lunes, 13 de mayo de 2013

Power & Control


Género: Lemon.
Pareja: Sakumiya.
Extensión: One Shot.



- No, detente… me estas haciendo cosquillas…- suspiró incómodo- Sho… en serio, ¡para!- exclamó por enésima vez, intentando prestarle atención al libro que tenía entre las manos
- Pero Nino, no estoy haciéndote nada…- susurró el mayor contra el oído del castaño, dejando una de sus manos en su estrecha cintura
- No, sólo estás besándome en el cuello, y necesito concentrarme con esto… ¡Debo aprenderme estas líneas!- Nino intentó ponerse de pie y las manos de Sho le impidieron moverse. Se encontraban sentados en el sofá, Nino tenía la espalda apoyada del pecho del mayor, leyendo el guion de su último dorama, pero Sho le impedía tanto moverse de allí, como memorizarse sus líneas.
- Estoy completamente seguro de que te sabes esas líneas- protestó el pelinegro reprimiendo una sonrisa- Además, es que me encuentro aburrido y no tengo nada qué hacer…
- Pues ve a ver el televisor, pasan pelis muy buenas a esta hora-
- No…- canturreó el mayor- Prefiero quedarme aquí, contigo- añadió abrazándolo por la cintura- ¿Que no quieres que esté aquí contigo? Que cruel eres, Ninomiya- protestó haciendo un puchero que  hizo al menor sonreír.
- Vale, quédate, pero en silencio y sin darme besos- ladeó el rostro para mirarlo- ¿Entendido?
- ¡Si, capitán!- Sho volvió a sonreír, apoyando el rostro en uno de los hombros de Kazunari
Nino, al ver que Sho parecía dispuesto a “cooperar”, se enfrascó en su lectura, aprendiéndose las interminables (y hasta un poco aburridas) líneas de aquél guion. Hasta que sintió el tibio aliento del mayor chocar contra la piel de su cuello  y una de sus manos acariciar lentamente el contorno de su cintura, haciéndole estremecer. Nino mordió su labio inferior y cerró el libro con fuerza antes de hablar.
- ¿Qué es lo que quieres Sho?- preguntó con voz clara
- Entretenernos un poco… luces aburrido leyendo el guion y yo tengo ganas…- Nino dio un respingo al sentir punta de la lengua de Sho rozar contra el lóbulo de su oreja con una delicadeza casi surreal.
- Prometes dejarme trabajar si…- suspiró- ¿Lo hacemos?
- Sí…- susurró el pelinegro introduciendo una mano bajo la estrecha camiseta de Kazunari, acariciando su pecho con suavidad. Llevó la mano libre hasta su barbilla para besarlo en los labios con dulzura, apenas dejando que sus bocas se rozasen; nada de profundidad, un simple y delicado beso que estaba haciendo que los sentidos de Ninomiya se alterasen. Dejó el libro olvidado en una esquina del sofá, entregándose por completo a aquel beso, dejando escapar un débil jadeo en cuanto la lengua de Sho se abrió paso en sus labios, recorriendo cada centímetro de su cavidad hasta encontrar su objetivo… ambos jadearon en cuanto sus lenguas comenzaron a acariciarse entre sí, en una sensual danza que sólo hacia llevarlos más hasta la excitación.

Separaron sus labios solo por unos instantes, pues Nino se volvió hacia Sho y se sentó a horcajadas sobre él, volviendo a besarse con desenfreno. El mayor llevó una mano hasta el pelo de Ninomiya, hundiendo sus dedos en él mientras sus labios continuaban en aquella batalla por ver cual dominaba los del otro. Sho mordió el labio inferior del menor y descendió hasta su cuello, regalándole dulces y delicados besos, mientras Nino acariciaba su pecho con ambas manos.

El tiempo pareció detenerse para aquellos seres que sólo deseaban sentir el calor de la piel del otro; el castaño subió la camiseta de Sakurai con lentitud, arrojándola al suelo en cuanto el tonificado torso del mayor estuvo al descubierto; entonces fue Nino quien se inclinó esta vez a regalarle intensos besos al cuello de su chico, esbozando una débil sonrisa al escucharle respirar con dificultad. Sabía que aquel era uno de sus puntos débiles y que le encantaba sentir delicados besos en ese lugar.

Sho dejó escapar un débil jadeo y tomó al menor por las caderas, apretándolo contra su dureza, haciendo que ambos profirieran un gemido de puro gusto. Nino mordisqueó su cuello por última vez y volvió a tomar posesión de los labios del pelinegro, rodeando su cuello con los brazos mientras disfrutaba de aquella deliciosa fricción, era exquisito sentir como su magnífica erección se apretaba contra su propio miembro, el cual se encontraba duro a más no poder. Si continuaban así, tendría un orgasmo en cualquier momento y eso no estaba dentro de sus planes.

Los jadeos de Nino rompieron el silencio sepulcral que antes había en la estancia, Sho se encontraba preso del placer simplemente por ver al más bajo tan mal; se encontraba con las mejillas sonrosadas y los labios entreabiertos mientras gemía sin tregua. Desesperando un poco más al mayor, el cual moría por poseerlo ya mismo.

- Vamos a la cama, quiero metértela ya…- susurró sin aliento y Kazunari sonrió con picardía antes de asentir y ponerse de pie, al igual que Sho. Mientras se dirigía hasta la habitación iba desabotonándose los pantalones y caminando con lentitud; haciendo un leve contoneo de caderas que hacía que su trasero se viese más apetitoso al andar. Sakurai mordió su labio inferior, sin apartar la vista de Nino y se desnudó en cuanto llegó a la alcoba… Ésta se encontraba en penumbras, la fría brisa de la noche movía delicadamente las cortinas, haciendo que la luz de la luna penetrase en la habitación y bañase la tersa piel del menor.
- ¿Qué estás esperando, Sho? ¿Que no tenías ganas de jugar?- inquirió en voz baja y mirándolo retador, esbozando una sonrisa en cuanto Sho se acercó hasta él y lo arrojó hacia la cama, colocándose sobre él segundos después.

Ambos se miraron a los ojos y se besaron  con desenfreno, regalándose caricias que les hicieron delirar. Nino mordió su labio inferior y gimió sonoramente en cuanto sintió la mano del pelinegro en torno a su erección, moviendo las caderas con lentitud, deseoso de más. Tomó el rostro del mayor con ambas manos, besándole en los labios nuevamente mientras sentía como él placer se apoderaba de su cuerpo en cuanto el mayor le penetró con un dedo, moviéndolo con cuidado para no hacerle ningún daño, introduciéndolo y sacándolo con lentitud mientras las lenguas de ambos se entrelazaban una y otra vez, causando que el menor moviese las caderas con más rapidez, ansioso por sentir más placer.

Un segundo dedo acompañó al que antes se encontraba en el interior de Kazunari, llevándolo a otro nivel. Se encontraba en la cúspide y sólo quería quedarse allí y sentir… sus gemidos eran cada vez más constantes, más altos, mas alborotados mientras Sho continuaba estimulando su endurecido falo, regalándole caricias lentas, mordisqueando su labio inferior con saña y tirando de él con los dientes.

- Sho… ya basta…  -gimió-
- ¿Ya no quieres más?- inquirió el mayor con una sonrisa socarrona, sabiendo perfectamente cuál sería la respuesta.
- Métemela ya- pidió con las mejillas totalmente ruborizadas. No era dado a tener ese vocabulario, pero dadas las circunstancias… le importaba un bledo decir groserías- Onegai Sho…- añadió suplicante antes de volver a gemir.

Aquello fue suficiente para que el mayor perdiese la poca cordura que tenía hasta el momento. Retiró los dedos de la dilatada entrada de Ninomiya y soltó su miembro, tomando las piernas del menor con delicadeza, rodeando su propia cintura con ellas y dejando las manos a cada lado de su cabeza, inclinándose a besarle en los labios con dulzura.
El castaño llevó una mano hasta la dureza de Sho, propinándole delicadas sacudidas antes de llevarlo con lentitud hasta su entrada; fue entonces cuando ambos movieron las caderas al unísono y volvieron a gemir. Nino al sentir aquella  agradable intromisión, y Sho, por sentirse aprisionado entre las deliciosas paredes del más bajo.

Ambos se miraron a los ojos mientras se convertían en uno solo, sincronizando sus movimientos, haciendo que oleadas de placer los arrollaran a ambos. Sakurai se encontraba mordiendo su labio inferior, conteniendo los roncos gemidos que amenazaban con salir de su garganta, deleitándose al ver los gestos de su chico; el cual entreabría los labios y gemía una y otra vez, dejándose llevar por la intensidad del momento.

Una fina capa de sudor cubría la espalda, brazos y rostro del mayor; Nino se encontraba con el flequillo pegado a la frente por la misma razón, ambos presos de la lujuria, entregándose por completo a aquel maravilloso momento. Sho cerró los ojos con fuerza, apoyando las manos del respaldo de la cama, regalándole sádicas embestidas al menor, mientras gemía sin importarle nada el hecho de ser escuchados; Nino por su parte, llevó una mano hasta su pene, regalándose rápidas sacudidas que le hicieron arquear la espalda, moviendo las caderas al ritmo que el mayor marcaba. Posó la mano libre en la espalda del pelinegro, clavando sus uñas en ella por las fuertes sensaciones que se arremolinaban en su interior y se concentraban en su entrepierna.

Con un quedo jadeo, el mayor se incorporó levemente, tomando una de las piernas de Kazunari y apoyándola sobre su hombro, regalándole feroces estocadas, esbozando una sonrisa cargada de malicia al ver que el menor se encontraba al límite. Nino acrecentó la rapidez en las caricias que se regalaba a si mismo, moviendo las caderas con urgencia; se conocía, y sabía que estaba a punto de estallar, y a juzgar por los gestos de su pareja, él también se encontraba igual.

La luna era la única testigo de lo que ocurría en aquella oscura habitación, era la única testigo del amor que se profesaban mediante besos, caricias, susurros y gemidos. El castaño dejó de masturbarse, arqueando la espalda nuevamente, retorciéndose por el placer mientras le daba rienda suelta a sus gemidos, sintiendo como su cuerpo se desvanecía en pequeñas partículas esparcidas en la brisa nocturna. Cerró los ojos con fuerza, se sentía flotando, delirando bajo la intensa sensación de aquel maravilloso y arrebatador orgasmo que lo dejó sin sentido. Sho, por su parte, se  dejó arrastrar también, gimiendo una y otra vez el nombre de su amante, aferrándose a él como si su vida dependiese de ello mientras derramaba su esencia dentro de Ninomiya. Tomó su pierna con delicadeza y la bajó de sus hombros, inclinándose a besarlo en los labios; fue un largo, intenso y profundo beso que les robó el aliento.


Aún continuaban tirados en la cama, ambos en silencio, intentando normalizar sus respiraciones, cuando Nino se acercó un poco más hasta Sho, abrazándolo con fuerza y escondiendo el rostro en su cuello.

- ¿Qué pasa? ¿Ya es hora de ir a memorizar tus líneas?- inquirió en voz baja
- En estos momentos lo que menos me interesa es leer el guion…- contestó en un susurro apenas audible. Sho rio por su respuesta
- ¿Entonces qué quiere hacer Ninomiya-kun?-
- Quedarme aquí, contigo y no pensar en nada más- sonrió y besó su mejilla con suavidad
- Y eso que estabas echándome, mandándome a ver pelis en el televisor- Nino le regaló una mirada reprobatoria y luego sonrió
- Entonces míralas, pero aquí conmigo- puntualizó abrazándolo mas fuerte sin dejar de sonreír
- De acuerdo, entonces veámoslas juntos- extendió la mano hasta la mesilla de noche y tomó el mando a distancia, encendiendo el televisor. Miró al menor nuevamente y le dio un dulce beso en la frente, sintiéndose enternecido por la manera peculiar en que Nino siempre le pedía las cosas y al final el siempre terminaba cediendo, pues, a final de cuentas, siempre era su chico quien tenía el control.

4 comentarios:

  1. SAKUMIYA!!! ♥////♥
    kyaaaaah! fue tan lindo
    la manera de los dos es tan peculiar
    que eso los hace ver tan lindos >0<
    aunque que manera de demostrar su amor *O*

    Muchas Gracias! Iza por el shot <333

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  2. ah!! me encanto, el final "a final de cuentas, siempre era su chico quien tenía el control" jajaja como adoro esta parejita, me imagina a so kya~ me encanto :D

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    1. Siempre he pensado que Nino es el tipo de persona que al final siempre obtiene lo que quiere xd
      Gracias por la visita y por tu comentario, ojalá estés por aquí más seguido~

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  3. Fuaaaaaaaaaa *derrame Nazal* waaaaaaa que tiernoooooo shocito con el Nari <3 waaaaa pero nino ha hecho lo que yo imagino hacer cada que veo la espalda de Sho enterrarle las uñas waaaaa me facinoooooooooo *u* lo ameee

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