Género: Romance, un poco de angst, Altern Universe
Parejas: OhMiya, MatsuMiya
Extensión: One Shot
N.A: Las cursivas son flash back, y le puse un poco de lime para complacer mis deseos ecchi xD
Dedicarle los mejores años de tu vida a una persona y a una relación...
Jurarle amor eterno a alguien, y que después de tanto, te engañe.
Me limpié las lágrimas con el dorso de la mano y dejé los brazos sobre el volante, apoyando la cabeza en ellos. No quería mostrar debilidad, no quería llorar, pero, ¿cómo hacerme el fuerte ante esta situación?
- Maldición...- sollocé- ¿Cómo pudiste Ohno?
Siempre sospeché que tenía una amante, pero en lo más profundo de mi corazón quería creer que sólo eran paranoias mías; más no, yo de estúpido y enamorado, quería pensar que estaba equivocado, que era imposible que Ohno me engañase, porque yo era su novio y él me amaba. O al menos, eso creía.
Le había llamado una y mil veces al móvil, pero no me contestaba; conociéndole bien, debía de estar hablando con alguno de los chicos y no había escuchado el aparato. Llevaba el almuerzo para él, ya que tenía dos empleos y apenas tenía tiempo para estar en casa; fuí a la escuela en donde impartía clases de pintura a niños pequeños... No le había visto desde el día anterior y quería aprovechar para saludarle.
Me bajé del auto y tomé el bento con delicadeza; al entrar a la escuela, me di cuenta de que había llegado justo a tiempo, ya que los chicos no habían llegado aún. Con una sonrisa abrí la puerta del aula en donde mi chico impartía clases, y no fue una visión muy agradable la que tuve...
Ohno estaba con una mujer, la cual era notablemente mucho mayor que él; ambos besándose acaloradamente contra la pared. Vi con repulsión como mi novio acariciaba una de sus piernas con lascivia mientras la mujer contenía algunos gemidos, acariciando el cabello de Ohno con ansiedad.
Dejé caer el bento, totalmente paralizado ante tan calurosa escena. La pareja se detuvo y miraron hacia la puerta, encontrándose conmigo allí, incapaz de articular palabra siquiera.
- Nino...- murmuró Ohno separándose de la mujer, quien comenzó a arreglarse el top, cubriéndose el sujetador en estampado animal print.
- Vine a traerte el almuerzo, pero veo que ya no es necesario. Estás muy satisfecho, ¿no?
- Kaede, déjanos solos. Más tarde hablamos...
- No Kaede, no hace falta que te vayas, no quiero estropearles su momento de diversión... - comenté retrocediendo lentamente
- Nino, no es el momento ni el lugar para hablarlo. De veras, puedo explicarlo- respondió en voz baja
- ¡Si es el momento y el maldito lugar!- exclamé alzando la voz, importándome un carajo si era escuchado por alguien más- Además, ¿qué diablos vas a explicarme? Que mientras yo esperaba por ti en la casa como el imbécil que soy andabas revolcándote con esta- señalé a la mujer- ¿o con alguien más por ahí? Pues te tengo una buena noticia, podrás hacerlo sin preocuparte en ser descubierto. ¡Esto se acabó!
- ¿Este tipo es tu novio?- preguntó Kaede con notoria sorpresa
- ¡Kaede, cállate!- exclamó Ohno
- Vaya, al parecer significo tan poco en tu vida que no merezco que tu amante sepa de mí- hice una mueca de desagrado- En serio, ya no quiero escuchar más... Ni saber más. Esta mierda terminó Ohno, en serio, terminó.- dije finalmente antes de irme corriendo de allí...
Necesitaba hablar con alguien, desahogarme y decirle lo infeliz que era; contarle mi situación y decirle "Tienes razón, me lo dijiste", y llorar en su hombro, como siempre he hecho durante todo este tiempo.
En cuanto la puerta de su apartamento se abrió, me abalancé a sus brazos, llorando como el marica/estúpido/sufrido que era. Me aferré a su espalda y sollocé por lo bajo, sintiéndome reconfortado en los brazos de Jun.
- Hey, hey, hey pequeño... ¿Por qué lloras así?- preguntó en voz baja, acariciando mi cabello con una mano
- Ohno...- sollocé- el imbécil de Ohno me... me engañó- informé mientras lloraba. Sentí como el cuerpo de Jun se ponía tenso de repente; sabía que no le gustaría escuchar aquello.
- Maldita sea Nino...- se separó lentamente de mi y cerró la puerta, rodeando mis hombros con un brazo. Suspiré e incliné el rostro, tenía un poco de vergüenza; Jun continuaba en silencio y ambos nos sentamos en el sofá. El apartamento estaba un poco desorganizado, con prendas de vestir tiradas por doquier, al mirar a Jun me fijé en que llevaba el cabello recogido en una coleta, tenía unos pantalones ceñidos color celeste y una camiseta blanca- ¿Cuándo te diste cuenta?
- Hace algunas horas, estaba revolcándose con una tipa en una de las aulas... Joder, me siento como un idiota. Sabrá Kami desde cuando lleva engañándome con ella, y yo...- suspiré y otra lágrima rodó por mi mejilla.
- Ya, ya, está bien- me abrazó con fuerza- ya pasó.
- Yo siempre quise lo mejor para nuestra relación, vivía con él...- emití un sorbido y continué- lavaba, cocinaba, hacía todo para él. Me convertí en la "mujer" perfecta para Ohno, ¿y eso es lo que recibo a cambio? Siquiera su amante sabía de mí... Eso demuestra lo que yo signifiqué para él...
Jun no dejó de abrazarme en ningún momento, escuchándome en silencio, acariciando mi espalda con suavidad, animándome a seguir. Me desahogué, le dije todo lo que pasaba por mi cabeza en aquél momento... Sí, estaba herido por muchas cosas. No era solamente la traición de Ohno lo que me dolía, sino todo lo que había hecho antes.
Jun y yo siempre fuimos amigos, pero yo sentía algo por él, más yo nunca me confesé, tenía miedo a que me rechazara; y bueno, Ohno me había confesado sus sentimientos. Entonces, al ver que Jun había comenzado a salir con Amaya, decidí comenzar una relación con Ohno; todo por no arruinar mi amistad con Jun.
Ahora este era el resultado, Jun tenia unos meses ya soltero y ahora me pasaba esto con Ohno, justo cuando ya le quería, que pensaba que lo nuestro marchaba bien... Qué iluso fuí.
Me quedé el resto de la tarde con Jun, apagué el celular, e incluso le ayudé a limpiar el desastre en su apartamento. Luego de terminar, pedimos pizza para cenar y nos sentamos en el suelo, hablando de cosas sin importancia; debía de admitir que me sentó de maravilla el haber estado allí con él todo el rato, al menos no estaba pensando en en Ohno y Kaede.
- Y entonces, en ese momento Sho estaba en lo alto de la colina, le daba miedo bajar, a pesar de tener casco, estar agarrado fuertemente a varias cuerdas... Yo para que no sintiera miedo, le dije que lo empujaría a la cuenta de tres- reí y negué con la cabeza- Fue entonces cuando le dije, uno.... dos... ¡Y lo empujé! Si lo hubieses visto, gritaba como loco "dijiste que sería a la cuenta de tres y sólo habías contado hasta dos!"- ambos reímos más alto
- ¡Qué malo eres! ¡Sabes que Sho le tiene miedo a las alturas!- comenté pegándole suavemente en el brazo, Jun se encogió de hombros, esbozando una despreocupada sonrisa- ¿Por cierto; dónde está Sho?
- Aiba tiene el día de hoy y mañana libre, y ya sabes lo que eso significa... Sho se pasa ese tiempo con el para aprovechar- vi como Jun tomaba la caja de tabacos y el mechero que descansaban sobre la mesa, sacaba un cigarro y lo encendía con total naturalidad- ¿Quieres uno?
- No me apetece ahora, gracias- sonreí y negué con la cabeza- ¿Aiba está bien atareado con el trabajo, no?
- Un poco si, y ya ves, apenas tiene tiempo para Sho, por eso es que minuto que tiene libre, minuto que pasa con él...- le dió una larga calada y suspiró- me alegra verlos tan enamorados.
- Y eso que todos juraban que no durarían ni una semana juntos-
- Y que lo digas. Yo era uno de esos- exhaló el humo y me miró interrogante- ¿Te quedas a dormir aquí?
- Si no te molesta... Además, me encuentro muy perezozo para conducir a casa y tampoco quiero encontrarme con...- me detuve
- Está decidido. Te quedas a dormir conmigo- sonrió mientras volvía a llevar el cigarro a sus labios...
¿Cómo es que había olvidado lo encantador que podía ser mi mejor amigo?
Me di una ducha y el también hizo lo mismo; por suerte Jun encontró algo de ropa para mí, unos pantalones y camiseta que me quedaban un poco grandes, pero la verdad no me importaba. Lo único que quería era estar cómodo
- Entonces me voy al sofá...
- J, ¿estás drogado o qué? ¡Por Dios! Somos amigos de toda la vida, y no será la primera vez que dormimos juntos...- aunque me arrepentí después de haberlo dicho. Lo mejor era que le hubiese dejado dormir en el sofá, aunque; no quería que sacrificara su comodidad por mí
- Sólo quería ser un buen anfitrión- se lanzó en la cama y cruzó los brazos debajo de su cabeza
- Que buen anfitrión ni que nada. Esta es tu casa y no voy a permitir que te de una tortícolis por dormir en el sofá...- me apoyé sobre un codo para poder mirarle mejor, Jun pasó la lengua por sus labios. Desde ese ángulo, observaba mejor sus facciones, su nariz recta, sus carnosos labios, la sombra oscura que tenía bajo los ojos...
- Lo siento- Jun me imitó y se quedó mirándome fijamente a los ojos; tuve ganas de inclinar el rostro por la intensidad de su mirada, más no pude. Suspiré nuevamente
- No tienes porqué disculparte...
- Es que a veces te protejo demasiado... Pero a pesar de todo, no puedo evitar que pasen cosas desagradables...- musitó en voz baja
- No lo puedes evitar, pero si puedes hacer que me sienta mejor- mordí mi labio inferior, sintiendo la mirada de J en ese lugar.
Sabía que me iba a arrepentir de por vida al hacer aquello, más me dejé llevar; acerqué mi rostro aun más al de mi mejor amigo, él continuó tranquilo, como esperando a que hiciese todo aquello
- ¿Te sientes mejor ahora?- musitó en un susurro, rozando sus labios contra los míos mientras hablaba. Una parte de mi decía que aquello era un error, más por otro lado, deseaba sentir un poco más... No entendía porque de la noche a la mañana volvía a sentir aquellas ganas locas por Jun, al igual que un tiempo atrás.
- Si... Y me sentiré muchísimo mejor cuando por fin me beses- contesté con un hilo de voz. El corazón me latía con fuerza, sentía los labios resecos, y de repente estaba más nervioso aún. Jun sonrió y terminó de acortar la distancia entre nuestras bocas, sellando mis labios con los suyos en un suave beso.
Sus labios se movían con lentitud sobre mi boca, sentí una de sus manos en mi nuca, acercándome totalmente a él. Entreabrí los labios, dándole paso a su lengua, que penetró en mi cavidad con lentitud, explorándola por completo antes de juguetear con la mía... Subí una pierna a la altura de su cintura y continué besándole, sintiendo como mi temperatura corporal comenzaba a subir desmedidamente simplemente por aquél beso.
Nos separamos por la falta de aire y sonreímos con complicidad antes de volver a besarnos, ésta vez me coloqué encima suyo y posé mis manos sobre sus pálidas mejillas, sus brazos rodearon mi cintura mientras nuestros labios tenían una batalla por dominar los del otro. Terminé el beso y tracé un caminito con mi lengua, descenciendo por su barbilla y deteniéndome en el cuello... La suavidad de su piel me encantaba, su olor me embriagaba; ¿en verdad no estaba soñando?
Mis labios se movían con lentitud sobre su cuello, mi lengua delineaba el contorno de su exquisita piel con cuidado, Jun contenía, sin éxito alguno, suaves jadeos mientras acariciaba mi cabello. Le di una suave mordida y succioné con algo de fuerza, no sabía porque sentía la necesidad de dejarle alguna marca; sonreí al pensarlo y no pude contener un jadeo al sentir su erección restregarse contra mi entrepierna... Estaba totalmente decidido, me dejaría llevar, iba a hacer el amor con J.
Introduje las manos debajo de su camiseta, acariciando su pecho y levantándola poco a poco, pero Jun al darse cuenta de mis intenciones, me frenó en el acto
- Matte... Matte Nino- su voz sonaba ligeramente agitada
- ¿Pasa algo?- inquirí
- Esto no está bien... No creo que sea lo correcto esto de... acostarnos juntos- dijo finalmente, tomándome por las muñecas y sacando las manos de debajo de su camiseta
- ¿Por qué? ¿No tienes ganas? ¿No te resulto atractivo?... Pero tu correspondiste mi beso...- contesté con rapidez
- Nino, si tengo ganas, es muy obvio- explicó dirigiendo una mirada significativa al bulto que crecía bajo sus pantalones- Me resultas muy atractivo, eres hermoso...- lentamente se levantó, mirándome a los ojos- Me gustas... Siempre me has gustado Nino, pero si dejo que tengamos sexo hoy, te estarías comportando al igual que Ohno, ¿y qué no me asegura a mi que lo estás haciendo conmigo por despecho?
- No es por despecho, en serio J...- incliné el rostro, apenado
- Se cuanto quieres a Ohno, y se que lo mejor es que no lo hagamos, quizás mañana te odiarás por esto y no es lo que quiero para ti- agregó tomando mi rostro por la barbilla, obligándole a mirarle- Aunque tenga que sentirme mal al escuchar como sufres por otro, prefiero eso a perderte por una noche de pasión, y créeme, te deseo muchísimo, pero no.
Esbocé una triste sonrisa y me bajé de su regazo, acostándome a su lado sin decir nada; escuché a Jun suspirar. Ahora que sabía lo que sentía, reconocía que esto tampoco era fácil para él, y que debió de haber sufrido bastante al escuchar todas las cosas que le decía sobre Ohno...
Y también viejos sentimientos iban despertando otra vez.
- Comprendo. Estás en todo tu derecho a decir no; Buenas noches J.
- Buenas noches...- respondió después de unos segundos.
Le di la espalda y me cubrí con la cobija, para que Jun no pudiese ver como mis ojos se llenaban de lágrimas. Me sentía como un egoísta, ahora la situación de Ohno había pasado a un segundo plano; lo que realmente me preocupaba era en qué quedaría mi situación con Jun después de aquella confesión.
La mañana siguiente fue extraña, al menos para mí. Jun hacía su mejor esfuerzo por parecer "normal", aunque conociéndole como le conocía, sabía que se sentía mal al verme así.
Tenía la cabeza echa un lío, no quería decirle que yo también sentí algo por él, algo que estaba renaciendo, pero sabía que J se lo tomaría a mal y me diría que quería usarlo para olvidarme de Ohno, entonces por eso, mejor guardaba silencio.
- ¿Qué quieres para desayunar?- inquirió mientras se peinaba la larga melena, que caía en cascada sobre sus hombros, haciéndose su habitual coleta.
- Cereal está bien- respondí en voz baja
- Mira, lo que te dije anoche... ¿Olvídalo si? No quiero que eso interfiera en nuestra amistad, porque para mí tu amistad vale mu...- se detuvo al escuchar el timbre- dame un segundo, a lo mejor es Sho que se dejó la llave.
Escuché como Jun abría la puerta, unos pasos y una voz que conocía muy bien
- ¡Se que está aquí, y ni tu ni nadie me va a prohibir hablar con mi novio!- Abrí los ojos como platos y salí corriendo hasta el recibidor, allí se encontraba mi ex y mi mejor amigo, ambos mirándose con enojo. Ohno, al percibir mi presencia, me regaló la mejor de sus sonrisas- Nino, anda, arréglate y vámonos de aquí, tenemos que hablar...
- Nino no se va a ninguna parte-
- Tú no eres nadie para decirle a mí novio lo que tiene que hacer...
- ¡Pero esta es mí casa!- espetó Jun en voz alta
- ¡Cállense los dos!- grité interponiéndome entre ambos- Ninguno tiene que andar mandando en mí porque estoy ya lo bastante grandecito como para saber lo que tengo que hacer...- suspiré con pesadez- No voy a ninguna parte contigo, Ohno- Jun sonrió victorioso al escucharme- Pero tu tampoco vas a decidir si me voy o no- señalé a mi mejor amigo
- Nino, podemos hablar... ¿A solas?- murmuró mi ex refiriéndose respectivamente a J
- Claro- le rogué a Jun con la mirada que me entendiera. Éste sólo se encogió de hombros y se fue arrastrando los pies hasta la habitación.
En cuanto estuvimos a solas, Ohno volvió a regalarme una encantadora sonrisa, acercándose a mi. Más yo puse una mano en su pecho para frenarle
- ¿Qué pasa?- inquirió algo sorprendido
- Dime lo que tengas que decirme...
- Quiero pedirte perdón, fui un desalmado al hacerte lo que te hice- me crucé de brazos- Kaede no significa nada para mí, solamente fue un revolcón. Sabes que te amo, te lo he demostrado Nino... Hemos estado juntos por mucho tiempo, hemos aguantado muchas cosas por mantener nuestro amor y Kaede no va a destruir aquél lazo tan hermoso que nos une...- tomó una de mis manos con delicadeza y continuó- Te amo. Nada ni nadie va a cambiar eso y de verdad, quiero que me perdones... Y no dejaré de luchar hasta conseguir tu perdón.
Me quedé allí, inmóvil, tieso, pensando qué responder a aquello.
Ohno tenía un don de convencimiento increíble, y bueno, el tenía razón. Teníamos mucho tiempo juntos, muchas vivencias, muchísimos recuerdos amargos, dulces, hermosos, feos, pero siempre juntos. Había lazo estrechísimo entre ambos, lazo que él había roto al traicionarme con Kaede.
- Es tan cierto y tan hermoso lo que dices, de verdad Oh-chan... Eso de que me amas, de que lucharás por mí; es simplemente enternecedor- sonreí, él me imitó- Pero, ¿sabes qué? No me interesan tus disculpas, no quiero que luches para conseguir mi perdón, no quiero volver a verte nunca más... Anda a divertirte con Kaede o con alguien más. Yo te entregué todo, ¡todo de mi!- me zafé de su agarre, sintiendo como los ojos se me llenaban de lágrimas- Quise darte siempre lo mejor de mí, ser el "novio ideal" para ti, me esforcé al máximo para que lo nuestro funcionara y no tienes ni la mínima idea de cómo me sentí al verte con aquella mujer, ¡traicionándome a mis espaldas! ¡A mi que jurabas amarme tanto! A mi que me decías que como yo nadie te podía satisfacer, que mis caricias eran únicas...- lágrimas de frustración rodaban por mis mejillas. Me las limpié con rabia- Lo siento Ohno, pero no. Ya te lo dije ayer, esto terminó y se terminó para siempre...
- ¡Pero Nino!- protestó
- Nada, por favor, sal de aquí... Yo mañana, pasado o un día de estos iré a recoger mis cosas, pero ahora vete, ¿si?
- Como desees, pero ¿sabes algo? Vas a arrepentirte de esto, vendrás a pedirme perdón porque no encontrarás a nadie más que te trate como yo- y dicho esto dio media vuelta, saliendo del apartamento con rapidez.
Toda circunstancia negativa deja un aprendizaje, en mi caso fue totalmente positivo. El haber descubierto el engaño de Ohno, me dio la oportunidad de pensar, esclarecer las cosas y darme cuenta de que si le tomé cariño, que sí le quería y si me dolió su traición; pero también sirvió para acercarme aún más a las personas que quería, como por ejemplo, mi mejor amigo.
Durante estos meses posteriores a mi rutpura con Ohno, continuaba viendo a Jun, habíamos acordado sepultar lo del beso y nuestra relación era la misma de antes. Claro, con la variante de que ahora había más roce entre nosotros, era algo complicado, ya que éramos amigos, pero nunca faltaba ese abrazo, ese roce entre dedos, alguna que otra mirada. Aunque J a lo mejor lo veía como algo normal, no lo era para mi, no podía dejar de pensar en lo que Jun sentía por mi, y en lo que yo estaba sintiendo nuevamente por él.
Ahora, ambos en la sala de mi nuevo y más pequeño apartamento, veíamos una película romántica. Jun se esforzaba por disimularlo, pero tenía ojos llenos de lágrimas y estaba a punto de ponerse a llorar. Por más que quisiera negarlo, era un sentimental; sonreí al pensarlo.
- ¿De qué te ríes?- inquirió en voz baja
- De lo tierno que te ves así, no te preocupes Jun, por llorar delante mío no perderás la hombría... Igual, no dejaré de quererte por ello- añadí mirándole fijamente
- ¿Qué estás diciendo?
- La verdad, que porque llores no voy a dejar de sentir lo que siento por ti- bien, me había excedido un poquito en eso úlitmo. J me miró, esperando a que continuase- Si Jun, me gustas y lo que pasó aquella noche no fue por despecho... Tú siempre me gustaste, pero cuando apareció Amaya en tu vida, decidí darle la oportunidad a Ohno...
Me detuve al sentir los labios de Jun contra los míos, suspiré al sentir su calidez; como si estuviese sediento y al fin hubiese encontrado el dulce néctar que necesitaba. Lo tomé con fuerza por la camiseta, atrayéndolo hacia mi para no dejarle escapar, no quería que se alejara de mi, no quería que se detuviera; mordió con suavidad mi labio inferior y rodeó mi cintura con sus brazos, mientras nuestro beso se tornaba más intenso a cada momento, la lengua de Jun se entrelazaba perezozamente con la mía, estremeciéndome con cada roce. Apreté un poco más su camiseta y dejé escapar un jadeo que murió en sus labios.
- Esta vez no pienso detenerme...- susurró contra mis labios
- ¿Ah si? ¿Y eso por qué?- contesté con una leve sonrisa
- Porque muero de ganas por hacerle el amor al chico del que estoy enamorado...- abrí la boca sin poder evitarlo, totalmente sorprendido- Ya una vez te dejé ir, y esta vez no pretendo dejar que aparezca otro y te conquiste, eso sí que no.
- Yo tampoco dejaría que eso sucediera, baka- le di un pequeño beso en los labios, sin dejar de sonreír- y créeme esta vez tampoco pienso detenerme...- dije finalmente antes de darle un leve mordisco a su labio inferior y besarle nuevamente; completamente dispuesto a demostrarle todo lo que sentía por él.
Maldito Ohno como se atrevio hacerle eso a mi kazu $#%#$&$&$ O.Ó y encima que le dice que se va arrenpetir de dejarlo melleva si que es un patan aqui el Riida jajaja XD pero me gusto por que raro leer a ohno de maldito :P
ResponderEliminarbueno pasando a mi pareja kyaaaaaaaaah >///<
esos besos tan apasionados hacen q me derrita
pero me alegra que despues de todo por fin pueden estar juntos *O*
morí cuando jun se recogia el cabello fjasfj X___x xq es tan sexy XD
Gracias! iza espero que sigas con tus deseos echis jajaja *¬*
Ohno es un malvado... e___e
Eliminarmira que hacerle eso a Nino >___<
Pero igual Nino pudo estar finalmente con J y eso es lo que nos importa :3
Me alegra muchote que te haya gustado Kana-chan :3