Estamos en días festivos, y aparentemente mis ideas y mi mente han estado de fiesta también e.e
lo que significa que no he podido escribir mucho que digamos... Les dejo esto que hice porque me obsesioné con Gokusen y bueno... Esto fue lo que dio como resultado, espero que les guste.
Género: Lime
Pareja: Shinkumi (?)
Extensión: One Shot
Miradas
intensas, una personalidad arrolladora, inteligencia y sensualidad. Todo aquello en una sola persona.
Kumiko
exhaló largamente tratando de ignorar aquél peso sobre su espalda; siempre que
impartía clases le sucedía esto, y lamentablemente, no podía evitarlo, no
cuando aquella persona de miradas intensas, personalidad arrolladora,
inteligencia y sensualidad era uno de sus alumnos.
-
Entonces de esta manera es como también pueden resolver este problema...- el
sonido del timbre le hizo detenerse. Al fin, se había terminado la hora, al fin
podrían salir a recreo y podría calmar un poco sus nervios.
"¡Tranquilízate
Yankumi... Es sólo un chico, no tienes que ponerte así por alguien mucho menor
que tú en todos los sentidos!", se reprochó a sí misma mientras los chicos
comenzaban a salir del aula, literalmente, corriendo. Todos excepto alguien.
Sawada.
Kumiko
no se sorprendió al verle allí; sabía de sobra que él disfrutaba con crisparle
los nervios cada vez que tenía la oportunidad, y aquella vez, no sería la
excepción.
-
Yankumi... Necesito ayuda- anunció el menor poniéndose de pie, y acercándose a
ella con ese andar despreocupado.
-
¿Ayuda? ¿No entendiste la lección?- inquirió la joven con el corazón
alborotándose a cada segundo.
-
Puede ser...- el aludido puso los ojos en blanco antes de esbozar una sonrisa
algo burlona
- Si
no lo entendiste, no me hagas perder el tiempo aquí. Tengo otras cosas que
hacer- intentó sonar dura, pero su voz se notaba ligeramente temblorosa y al
ver como Shin ensanchó más la sonrisa, se dio cuenta de que él también lo notó.
- Lo
menos que quiero es hacerte "perder el tiempo". No entendí nada sobre
los logaritmos-
-
Bien, toma asiento y te daré una breve explicación, Sawada- dijo con una
sonrisa antes de volverse nuevamente hacia el pizarrón, ganando un poco más de
confianza en sí misma en cuanto se concentró totalmente en lo suyo y por un
pequeño momento, se olvidó de que se encontraba en el aula con Sawada a solas.
Se
encontraba tan desenvuelta que tuvo que admitir, que la explicación que le
ofreció a Shin, fue aún más entendible que la que le dio a todo el grupo. Al
considerar que ya había terminado, se volvió hacia atrás, dando un ligero salto
al notar que él estaba detrás suyo,
demasiado cerca de ella... Y lo peor es que no se había dado cuenta de
en que momento lo hizo.
- Se
puede saber... ¿Qué estás haciendo aquí?- preguntó en voz baja, pegándose por
completo del pizarrón, en un tonto intento de separarse de él.
-
Aparte de que estás algo loca, también eres olvidadiza.- hizo una mueca y apoyó
una mano del pizarrón- Me estabas ayudando con la lección.
- Lo
se, pero me refiero a que buscas tan cerca de mí- contestó Kumiko mirándole a
los ojos- tu lugar es allá- señaló hacia los pupitres con un dedo.
- ¿Y
si quiero darte las gracias por haber entendido la lección?- musitó en un
susurró que le heló la sangre en sus venas; Kumiko quería apartarlo de ella y
salir corriendo de allí, pero las piernas no le correspondían.
-
Bien, entonces acepto tu agradecimiento, ahora me voy- Kumiko intentó separarse
de Shin, pero éste la tomó por el brazo, obligándola a quedarse allí.
-
Yankumi... ¿Se puede saber qué te pasa? Te noto algo... Nerviosa- la joven miró
a otro lado, evitando encontrarse con los ojos del pelinegro; sintiendo como se
estremecía cuando los dedos de él rozaron contra su barbilla. Obligándole a
mirarle.
-
Sa... Sawada... No, no es el momento, ni el lugar- balbució con notable
nerviosismo.
- A
diferencia tuya creo que sí es el momento y el lugar indicado...- contestó él
en un susurro antes de acercar su rostro al de ella, sin soltar su barbilla
aún- Al menos, conmigo no tienes que fingir nada, entonces, ¿por qué no dejas
fluir lo que realmente sientes?
-
¡Porque si me dejo llevar y me descubren, podría ser echada y lo sabes!-
-
Nadie tiene porque saberlo, Yankumi. Anda, deja que te de las gracias por lo de
hoy, ¿si?- Shin había acortado la distancia entre ambas bocas, haciendo que
éstas rozasen mientras hablaba- ¿Me lo permites? ¿Si, Yankumi?...
La
joven cerró los ojos, tratando de ignorarle, pero aquello era más fuerte que
ella, le hipnotizaba, y se encontraba luchando internamente para no sucumbir a
él, pero... Era simplemente inevitable.
Con
un suspiro de resignación, tomó el rostro de Shin por ambas mejillas antes de
besarle; era un beso suave, delicado, un simple roce de labios. Sólo para dejar
que las bocas de ambos se saborearan; nada de profundidad, nada de lengua, un
casto beso. Todo lo que merecía un niño como él.
Más
Shin no parecía querer sólo eso, pues apoyó la otra mano sobre el pizarrón,
dejando a Kumiko acorralada entre estos mientras el beso iba tomando más
intensidad.
El
beso que segundos antes había comenzado como algo simple, ahora iba cargándose
de pasión; los labios de Shin se movían hambrientos sobre los de ella, su
lengua se abrió paso entre estos, explorando y recorriendo cada milímetro de su
dulce cavidad, causando que ella volviese a estremecerse y que un suave jadeo
se escapara de su boca, cayendo en la boca del pelinegro, quien sonrió
complacido al escuchar aquello.
Kumiko
rodeó el cuello de Shin; atrayéndolo más hacia ella... Olvidándose de donde
estaban, simplemente dejándose llevar por la pasión que iba creciendo dentro de
ella cada vez más. Él dejó de apoyar las manos del pizarrón, posándolas esta
vez sobre sus caderas, acercándola por completo a él y dejando escapar un
suspiro cuando su sexo rozó contra su entrepierna.
Ambos
extasiados simplemente por un beso, dejándose llevar por una pasión
arrolladora, y deseosos el uno del otro. Kumiko mordió el labio inferior de
Shin antes de separar sus bocas por la falta de oxígeno, sintiendo sus mejillas
teñirse de carmesí al sentir la intensidad de la mirada del menor.
-
Creo que debemos parar... Esto no es correcto y... Lo sabes- dijo
entrecortadamente
- Lo
se, y es un asco. No quiero detenerme- contestó Shin, apoyando su frente contra
la de ella, haciendo que el aliento de ambos se entremezclara.
-
Prometo visitarte esta noche, Sawada- contestó ella, sonrojándose aún más por
el significado de aquellas palabras.
-
Vale, te esperaré- le dio otro pequeño beso en los labios antes de alejarse
lentamente de ella, tan impasible, como si nada hubiese pasado. Más ella se
encontraba con las piernas como si fuesen gelatina y con el corazón queriendo
salir de su pecho... Sabía que aquella noche sería intensa y que nunca la
olvidaría.
¿Pero
significaría lo mismo para él?
@_@ de veras que sawada
ResponderEliminarno pierde el tiempo sadsgh baba~~
y la yankumi es mas intelingente
ya que eso de ir a visitarlo me lleva
si q me puse celosa o.ó $&%$&$# jajaja
Gracias Iza! me gusto a pesar q casi quedo pelona XD jaja