Género: Lime.
Personajes: Young Arashi.
Parejas: Yama Pair, Matsumiya.
Extensión: One Shot.
- ¡Hagan silencio
chicos!- siseó Ohno causando que la risa de los presentes fuese más fuerte.
Nino se cubrió los labios con una mano, observando como Sho y Aiba reían,
literalmente, rodando por el suelo.
- No debieron tomar
tantas margaritas- puntualizó Jun, tratando de sonar serio
- ¡Shh! ¡Ya basta,
vamos a jugar!- exclamó Sho con una sonrisa, sentándose correctamente en el
suelo. Se encontraban en la habitación de Ninomiya, en un prestigioso hotel en
Hawaii; aquella noche después de terminar de trabajar, fueron al bar del hotel
y tomaron algunas margaritas, no tantas como querían, pues, aun eran
considerados menores de edad. Le habían pagado a un mesero para que les
sirviera unas cuantas, y este era el resultado… después de unos cuantos tragos,
estaban bastante animados y a punto de jugar la botella.
La idea había sido de
Aiba, el cual dijo que no era nada malo que fuese entre ellos, ya que no podían
invitar a nadie más por estrictas órdenes de Johnny, así que, habían terminado
de esta manera. Aunque, para el mayor de los miembros del grupo, no parecía
hacerle tanta gracia aquello.
- Bien, comencemos
con esto- Aiba soltó una risotada, tomando la botella plástica de agua con la
mano diestra, poniéndola a girar. Esta dio unas cuantas vueltas, deteniéndose
justo entre Sho y Ohno. Jun, al ver eso, comenzó a reír.
- Chuu, chuu-
canturreó por lo bajo
- ¿Estás seguro de
que quieres, Sho-chan?- inquirió Satoshi, algo apenado
- Por… por supuesto
Ohno. Venga, que solo vamos a darnos un simple beso; no es nada del otro mundo,
nos conocemos desde hace unos años…- respondió el castaño esbozando una sonrisa
mientras se ponía en cuclillas, apoyándose del suelo con ambas manos para
quedar más cerca de Satoshi. El mayor le imitó, dejando su rostro a escasos
centímetros del de Sho.
- Tienes razón, no es
nada del otro mundo- comentó antes de besarlo con lentitud. El eco de las risas
de los chicos volvió a escucharse mientras Sho correspondía al beso, suspirando
al sentir la suavidad de los labios del mayor y conteniendo las ganas de llevar
una mano hasta su melena y hundir los dedos en ella. Ohno mordisqueó su labio
inferior antes de separarse, esbozando una sonrisa.
- Lamento no haber
traído mi cámara- musitó Aiba en voz baja, causando la risa de los presentes.
Habían acordado como
regla, que cada vez que uno recibiera un beso, se rotarían, para que así no
quedasen las mismas parejas; habían repetido el proceso alrededor de siete
veces más, intentando contener las carcajadas al ver las expresiones de la
pareja que resultaba escogida.
Ya en la décima
ronda, Ohno tomó la botella, dejándola en el suelo.
- Ya esta es la última,
a ver quiénes serán los “afortunados” en besarse…- todos corearon un “Uhh”,
observando detenidamente la botella, la cual giraba en torno a ellos,
deteniéndose finalmente entre Jun y Nino.
- Hora de chuu entre
los más pequeños- comentó Sho volviendo a reír. Jun esbozó una sonrisa algo
incomoda, sabía que estaba expuesto a que eso sucediera en ese juego, pero no
esperaba que el destino fuese tan cruel y permitiera que pasara.
- Vamos Jun-kun,
terminemos con el juego…
Jun pasó la lengua
por sus labios, tratando de contener los nervios. No entendía porque se había
puesto así de un momento a otro, si había besado a Sho minutos antes y no le
había sucedido nada. “Claro, porque Nino te gusta, ¡baka!”, le dijo una voz
mental.
Nino se inclinó hasta
él, quedando a gatas en el suelo, esbozando una tierna sonrisa que le derritió
hasta los huesos. Jun se acercó un poco más a él, rompiendo la distancia entre
sus bocas y rozando sus labios con los de Nino en un delicado beso. Como era de
esperarse, el eco de las risas de Sho y Aiba resonaba a su lado, más al menor no le
importó.
Sintió que el mundo
se detenía mientras Nino correspondió a su beso, llevando una de sus manos
hasta la mejilla del pelinegro, en un intento para que no se separara de él,
pero Jun rompió la magia, separándose lentamente de Nino, con las mejillas
totalmente sonrojadas.
Después de concluir
con aquel extraño juego, Jun se fue hasta su habitación, recordando aquel beso
una y otra vez; aun podía sentir la calidez de sus labios y la forma en que se
movían contra los suyos. Cerró los ojos y suspiró, dejándose caer en la cama.
- ¿Por qué lo
hice?...- susurró para sí mismo, frustrado.
A pesar de haber
disfrutado de aquél momento al máximo, ahora se sentía arrepentido…
Se sentía arrepentido
porque quería más de él, porque deseaba estrecharlo en sus brazos y besarlo
hasta dejarlo sin sentido, porque ese simple beso había desencadenado en él un
deseo voraz hacia su compañero.
Moría por deslizar su
lengua en su deliciosa y dulce cavidad, embriagarse con el sabor de sus
delicados y tibios labios, acariciar cada contorno de su piel hasta que le
pidiese que se detuviera…
Pero eso no estaba
correcto. Es por ello que se arrepentía de haberse dejado llevar; ahora cada
vez que estuviese cerca de Nino tendría que contener las enormes ganas y aquél
incontrolable deseo que recién surgía en su interior.
Obligándose a
mantener la cordura, Jun se puso de pie y se dio una ducha, se dejó el pelo
húmedo y simplemente se puso la ropa interior y un pantalón de pijama azul
noche, yéndose nuevamente a la cama, a tratar de conciliar el sueño y dejar de
estar pensando aquellas cosas indecorosas con Ninomiya.
Cuando estaba
comenzando a relajarse y a quedarse dormido, escuchó que alguien llamaba a su
puerta. Jun levantó la cabeza, entrecerrando los ojos, preguntándose
internamente quien podría ser. Se levantó de la cama y fue lentamente hasta la
puerta, sorprendiéndose al encontrar a Nino detrás de ella.
Iba con una camiseta
blanca algo desgastada, la cual le quedaba un poco grande, pantalones de satín,
con un divertido y singular estampado de Mario y Luigi. Estaba algo despeinado,
y lanzó un largo suspiro al verle.
- Nino… ¿sucede
algo?- inquirió el más alto en voz baja, mirándole con sincera preocupación- ¿Volvió
a trabarse tu Game Boy?
- No realmente- negó
con la cabeza- ¿Puedo entrar un segundo?
- Claro-
Jun se hizo a un
lado, así que el mayor entró a la habitación, cerrando la puerta detrás de sí.
Quedando uno en frente del otro… Nino alzó la vista, encontrándose con los
penetrantes ojos del menor, que le observaban confusos en ese momento.
- No sé qué demonios
estoy buscando aquí…- susurró débilmente- Pero no podía dormir. No podía dejar
de pensar en ti, y… -sus mejillas se tiñeron de carmesí- En ese beso…
- ¿Estás hablando en
serio, Kazunari?...- inquirió acercándose al más bajo, dejando su cuerpo
atrapado entre la puerta y el suyo propio. Nino asintió, intentando no
concentrarse en los agitados latidos de su corazón.
El mayor levantó la
cabeza, estremeciéndose levemente en cuanto sus labios rozaron contra los de
Jun, saboreándose, entregándose y disfrutándose mutuamente. Se sorprendió al
sentir como sus bocas encajaban a la perfección, conteniendo un jadeo en cuanto
la intrépida lengua del menor se coló entre sus labios, recorriendo cada
milímetro de su cavidad como si le perteneciera.
Jun apoyó ambas manos
contra la puerta, mientras el beso iba cobrando más intensidad; a cada segundo
trascurrido se volvía más húmedo, más apasionado, y aquello le estaba
enloqueciendo a ambos. Nino mordisqueó el labio inferior del más alto con algo
de brusquedad mientras lo atraía más hacia él, dejándolo por completo
acorralado contra la puerta.
- Nino…- susurró con
dificultad- Creo que deberíamos parar…
- Pero, creí que tú…-
protestó haciendo un puchero
- Sí, yo también
deseo comerte besos y llegar muchísimo más lejos- ambos sonrieron- Pero aquí
no, cualquiera podría descubrirnos y… no creo que sea lo correcto.
- Como siempre, tú
siempre tan correcto-
- Prometo que cuando
lleguemos a Tokyo, las cosas serán diferentes- musitó en voz baja, volviendo a sonreír
- Bueno, entonces,
supongo que debo irme a dormir…- Jun dejó ambas manos en la puerta,
impidiéndole el paso.
- No irás a ninguna
parte. Te quedaras a dormir aquí, conmigo- sentenció- Claro, si tú lo deseas…- añadió
algo apenado
- De acuerdo. Vamos a
dormir, Matsumoto…- pero las palabras murieron contra los labios del mayor, que
había vuelto a tomar posesión de su boca, tomando su rostro por la barbilla
mientras ambos volvían a sumergirse en la deliciosa sensación de unir sus
labios en aquél maravilloso e interminable beso.
kyaaaaaaaaaaaaaah!!
ResponderEliminarestoy tontamente feliz porque necesitaba un matsumiya y como siempre mi corazon esta
brincando por este shot kyaaaaah!! sjhdgsd X___x aunque debo admitir que ese juego me hubiera matado desde la primera ronda *empieza alucinar* ♥¬♥ pero el beso de yama tan lindos >3< pero divertido al imaginarme las risas de los demas XD y el beso sakumoto kyah! >3<
ahora nino es tan afortudano de dormir con jun pero llegando a tokyo no solo eso van hacer omg! hsfgsjfgasdjfga X__X
MUCHAS GRACIAS! iza como siempre me dejas encantada con tus escritos<3 :D
Waaaaah, gracias Kana-chan, a mi me hace feliz hacer felices a las machumiya lovers felices~
EliminarAl principio no quería seguir con este shot, pero luego al terminarlo, hasta a mi me enamoró <3
Gracias por leer :'3