré al teléfono y emití un largo suspiro, llevaba tres días desconectado del mundo, en donde los cigarrillos, la DS y mi guitarra eran mi única compañía. Me había mantenido al margen de todo y de todos, ¿para qué? Para tratar de sentirme menos miserable, y lamentablemente, no lo había logrado.

El encender el televisor para escuchar la noticia de Jun en todas partes me ponía fatal, no ponía la radio porque no quería escuchar nuestras canciones; pero a pesar de estar "al margen" de las cosas, el recuerdo de Jun era como un fantasma que me perseguía todo el tiempo, durmiendo conmigo, sentado conmigo, sin darme chance siquiera a respirar...

Me encontraba sentado en el suelo de la sala, tocando la guitarra para mí mismo; tenía por costumbre hacerlo cuando me encontraba estresado por algo o simplemente cuando estaba aburrido. Estaba intentando componer una canción nueva para su solo del último cd, y según cómo iban sus avances, pronto estaría lista.

Al escuchar el sonido de la puerta abrirse, esbocé una sonrisa; sabía de quien se trataba. Hoy era nuestro día libre y sabría que él iría a verme. Sonrió al verme y se sentó a mi lado, observándome en silencio mientras continuaba tarareando la canción al ritmo de la música.

- Llegaste temprano- dije después de detenerme, Jun alzó una ceja y se encogió de hombros, totalmente despreocupado
- Sabía que estarías haciendo esto y no me contuve. Sabes de sobra que me encanta escucharte cantar- contestó en voz baja

Sonreí al escucharle, llevando una mano hasta una de sus mejillas, atrayendo su rostro hacia el mío. Suspiré en cuanto nuestros labios estuvieron unidos, acariciando los del otro con suavidad; Jun me quitó la guitarra, dejándola a un lado... Sus fuertes manos estrecharon mi cintura, uniendo nuestros cuerpos por completo mientras nuestras bocas continuaban fundiéndose en aquél interminable beso.

- Mejor me detengo o terminaremos haciendo otra cosa que no es música...- susurré contra sus labios y sonreí, alejándome un poco de él
- Ehm, sí, creo que es lo más sensato- Jun rió y se apoyó sobre un brazo- ¿tocas Doko ni demo aru ta?
- No está terminada aún.-
- Anda Nino, toca aunque sea un poco, ¿si?- me miró suplicante y sonrió complacido al ver que asentía con lentitud.

Comencé a tocar los acordes de esa canción y a cantar la poca letra que tenía aun, sintiendo la mirada de Jun recorrerme por completo mientras lo hacía. A pesar de que me apenara un poquito hacerlo sólo para él, aquellos momentos a su lado eran muy importantes para mí...

- ¡Ya basta Nino! ¡Deja de atormentarte!- exclamé para apartar de mi cabeza aquellos pensamientos. Dejaría de estar encerrado, e iba a llamar a Sho, el ponerme a trabajar me ayudaría a distraerme y a no pensar tanto en él.

Y así hice, al llamarlo, éste se apareció media hora después en mi apartamento, e hizo una mueca al verme.

- Luces horrendo- comentó antes de entrar, dejándome sorprendido
- Hola Sho, ¿cómo estás? Yo me encuentro genial... Gracias por preguntar y por tan caluroso saludo- ironicé cerrando la puerta detrás de mí.
- Lo siento, pero es que, en serio, te ves mal... Tienes ojeras, estás algo pálido, ¿No estarás enfermo o algo así?
- No, no lo estoy- fui arrastrando los pies hasta la sala, acostándome en el sofá
- ¿Y cuánto tiempo tienes sin limpiar?- inquirió
- Tres...
- ¡Pero serán tres siglos! Mira todos esos papeles regados, ¿qué es lo que te pasa, Nino?- dijo Sho dirigiéndome una mirada cargada de preocupación
- ¡No seas payaso! Son solo tres días, y deja la exageración, quien te escuchara pensará que estoy ahogándome entre la basura- puse los ojos en blanco y suspiré; Sho se cruzó de brazos, totalmente incrédulo
- Y cualquiera que te escucha a ti cree que estás en tu mejor momento-
- Quizás no lo esté, pero, ya basta de hacértelas de súper mamá conmigo... Tengo veintisiete y se perfectamente que hacer con mi vida- contesté incorporándome en el sofá, sintiéndome algo molesto
- Me da igual, seguiré haciéndolo de todos modos...- continuó hablando mientras se dirigía a la cocina nuevamente- Ve a darte una ducha en lo que limpio tu desastre y pido algo de comer para ti; luces fatal y necesitas tener fuerzas para trabajar-
- No voy a librarme de ti, ¿cierto?- inquirí antes de subir las escaleras
- No-
- Bien, regreso en unos minutos...- musité en voz baja.
Quizás me sintiera un poco agobiado por los constantes cuidados de Sho, pero en el fondo me sentía agradecido de que no me dejase solo, y sabía que aunque el no dijese nada, también lo sentía.


Los días después de la partida de Jun trascurrían lentos, al menos para mí.

A pesar de tener la distracción del trabajo, planear los próximos programas, fotos para algunas revistas, y alguna que otra entrevista; continuaba pendiente a él, continuaba pensando en Jun, extrañándole más cada día que pasaba. Los demás también le echaban de menos, aunque no me dijesen nada para evitar que me pusiese "mal", y bueno, Ohno y yo continuábamos algo distanciados… Aquello me tenía un tanto desconcertado, bueno, a mí y a los demás, pues tanto Aiba como Sho, sentían la tensión entre nosotros y sabía que aquello no les gustaba para nada.

Observé con gesto cansado a Aiba mientras trataba de explicar un juego nuevo para Vs Arashi, los demás le escuchaban con suma atención, a diferencia mía, que sólo quería hacerme un ovillo allí mismo y dormir. Me sentía cansado, llevaba todo el día planeando, ofreciendo ideas y probando juegos; en otra ocasión hubiese estado feliz haciendo aquello, pero, dadas las circunstancias, lo hacía simplemente por no estar en casa.

-  Aiba, Aiba, está demasiado complicado… ¿No sería mejor poner un juego clásico?- inquirió Sho
- ¡Perfecto! Sería genial si ponemos uno que tenemos mucho sin jugar- contestó Riida con una sonrisa
- ¿Falling Pipe?- musitó Aiba alzando las cejas
- A mi me parece bien... Pero ese no es que tengamos tanto tiempo sin jugarlo- 
Me puse el rostro entre las manos, escuchándoles en silencio, y sintiéndome un poco más agotado; deseoso de que aquella reunión llegase a su fin.
- ¿Por qué dijiste ese juego?- quiso saber Ohno
-  Porque es uno de los favoritos de MatsuJun…- el rostro de Aiba pasó de la alegría a la tristeza en un segundo al mencionar aquél nombre.
 Y lo comprendía; realmente echaba de menos a Jun. A pesar de que estaba llamándole la atención en ocasiones, siempre estaba encima de él, de sus cosas, y eso Aiba lo agradecía bastante.

- ¿Estás de acuerdo?- escuché que preguntaba Aiba
- ¿Ah?- dije distraído- Creo que... Que si- respondí mecánicamente antes de ponerme de pie- Necesito aire, ya… ya vengo- musité casi en susurro, saliendo con rapidez de aquella habitación. No quería ponerme así cada vez que mencionaban algo relacionado con Jun, pero es que no podía evitarlo; le echaba demasiado de menos y odiaba que los miembros del staff continuasen como si nada, como si él nunca hubiese estado.
Entendía que ellos debían de hacer su trabajo como siempre, pero, actuar como si Jun no fuese parte del grupo era algo muy cruel de su parte, o al menos, así era como lo veía yo.

Al salir de la estación televisora, me dirigí hacia el estacionamiento. Daría una vuelta, iría a un lugar tranquilo a pensar, a distraerme, a descansar.
En cuanto me subí al auto, no tenía idea de hacia donde iría, más no me importaba. A final de cuentas, hiciera lo que hiciera, siempre pensaba en lo mismo.


By Jun


El silencio reinaba en aquella habitación, a excepción del constante sonido de las manecillas del reloj al pasar un segundo más. Miré hacia el techo, soltando un suspiro; me encontraba hastiado, sólo tenía cinco días allí y ya quería desesperadamente regresar a Japón.

La televisión me aburría, los libros no lograban entretenerme del todo, y para completar, no podía recibir más de una llamada de teléfono por día. Simplemente era un asco. Agregándole a todo aquello, el hecho de que tampoco podía salir y que estaba custodiado todo el tiempo por cámaras de vigilancia. 

Me encontraba viviendo en un edificio con diseño moderno, a las afueras de Seúl. Estábamos en el último nivel, y cuando digo “estábamos”, es porque no estaba solo; a pesar de que “vivía solo” en aquél cómodo apartamento, justo a mi lado estaban dos policías, los cuales controlaban todos mis movimientos; y cámaras en el pasillo, las escaleras, todo aquello para vigilarme.

El sonido del timbre me hizo ponerme de pie, yendo con lentitud hacia la puerta. Sabia de sobra de quien se trataba, pues las personas tenían estrictamente prohibido subir hasta allí, a menos que tuviesen permiso. Al abrir me encontré con Ban Midõ, uno de los policías a mi cargo.

- Matsumoto-san- saludó ladeando un poco la cabeza- Disculpe por mi intromisión, pero en estos días le he visto algo… ¿Pensativo?- alcé una ceja, cruzándome de brazos- Se que no es para nada fácil su situación, y se me ocurrió una idea- los labios del pelinegro se curvaron en una leve sonrisa
- A ver, ¿y cuál es la brillante idea?- inquirí 
- Salir un rato a comer, sé que a lo mejor a usted eso no le interesa, pero… Es mejor que estar ahí encerrado- se encogió de hombros mientras hablaba
- ¿Y por qué tanto interés en “ayudarme”?- volví a preguntar
- Porque ya que vamos a ser sus carceleros durante tres meses, lo menos que podríamos hacer es llevarnos bien, ¿no cree?-

Me quedé pensativo durante unos segundos… Después de todo, Midõ tenía razón, y quizás si nos llevábamos bien, ellos podrían ayudarme.

- Viéndolo desde ese modo, tiene razón. Iré a cambiarme, en un rato nos vemos- esbocé una leve sonrisa antes de cerrar la puerta.

Era la primera vez que tenía este tipo de acercamiento con mis custodios, y no estaba mal el intentarlo; prefería estar más en compañía, a veces estar solo todo el tiempo no era bueno y mucho menos cuando era observado durante todo el día.

Mientras me ponía unas prendas de vestir más presentables, me di cuenta de que Midõ tenía razón al decir que estaba pensativo… No podía apartar a Nino de mi cabeza; no sabía como estaba y la incertidumbre me mataba, le echaba de menos terriblemente, a él, y a los demás. Extrañaba los chistes sin gracia de Sho, las constantes metidas de pata de Aiba y las imitaciones de Ohno
.
También extrañaba no escuchar la risa de Nino, dormir a su lado y escuchar su risilla a media noche; echaba de menos no sentir su calidez, nuestras discusiones por cualquier nimiedad y sobre todo, extrañaba no escuchar un “te amo” de sus labios.

Palabras que yo nunca le dije.

Era en este momento en el que entendía el significado de sus palabras y cuando moría por decirle lo que sentía por él, decirle cuanto significaba para mí y que cada día a su lado era vacío… Y esperaba que pronto pudiese decírselas.

2 comentarios:

  1. Que manera de hacerlos sufrir T__T
    relamente los 2 se necesitan, ahora mas
    que nunca pero estar alejados 3meses
    es una tortura!! :(

    Aunque ese tal Midõ no me gusto para nada o.ó
    ya que eso que tus custodios sean muy amables
    asi nada mas xq estaran junto a ti algun tiempo mmmm NO!! definitivamente me dio mucho de que pensar D: realmente espo equivocarme!!

    NINO! vete a Seul!! gsfgafjkdf jajaja

    Iza!!! Gracias x el cap como siempre
    me dejas enganchada espero la conti..
    Ganbatte! :D

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  2. WAAAAAAAAAA pienso lo mismo que kana que se cree ese Midõ,jun ya tiene dueño T.T

    quiero que pasen rápido esos 3 meses y jun vuelva a japón con su neen... los dos están sufriendo mucho estando separados :C

    Gracias por el cap... como siempre estuvo genial...estare esperando el prox pero, porfaa no nos hagas epserar mucho xD

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